La Fundación Francisco Largo Caballero organiza la exposición “El Ministerio de la Guerra (1931-1939): tiempos de paz, tiempos de guerra”. La muestra hace un recorrido por la labor desarrollada por este Ministerio durante la Segunda República, considerando que esta tarea fue decisiva en el desarrollo del nuevo régimen democrático. Durante la Segunda República, el Ministerio de la Guerra tuvo que hacer frente a dos grandes objetivos: el primero de ellos, durante el tiempo de paz, consistía en reformar el Ejército para adecuarlo a la nueva configuración política y convertirlo en un organismo plenamente subordinado al poder civil; el segundo, en tiempos de guerra, fue ofrecer una maquinaria potente para defender el amenazado Estado republicano. El Ministerio de la Guerra se encontró con graves dificultades para alcanzar ambos objetivos, pero a lo largo de las imágenes y documentos de esta exposición se advierte que, a pesar de los errores y los fracasos, no se escatimaron esfuerzos. La política militar tuvo fuertes condicionantes que impidieron el éxito, pero respondía a un diseño. Grandes estadistas de la España de ese tiempo ocuparon la cartera y aportaron su impronta personal a una problemática, la definición de un nuevo concepto militar, que se revelaba –como la historia se encargó pronto de demostrar– como una cuestión crucial de la política de su época. CRÉDITOS Entidad organizadora Fundación Francisco Largo Caballero Patrocina Dirección General de Relaciones Institucionales de la Defensa. Ministerio de Defensa Colabora Ministerio de Cultura Comisaria Manuela Aroca Mohedano Documentación Juan Carlos Sánchez-Collado Jiménez Nuria Franco Fernández Fotografía Ángel Caraballo Ortega Diseño gráfico gráfica futura Producción gráfica Cromotex Montaje y transporte Feltrero División Arte, S.L. Aseguradora Geshprocor Ministerio de la Guerra, 1931—1939 TIEMPOS DE PAZ, TIEMPOS DE GUERRA organizan 109triptico_ok.indd 1 colaboraN 8 - 30 noviembre 2010 Palacio Episcopal de Salamanca 13/10/10 11:23 TIEMPOS DE PAZ Con la proclamación de la Segunda República, la cartera de Guerra se erigía en uno de los resortes básicos para llevar a buen término el tránsito hacia un nuevo modelo político, basado en la democratización general del Estado. La reforma emprendida por Manuel Azaña, dirigida a modernizar el Ejército para ajustar su relación con las estructuras políticas, suscitó diversas reacciones, pero los cambios realizados en este organismo fueron decisivos en el intento de transformación general de la vida pública española. Con la llegada al poder de los gobiernos radical-cedistas, se produjeron rectificaciones sustanciales que pretendían desmantelar el proyecto impulsado por Azaña. En un corto periodo de tiempo, dos conceptos de Ejército se habían dado cita, para interpretar de manera encontrada el papel de la función militar dentro del Estado. F10 LA SEDE HISTÓRICA F04 F13 En 1931, los cambios acaecidos en la estructura del Ministerio y en su configuración orgánica tuvieron incidencia en la remodelación de su sede histórica. El Palacio de Buenavista, tradicional emplazamiento del Ministerio de la Guerra desde el siglo XIX, se convertía en uno de los edificios más representativos de la nueva imagen ministerial. Azaña, ministro de la ­Guerra y presidente del ­Gobierno hasta 1933, fijaba en él su residencia y convertía sus ­salones y jardines en referentes de la nueva ­representación institucional. F27 TIEMPOS DE GUERRA La autoridad del Ministerio de la Guerra se disgregó a raíz del golpe de Estado que provocó la Guerra Civil. La respuesta al enfrentamiento durante las primeras fases vino de un impulso popular, coordinado por organizaciones políticas y sindicales, que entraron con fuerza en el desarrollo de la guerra. Pero a lo largo de los tres años del conflicto bélico, el Ministerio de la Guerra –convertido en 1937 en Ministerio de Defensa Nacional- fue retomando la dirección de la contienda, imponiendo un modelo de Ejército en el que la relación entre militares profesionales, milicianos y autoridades políticas se convertía en decisiva. Los esfuerzos en la ejecución de la nueva política militar, sin embargo, no consiguieron evitar la derrota que selló la desaparición de la Segunda República. F21 109triptico_ok.indd 2 F38 13/10/10 11:23