RASGOS DE LA ESPIRITUALIDAD DE SANTA MARÍA MAZZARELLO

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ASOCIACION DE SALESIANOS COOPERADORES
Provincia “María Auxiliadora” de Sevilla
Consejo Provincial-Vocalía de Formación
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RASGOS DE LA ESPIRITUALIDAD
DE
SANTA MARÍA MAZZARELLO
0. Indicaciones metodológicas:
Se propone iniciar el tema partiendo de la oración propuesta.
1. ORACIÓN:
MARÍA MAZZARELO EXPRESIÓN DEL AMOR DE DIOS
 Ambientación:
Contemplamos la santidad de María Mazzarello. Una
santidad que se concretó en fidelidad solícita, bondad paciente,
humildad sincera, pobreza rica en obras, obediencia vivida con
alegría y plena confianza en Dios.
Con ella y con la primera comunidad de Mornese, pedimos al
Padre que siga prolongando hoy, en la Iglesia, su proyecto de
santidad que consiste en:
o Amar a los jóvenes como testimonio diario del amor del Padre.
o Fidelidad a la labor educativa para ofrecer a los jóvenes un signo del amor inmenso de Dios.
o Constancia en buscar a Dios y servir a la Iglesia, para responder con alegría a la llamada del Señor.
Este es también nuestro modo concreto de vivir la santidad. Es el regalo que el mismo Espíritu
nos da y que acogemos con gozo y responsabilidad.
 Canto: Te alabo Señor.
 MONICIÓN A LA PALABRA DE DIOS
La experiencia concreta del amor de Dios da un aspecto nuevo a la vida: la colma de gratitud, de
misericordia y de perdón. Las palabras que Pablo dirige a la comunidad de los Colosenses fue
experiencia en M. Mazzarello.
1  PALABRA DE DIOS: Col. 3, 12-17.
"Hermanos: como pueblo elegido y amado, sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la
bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando
alguno tenga queja contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo
actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.
Y celebrad la acción de gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza;
enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente, cantad a Dios, dadle gracias de
corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la acción de
gracias a Dios Padre, por medio de él."
 TIEMPO DE INTERIORIZACIÓN (reflexión personal)
María Mazzarello no ha dejado una enseñanza sobre la cual se pudiese discutir doctamente. Sin
embargo desde sus cartas se transparenta una espiritualidad que hoy tiene algo que decirnos. Es una
espiritualidad sencilla que habita en una persona que se ha hecho sencilla y clara a través del encuentro con
Jesús.
Aparece en las cartas de Santa María Mazzarello un gran amor por Dios, por Jesús, por la Virgen María
y por los otros. Este amor lo han percibido las hermanas; por ello han tenido gran confianza en ella. Hoy
corremos el riesgo de escribir e indagar doctamente sobre la espiritualidad. La espiritualidad de María es
espiritualidad vivida. Y es sencilla porque surge de un corazón sencillo. El corazón sencillo se hace uno con
Dios. Y porque se hace uno, conoce sólo al uno: Dios, el verdadero fundamento de la vida. El corazón sencillo
no tiene segundas intenciones: no quiere infundir respeto, no entiende servirse de Dios, sino que se entrega
totalmente a Él. Jesús habla del ojo sencillo y puro. “Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará iluminado” (Lc
11,34). El ojo sencillo ve las cosas como son, ve sobre todo en la luz de Dios. María no habla de teología
mística. Pero la sencillez del corazón demuestra que ella ha experimentado a Dios y que nada de esto que es
humano le es extraño. Por eso puede hablar con amabilidad de las debilidades humanas, sin indignarse. Para
María Mazzarello todo es natural: el amor de Dios, pero también las debilidades humanas. Quien en su corazón
y en su mirada es sencillo, con frecuencia ve a las personas en su verdadero ser. La sencillez del corazón se
capta en María también en el hecho de que ella busca sólo una cosa: amar a Jesús, gozar de su amor y hacer
felices a aquellos que le son confiados. Leyendo las cartas de María Mazzarello, uno de los mensajes más
importantes es éste: “Hazte sencilla, ¡Confía en el amor! No es tan complicado como tú piensas. Ama
simplemente y está alegre. En nuestro mundo complicado, el mensaje que hoy la Santa nos regala, puede ser
éste: Trata de elevar tu corazón y todo lo que hay en él, a la comunión con Dios. Verás cómo todo se hace
sencillo y claro.
