ABORDAJE SUPRAINFRATENTORIAL ORIGINAL Abordaje combinado suprainfratentorial presigmoideo en las lesiones de la región petrosa y clival S. Vega-Basulto, J. Casares-Delgado, S. Silva-Adán, J. Montejo-Montejo, J. Santana-Álvarez COMBINED SUPRA- AND INFRATENTORIAL PRESIGMOIDEO APPROACH FOR LESIONS OF THE PETROUS AND CLIVAL REGIONS Summary. Introduction. Petrous and petroclival lesions may be surgically treated with combinations of suprainfratentorial presigmoideo approach and microsurgical techniques. Objectives, To demonstrate the utility and to present our surgical experiences with this approach. Patients and methods. Thirteen patients with lesions of the clival, petrous region and of the cerebellopontine angle with extension toward the anterior portion of brainsteam were taken to the operative room. There were nine women and four men. Eleven were adults and two children. The main clinical manifestations were headache (100%), dysfunction of cranial nerves (90%), ataxia (90%) hemiparesis (75%). There was papiledema in 45%. Petroclival meningiomas and schwannomas were the more frequent lesions. There were three patients with intraxial brainsteam tumors and two arteriovenous malformations. There were not aneurysms. We performed nine retrolaberintic, three translaberintic and one transcochlear approach. Results. There was not severe incapacity, vegetative or dead patients. The surgical complications were facial nerve paresis (31%), cerebrospinal fluid leak (23%), decreased gag reflex (15%), abducens nerve paresis, hemiparesis and Claude Bernard Horner syndrome (8%). 50% of these complications disappeared three months later. Conclusions. The suprainfratentorial presigmoidal approach and their surgical variations could be utilized to obtaining a low morbimortality, in the treatment of different neoplasm and vascular diseases of the petrous and petroclival region. [REV NEUROL 2003; 37: 711-6] Key words. Cranial base tumors. Petrosectomy. Skull base surgery. Surgical approach. Transpetrous approach. INTRODUCCIÓN El abordaje suprainfratentorial presigmoideo (ASITPS) se ha utilizado en el tratamiento de las afecciones de la región petrosa y clival. Este abordaje proporciona una exposición amplia, desde la región del borde petroso superior hasta el agujero magno. Las estructuras neurales vitales y la vasculatura del tronco cerebral (TC) se pueden visualizar y proteger durante el tratamiento quirúrgico de las disímiles lesiones de esta localización. La extensa disección del hueso temporal permite el desempeño quirúrgico con una mínima retracción del lóbulo temporal y del cerebelo [1]. Malis [2], el primero que popularizó la combinación de estos abordajes, mezcló el abordaje suboccipital y el subtemporal, realizó la ligadura del seno lateral en un punto situado entre la vena de Labbé por detrás y la unión del seno petroso y el sigmoideo por delante, y, con esa maniobra, mantuvo en función esa importante vena de drenaje. Después de ligar el seno lateral, dividió el tentorio a todo lo largo del ápex petroso, lo que permitió elevar el lóbulo temporal y el cerebelo y exponer elclivus hasta el agujero magno. House y Hitselberger [3] modificaron la técnica antes descrita y le incluyeron el abordaje transcoclear, que extiende la exposición translaberíntica del hueso petroso hasta el ángulo pontocerebeloso (APC). Morrison y Kin [4] describieron el abordaje translaberínticotranstemporal, que reseca el hueso petroso, para exponer el APC hacia la fosa media. Bochenek y Kukwa [5] extendieron la resección del hueso petroso en la porción lateral hasta el plano del seno sigmoideo y en lo medial hasta el canal semicircular lateral, de forma que se Recibido: 27.03.03. Recibido en versión revisada: 16.07.03. Aceptado:23.07.03. ServiciodeNeurocirugía.HospitalManuelAscunceDoménech.Camagüey,Cuba. Correspondencia: Dr. Sergio Diego Vega Basulto. Domingo Puentes, 5, entre San Joaquín y Carretera Central. La Caridad. Camagüey 70300. Cuba. E- mail: svega@finlay.cmw.sld.cu. puede seccionar el