España invadida Uno de los objetivos más perseguidos por Franco consistió en provocar la amnesia respecto a lo ocurrido en nuestro país durante el período 1936-1975. El historiador Raymond Carr solía decir que los problemas de la España de los primeros años del franquismo se podían resumir en tres: pobreza, educación escasa e intolerancia religiosa. Evidentemente, España ha mejorado mucho en algunos de esos aspectos (potencia económica del mundo industrializado, apertura religiosa, etc..), pero desgraciadamente el nivel de la instrucción educativa sobre nuestro pasado más reciente deja mucho que desear. En lo que se refiere al conocimiento sobre nuestra historia reciente, a veces parece que prima más el objetivo de amnesia antes planteado, que el de un conocimiento fidedigno de los acontecimientos, tal y como fueron. Centrándonos, por ejemplo, en la mal llamada, como luego veremos, Guerra Civil de España, se hace necesario leer las fuentes más importantes de análisis de tal acontecimiento. Para ello, disponemos de un pequeño libro de 157 páginas, publicado en nuestro país en 19861 que lleva por título "Causas de la Guerra de España", escrito, nada más y nada menos, por el Jefe del Estado Español cuando ocurrieron aquellos desgraciados hechos. (¡Imagínese el lector lo importante que podría ser en su día para el estudio de la Historia de España reciente si el Rey Juan Carlos, en algún momento, llegara a escribir su versión de los hechos acaecidos durante los días 23 y 24 de febrero de 1981!). Pues bien, contamos para la comprensión de la historia de nuestro país, en aquellos aciagos años de 1936-1939, con la versión de los hechos escrita por el Jefe del Estado de aquel momento, D. Manuel Azaña. El libro mencionado recoge los últimos 11 artículos publicados en 1939 por el autor antes de su fallecimiento en el exilio. Uno de esos artículos lleva precisamente por título "Causas de la Guerra de España". La conclusión y la tesis que presenta Azaña en dicho artículo es que la razón fundamental de que en España hubiera tenido lugar el enfrentamiento militar que duró tres años fué la invasión de nuestro país por tropas extranjeras: marroquíes, portuguesas, italianas y alemanas. Lo que sigue son las últimas líneas del artículo tal y como las escribe el autor: "...La organización militar clandestina que funcionaba por lo menos desde dos años antes, y los grupos políticos que se habían procurado el concurso de Italia y Alemania, comenzaron el alzamiento en Julio de 1936. Lo que esperaban un golpe rápido, que en 48 horas les diese el dominio del país, se convirtió en guerra civil, en la que inmediatamente se insertó la intervención extranjera." Queda claro, por tanto, que de acuerdo con la opinión personal de Azaña, expresada a los pocos meses de la entrada de Franco en Madrid, el hecho de la invasión de nuestro país por tropas de países extranjeros resulta ser crucial para explicar que el Golpe militar del 18 de Julio de 1936 que, por analogía con el del 23 de febrero de 1981, podría haber durado solamente unas cuantas horas, se convirtiera en un enfrentamiento militar, con las consecuencias por todos conocidas de tres años de muerte, dolor y penurias, más los subsiguientes años de terror que durante la postguerra Franco decidió infringir a nuestro país. 1 Manuel Azaña: Causas de la Guerra de España, Barcelona: Editorial Crítica, 1986. Antonio Machado, de manera similar, en el prólogo a otro libro de Manuel Azaña, “Los Españoles en Guerra”2 plantea claramente su opinión sobre la invasión de tropas extranjeras. En sus propias palabras: “En los días actuales, cuando una ola de cinismo invade el mundo…El caso de España, como fenómeno histórico, dará mucho que meditar a los reflexivos del porvenir…De esta fe en la justicia, tan española, tan quijotesca y tan en crisis en otros pueblos, ha brotado ese maravilloso ejército de la República, que es hoy el asombro y el ejemplo del mundo…Leed con toda la atención de que seáis capaces los cuatro discursos de don Manuel Azaña dirigidos a la nación española . Algún día serán leídos como esencialísimos documentos históricos…Así, nosotros, hombres de España, los que vivimos dentro de este gran incendio que es la guerra española contra facciosos e invasores, somos testimonios que no pueden omitirse sin desertar de los deberes más elementales. Porque el presidente de nuestra República, la cien veces legítima república de toda España, ha hablado para la historia, para nosotros, los españoles en guerra, aquellos en cuya conciencia se ha producido la fatal explosión, para quienes, con imprudencia incalificable, desataron la guerra, para quienes honradamente y sin vacilaciones han sabido afrontarla, para todos los españoles, señalando que el hecho monstruoso de la invasión va contra todos, porque pretende abolir totalmente el porvenir de España… La voz de don Manuel Azaña habla para todos los españoles, porque la guerra de invasión va contra todos.” En otro lugar, en la revista militar Nuestro Ejército (Año I, mayo-junio 1938, núms 23), incide Machado, de nuevo, en la invasión de nuestro país por tropas extranjeras al afirmar: “Los que presenciamos la toma del Cuartel de la Montaña, en julio de 1936, guardamos el recuerdo de una intuición directa, inconfundible y concreta del espíritu arrollador del pueblo madrileño. Alguien ha señalado con certero tino su semejanza, o mejor dicho su equivalencia, con la gloriosa jornada del 2 de mayo de 1808. En ambos días se inicia de verdad un levantamiento popular que había muy pronto de convertirse en defensa de la patria invadida y en tenaz campaña por la independencia española…en uno y otro día el triunfo moral es el mismo y el impulso heroico idéntico en lo esencial. Por eso quien estableció el paralelo entre ambas efemérides – siento ignorar su nombre – supo muy bien lo que decía…La inmortalidad de un pueblo consiste precisamente