 Canto: Ubi caritas et amor, ubi caritas, Deus ibi est. (bis)
 TIEMPO DE COMPARTIR: podemos ahora de modo familiar y espontáneo hablar de M
Mazzarello... lo que más nos llega, la experiencia que tenemos de ella, lo que más nos interpela...
 PADRE NUESTRO
 ORACIÓN: Santa María Mazzarello, tú que creaste en Mornese "la casa del amor de Dios",
ayúdanos a anunciar con la vida el gozo de la resurrección y a construir comunidades ricas de
interioridad y esperanza, donde los jóvenes se sientan acogidos, y donde la vida de cada día, vivida en
la caridad activa y en la sencillez gozosa, continúe el "Magníficat" de María. Amén
2 TEMA:
ESPIRITUALIDAD DE SANTA MARÍA MAZZARELLO
BREVES RASGOS BIOGRÁFICOS
María Dominga Mazzarello nació en Mornese, pequeño pueblo del norte de Italia, en el
Piamonte, el 9 de mayo de 1837. La mayor de siete hermanos, de una familia profundamente cristiana.
De adolescente ayudó a su padre, José, en las labores de los viñedos, demostrando gran energía para el
trabajo. Después de una larga enfermedad disminuyeron sus fuerzas físicas y, con su amiga Petronila,
aprendieron el arte de la costura y confección para poder recoger a las niñas del pueblo y enseñarles, a
la vez que la costura, el amar al Señor y la vivencia de los sacramentos de la Penitencia y de la
Eucaristía.
Era una joven emprendedora y creativa. Participó con otras jóvenes del pueblo en la Asociación
de las Hijas de la Inmaculada que creó, con ellas, el celoso párroco Don Domingo Pestarino que se
encargó personalmente de su formación. La finalidad de la Asociación era la pastoral con las niñas y
jóvenes del pueblo y el ejercicio de la caridad.
Realizó con las niñas del pueblo una obra análoga a la del Oratorio que Don Bosco había
creado en Turín para los muchachos, sin conocer todavía a Don Bosco. El encuentro se produjo en
octubre de 1864, cuando Don Bosco visitó el pueblo de Mornese invitado por el párroco. Este
encuentro fue decisivo para la creación del nuevo Instituto de las Hijas de María Auxiliadora que la
misma Virgen, María Auxiliadora, en sueños, había pedido expresamente a Don Bosco que fundara
para las niñas.
En 1872 hizo María Mazzarello sus primeros votos religiosos en Mornese, junto a otras
compañeras. Y así se inició el “Monumento vivo de gratitud de Don Bosco a María Auxiliadora”.
María Mazzarello aprendió a escribir siendo ya superiora del naciente Instituto y asistiendo a
las clases con las alumnas internas de la casa. Su afán por aprender el arte de la escritura fue para
poder comunicarse con las hermanas que se marchaban a fundar nuevas comunidades y sobre todo con
las misioneras que marcharon a América junto con las expediciones misioneras de los SDB. Muy
pronto se extendió el Instituto por el norte de Italia, Francia y América. En España las fundaciones
comenzaron después de la muerte de Santa María Mazzarello
En la madrugada del 14 de mayo de 1881 murió Santa María Mazzarello en Nizza Monferrato,
donde se había trasladado la sede central del reciente Instituto. Pio XI, en 1936, la declara Venerable y
le confiere el título de “Cofundadora del Instituto de María Auxiliadora”. El 24 de junio de 1951 es
canonizada por S.S. PioXII.