tentorio sin necesidad de escindir el seno petroso superior. Fisch [6], en 1977, describió por primera vez el abordaje infratemporal que combina una petrosectomía posteroinferior parcial con un abordaje cervicofacial y en el que el agujero yugular se expone por vía infratemporal. Pellet et al [7] utilizaron la combinación del abordaje transcoclear de House y Hitselberg [3] y el infratemporal de Fish [6], para crear el amplio abordaje transcoclear, que permite resecar en un sólo tiempo tumores que se extienden desde la fosa posterior hasta la región infratemporal. Speltzler et al [1] han descrito tres variantes del abordaje combinado suprainfratentorial: el retrolaberíntico, el translaberíntico y el transcoclear. En ellos,el abordaje puede llegar por delante hasta la porción horizontal de la carótida y el sifón. El seno lateral se preserva si se realiza una incisión dural similar a la descrita por Samii et al [8] y Al-Mefty et al [9]. Esta incisión tiene forma de arco paralelo a la base craneal y al seno sigmoideo. La base del lóbulo temporal, el tentorio y el seno sigmoideo se elevan juntos con el lóbulo temporal, sin riesgo de dañar la vena de Labbé. La indicación de cada una de las variantes particulares del abordaje combinado depende de las características de cada lesión, del estado funcional de los nervios coclear, facial y vestibular, así como de la cantidad de hueso temporal que debe resecarse para la exposición adecuada con el mínimo de retracción. El sacrificio del seno sigmoideo no es obligatorio, sino opcional; pero varios autores [10-12] consideran que esta maniobra permite una elevación adicional del lóbulo temporal, sin sacrificar la vena de Labbé, y no determina un riesgo adicional. Las intenciones de nuestro trabajo fueron demostrar la utilidad de este tipo de abordaje y presentar nuestras experiencias con su utilización. PACIENTES Y MÉTODOS 2003, REVISTA DE NEUROLOGÍA Desde abril de 1998 hasta octubre del 2002, 13 pacientes con lesiones de la región clival, petrosa y del APC con extensión hacia la porción anterior del REV NEUROL 2003; 37 (8): 711-716 711 S. VEGA-BASULTO, ET AL Figura 1. Esquema de la localización de las trepanaciones craneales y la craneotomía en el abordaje suprainfratentorial presigmoideo. tronco, se llevaron al quirófano para un abordaje suprainfratentorial combinado presigmoideo. Hubo nueve mujeres y cuatro hombres; 11 eran adultos y dos niños. El promedio de edad en adultos fue de 43 años, y en los niños, 11 años. El paciente de mayor edad tenía 63 años y el menor 9. Las principales manifestaciones clínicas fueron la cefalea (100%), la disfunción de nervios craneales (90%), la ataxia (90%) y los déficit motores (75%). Hubo papiledema en el 45% de los pacientes. Los meningiomas petroclivales y los schwannomas fueron las lesiones más frecuentes (Tabla I). Hubo tres pacientes con neoplasias intraaxiales de TC con crecimiento exofítico focal y dos malformaciones arteriovenosas. No hubo lesiones aneurismáticas. Técnica quirúrgica El equipo quirúrgico se constituyó con neurocirujanos y un otólogo con experiencia en abordajes transmastoideos-transcocleares. Los pacientes se colocaron en posición supina, con la cabeza rotada hacia el lado contrario y paralela al piso del quirófano, con ligera inclinación hacia abajo, de forma que la gravedad ayudara a separar el lóbulo temporal de la base craneal. La cabeza se mantuvo fija con la ayuda del soporte craneal de Sugita y se utilizaron almohadillas en los hombros para evitar lesiones de la columna cervical o de las estructuras neurovasculares del cuello y de los miembros superiores. La incisión de piel comenzó un centímetro por delante de la oreja, del cigoma, y se extendió en forma de arco por encima del pabellón auricular, para descender por detrás de la mastoides y paralela a ésta, para exponer toda la región occipital homolateral y permitir un abordaje suboccipital lateral máximo. El cuero cabelludo se desplazó hacia abajo con ganchos especiales o con puntos de tracción, y se expuso la región lateral del cráneo. La hemostasia de las partes blandas se realizó con clips de Raney y la musculatura temporal y occipital se seccionó con electrocauterio y se mantuvo separada del hueso con retractores autoestáticos. Se necesitaba que quedara bien expuesto el cigoma, la región temporobasal, el conducto auditivo externo, la apófisis mastoides y la porción occipital lateral. 