en eso: en que no muera cuando se le asesina. No murió entonces porque de la sangre humeante de aquellos mártires surgió la primera guerra de la independencia. No murió, egregios capitanes de nuestros días, porque el pueblo aquel es el mismo que lucha hoy 2 Manuel Azaña: Los Españoles en Guerra, Barcelona: Ed. Crítica, 1999. Libro que reproduce cuatro famosos discursos del Presidente Azaña entre ellos el famoso del 18-7-1938, en Barcelona, ocho meses antes de finalizar la guerra, del que se transcriben sus últimas frases: “ Este fenómeno profundo, que se da en todas las guerras, me impide a mí hablar del porvenir de España en el orden político y en el orden moral, porque es un profundo misterio, en este país de las sorpresas y de las reacciones inesperadas, lo que podrá resultar el día en que los españoles, en paz, se pongan a considerar lo que han hecho durante la guerra. Yo creo que si de esta acumulación de males ha de salir el mayor bien posible, será con este espíritu, y desventurado el que no lo entienda así. No tengo el optimismo de un Pangloss ni voy a aplicar a este drama español la simplísima doctrina del adagio, de que “no hay mal que por bien no venga”. No es verdad, no es verdad. Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que les hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres, que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad ,y Perdón.” contra el fascio de Europa entera por defender la integridad del pueblo español y la libertad del mundo.” 34 Alvah Bessie, prestigioso guionista de Hollywood, con una nominación a los Oscar por su película "Objetivo Birmania", y combatiente del Batallón Lincoln contra Franco, en la Guerra de España, cuenta su encuentro con Gary Cooper, protagonista de la película "Por quién doblan las campanas", basada en la famosa novela de Hemingway. Tras plantearle al actor la ambigüedad del film en relación a su papel, el excombatiente le comenta a Cooper: "Yo soy uno de los combatientes americanos que aparecen en la película" "Qué terrible, una guerra civil, una guerra entre hermanos", le replica Cooper. "No fue realmente una guerra civil, Mr. Cooper", le responde Bessie. "No. Fue una guerra de invasión por parte de Alemania e Italia contra el Gobierno legítimo de España", concluyó el guionista. Ese día el actor Gary Cooper pudo informarse, de primera mano, de lo que realmente ocurrió en España. Casualmente la opinión de un combatiente norteamericano de la Brigada Abraham Lincoln ("prematuros anti-fascistas", les llamó la Administración Roosevelt) y la del Presidente Azaña coinciden plenamente. Efectivamente, no fue una Guerra Civil. Fue un Golpe militar (irónicamente, a los militares que no se sublevaron, se les juzgaría posteriormente por un "delito de rebelión militar" (!)). Fue un golpe contra un gobierno legítimo, que sólo culminó con éxito tres años después, gracias, crucialmente, a la vergonzosa invasión de nuestro territorio por 3 Por cierto que el propio Antonio Machado hubiera deseado ser uno de esos luchadores por la libertad. Así lo declaró en la revista Milicia Popular (nº 109, 24 Noviembre 1936), a poco de ser evacuado de Madrid a Valencia: “Yo no me hubiera marchado; estoy viejo y enfermo. Pero quería luchar al lado vuestro. Quería terminar una vida, que he llevado dignamente, muriendo con dignidad. Y esto solo podría conseguirlo cayendo a vuestro lado, luchando por la causa justa como vosotros lo hacéis.” 4 Otra interesantísima referencia a una segunda guerra de independencia en lucha contra el invasor extranjero la aporta José Alcalá (muerto en Valencia en 1938), hijo del Presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora, quien desde Francia, y como miembro de la Federación Universitaria Española (FUE), llegó a España para alistarse en el Ejercito de la República, y que en plena batalla de Guadalajara escribe a su padre en los siguientes términos: “…Pero hay algo más. Hasta ti habrá llevado la prensa la noticia de lo que para mí ha sido realidad vista por mis ojos y palpada con mis dedos: la invasión extranjera. España está hoy invadida por Alemania y por Italia. España defiende su independencia. Esta verdad ha llegado al último rincón del mundo y yo he sido testigo de toda su crudeza. Peleando contra los alemanes en el Jarama y contra los italianos en Guadalajara yo he visto lo que es estar en país invadido y he recibido la vergüenza, la rabia y la indignación de que quienes abrieron las puertas de España al ejército conquistador se den a sí mismos el título de nacionalistas. En Guadalajara no hemos encontrado en todo nuestro avance ni un soldado español, ni un vestigio de División española, nada que pudiera hacernos creer que estamos en una guerra civil. Era la verdadera guerra de Independencia, con las ciudades ocupadas por las fuerzas de un ejército regular extranjero. Con los habitantes horrorizados….En una palabra: el horror trágico de aquella agresión a Abisinia, que nosotros tantas veces comentamos para condenarla, es el espectáculo que yo he tenido ante mí en los campos de la Alcarria. Pero España no será Abisinia. España no será conquistada, porque el pueblo español se siente con la fuerza necesaria para arrojar al invasor…para que España sea un país libre. Yo estoy con estos héroes anónimos, estos soldados del ejército del pueblo, que bajo el frío durísimo han salido de sus trincheras encharcadas, rotos, enfermos, febriles, con los pies y las manos hinchados y así han reconquistado para España centenares de kilómetros cuadrados. Estoy con este pueblo que repite ahora la gesta de la guerra de la Independencia arrojando de su suelo al ejército invasor y forjando las bases de su nueva vida. Yo soy feliz luchando en las filas del ejército popular; lo soy porque cumplo con mi deber de español.” tropas de una serie de países, entre ellos, y fundamentalmente, los gobernados por Hitler y Mussolini.