Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Cartas al Editor / Med Clin (Barc). 2013;140(10):473–477 favorable, observándose en una TC torácica de control realizada al cabo de un año una resolución completa de las lesiones pulmonares. Solo se han descrito hasta la fecha 7 casos de afectación pleural por A. meyeri (MEDLINE, desde su comienzo hasta agosto de 2012; palabras clave: «empyema or parapneumonic effusion and Actinomyces meyeri»), cuyas caracterı́sticas se resumen en la tabla 13–8. La afectación pulmonar se produce por la aspiración del microorganismo desde la cavidad oral. Por ello, la mala higiene bucal y el alcoholismo se consideran factores predisponentes3. La pleura se afecta bien por contigüidad, bien por diseminación hematógena, pero rara vez lo hace de forma aislada2,3. El tratamiento de elección de Actinomyces spp., incluyendo A. meyeri, es la penicilina G sódica 18-24 millones UI/d por vı́a intravenosa durante 2-6 semanas, seguida de amoxicilina 500 mg/ 6 h por vı́a oral, entre 6 y 12 meses, dependiendo de la respuesta clı́nica y radiológica del paciente1–3. En los individuos alérgicos o intolerantes a la penicilina se puede utilizar eritromicina, doxiciclina o clindamicina2,3. Cuando el lı́quido pleural está infectado, como en el resto de infecciones bacterianas del espacio de la pleura, es preceptivo insertar un drenaje pleural9. En conclusión, aunque el empiema por A. meyeri es raro, debemos considerarlo en pacientes alcohólicos y con mala higiene bucal, diagnosticados de derrame paraneumónico que no mejora con el tratamiento antibiótico convencional. 475 Bibliografı́a 1. Apothéloz C, Regamey C. Disseminated infection due to Actinomyces meyeri: case report and review. Clin Infect Dis. 1996;22:621–5. 2. Russo TA. Agents of actinomycosis. 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Stage III empiema caused by Actinomyces meyeri: a plea for decortication. J Thorac Cardiovasc Surg. 2004;127:1511–3. 9. Porcel JM, Light RW. Parapneumonic effusions and empyema in adults: current practice. Rev Clin Esp. 2009;209:485–94. Rosa Palma, Silvia Bielsa, Dolors Domingo y José M. Porcel* Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario Arnau de Vilanova, Lleida, España * Autor para correspondencia. Correo electrónico: jporcelp@yahoo.es (J.M. Porcel). http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2012.09.004 Necrosis avascular de ambas cabezas de fémur en un paciente con tromboangitis obliterante Avascular necrosis of both femoral heads in a patient with thromboangiitis obliterans Sr. Editor: La tromboangitis obliterante (enfermedad de Buerger) es una enfermedad inflamatoria vascular segmentaria, no aterosclerótica, que afecta arterias de pequeño y mediano calibre, venas y nervios de extremidades. Su causa es desconocida, aunque el hábito tabáquico es primordial en el inicio o progresión de la enfermedad1. Se presenta en varones de entre 40-45 años de edad, aunque hay estudios recientes que evidencian el aumento de prevalencia en mujeres. Usualmente se inicia con isquemia de pequeñas arterias y venas distales. A medida que progresa se afectan arterias más proximales y raramente ocurre en ausencia de enfermedad oclusiva de pequeños vasos2. La necrosis avascular de cabeza de fémur no traumática es una enfermedad debilitante que lleva a la destrucción de la cadera3. Se afectan las áreas de hueso trabecular y médula ósea, extendiéndose a hueso subcondral. En adultos, el área afectada no se revasculariza y progresa hasta que se colapsa. El mecanismo del fallo mecánico es por estrés acumulado en las trabéculas necróticas que no se reparan4. A continuación se presenta un paciente con necrosis avascular de cabeza de fémur bilateral por tromboangitis obliterante. Varón de 55 años, fumador (30 paquetes/año), que consultó por dolor en partes acras de ambas manos y cianosis. En tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos sin mejorı́a de los sı́ntomas. El paciente referı́a claudicación a la marcha de extremidades inferiores. La exploración fı́sica puso de manifiesto una PA de 