3 LA ESPIRITUALIDAD SALESIANA CON ESTILO MORNESINO:
La caridad es el centro de toda espiritualidad cristiana: no sólo es el primer mandamiento, sino
también la fuente de energía para seguir adelante. El fuego de la caridad en nosotros es un misterio y
una gracia, no proviene de la iniciativa humana, sino que es una participación en la vida divina y un
efecto de la presencia del Espíritu. No podríamos amar a Dios si Él no nos hubiera amado primero,
haciéndonos sentir y dándonos el gusto y el deseo, la inteligencia y la voluntad para responder. No
podríamos ni siquiera amar al prójimo y ver en él la imagen de Dios, si no tuviésemos la experiencia
personal del amor de Dios. (Aguinaldo 2014).
La caridad pastoral es el centro y síntesis de nuestra espiritualidad salesiana que tiene su punto
de partida en la experiencia espiritual del mismo Don Bosco y en su preocupación por las almas.
Después de Don Bosco sus sucesores han reafirmado esta misma convicción, que está expresada en el
lema “Da mihi animas cetera tolle”.
Don Bosco se cuidó personalmente de la redacción de las Constituciones del Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora y, en el primer artículo del capítulo XIII pone en primer plano la virtud de
la caridad: “una caridad paciente y llena de celo, no sólo con las niñas y jóvenes, sino también con
cualquier persona con el fin de hacer el mayor bien posible a las almas”.
Este fin vivido en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora podemos encontrarlo en un
precioso testimonio que nos ha dejado el Cardenal Cagliero. “Encargado por Don Bosco de la
dirección del nuevo Instituto –atestigua Don Cagliero-, tenía que consultarle con frecuencia para
orientarme con seguridad en la formación espiritual y religiosa de las Hermanas. Él, con toda
amabilidad, me tranquilizaba y animaba diciendo: tú conoces el espíritu de nuestro Oratorio, nuestro
Sistema Preventivo y el secreto de hacerse amar, escuchar y obedecer de los jóvenes, amándolos a
todos y no mortificando a ninguno; asistiéndolos noche y día con paternal vigilancia, paciencia,
caridad y benignidad constantes. Ahora bien, estos requisitos los posee la buena Madre Mazzarello y,
por tanto, podemos confiar en el buen gobierno del Instituto y de las Hermanas. Ella no tiene otra cosa
que hacer y no hace más que uniformarse al espíritu, al carácter y sistema propios de nuestro Oratorio
y de las Constituciones y deliberaciones salesianas; su Congregación es como la nuestra, tiene el
mismo fin y los mismos medios, que ella sabe inculcar con el ejemplo y la palabra a las Hermanas, las
cuales, a su vez, y con el ejemplo de la Madre, más que superioras, directoras y maestras, son madres
cariñosas para sus educandas”.
Eso de que “ella no tiene otra cosa que hacer y no hace más que uniformarse” no se ha de
entender en absoluto como asimilación pasiva de una realidad que le es extraña. La intervención de
Don Bosco en la fundación del Instituto no violentó la semilla que el Espíritu Santo había suscitado en
Mornese por obra de María Mazzarello (C. Colli)
El biógrafo de la santa, F. Maccono, afirma que María Dominga Mazzarello, aún antes de
conocer a Don Bosco, había sentido siempre un impulso divino y demostraba una clara inclinación a
ocuparse de las niñas del pueblo. Abrió un taller modelo para las jóvenes del pueblo y fundó un
floreciente oratorio festivo. Y junto a su buena amiga Petronila iniciaron un pequeño internado. En la
casa de la inmaculada, que les dejó el párroco Don Pestarino, recibió a otras jóvenes y se les unieron
algunas nuevas compañeras que la eligieron superiora. Cuando conoció a Don Bosco, sus programas y
su método, encontró que todo correspondía plenamente a sus sentimientos y se sintió atraída a
secundar al santo sacerdote para el bien de las jóvenes.