712 Figura 2. Después de la craneotomía suprainfratentorial y resección petrosa posterior, queda expuesta la duramadre en la porción presigmoidea del triángulo de Trautman. La duramadre temporal se incinde paralela al seno transverso y a la fosa temporal. El lóbulo temporal se eleva y se observa la porción anterolateral del tentorio. La duramadre presigmoidea se incinde. El seno petroso superior se liga y el tentorio se secciona hasta su borde libre. Quedan expuestos el tronco cerebral, su vasculatura y los nervios craneales. Se realizó una craneotomía combinada suprainfratentorial con seis trepanaciones (Fig. 1). Se prestó especial cuidado y atención a las maniobras de despegado de la duramadre del hueso en la zona de proyección del seno lateral y transverso, para poder seccionar estos dos puentes óseos con el craneótomo y exponer ambas estructura venosas sin lesionarlas. Esta maniobra fue efectiva en todos nuestros pacientes; pero estuvimos preparados para practicar la resección (destechar) de ese segmento óseo rectangular con la fresa si el método anterior no fuera efectivo. La exposición de todo el seno sigmoideo hasta el golfo de la yugular se completó con la fresa de alta velocidad y, a continuación, se realizó una petrosectomía posterior con ese instrumento. El objetivo de esta resección ósea fue ganar espacio suficiente en el área presigmoidea, desde el seno petroso superior hasta el bulbo yugular. El ligero sangrado de los senos venosos o del bulbo yugular se controló fácilmente con la compresión suave de ese punto con algodón prensado y gelfoam o con suturas superficiales en forma de ‘U’, que aplican suavemente el gelfoam o el surgicel sobre el área. Se fue muy paciente durante las maniobras de hemostasia de los vasos y senos durales. Se cuidó de no lesionar los conductos semicirculares en los pacientes con audición conservada, en especial el semicircular posterior, el más cercano al área de trabajo. En los casos que se causó algún daño a esta estructura durante la petrosectomía, se selló inmediatamente con cera para hueso. Una vez completado el tiempo extradural de resección ósea, quedaron expuestos el seno lateral, el bulbo de la yugular y el seno petroso superior (Fig. 2). La incisión dural se hizo paralela a la base del lóbulo temporal y al seno sigmoides y atravesó el triángulo de Trautman. Hubo que ligar el seno petroso superior con un material de sutura de poco grosor o seccionarlo después de colocar dos clips hemostáticos. El lóbulo temporal se elevó cuidadosamente, después de protegerlo con algodones prensados, y el tentorio se seccionó paralelamente al peñasco, sin REV NEUROL 2003; 37 (8): 711-716 ABORDAJE SUPRAINFRATENTORIAL Tabla I. Lesiones intracraneales de los pacientes en los que se realizó abordaje combinado suprainfratentorial presigmoideo. Número de pacientes Meningiomas petroclivales 3 Schwannomas gigantes 3 Tumores de tronco cerebral 3 Malformaciones arteriovenosas 2 Plasmocitoma del peñasco 1 Tumor del glomo yugular 1 Total 13 Tabla II. Complicaciones de la vía suprainfratentorial presigmoidea. Al alta A los tres meses Paresia facial periférica 4 3 Fístula de líquido cefalorraquídeo 3 – Disminución del reflejo de deglución 2 1 Parálisis del nervio abducens 1 – Hemiparesia 1 1 Figura 3. Estudio de tomografía computarizada de la fosa posterior. Se observa un schwannoma gigante del ángulo pontocerebeloso con extensión anterior. Corresponde a uno de los casos de nuestra serie. Síndrome de Claude Bernard Horner 1 1 dañar el nervio troclear. La suma de la incisión dural de la convexidad externa y su prolongación en el tentorio recordó la