www.alcoholinformate.org.mx Breve historia de la palabra «alcohol» Esteban Nolla Hernández FUENTE: Fundación de Investigaciones Sociales A.C. (FISAC) MÉXICO La palabra «alcohol» que hoy utilizamos de manera habitual para referirnos al contenido de algunas bebidas o a un material de curación, tiene una larga trayectoria en la historia, y ha ido cambiando su sentido conforme se han hecho nuevos descubrimientos en el campo de la ciencia de distintas épocas. La raíz de la palabra no se refería a la sustancia que hoy conocemos, ni siquiera a una similar. Algunos historiadores han rastreado los orígenes de la palabra, hasta el vocablo kohl de origen egipcio, que se refería al polvo de un mineral llamado estibina o trisulfuro de antimonio. Existen documentos que datan al menos del siglo XV a.C. donde aparece esta palabra. El polvo de estibina es muy fino, y se utilizó en el antiguo Egipto principalmente como maquillaje para los ojos. De acuerdo con Rasmussen (2014), conforme estos conocimientos pasaron a las culturas griegas y romanas, eventualmente llegaron al imperio islámico, donde a la palabra kohl se le agregó el prefijo árabe al- para convertirse en al-kohl o al-kohol. Esta palabra se comenzó a utilizar para referirse a cualquier polvo muy fino y después pasó a significar la parte más fina o sutil de alguna cosa. Posteriormente, la palabra se utilizó para referirse a cualquier sustancia obtenida por pulverización, destilación o sublimación. Prueba de ello, es que en algunos escritos de Paracelso, se habla de la solución acuosa derivada de la destilación del vino como alkohol vini, es decir, la parte sutil del vino. Con el tiempo, se dejó de lado la palabra vini y se quedó solamente alkohol, para quedar como lo conocemos hoy en día. Sin embargo, aun cuando la palabra tomó su forma final, no tuvo el significado que le adjudicamos actualmente. Hasta 1834, la palabra alcohol se refería únicamente al alcohol etílico (CH3CH2OH), pues fue en ese año, cuando Jean Baptise Dumas y Eugène Peligot, descubrieron el alcohol metílico (CH3OH), haciendo notar que existía otro tipo de alcohol; tiempo después demostraron que otro compuesto descubierto anteriormente por Michel Chevreul, era alcohol cetílico (C16H33OH). Producto de estos descubrimientos, Jöns Jacob Berzelius, propuso nombrar de manera general a estos compuestos como alcoholes, suponiendo que irían apareciendo más con el tiempo. Antes de que se realizara esta clasificación de los compuestos orgánicos, el alcohol etílico se conocía como alcohol de vino, y el alcohol metílico, como alcohol de madera. Incluso, antes de ello se pensaba que el alcohol etílico, junto con el éter, era un tipo de agua, con las particularidades de que era volátil e inflamable, por lo que se le llegó a conocer como aqua ardens, lo que significa «agua ardiente». Cuando iniciaban las primeras prácticas de destilación, los alquimistas de la historia no sabían qué era el alcohol. Al obtener aquella sustancia acuosa e inflamable, pensaban que era algo muy especial e incluso llegaron a pensar que eran espíritus. Algunos científicos de la antigüedad llegaron a pensar que el alcohol era una sustancia que otorgaba la vida eterna, mejoraba la memoria, curaba enfermedades corporales y males espirituales, por lo que se le llegó a conocer como aqua vitae, es decir, agua de vida. Es debido a esto que a las bebidas destiladas, se les suele denominar bebidas espirituosas. Adicionalmente, en la antigüedad, cuando no se sabía qué era lo que producía embriaguez en las bebidas fermentadas, tales como el vino, la cerveza o el pulque, se le atribuía ese efecto, capaz de transformar el pensamiento, a una influencia divina. Múltiples culturas pensaron que las bebidas habían sido creación de una deidad, por lo que se les otorgaba un lugar especial en ceremonias o rituales religiosos. Por ejemplo, los egipcios pensaron que Osiris había creado el vino, los sumerios creyeron que Ninkasi fue la creadora de la cerveza, los griegos dijeron que el vino fue obra de Dioniso y en el México prehispánico fue Mayahuel, la diosa creadora del pulque. Como podemos notar, la humanidad tardó mucho en descubrir a qué se debía aquel efecto embriagante, diríamos psicoactivo, que se utilizó para promover sentimientos de comunión con los dioses. En la actualidad sabemos que existen una enorme cantidad de tipos distintos de alcoholes que se distinguen y nombran de acuerdo a su estructura molecular. La química actual define los alcoholes como un grupo de compuestos orgánicos conformados por uno o varios grupos de hidroxilo (OH), unido a un átomo de carbono (C); a partir de ahí, las clasificaciones se complejizan. El etanol es uno de tantos alcoholes que existen en grupo de compuestos, y es el que se encuentra en las bebidas fermentadas y destiladas. Con el tiempo, las experiencias y los avances científicos se ha notado que el único alcohol apto para el consumo humano es el etílico o etanol, una vez que ha sido purificado y mezclado con otros líquidos. Esto se debe a que el cuerpo de adultos sanos es capaz de procesarlo sin sufrir un daño particular, si se consume con moderación. Por otro lado, el metanol, sí produce daños al organismo, pues al entrar en contacto con la enzima alcohol deshidrogenasa que lo metaboliza, se convierte en formaldehído y posteriormente en ácido fórmico, que puede dañar el nervio óptico u otras estructuras. Un claro ejemplo del peligro de consumir otros tipos de alcoholes está inscrito en la historia de la prohibición del alcohol durante los años 20’s en Estados Unidos. Es bien sabido que muchas personas perdieron la vida o la vista, debido al consumo de metanol u otros alcoholes, lo cual se disparó con la producción ilegal de bebidas. Hechos similares han sucedido en todo el mundo, incluso en fechas recientes. Como hemos visto, la palabra alcohol ha cambiado bastante desde sus inicios y es importante conocer su significado actual para aumentar nuestra cultura y nuestra percepción de riesgo sobre otros tipos de alcoholes. Así, contribuimos a generar mayor responsabilidad ante el consumo de bebidas con alcohol. Bibliografía. Nordegren, T. (2001). The A-Z Enciclopedia of Alcohol and Drug Abuse. Florida: Brown Walker Press. Phillips, R. (2014). Alcohol: A History. North Carolina: The University of North Carolina Press. Rasmussen, S. C. (2014). The Quest for Aqua Vitae. New York: Springer. TIME. (s/f). Top 10 Prohibition Tales. Obtenido de TIME: http://content.time.com/time/specials/packages/article/0,28804,1864521_1864524_1864626,00.html