Quisiéramos poner de relieve el hecho de que la “salesianidad” de María Mazzarello es anterior
a su encuentro con Don Bosco; es decir, el mismo Espíritu que hizo surgir a Don Bosco, suscitó
también a María Dominga y, misteriosamente, la condujo por un camino paralelo al suyo, dotándola de
un espíritu semejante al suyo para poder completar un día su misión de salvar a la juventud.
4 El encuentro con Don Bosco, si bien decisivo, no determina un cambio radical de orientación
en la vida de María Dominga, sino solamente una mas clara y precisa toma de conciencia del camino y
de la meta hacia la cual la había ido llevando secretamente el Espíritu del Señor.
Para Don Bosco, María Mazzarello fue un encuentro providencial, más que una elección
deliberada. A nosotros nos es difícil saber si Don Bosco intuyó desde el principio el talento y la
riqueza interior de María Dominga, y si estuvo en condiciones de descubrir enseguida en la humilde
campesina de Mornese la piedra fundamental de la obra que proyectaba edificar como “monumento
vivo” de su gratitud a María Auxiliadora. La contestación de Don Bosco a las observaciones negativas
de monseñor Scotton sobre la Madre Mazzarello (“Ya veremos lo que hará de ellas la Virgen”
Cronohistoria II, 184) deja entender que algo había intuído, pero puede ser que, también en este caso,
se haya dejado llevar por la experiencia “yendo adelante como le inspiraba el Señor y las
circunstancias lo exigían” (MB XI, 87). La opinión autorizada de Don Pestarino, párroco del pueblo y
padre espiritual de María Dominga; el aprecio demostrado por las hermanas eligiéndola superiora, le
habrán hecho ir tomando gradualmente conciencia de las dotes no comunes de naturaleza y gracia que
ella poseía. (Carlos Colli, D Bosco y MM)
¿CUÁL ES EL SECRETO DE SANTA MARÍA DOMINGA MAZZARELLO?
Podemos afirmar que el secreto de Madre Mazzarello reside en el testimonio personal y
comunitario del espíritu de Mornese, vivido de forma original por ella y por la primera comunidad de
Hijas de María Auxiliadora.
En Mornese, Madre Mazzarello y las primeras hermanas fueron capaces de traducir al
femenino el don recibido del Espíritu Santo y vivido por Don Bosco. Mas que una simple traducción,
la creación de la salesianidad con estilo femenino se acerca más al complicado trabajo del proceso de
inculturación.
En Mornese se vivió y se expresó con el corazón y el estilo de mujer:
•
La Alianza con Dios a través de una vida interior de fe, esperanza y caridad catalizada por el
don de predilección de la juventud.
•
Un estilo ascético-místico salesiano, como Don Bosco en Valdocco
•
La participación en la misión de la Iglesia con una conciencia viva de sentirse invitadas por
Dios para una implicación apostólica a favor de las jóvenes necesitadas.
•
El Sistema Preventivo como sabiduría operativa o criteriología pastoral en la manera de
realizar la misión.
•
Una forma peculiar de vida evangélica, según una clara y concreta elección religiosa, en una
Congregación capaz de adaptarse a los tiempos.
(Francesco Casella, SDB)
5 CARACTERÍSTICAS
MORNESE:
MÁS
SOBRESALIENTES
DEL
ESPÍRITU
DE
Estas características las indica D. Francesco Casella, SDB, de la manera siguiente:
•
Espíritu de fe: piedad sencilla, práctica, profunda; cuidado continuo de la unión con Dios.
Gran fervor eucarístico. Certeza de la ayuda de la Providencia. Especial devoción a la Virgen, a
San José y al Ángel de la Guarda.
•
Enérgica ruptura con el espíritu del mundo: animosa participación en la Cruz de Cristo.
Heroica pobreza. Sentido de mortificación. Delicada y espléndida pureza en continuo ejercicio
con el dominio de sí misma y de la sensibilidad del corazón. Fuerte abnegación, permanente
templanza.