forma de una percha reclinada sobre el peñasco. Antes de terminar la sección del tentorio, se prestó atención adicional a un seno venoso incluido en su borde libre. Colocamos dos clips hemostáticos en ese borde, a ambos lados de la superficie de corte, lo cual evita el sangrado innecesario, las pérdidas hemáticas y el agotamiento del cirujano. El procedimiento sobre la afección en cuestión varió de acuerdo a sus características y extensión. La localización y complejidad de la apertura dural en estos pacientes precisó un cierre dural hermético final con injertos de fascia o aponeurosis epicraneal. El colgajo óseo se recolocó y fijó con suturas no reabsorbibles. La herida quirúrgica se cerró por capas. Realizamos punciones diarias del espacio subaracnoideo lumbar los tres o cuatro primeros días del posoperatorio, para evitar las fístulas de líquido cefalorraquídeo (LCR). El otólogo intervino directamente durante el tiempo de fresado, cuando se requirió un trabajo más extenso sobre el hueso temporal. Utilizó un equipo de alta velocidad e irrigación-succión continua, lo que evita el calentamiento del hueso y de las estructuras neurovasculares incluidas en él. Nosotros no ligamos ni seccionamos nunca el seno sigmoideo en estos pacientes. Esta maniobra requiere estudios angiográficos previos que confirmen la viabilidad del seno sigmoideo contralateral y de la confluencia de ambos [12]. En nuestra serie no se establecieron criterios rígidos de selección de una u otra de las variantes del ASITPS propuestas por Spetzler et al [1]. Se seleccionó el más adecuado y el menos laborioso para cada paciente y cada enfermedad. Si la audición estaba preservada, se realizaba un abordaje retrolaberíntico. El otólogo pudo esqueletizar con la fresa los conductos semicirculares superiores y posterior y, con esa maniobra, se logró exponer una extensa área de la duramadre. Cuando se requirió una mayor exposición, se utilizó el abordaje translaberíntico, que sacrificó la audición porque se resecaron completamente los tres conductos semicirculares y la mitad posterior del conducto auditivo interno. Esta maniobra incluyó un afinamiento de todo el peñasco, pero sin movilizar el nervio facial. El abordaje transcoclear se usó para las lesiones que requirieron una máxima exposición y un ángulo de visión directa del clivus.El nervio facial se movilizó de su canal en el hueso temporal y se resecó la porción ósea medial que rodea el segmento horizontal de la carótida. Se puso mucho cuidado en no dañar los nervios craneales glosofaríngeo, vago y espinal. El estudio tomográfico computarizado de cráneo y las reconstrucciones multiplanares ayudaron a seleccionar con más exactitud cada variante del abordaje transpetroso [1]. REV NEUROL 2003; 37 (8): 711-716 RESULTADOS Realizamos 13 abordajes suprainfratentoriales presigmoideos: nueve retrolaberínticos, tres translaberínticos y uno transcoclear. El principal motivo de estos abordajes fue la presencia de lesiones neoplásicas, tales como meningiomas petroclivales, schwannomas del APC y tumores de TC (69%) (Tabla I). Los meningiomas petroclivales se encontraban en el tercio medio delclivus, y se logró la exéresis total en uno de ellos. En los dos restantes, la exéresis fue parcial. Uno tenía un gran componente angioblástico e involucraba la arteria basilar. Otro falleció dos años después de la intervención quirúrgica producto de una neumonía por broncoaspiración, como consecuencia de la recidiva de la lesión tumoral y la afectación de nervios craneales bajos. El fallecimiento no tuvo relación con la morbilidad postoperatoria. Los schwannomas seleccionados para utilizar este abordaje se encontraban en la región del APC, eran mayores de 4 cm, tenían crecimiento en la porción anterior del tronco o se extendían hasta el tentorio o por encima de él. En todos ellos se logró una exéresis total y no se han presentado recidivas. La morbilidad posoperatoria de estos pacientes fue baja, si se tiene en cuenta el volumen de las lesiones (Fig. 3). Hubo un