Año Jubilar de la Misericordia catequesis con la parábola de la oveja perdida (Lc 15, 4-7) “Alegraos, he hallado la oveja que se me había perdido” Delegación de Catequesis de Santiago Antes de comenzar la catequesis y leer la Palabra de Dios, saludamos cariñosamente a Jesús haciendo juntos la señal de la cruz. Podemos cantar alguna canción que sepamos, acompañada de gestos o palmas. Nos preparamos para la catequesis Jesús enseñaba su mensaje con parábolas, es decir, pequeñas historias que todos pudieran entender. Esta parábola -junto a la de la moneda perdida y la del hijo perdido (hijo pródigo)- está dirigida a los fariseos y doctores de la ley que criticaban a Jesús por rodearse de gente de “mala fama”, por “los marginados”, por “los perdidos”. De ahí estas tres parábolas del evangelista Lucas. En esta parábola, escucharemos hablar de un pastor. Conversamos con los niños/as sobre este oficio: el pastor acompañaba a sus ovejas todo el tiempo y las llevaba a pastar, las protegía de los animales salvajes, dormía con ellas a la intemperie... ¿Conoces a algún pastor? ¿Qué hace? Si tú fueras pastor, ¿qué harías por tus ovejas? Lectura de la Parábola Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle . Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces les propuso esta parábola: ¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se perdió hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió. Os digo que , del mismo modo, habrá en el Cielo mayor alegría por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión . Compartimos lo que nos sugieren las imágenes Nos fijamos bien en los dibujos y lo que expresan a la luz del texto de la parábola. ¿Qué sentimientos se producen en nosotros al contemplar estas imágenes? Invitamos a los niños/as a pensar cómo se sentirían si se perdieran, como le pasó a la oveja de la parábola. ¿Has estado alguna vez en una tienda o en un parque, y cuando te diste cuenta, ya no pudiste ver a tus padres? ¿Te sentiste perdido/a? ¿Lloraste? Invitamos a los niños/as a ponernos en la piel de un pastor, que cuida a sus ovejas, las protege y las alimenta. El pastor cuida a sus ovejas y se desvive por ellas, ¿Quien nos cuida a nosotros como el pastor cuida a sus ovejas? ¿Por qué lo hacen? Con esta parábola Jesús nos enseña que Dios Padre es como un Pastor bueno que nos quiere, nos protege, cuida de nosotros y desea que vivamos felices. ¿Qué cosas te hacen a tí feliz? ¿Qué cosas crees que hacen felices a los demás? ¿Crees que Dios quiere hacerte feliz a ti? Hoy, aquí se cumple esta Palabra Se trata de mostrarles a los niños que la Palabra de Dios, escrita hace miles de años, sigue siendo algo totalmente actual: Palabra que nos interpela, nos habla... En nuestra vida, quizás hemos conocido, oido hablar de diferentes pastores: pastores buenos y pastores no tan buenos. Hacemos, ahora un poco de memoria, pensando en nosotro mismos. ¿Quienes hacen de pastores buenos con nosotros? ¿Quienes son pastores “malos” para nosotros? Esta parábola puede que nos recuerde a otra muy parecida ¿A qué parábola nos estamos refiriendo? ¿Qué podemos decir de esta parábola? Invitamos a los niños/as a hacer un dibujo en el que de alguna manera junten las dos parábolas, la de la oveja perdida y la del Buen Pastor. Oración Por las veces que ante el peligro, me siento acompañado... Por las veces que me siento protegido y cuidado... Por las veces que un “pastor” sale a buscarme... Por los que no se sienten acompañados ni protegidos... Por las personas que se dejan guiar por “malos” pastores... Actividad para compartir en familia Si hace buen tiempo, podemos aprovechar para dar un paseo con nuestros hijos/as por donde haya animales. Al ir nombrando a cada animal, preguntamos, ¿Qué sonido hace este animal? Este animal hace _________. Debemos tratar bien a los animale, al igual que debemos cuidar la naturaleza. Todo fue un regalo de Dios. Se lo agradecemos. Pero sobre todo, agradecemos a Jesús por cuidarnos a nosotros y a nuestra familia. Segunda actividad En una hoja blanca dibujamos algunas ovejas. En el cuerpo le pegamos trocitos de algodón. Una vez secas, pegamos en el folio un dibujo de nuestra familia -o lo dibujamos, como más nos guste-, y de Jesús, al lado de las ovejas. Decoramos el cielo y la tierra con trocitos de hojas de revista. Al final, lo podemos enmarcar con una cartulina y lo colocamos en un lugar destacado. Ahora... ¡Vamos a jugar! Después de haber leído la parábola, sabrás que una de las ovejas del rebaño, se había perdido. No encontraba el camino de regreso a casa, así que el pastor salió en su busca. Ayúdale tú a encontrar a la oveja perdida. Si unes los puntos, luego repasas el dibujo y le das color como más te guste, aparece uno de los protagonistas de nuestra parábola. ¿Crees que este personaje puede estar representándonos a tí y a mi? ¿Por qué? Nuestra amiga la abeja Bety, al atravesar el panal de miel, nos ha dejado un mensaje. Para leerlo, lo que tienes que hacer es copiar, en la línea de abajo, las sílabas por las que pasó. ¿Crees que esta frase tiene algo que ver con la parábola? ¿Por qué? Aunque sea de noche, un pastor, nunca deja a sus ovejas solas. Este es Sebastián. Y, a pesar de que la noche ya hizo acto de presencia, él sigue con su rebaño. Para no tener frío, se echó una manta por los hombros y continúa con ellas. Aquí está Sebastián con algunas de sus ovejas. Entre las dos imágenes hay 5 diferencias. ¿Puedes verlas? Si trasladas las letras del tablero a sus casillas correspondientes, leerás una frase del pastor de la parábola. A B D E G H I J L M 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 O P Q R S U V ¡ ! 11 12 13 14 15 16 17 18 19 18 1 9 4 5 14 1 11 13 6 4 6 1 9 9 1 3 11 9 1 11 16 4 8 1 10 4 14 3 15 1 4 12 4 7 13 16 4 6 1 2 7 3 11 19 Escribe aquí la respuesta. ¿Te parece justo que se alegre por haber encontrado una, si ya sabía dónde tenía 99 ovejas más? ¿Por qué?