LA BELLA DURMIENTE (Insomnio) Reinaldo Jiménez Ya estaba dormida la Bella Durmiente. Ya estaba dormida pero de repente: ‐ Papá, trae más ropa, que no estoy caliente. El rey la ha arropado dulce, dulcemente. Se ha vuelto a dormir la Bella Durmiente. Y ha pasado un rato, pero de repente: ‐ Cerrad la ventana, que hay mucha corriente. Y acude la reina diligentemente para que se duerma la Bella Durmiente. Y ha pasado un rato, pero de repente: ‐ Quitadme una mosca que tengo en la frente. Y a espantarla fueron muy rápidamente para que durmiera la Bella Durmiente. Y ha pasado un rato, pero de repente: ‐ Cantadme una nana, traed caldo caliente. Cantando y con caldo fue el mejor sirviente a ver si dormía la Bella Durmiente. Y ha pasado un rato, pero de repente: ‐ Traedme ovejitas para que las cuente. Y de todo el reino muy pacientemente llegaron rebaños hasta la durmiente. Casi se dormía, pero de repente, otra vez se oyó la Bella Durmiente: ‐ ¿Cuánto está tardando el Príncipe Valiente? Entonces un hada le habló a la durmiente: ‐ Como no dormías, niña repelente, se cambió de cuento el Príncipe Valiente.