incremento ligero de la disfunción del nervio facial en dos pacientes, trastorno de la fonación y deglución en dos y fístula de LCR en uno. Estas últimas tres complicaciones fueron transitorias. Los tumores de TC eran lesiones circunscritas a la región protuberancial con crecimiento exofítico hacia la región del APC y petroclival. Dos tenían astrocitomas de baja malignidad y otro tenía un neurocitoma central. En segundo orden de frecuencia, estuvieron las afecciones vasculares. Un paciente tenía una malformación arteriovenosa localizada en el APC y otro 713 S. VEGA-BASULTO, ET AL paciente una fístula dural con drenaje venoso al seno sigmoideo. Ambos se intervinieron y las lesiones se resecaron totalmente por este abordaje. Las complicaciones quirúrgicas de nuestra serie al alta y a los tres meses (Tabla II) fueron la paresia facial periférica (31%), la fístula de LCR (23%), la reducción del reflejo de deglución (15%), la paresia del nervio abducens (8%), la hemiparesia y el síndrome de Claude Bernard Horner (8%). El 50% de estas complicaciones o déficit desapareció pasados tres meses de la intervención quirúrgica. El 25% de las paresias del nervio facial regresó completamente, y las otras mejoraron de forma parcial. No hubo parálisis faciales totales. Todas las fístulas de LCR se resolvieron con un tratamiento conservador. Las lesiones de otros nervios craneales fueron transitorias; no así, la afectación de la vía piramidal o del simpático cervical. No hubo pacientes gravemente incapacitados, vegetativos o fallecidos. En los pacientes con neoformaciones malignas, como astrocitomas y plasmocitomas, utilizamos radioterapia posoperatoria. DISCUSIÓN El ASITPS ofrece una visión multidireccional del proceso patógeno a través del área del triángulo de Trautman y el laberinto. Las mayores ventajas son la corta distancia de trabajo hasta elclivus (3 cm), los diversos ángulos de visión, el acceso sin retracción cerebral o cerebelosa y la visualización de todos los nervios craneales desde el III al XII y de las principales arterias de la circulación posterior. La principal desventaja está en las limitaciones propias de cada variante anatómica [1,12-14]. En las series de Spetzler et al [1], Robinson et al [13] y en la nuestra, predominaron los abordajes retrolaberínticos. Antes de la era microneuroquirúrgica y los actuales abordajes a la base craneal, la mortalidad operatoria de los meningiomas petroclivales era del 50% [15,16]. Actualmente, ha descendido al 11% en la serie de Mayberg y Symon [17] y al 9% en la de AlMefty y Smith [18]. Nosotros intervenimos tres pacientes con meningiomas petroclivales y no tuvimos ningún fallecido por causa operatoria. Hubo disfunción posoperatoria de losnervios craneales en todos estos pacientes; pero más del 50% de estos problemas desaparecieron varios meses después de la intervención, lo cual coincide con lo señalado por Al-Mefty y Smith [18], Samii y Tatagiba [19] y Sekhar et al [20] en series más numerosas. Desde luego, la evolución de estos déficit no es similar, y unos tienen mayor recuperación que otros. David y Spetzler [15] han propuesto un esquema muy útil para seleccionar el abordaje adecuado para cada localización del meningioma petroclival. Clasifican las lesiones en superiores, medias e inferiores. Los meningiomas petroclivales superiores involucran el ápex del peñasco y el seno cavernoso y se abordan mejor por una vía orbitocigomática o abordaje de Kawase et al [21,22]. Los meningiomas petroclivales mediales involucran la región desde el conducto auditivo interno hasta el agujero yugular y se abordan mejor por una vía transpetrosa. Los meningiomas petroclivales inferiores alcanzan el agujero magno y se tratan a través del abordaje suboccipital extralateral o del transcondíleo [15]. La localización de nuestros tres meningiomas petroclivales y sus relaciones estrechas con el tronco basilar nos hicieron seleccionar el abordaje transpetroso en todos. David y Spetzler [15] y Couldwell et al [23] consideran al abordaje