Liberalismo vs neoliberalismo

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Liberalismo vs neoliberalismo
Dr. Joaquín F. Franco Jr.
Abogado y político
Semanas atrás reproducimos en parte una introducción de un ensayo de
Horacio Flores de la Peña, mejicano, de grandes méritos, que entre otras
posiciones se destacó como Director de la Escuela Nacional de Economía de
la UNAM y como Embajador en Francia y la Unión Soviética. Este ensayo lo
tituló: "El Neoliberalismo: modelo estéril", "Es una guerra contra los pobres".
Este es uno de los escritos que yo he apreciado más, de tantos que he leído
sobre liberalismo y neoliberalismo. Es por ello que me comprometí conmigo
mismo a reproducir otra parte de este artículo, que indudablemente ilustra con
un gran dominio de la materia las sustancias y realidad de estas dos modas del
pensamiento que cobran actual vigencia, en estos momentos, en nuestros
pueblos.
Dice don Horacio Flores, que "al apegarnos a la tradición clásica en el estudio
del desarrollo, le daremos la dimensión social de que carece en los enfoques
neoclásicos y neoliberales. Nunca debe olvidarse que la ciencia económica se
ocupa del estudio de gentes que viven en sociedad y se organizan en grupos
que no tienen los mismos intereses, sino en forma excepcional, esto hace que
la economía sea política y social y que, el Estado moderno, como prerrequisito
de toda política económica, tiene que decidir a que grupo favorece y a quiénes
beneficiará el esfuerzo de la sociedad, ya que, a corto plazo cualquier decisión
siempre va en contra de los intereses de algún grupo y en beneficio de algún
otro, porque, en economía, lo que un grupo gana, otro necesariamente lo
pierde.
La política de salarios sólo beneficia a quienes disponen de una ocupación
remunerada. Por eso el problema de la distribución del ingreso no se limita al
incremento de los salarios reales, sino también al del número de los individuos
que los reciben. El aumento de los salarios promedio lo da el crecimiento de la
ocupación y el alza de los salarios reales por sectores de ocupación será una
función del adelanto tecnológico y de la introducción, por parte del Estado, de
modalidades monopólicas al mercado de trabajo, a través de su política
laboral.
El buscar los modelos alternativos al neoliberal, no significa un regreso al
pasado, porque en economía todo cambia, es parte de un proceso dialéctico
inevitable, por eso no podemos aferrarnos a modelos que pertenecen al pasado
y que, aún cuando en su tiempo tuvieron un gran éxito, precisamente, por ello
se volvieron inoperantes, porque transformaron la sociedad y la economía y
esto demandaba un modelo distinto al de sustitución de importaciones y gasto
público".
Y continúa dicho autor aseverando que "el neoliberalismo parte de una
originalidad mentirosa porque ni es nuevo, y no es liberal. Sus partidarios son
los mismos conservadores radicales de siempre, que se apropiaron de un buen
nombre para vender un mal producto cuyas virtudes se predican con fe
religiosa, a pesar de que es solamente una mala idea que se defiende
religiosamente.
En México durante 50 años tratamos de construir una sociedad moderna
basada en el principio del "Estado Rector", sus resultados no fueron pocos ni
magros, porque se mantuvo una tasa de crecimiento del P.I.B. de más de 6.5%
durante treinta años y que perdimos cuando los neoliberales se apoderaron del
gobierno, en cuanto a la distribución del ingreso, el panorama no es mejor ya
que la distribución de 1980 sólo se alcanzará, según los optimistas, hasta el
año 2010. Esto no es un augurio como para morirse de alegría sobre todo los
desempleados y la juventud que son los sectores más golpeados por la crisis.
Ser neoliberal en el mundo actual es creer que la ley de la oferta y la demanda
es una concepción científica con la misma validez que la ley de la gravitación
universal. La propiedad privada es el sustento jurídico de la economía, el libre
mercado, el mecanismo que mejor determina los precios reales, porque son un
reflejo del funcionamiento de las leyes de la oferta y la demanda, y el sistema
de libre mercado, según ellos es la mejor forma de asignar los recursos en el
proceso productivo.
Estas tesis fueron la bandera de la escuela austriaca de economía y de los
políticos alemanes enemigos de la República de Wimar y de la democracia en
Austria. La escuela de economía austriaca, en la que se nutren los monetaristas
y los neoliberales, no fue ajena a la gran tragedia que sufrió la humanidad con
el advenimiento de los nazis al poder en esos países.
Los economistas gubernamentales se sienten satisfechos y a veces muy
orgullosos de que algunos empresarios y los organismos internacionales de
crédito los aplaudan por las políticas que imponen, aunque pasen por
desapercibidos los resultados que con ellas obtienen; en el fondo, nadie espera
nada de ellas, los resultados son de muy corta duración tanto en el aspecto de
crecimiento como en el de la estabilidad estructural, en realidad por su
duración podría llamárseles políticas desechables de fin de semana".
"El modelo neoliberal, en sus diversas variantes, cada día toma más el cuerpo
de un programa contra los pobres, no contra la pobreza sino contra los pobres.
Sus medidas afectan el nivel del empleo con rápidas contradicciones que,
eventualmente reducen el salario real promedio y propician la concentración
del ingreso.
Una política de empleo y de producción no puede tener éxito si se basa en la
contracción del empleo y de los salarios. Los estímulos de toda índole, a la
inversión privada, no compensan la caída en los salarios porque no funcionan
como lo requiere la economía por dos razones: 1. porque no compensan la
reducción de la demanda efectiva y, 2. porque las decisiones de los
empresarios se basan en juicios subjetivos, fuertemente influidos en la
situación económica presente y no en proyecciones acertadas o no sobre el
futuro, además están siempre llenas de cautela, de miedo y de desconfianza.
