PREMIO ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS 2013 A LA

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PREMIO ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS 2013 A LA TRAYECTORIA
Otorgado al Dr. Horacio Piffano por la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires
en la Sesión Pública Extraordinaria del 30 de octubre de 2013
Anticipo de
ANALES DE LA ACADEMIA NACIONAL
DE CIENCIAS DE BUENOS AIRES
Buenos Aires – Año 2013
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www.ciencias.org.ar
correo-e: info@ciencias.org.ar
La publicación de los trabajos de los Académicos y disertantes invitados
se realiza bajo el principio de libertad académica y no implica ningún
grado de adhesión por parte de otros miembros de la Academia, ni de
ésta como entidad colectiva, a las ideas o puntos de vista de los autores.
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Palabras expresadas por el Académico Presidente Dr. Marcelo Urbano Salerno con
motivo de la entrega del Premio Anual Academia 2013 al Doctor Horacio Piffano
En este día, tan especial para la Academia, el doctor Horacio Piffano recibirá el
premio otorgado por sus méritos personales en el ámbito de la economía. Un dictamen
suscripto por la doctora Ana María Martirena Mantel, y los doctores Julio H. G. Olivera y
Alberto Benegas Lynch (h) recomendó esta honrosa distinción en virtud de su vasta y
fecunda trayectoria en el cultivo de esa ciencia social. El significado de esta sesión consiste
en entregarle el máximo galardón que confiere nuestra entidad a un científico externo y, por
tal motivo, se da cumplimiento a uno de sus fines, cual es “promover y difundir
investigaciones”. Nada más grato que valorar la obra efectuada por el premiado con
elevación de miras, objetividad y rigor intelectual, en un medio donde no es frecuente
reconocer la labor creativa.
El premio del corriente año incumbe adjudicarlo a la Sección Ciencias Económicas.
Con anterioridad esa Sección organizó dos concursos públicos para distinguir trabajos
específicos. En el año 1996 realizó un concurso de trabajos sobre la teoría del caos y la
dinámica no lineal en la ciencia económica; y en el año 2007 el concurso versó en torno a la
oferta y la demanda de derecho, a propósito del exceso de reglas jurídicas.
La temática mencionada da cuenta de las inquietudes habidas en esta corporación
interdisciplinaria para dilucidar algunas cuestiones fundamentales desde una perspectiva
actual. Como resultado se han logrado contribuciones de alta calidad, aportes de singular
jerarquía efectuados por los estudiosos del país, que enriquecen nuestro acervo cultural.
Hace justicia también resaltar la actividad cumplida por un hombre de ciencia
durante varias décadas, como es el doctor Horacio Piffano, quien se dedicó a elaborar su
pensamiento, con ideas genuinas y originales. Pensamiento centrado principalmente en el
cúmulo de impuestos que gravan el patrimonio de los contribuyentes a fin de atender el
financiamiento del gasto público. La población percibe la correspondencia que existe entre
el volumen del gasto público y el monto de los recursos necesarios para satisfacer las
erogaciones del estado. Cuando aumenta el gasto, se incrementan los impuestos, afectando
no solo las rentas y el consumo de los particulares, sino también sus activos. Es una materia
donde operan simultáneamente el derecho y la economía, en señal de interdependencia.
A fin de referirse al ideario del homenajeado, a continuación hará uso de la palabra
el Académico Titular doctor Benegas Lynch. En lo que a mí respecta felicito al doctor
Piffano por el premio que le hago entrega en nombre de la Academia Nacional de Ciencias
de Buenos Aires.
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Palabras del Dr. Alberto Benegas Lynch (h),
Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia
Nacional de Ciencias de Buenos Aires
Señor Presidente de la Academia doctor Marcelo Salerno, señoras y señores, en este acto,
en nombre de los miembros de la Sección Ciencias Económicas de esta Corporación, le doy
una calurosa bienvenida a quien hoy se le hace entrega del Premio que tan merecidamente
recibe el doctor Horacio Piffano.
El doctor Piffano cuenta con una carrera notable como docente e investigador y ha
publicado libros y ensayos de gran calado que han influido sobre muchos profesionales en
nuestro medio y en el mundo hispanoparlante en general. No es la primera vez que es
distinguido con premios y menciones en medios académicos. Sus contribuciones son
citadas por prestigiosos economistas y cientistas políticos y abarcan múltiples facetas que
revelan una gran versación y capacidad de trabajo.
Debido a que sus abultados antecedentes están a disposición en esta Academia, y en honor
al tiempo disponible y al deseo de todos de escuchar a nuestro homenajeado, en esta
presentación telegráfica voy a centrar mi atención solo en un aspecto de los trabajos del
doctor Piffano cual es el federalismo fiscal recientemente tratado en su última obra y lo
haré desde otro costado para no reiterar lo ya dicho por el destacado economista que
recibimos en nuestra casa con la mencionada distinción, quien no necesariamente
compartirá lo que menciono a continuación.
Tal como se estableció originalmente en la tan exitosa experiencia estadounidense, el
federalismo fiscal se basó en los incentivos que genera, posteriormente destacados por
autores como Ronald Coase, Harold Demsetz, James Buchanan y Gordon Tullock.
Imaginemos cuales incentivos se producirían si en nuestro país, que se dice federal pero
que, como es sabido, es unitario, todas las erogaciones se dividirían entre las provincias,
excepto las relacionadas con las relaciones exteriores y la defensa y, simultáneamente,
serían responsables de establecer cargas tributarias para financiar aquellos gastos.
Los incentivos correspondientes serían los de atraer inversiones y retener y, eventualmente,
incrementar la población en esa jurisdicción para que no se vea tentada de residir en otra
provincia que ofrece condiciones mejores y más atractivas.