transpetroso como excelente en todos estos meningiomas. Abdel Aziz et al [24] utilizan una clasificación similar a la de David y Spetzler [15], pero con una terminología distinta, donde la zona I es el tercio superior, la zona II el tercio medio y la zona III el tercio inferior delclivus, y sugieren los mismos abordajes. En 19 meningiomas petroclivales de la zona II utilizaron el ASITPS, con excelentes resultados: 714 hubo un 37% de nuevos déficit, que se redujo a un 17% a los seis meses de operados, y la mortalidad fue nula. Consideraron con un mayor valor predictivo posoperatorio la combinación de dos parámetros: la suma del grado de resección tumoral más el grado de reexpansión posoperatoria del TC [24]. Sus resultados son muy similares a los nuestros, pero nuestra casuística es menor. La vía suboccipital retrosigmoidea y la vía translaberíntica de House se han convertido en los métodos de elección para tratar los schwannomas del APC; pero Gormley et al [25] consideran que en tumores grandes y gigantes del APC está indicado el abordaje transpetroso, porque así se logra una mejor visualización del tumor y de dos de sus relaciones anatómicas más importantes: la interfase tumor-TC y las relaciones con el nervio facial. Nosotros utilizamos el ASITPS en tres pacientes con schwannomas del APC, mayores de 4 cm, con extensión por delante del TC y por encima hasta el tentorio, y logramos la exéresis total de la lesión con muy baja morbilidad. Megerian et al [26], en una serie de cuatro schwannomas, aplicaron el mismo procedimiento y obtuvieron los mismos resultados. Una de nuestras pacientes tenía 11 años, evolucionó satisfactoriamente y se reincorporó a su vida normal. No observamos fístulas de LCR posoperatorio ni parálisis faciales periféricas permanentes, porque este abordaje permitió un cierre dural aceptable y una visualización precoz y adecuada del séptimo nervio craneal. Los tumores de TC aparecen en niños, adolescentes o adultos jóvenes. Según Hoffman et al [27], representan el 28,7% de todos los tumores infratentoriales, la mayoría se originan en la protuberancia y producen agrandamiento del TC por infiltración de estas estructuras o por crecimiento exofítico o nodular. Pool [28] fue el primero en sugerir el tratamiento quirúrgico de algunas de estas lesiones, basado en dos características: el tumor debe alcanzar la superficie del TC y tener un crecimiento focal o circunscrito. La selección de una ruta quirúrgica debe basarse en la localización del tumor. Pierre-Kahn et al [29], en una serie de 75 pacientes, utilizaron el abordaje a través del IV ventrículo en 70, mientras que en cinco emplearon el ASITPS combinado. Estas cinco lesiones ocupaban el APC. Nosotros utilizamos también la vía combinada presigmoidea en tres pacientes con tumores de TC con crecimiento focal o circunscrito hacia el APC. No hubo mortalidad posoperatoria, y la morbilidad fue relativamente baja. Dos tenían astrocitomas de baja malignidad y el tercero un neurocitoma central, un tipo de neoplasia poco frecuente, descrita por primera vez por Hassoun et al [30] en adultos jóvenes y estudiada exhaustivamente por Charest et al [31]. Las malformaciones arteriovenosas y durales de la fosa posterior tienen una tendencia considerable al sangrado. Representan el 10% de todas las malformaciones de este tipo y son poco frecuentes en el APC [32]. Nosotros utilizamos el abordaje combinado presigmoideo en una malformación arteriovenosa y en una fístula dural [33] de esta región, que determinaron sangrados intracraneales graves y no pudieron tratarse definitivamente por métodos endovasculares. La mayoría de los tumores del glomo yugular se originan dentro del hueso petroso. Aparecen como consecuencia de la transformación neoplásica de los cuerpos yugulares paragangliónicos [34]. La proximidad de la base craneal y de los nervios craneales bajos determina complicaciones quirúrgicas en el tratamiento de estas lesiones. Whitfield et al [35] recomiendan el tratamiento quirúrgico directo cuando son tumores