144/92. La piel de ambas manos estaba frı́a y cianótica. El Test de Allen era positivo en ambas manos. Los pulsos periféricos femorales y pedios estaban disminuidos. En las pruebas de laboratorio, el hemograma y la bioquı́mica plasmática (incluı́a colesterol, triglicéridos y uricemia) fueron normales. La VSG y PCR fueron de 14 mm y < 5 mg/dl, respectivamente. En las pruebas de autoinmunidad los anticuerpos antinucleares, las crioglobulinas, las serologı́as vı́ricas (hepatitis B y C), el factor reumatoide y los anticuerpos antifosfolı́pidos fueron negativos. La capilaroscopia periungueal evidenció hemorragias. No se constataron dilataciones capilares. La arteriografı́a de extremidades inferiores evidenció cambios compatibles con tromboangitis obliterante. Se instauró tratamiento vasodilatador y abstinencia de tabaco, con mejorı́a de los sı́ntomas. Seis meses después, en visita de control referı́a una coxalgia bilateral intermitente. Se solicita gammagrafı́a ósea con 99Tc, que puso de manifiesto una hipercaptación irregular en cadera izquierda con discreta heterogeneidad, destacando imagen frı́a en tercio superior de cabeza femoral compatible con osteonecrosis de cabeza femoral izquierda. La resonancia magnética nuclear de pelvis constató una necrosis avascular de ambas cabezas femorales. La tromboangitis obliterante presenta manifestaciones osteoarticulares en el 12,5% de los pacientes, en la fase preoclusiva. Se presentan episodios recurrentes de artritis de grandes articulaciones. La artritis habitualmente precede al diagnóstico en un promedio de 10 años. La artritis desaparece definitivamente con la aparición de signos de isquemia5. La asociación de tromboangitis obliterante y necrosis avascular de cabeza femoral es poco frecuente. La necrosis avascular de la cabeza femoral se caracteriza por áreas variables de necrosis de hueso trabecular y medular que se extiende a zona subcondral. En adultos, el área comprometida no se revasculariza y la mayorı́a de lesiones con evidencia radiográfica progresan hasta colapso de la cabeza femoral6. Existen múltiples teorı́as acerca de la patogénesis de la necrosis avascular de cabeza femoral. Entre ellas, se incluyen: tromboembolismo, origen disbárico, anomalı́as celulares (anemia de células Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 476 Cartas al Editor / Med Clin (Barc). 2013;140(10):473–477 falciformes), aumento de presión en la médula ósea, obstrucción arteriolar, obstrucción de drenaje venoso, lesión por radiación, lesión endotelial por vasculitis, hemorragia intramedular o alteraciones de la fibrinólisis6. La mayorı́a de las causas son complementarias y no excluyentes. Por lo tanto, serı́a más correcto considerarlo como un grupo de lesiones multifactoriales que llevan a un fallo mecánico de la cabeza del fémur. La anatomı́a vascular de la cabeza femoral, sobre todo el área de mayor carga, depende de las ramas terminales de la rama más profunda de la arteria circunfleja medial, que a su vez es rama de la femoral profunda7. La arteria epifisaria media, vı́a el ligamento redondo, irriga solo la zona perifoveal, y la arteria circunfleja lateral contribuye mı́nimamente. No existen arteriolas colaterales en las zonas de subcondrales, que además están separadas del resto de la circulación por el cartı́lago limitante8,9. Según Arlet et al., la necrosis casi siempre es debida a una obliteración múltiple de capilares arteriales intraóseos y más raramente está relacionada con la obliteración de grandes arterias extraóseas. Las vasculitis se encuentran en los factores etiológicos de la necrosis isquémica de la cabeza femoral. El mismo autor describe 2 casos de arteritis de gran vaso, otra que no especifica el tamaño del mismo y 2 casos de tromboangitis obliterante confirmadas histológicamente o mediante arteriografı́a en la que acontece una necrosis isquémica de cabeza femoral; cabe destacar que ninguna de ellas estaba en tratamiento con glucocorticoides10. Ası́ pues, la obliteración de pequeños vasos y la eventual trombosis de grandes arterias podrı́an constituir la base de las fracturas por necrosis isquémica relacionada con la tromboangitis obliterante. La necrosis isquémica de la cabeza femoral es rara en pacientes con esta enfermedad, siendo mucho más frecuente su aparición en aquellos con vasculitis de grandes vasos. Igualmente, es una complicación a tomar en cuenta en pacientes que presenten coxalgia y que tengan antecedentes de tromboangitis obliterante como enfermedad de base. Bibliografı́a 1. Olin JW. Thromboangiitis obliterans. N Engl J Med. 2000;343:864–9. 