•
Sencillez de vida: predilección por la humildad. Trabajo incesante y gozoso. Espíritu de
familia entre las hermanas y con las niñas. Consciente responsabilidad; gran obediencia y
sentido del deber. Admirable ejercicio de la autoridad participada comunitariamente y
sostenida por una confianza cordial. Filial respeto a Don Bosco y a los superiores que Don
Bosco les enviaba.
•
Celo ardiente por la salvación de las jóvenes, vivido con el espíritu del Sistema Preventivo.
Amor maternal a un tiempo tierno y fuerte. Amor imparcial que sabe adaptarse a las
debilidades de cada una. Disponibilidad misionera unida a un profundo sentido de Iglesia.
Devota adhesión al Papa y a los Obispos.
•
Fidelidad a la propia consagración religiosa: clara y entusiasta consciencia de la elección
hecha en la profesión y vivo sentido de pertenencia al Instituto; sincera estima y práctica de las
Constituciones. Continua preocupación por la propia formación y el de las nuevas vocaciones.
•
Presencia de Jesús: el Dueño absoluto de la casa y de los corazones; es el centro dinámico de
la comunidad. En Mornese se vive de Jesús. La comunidad está sólidamente enraizada en el
amor esponsal por Él, que se hace anuncio vocacional. Existencia eucarística que lleva al
encuentro de las hermanas, de las jóvenes, de los pobres.
Todo esto constituía la gran riqueza espiritual de aquella pequeña y joven primera comunidad de
Mornese. En ella, todas las hermanas contribuían a la formación y al crecimiento del bien común;
pero quien inspiraba, animaba, guiaba y daba ejemplo, era María Dominga Mazzarello
MARIA MAZZARELLO EN MORNESE:
Fue una mujer que desde adolescente tenía intuiciones y expresiones en la forma de darse y
estar preocupada por los pequeños y pobres que se asemejaban a las que Don Bosco vivía en
Valdocco.
Maín salía a la búsqueda, como el buen pastor, su preocupación por salir al encuentro de las
necesidades de las niñas de Mornés, de las que frecuentan los festejos del carnaval, de las que asisten
al catecismo, de las que se han quedado huérfanas..., nos revelan que en su corazón estaba viva la
"búsqueda del buen pastor".
6 Vivía la presencia entre las hermanas y niñas: se hacía presente en el taller de costura, en los paseos,
en los recreos del patio del colegio y alrededor del pozo, en los familiares encuentros en el "boschetto",
en las mañanas transcurridas junto al Roverno, en las familiares fiestas navideñas y marianas, en los
diversos lugares de la casa donde las Hermanas realizaban sus tareas...
Atención al grupo y a cada persona: en la primera comunidad de Mornés vemos cómo Madre
Mazzarello exhorta y da formación a toda la comunidad por medio de las buenas noches y las
conferencias; además, habla personalmente con cada Hermana y sale al encuentro de lo que cada una
necesita, realizando gestos concretos: romper un poco el silencio, salir a airearse, tomar una
sobrealimentación, recibir un consuelo, ser corregida...
Uso de la "racionalidad". Lo vemos reflejado en determinados comportamientos de Madre
Mazzarello:
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
En la preocupación por la autenticidad-rectitud de cuanto se realizaba. Sus frecuentes expresiones
"de veras", "de corazón", "bien", aplicadas a la caridad, a la oración, a los propios deberes: “Haz
con libertad todo lo que requiera la caridad” (Carta 35).
En su sensibilidad por la verdad y la sinceridad. Pedía que se fuera sincera a cualquier precio; no
toleraba la mentira; era severa con quien había mentido; quería que las niñas y las Hermanas
fueran trasparentes; combatía decididamente los subterfugios y el fingimiento;
En su equilibrada firmeza y exigencia respecto a las propias obligaciones, los deberes y el
cumplimiento de las Reglas; respecto a las decisiones que tomaba, evitaba tanto la débil
permisividad como el rigorismo inhumano;
En el dominio de sus reacciones. No recordamos haberla visto nunca enfadada ni encolerizada,
aunque nosotras diéramos motivos para ello, afirman unas testigos (Maccono I, 119). Su humor
era siempre igual (Proceso apostólico p. 220).