voluminosos y proponen el ASITPS en los tumores del glomo yugular Fisch C y D [36], separan el músculo esternocleidomastoideo de la mastoides, desplazan el nervio facial y resecan la yugular interna REV NEUROL 2003; 37 (8): 711-716 ABORDAJE SUPRAINFRATENTORIAL infiltrada y ocupada. Nosotros, al igual que otros autores, como Sen et al [37], Gstoettner et al [38] y Katsuta et al [39], utilizamos este abordaje con buenos resultados en una paciente con tumor del glomo yugular de tipo D de Fisch. Aunque las lesiones del agujero yugular más frecuentes son los tumores del glomo, se han descrito otras neoplasias en esa localización: schwannomas, meningiomas, carcinomas, sarcomas, metástasis, plasmocitomas, hemangiopericitomas, quistes dermoides, quistes epidermoides y cordomas [1,40]. Los tumores de células plasmáticas (plasmocitomas) pueden localizarse en la bóveda, la base craneal y las meninges. Schwartz et al [40], en una serie de nueve pacientes con esta afección, encontraron cuatro en la región petroclival y sugirieron como terapéutica óptima la resección completa de la lesión por una vía combinada suprainfratentorial presigmoidea, seguida de radioterapia con 5.000 cGy. Nosotros intervenimos quirúrgicamente a un paciente con un plasmocitoma voluminoso y vascularizado del peñasco, que tenía un aspecto muy similar a un tumor del glomo, tanto en la tomografía como en la intervención quirúrgica. Miyachi et al [41] y Megeriam et al [42] han comunicado también esta misma similitud; observaron destrucción ósea del peñasco y del hueso occipital hasta el agujero yugular y consideran que la biopsia es la única forma de confirmar el diagnóstico. Algunos autores, como Kawase et al [43], Lawton et al [44], Kato et al [45] y Tanabe et al [46], han obtenido buenos resultados con el abordaje combinado en el tratamiento quirúrgico de los aneurismas localizados en el tercio medio del tronco basilar y utilizan el estudio tomográfico para calcular el grado de resección petrosa y la distancia hasta el saco aneurismático. Kawase et al [43] le atribuyen una mayor utilidad a esta vía en los aneurismas localizados por encima del conducto auditivo interno o en los que se proyectan hacia atrás. Kato et al [45] aplican, además, la hipotermia, los barbitúricos y la parada cardíaca durante el clipaje. Lawton et al [44] reservan estos procedimientos auxiliares para los aneurismas grandes o gigantes de la porción más alta de la arteria basilar. Todos estos autores [43-46] han observado lesiones posoperatorias de los nervioscraneales bajos y fenómenos isquémicos del troncoencéfalo por daño de los vasos de suplencia Estas complicaciones vasculares se han observado también en la cirugía de los meningiomas petroclivales cuando involucran la arteria basilar [47-49]. El ASITPS y sus variantes quirúrgicas resultan de mucha utilidad en el tratamiento quirúrgico de enfermedades tumorales y vasculares localizadas en el clivus, el hueso petroso, el APC y las áreas adyacentes, por lo que debe tenerse en cuenta a la hora de seleccionar la vía de abordaje. Esta técnica tiene numerosas ventajas que permiten una excelente exposición de las lesiones y las estructuras adyacentes, con una retracción mínima, muy buena visión en distintos ángulos y pocas complicaciones. Se obtiene un promedio de morbimortalidad posoperatoria aceptable y su versatilidad permite adaptarla a disímiles enfermedades, tal y como evidencia este trabajo. BIBLIOGRAFÍA 1. Spetzler RF, Daspit PD, Pappas CTE. The combined supra-and infrat18. Al-Mefty O, Smith RR. Clival and petroclival meningiomas. In Alentorial approach for lesions of the petrous and clival regions: experiMefty O, ed. Meningiomas. New York: Raven Press; 1991. p. 517-37. ence with 46 cases. J Neurosurg 1992; 76: 588-99. 19. Samii M, Tatagiba M. Experience with 36 cases of petroclival menin2. Malis LI. Surgical resection of tumours of the skull base. Vol 1. In giomas. Acta Neurochir (Wien) 1992; 118: 27-32. Wilkins RH, Renganchary SS, eds. Neurosurgery. New York: McGraw20. Sekhar LN, Wright DC, Richardson R, Monacci W. Petroclival and Hill; 1985. p. 1011-21. foramen magnum meningiomas. Surgical approaches and pitfalls. J 3. House WF, Hitselberger WE. 