2. Shionoya S, Ban I, Nakata Y, Matsubara J, Hirai M, Kawai S. Involvement of the iliac artery in Buerger’s disease. J Cardiovasc Surg. 1978;19:69–76. 3. Mont M, Hungerford D. Non-traumatic avascular necrosis of the femoral head. J Bone Joint Surg Am. 1995;77:459–74. 4. Arlet J. Nontraumatic avascular necrosis of the femoral head. Past, present, and future. Clin Orthop Relat Res. 1992;277:12–21. 5. Puéchal X, Fiessinger J. Thromboangiitis obliterans or Buerger’s disease: challenges for the rheumatologist. Rheumatology (Oxford). 2007;46:192–9. 6. 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Yáñez Sillera,*, Juan Gonzalo Bernal Vargasa, Samantha Rodrı́guez Muguruzab y Alejandro Olivé Marquesb a Servicio de Cirugı´a Ortopédica y Traumatologı́a, Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Badalona, Barcelona, España b Servicio de Reumatologı´a, Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Badalona, Barcelona, España * Autor para correspondencia. Correo electrónico: drfedericoyanez@gmail.com (F.A. Yáñez Siller). http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2012.09.019 Esquistosomiasis urinaria: descripción de 8 casos Urinary schistosomiasis: description of 8 cases Sr. Editor: La esquistosomiasis es, después del paludismo, la segunda parasitosis mundial, afectando de 200 a 300 millones de personas y constituyendo uno de los principales problemas de salud en África1. Se ha constatado un aumento de su incidencia en España, fruto del incremento de la población inmigrante, en parte, procedente de zonas endémicas. A continuación, se describe la trayectoria clı́nica de los casos de esquistosomiasis urinaria tratados en el Servicio de Urologı́a de nuestro centro. Se revisaron las historias clı́nicas de los pacientes que acudieron a nuestro Servicio de Urgencias por hematuria macroscópica y/o sintomatologı́a del tramo urinario inferior (STUI) y confirmación histológica de esquistosomiasis vesical entre diciembre de 2001 y octubre de 2011. Las variables analizadas fueron: edad del paciente, antecedente epidemiológico compatible, hallazgos clı́nicos, analı́ticos y radiológicos, tratamiento médico-quirúrgico realizado y seguimiento a 2 años. Ocho pacientes cumplieron los criterios de inclusión, todos ellos varones procedentes de África subsahariana (50% procedentes de Mali), con una mediana de edad de 27,4 años. El 100% de los pacientes presentó previo contacto con aguas dulces contaminadas por el parásito. Siete pacientes manifestaron como sı́ntoma guı́a hematuria macroscópica y STUI de llenado. El 50% de los pacientes presentaron eosinofilia (16-20% eosinófilos) y discreta alteración de la función renal (1,2-2 mg/dl). La presencia de huevos de Stischosoma haematobium (S. haematobium) en el análisis en fresco de la orina se observó en 6 de los casos, y la respuesta inmunoespecı́fica fue positiva en todos en los que se documentó dicha prueba. La radiologı́a simple de abdomen presentó alteración compatible en un caso, con calcificación total de la pared vesical. El estudio mediante TC abdominopélvica halló patologı́a en el 100% de los casos, destacando la presencia de calcificación completa de la pared vesical y ureteral bilateral en uno de los pacientes (fig. 1). En todos los casos se realizó cistoscopia y toma de biopsias vesicales, ası́ como resección de las lesiones compatibles con tumoraciones, destacando la presencia de bilharziomas y parches arenosos. Figura 1. TC abdominopélvica que muestra calcificación completa de la pared vesical, incluyendo el trayecto intramural de ambos uréteres.</ce:figure