En el control de los engaños de la emotividad. No se dejaba engañar ni conmover fácilmente por
las lagrimitas o por los sentimientos equivocados, o por los caprichos y puntillos;
En su interés y capacidad por hacer reconocer la falta a quien no obraba bien (Maccono I, 119);
En la franqueza y claridad con que avisaba y reprobaba el mal allí donde lo descubría (Maccono
I, 201);
En las motivaciones con que sabía acompañar los avisos y las propuestas;
En su realismo y concretez respecto a las personas y a los hechos, y en las propuestas y soluciones
que ofrece: “Convencéos de que defectos los habrá siempre; se ha de corregir y remediar lo que se
pueda, pero con calma, y dejar el resto en manos de Dios”. (Carta 25)
En su rica capacidad de intuición, que le permite captar objetivamente las situaciones personales y
comunitarias: “Hay que estudiar la manera de ser de cada una y saberlas llevar para conseguir
algo, hay que inspirar confianza” (Carta 25).
En el hecho de tener un cuadro de valores claros y conscientes.
La pedagogía del amor Madre Mazzarello la practicó:
o Amando a las Hermanas y a las niñas con un amor verdaderamente maternal (Maccono II, 104);
preocupándose de cada persona individualmente; amando de modo que las Hermanas y las niñas se
sintieran amadas;
o Amando con madurez y transparencia, con un amor absolutamente libre de complicaciones
sentimentales, procedentes de simpatías o antipatías.
o Amando sin discriminaciones, porque su amor -afirma su biógrafo- llegaba a todas
indistintamente, alumnas y oratorianas, tuviesen aspecto gracioso y gentil o fueran de rostro poco
atrayente, o de trato vulgar (Maccono I, 136);
7 o Tratando a las personas con gran amor. En efecto:
- Usaba mucha dulzura, juntamente con la firmeza,
- Tenía mucha comprensión, Manifestaba gran bondad
- No guardaba resentimiento,
- Era delicada y suave en el trato.
- Sabía perdonar y pedir perdón, y ser indulgente,
- Sabía confiar y esperar. Estaba llena de paciencia.
(“Estilo salesiano de acompañar”, págs. 6-7, Mª Dolores Ruiz FMA)
UNIDAD DEL PROYECTO EDUCATIVO DE MARÍA MAZZARELLO
No se reflexionará nunca bastante sobre la unidad del proyecto educativo de María Mazzarello.
En él converge todo hacia los elementos esenciales que tienen la función de eje, o de núcleo
fundamental. Su secreto no es fijar principios teóricos o directrices ascéticas, sino hacer encontrar a
una persona viva: Cristo.
En el comienzo de su juventud encontramos un gesto fundamental de confianza por parte de Dios,
que por medio de una voz misteriosa le llega a María con una consigna llena de amor: «¡A ti te las
confío!» Esta llamada resonó en su vida y moduló su estilo de acercamiento a la juventud. Desde su
primera intuición apostólica, María Mazzarello concibió la acción educativa como una colaboración
con Dios en Cristo que salva al hombre y, de modo ordinario, quiere cuidar de nosotros a través de
mediaciones humanas.
Su respuesta a la llamada de Dios que le confía las muchachas de Mornese fue rápida y total, como
se ha visto: «Me cuido de ellas totalmente». La respuesta evoca su actitud de docilidad plena a quien
vela con ternura de Padre sobre sus hijos. Al mismo tiempo supone fantasía e iniciativa para que Él, el
Señor, pueda encontrar el camino mejor y más oportuno para poder comunicarse con las jóvenes.
Las líneas de su proyecto las expone María Mazzarello en un diálogo con su amiga Petronila. Aun
siendo tan diferentes, había entre las dos jóvenes una profunda sintonía de ideales: enseñar a las
muchachas a coser y sobre todo a ayudarlas a comunicarse con Dios por medio del conocimiento y del
amor.