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Neurosurgery 2002; 51: 708-15. ABORDAJE COMBINADO SUPRAINFRATENTORIAL PRESIGMOIDEO EN LAS LESIONES DE LA REGIÓN PETROSA Y CLIVAL Resumen. Introducción. Las lesiones de la región petrosa y clival pueden intervenirse quirúrgicamente con la combinación del abordaje suprainfratentorial presigmoideo (ASITPS) y de las actuales técnicas microquirúrgicas. Objetivos. Demostrar la utilidad y presentar nuestras experiencias con este abordaje. Pacientes y métodos. Se llevaron al quirófano 13 pacientes con lesiones de la región clival, petrosa y del ángulo pontocerebeloso con extensión hacia la porción anterior del tronco. Hubo nueve mujeres y cuatro hombres; 11 eran adultos y dos niños. Las principales manifestaciones clínicas fueron la cefalea (100%), la disfunción de nervios craneales (90%), la ataxia (90%) y los déficit motores (75%). Hubo papiledema en el 45%. Los meningiomas petroclivales y los schwannomas fueron las lesiones más frecuentes. Hubo tres pacientes con neoplasias intraaxiales de tronco cerebral y dos malformaciones arteriovenosas. No hubo lesiones aneurismáticas. Realizamos nueve abordajes retrolaberínticos, tres translaberínticos y uno transcoclear. Resultados. No hubo pacientes gravemente incapacitados, vegetativos o fallecidos. Las complicaciones quirúrgicas fueron paresia facial periférica (31%), fístula de LCR (23%), reducción del reflejo de deglución (15%), paresia del nervio abducens (8%), hemiparesia y síndrome de Claude Bernard Horner (8%). El 50% de estas complicaciones desaparecieron en menos de tres meses. Conclusiones. El ASITPS y sus variantes quirúrgicas pueden utilizarse en el tratamiento quirúrgico de enfermedades tumorales y vasculares diversas de esa región y obtener una morbimortalidad baja. [REV NEUROL 2003; 37: 711-6] Palabras clave. Abordajes quirúrgicos. Abordaje transpetroso. Cirugía de la base craneal. Petrosectomía. Tumores de la base craneal. ABORDAGEM COMBINADA SUPRA E INFRA-TENTORIAL PRÉ-SIGMOIDEIA NAS LESÕES DA REGIÃO PETROSA E CLIVAL Resumo. Introdução. As lesões da região petrosa e clival podem ser objectivo da intervenção cirúrgica com o uso combinado da abordagem infra-tentorial pré-signoideia (ASITPS) e das actuais técnicas microcirúrgicas. Objectivos. Demonstrar a utilidade e apresentar as nossas experiências com esta abordagem. Doentes e métodos. Foram operados 13 doentes com lesões da região clival, petrosa e do ângulo pontocerebeloso com extensão até à porção anterior do tronco. Nove eram mulheres e quatro eram homens. 11 adultos e duas crianças. As principais manifestações clínicas foram a cefaleia (100%), a disfunção dos nervos cranianos (90%), a ataxia (90%) e os défices motores (75%). Houve papiledema em 45%. Os meningiomas petroclivais e os schwannomas foram as lesões mais frequentes. Houveram três doentes com neoplasias intra-axiais do tronco cerebral e duas malformações arteriovenosas. Não se verificaram lesões aneurismáticas. Realizámos nove abordagens retrolabirínticas, três translabirínticas e uma transcoclear. Resultados. Não se verificou doentes gravemente incapacitados, vegetativos ou falecidos. As complicações cirúrgicas foram a paresia facial periférica (31%), a fístula de LCR (23%), a redução do reflexo da deglutição (15%), a paresia do nervo abdutor (8%), hemiparesia e síndroma de Claude Bernard Horner (8%). 50% destas complicações desapareceram antes dos três meses. Conclusões. O ASITPS e as suas variantes cirúrgicas podem realizar-se no tratamento cirúrgico das diversas doenças tumorais e vasculares dessa região com obtenção de morbilidade e mortalidade baixa. [REV NEUROL 2003; 37: 711-6] Palavras chave. Abordagem transpetrosa. Abordagens cirúrgicas. Cirurgia da base do crânio. Petrosectomia. Tumores da base craniana. 716 REV NEUROL 2003; 37 (8): 711-716