Por eso la inversión privada no siempre responde a las necesidades de una
política de expansión. No es su papel invertir cuando no hay un incentivo
tangible para ello. De aquí que los estímulos e incentivos a la inversión
privada, sólo funcionan en épocas de expansión, y en la expansión obviamente
son innecesarias.
Tampoco puede esperarse una corrección en la demanda efectiva por aumento
de los salarios, porque cuando el desempleo aumenta, los trabajadores se
sienten perdidos y les pasa lo que a los reos, en los campos de concentración
alemanes. Como trabajar para ellos era la única forma de escapar a la muerte,
lo buscaban sin importar el salario.
En épocas de crisis, el empleo, cualquiera que sea y con el salario que sea, es
la única forma de escapar a la miseria total, el gran miedo del desempleo es el
mejor mecanismo de sumisión que ha inventado el capitalismo neoliberal.
Durante este largo período de aplicación de la teoría neoliberal, un número
creciente de economistas académicos y del mundo empresarial, han
comprobado y hecho público un fenómeno inquietante, hoy, al igual que en
1937, la economía mundial se enfrenta al fantasma de un alto desempleo
crónico y que no se puede eliminar en forma alguna sino que parece agravarse
en la medida en que se insiste en la aplicación del modelo. Este desempleo ya
empieza a poner en serio peligro a los gobiernos neoliberales, de los países
desarrollados como Inglaterra, Alemania, España y el caso ya resuelto
electoralmente de Italia. En América Latina tampoco faltan los ejemplos
aunque cada día más crudos y grotescos.
Tanto en el Chile de Pinochet como en el caso de Argentina, México, Perú,
Brasil, Ecuador y todos los países con un programa neoliberal, impera un
capitalismo predatorio como lo llama acertadamente Chomsky, y que, como
dijimos antes, no es más que la puesta en marcha de un Darwinismo social que
aplican a toda una sociedad a la que tienen cautiva. La teoría del "chorreo"
tampoco se ha dado en ningún país, a pesar de lo que sostenía el evangelio
neoliberal, por otro lado si para imponerlo recurren a la fuerza del Estado,
¿entonces en dónde quedan las bondades de las fuerzas del libre mercado si no
son capaces de imponerse por sus propios méritos?
El neoliberalismo, se ha convertido en un proyecto de reestructuración
extremadamente conservadora del capitalismo, no es de extrañar que entre sus
postulados el más obsesivo sea el adelgazamiento del Estado. Esto le permite
lograr varios objetivos políticos simultáneamente:
1. Un programa de privatizaciones, que le permite al gobierno ofrecer un
enorme soborno al sector privado. Este programa ya lo llaman en todo el
mundo el "gran robo". Aún en Inglaterra se advierte que los precios de venta
de las empresas públicas fueron 50% inferiores al valor real de mercado y, ¿en
México, cuánto sería?
2. Además con las privatizaciones se debilita el gobierno y se logra establecer
una dependencia política mayor de los apoyos del sector económico interno
pero sobre todo del externo, que equilibra la pérdida del apoyo del sector
político interno y sobre todo de la sociedad civil en su conjunto.
3. Lograr un gobierno más obediente al sector privado y a los funcionarios
internacionales, para introducir todas las terapias necesarias para lograr y
mantener la libertad de mercados, que no se lograría sin el apoyo y la fortaleza
del Estado.
4. Ponerse a tono con la economía mundial, es decir con la globalización, esto
les parece que será un gran atractivo para atraer inversión privada extranjera,
sin la cual según ellos no podemos subsistir. Es interesante ver como en 90
años, se revivieron todos los puntos de apoyo político del porfirismo.
Históricamente el gobierno mexicano persigue la modernidad igual que el
cangrejo, caminando para atrás. Y esto es cierto porque vive obsesionado por
la aprobación externa, la del pueblo ya no cuenta como en el porfirismo.
Ante este espectáculo de fallas repetidas y cada vez más peligrosas por su
magnitud tiene uno derecho a cuestionar las virtudes de la economía de
mercado, de la apertura hacia el exterior y de los instrumentos de control de la
inflación; si fueran en verdad tan bondadosos no tienen porque recurrir al uso
de la fuerza para implementarlos y sostenerlos. Esto no tiene explicación de
lógica económica, sólo de lógica política, puesto que el verdadero objetivo es
sostener el triunfo de las ganancias y el capital sobre los salarios y el pueblo.
En este final de siglo, los gobiernos están permitiendo que el juego del
adelanto tecnológico, el trabajo abaratado y el sentido de avaricia que domina
la actividad económica, destroce el tejido social que nos había permitido vivir
con limitaciones graves, es cierto, pero en relativa paz y con esperanza en el
futuro; los neoliberales en cambio nos ofrecen un boleto de ida al caos, nos
cancelan el presente y nos arrebatan el futuro".
El sentido común es el que mejor nos dice en donde se encuentra la verdad de
las cosas. La exposición de los males que el neoliberalismo está causando a
toda la humanidad es muy clara, no está llena de pensamientos complejos y
sofismas fáciles de detectar, sino de un pensamiento que se ajusta a la realidad
de lo que estamos viviendo en todos nuestros pueblos. Y que intentan
imponernos a sangre y fuego en Panamá.
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