Aunque todo lo que pertenece a la naturaleza humana le interesa y la lleva a dedicar gran atención
a la salud, al trabajo, al aprovechamiento en el estudio, a la alegría, a la satisfacción de la necesidad de
afecto que hay en toda persona, la acción educativa de María Mazzarello se realiza en un horizonte
más amplio. Los valores que la sostienen son valores absolutos y, en cuanto tales, especifican el
proyecto como proyecto de educación cristiana.
La finalidad del itinerario formativo es la de ayudar a las muchachas, o a las hermanas confiadas a
ella, a realizar el proyecto de Dios sobre ellas. No tenía otras motivaciones su incansable afán de tomar
a su cuidado niñas y jóvenes. El fin de la vida de una educadora es atraer a Dios, en Cristo, porque sólo
en Él encuentra significado y plenitud la existencia humana. Para ella, era vivir y hacer el bien, el
mayor bien posible, es decir, formar mujeres cristianas, «conducir muchas almas a Jesús».
Se trata de una espiritualidad sencilla, de la que brota un estilo educativo inspirado en los
principios de la sabiduría cristiana condensados en el catecismo: Dios es el Señor, el Dueño de casa; el
hombre es creado para conocerlo y amarlo en el tierra y en la eternidad. La vida es un paso rápido
8 hacia la patria del cielo; para el que va por el camino justo y vive en la caridad vive ya un anticipo del
Paraíso.
María Mazzarello posee el arte de empezar y de llevar todo continuamente a lo esencial, casi
insinuando que basta poco para ser feliz y santo y es fácil llegar a ello. Hay en su vida una destacada
capacidad, parece que típicamente femenina, del arte de la síntesis, que la lleva casi espontáneamente a
captar los puntos focales con la intuición del corazón, aún antes que con el razonamiento y la fría
lógica del análisis.
Acostumbra a las personas a no confundir los valores esenciales con la propia visión subjetiva y el
propio egoísmo, a superar la imaginación que deforma la realidad y a vivir en la verdad con sencillez y
naturalidad.
El gusto especial por lo esencial le da la posibilidad de ir más allá de lo banal, contingente y
mezquino. Con sabiduría realista anima a las educadoras a que no tengan pequeño el corazón, sino un
«corazón generoso y grande», no dividido por nada ni por nadie, para no perderse por caminos sin
salida y no encerrarse en horizontes estrechos.
Ella misma enseña cómo vibrar ante cosas grandes, cómo vivir lanzada hacia donde se le ofrecen
ideales nobles y con ello orienta a las muchachas y a las educadoras a buscar y a querer «lo que más
importa».
BIBLIOGRAFÍA
-
“CRONOHISTORIA” (5 tomos), Instituto Hijas de María Auxiliadora, Ediciones Don Bosco,
Barcelona
-
“Cartas de Santa María Mazzarello”, Ediciones Don Bosco, Barcelona.
-
“Don Bosco y la Madre Mazzarello”, Carlos Colli, SDB, Ediciones Don Bosco, Barcelona
-
“El Espíritu de Mornese”, Carlos Colli, SDB, Ediciones Don Bosco, Barcelona
-
“Una mujer de ayer y de hoy”, María Pia Giudici y Mara Boris, Ediciones CCS
-
“Don Bosco e Maria Domenica Mazzarello: Elementi di spiritualità biografica. Una ricerca
storica”, Francesco Casella, SDB. Tratto da: Salesianum 67(2005) pp. 95-138
-
“Líneas del estilo educativo de María Mazzarello” Piera Cavaglià, FMA. Tomado de El Sistema
Preventivo en la educación de la mujer. Experiencia pedagógica de las Hijas de María
Auxiliadora. Madrid, Ed. CCS (1999) pp. 61-94
-
“Estilo salesiano de acompañar”, Mª Dolores Ruiz FMA
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