Esta situación derivaría en la necesidad de contar con un régimen tributario razonable y
comprensible, tanto para atraer inversiones del país y del extranjero y, como queda dicho,
para que el residir en esa provincia resulte atractivo, liberando así a los llamados expertos
fiscales. Este sistema fiscal a su vez conduciría a la reducción del gasto público.
Por otra parte, en este contexto, la coparticipación federal sería de las provincias al
gobierno central y no al revés como sucede hoy con todas las consecuencias dañinas que
son del dominio público.
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En este cuadro de situación, se torna indispensable tener en cuenta por lo menos dos temas
cruciales que no es del caso desarrollar en esta ocasión. Primero, tal como sugirió Thomas
Jefferson cuando leyó por primera vez el texto constitucional siendo embajador en París,
debe prohibirse la deuda pública por ser incompatible con la democracia republicana puesto
que compromete el patrimonio de futuras generaciones que no han participado en el
proceso electoral que eligió al gobierno que contrajo la deuda. Este punto nos lleva a la
tercerización o privatización de las obras públicas, tema que nos llevaría a otra discusión
que no es la oportunidad de emprender aquí.
Y no es pertinente sostener que esas futuras generaciones sacarán partido de las inversiones
realizadas, puesto que el segundo tema anunciado, precisamente, alude a que no hay tal
cosa como “inversión pública” ya que la abstención de consumo que es ahorro se destina a
la inversión cuando el sujeto actuante voluntariamente conjetura que el valor futuro es
mayor que el presente y no compulsivamente, del mismo modo que en economía constituye
un sinsentido referirse al “ahorro forzoso” como alguna vez se hizo en nuestro medio. En el
sector estatal en todo caso puede clasificarse el gasto en corriente y en activos fijos, pero
por la razón apuntada no se trata de inversión.
Por último destaco que una buena parte de la brillante trayectoria del doctor Piffano tuvo
lugar en el Departamento de Economía de la Universidad Nacional de la Plata. Una casa de
estudio por la que mantengo gratos recuerdos ya que en su momento fui designado Director
del Departamento del Doctorado de la Facultad de Ciencias Económicas por el entonces
Decano doctor Horacio D. Gregoratti en base a la correspondiente resolución del rectorado
para actualizar y rediseñar ese doctorado, misión que cumplí y guardo con especial
emoción la carta de agradecimiento que entonces me envió el mencionado Decano con
afectuosas ponderaciones por la tarea realizada.
Le doy entonces con mucha expectativa la palabra al destacado economista y profesor
doctor Horacio Piffano.
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LA DISTINCIÓN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS
Dr. Horacio L. P. Piffano
Agradezco enormemente la presentación realizada por el Señor Académico Presidente, Dr.
Marcelo Urbano Salerno, y al Señor Presidente de la Sección de Ciencias Económicas de la
Academia, Dr. Alberto Benegas Lynch (h) por sus generosas referencias sobre mi
trayectoria curricular. Ha sido amplia y elogiosa al mismo tiempo, o sea bondadosa, la
descripción del Dr. Benegas Lynch (h). Agradezco con mucha gratitud al Jurado de los tres
miembros que tomara la decisión unánime este año de otorgarme tan honrosa distinción.
Cuando una persona recibe un reconocimiento por la labor cumplida en cualquier actividad
en la cual ha dedicado prácticamente toda su vida, siente naturalmente una gran alegría.
Ahora bien, en al ámbito académico en particular, cuando ese reconocimiento proviene de
personas a las que uno ha admirado y reconocido por sus aportes y enseñanzas en base a la
cuales ha intentado perfilar su propia formación – y permítaseme agregar: tanto en el orden
académico como humano – la magnitud de esa alegría no tiene límites.
Todos los presentes habrán de reconocer en ese sentido, las características y antecedentes
de los tres prestigiosos colegas integrantes del Jurado en el área de las Ciencias
Económicas: su Presidente, Dr. Alberto Benegas Lynch (h), la Dra. Ana Martirena Mantel
y el Dr. Julio H. G. Olivera. El Dr. Benegas Lynch (h) fue quien me comunicara
telefónicamente la decisión del Jurado. Sin dudas, sentí entonces esa enorme alegría, y
ciertamente una gran emoción.
En estas circunstancias, y pasado el impacto inicial, pensé que no debía cometer el error de
“creérmela”, error sobre el cual el Papa Francisco nos advirtiera no cometer. Pues les
aseguro que a partir de este reconocimiento estoy tratando de no cometer ese error, y más
bien, de ahora en más, siento un exigente compromiso de seguir con la labor de difusión de
los temas sobre los cuales he trabajado por años – tanto en el campo académico como en el
campo profesional –, trabajos que puedan contener alguna pizca de contribución original
propia, pero particularmente, trabajos que han recogido los aportes de autores reconocidos
y a los cuales solemos citar con admiración, y a través de los cuales, en muchos casos, he
tenido la suerte de poder corroborar sus pronósticos empíricamente a través de mi labor
académico-profesional.
En ese sentido, cabe remarcar que
combinar el estudio de los temas
concentrada en la gestión pública–
literatura académica, circunstancia
comprensión de la misma.
en mi trayectoria académica tuve la suerte de poder
que iba experimentando en mi labor profesional –
con los aportes que sobre esos fenómenos tratara la
que, por lo tanto, contribuyera enormemente a la
Las áreas de mayor preocupación en mi vida académica y profesional, fueron sin dudas las
de economía de la educación – en particular educación universitaria – , economía de las
empresas públicas, teoría y práctica del federalismo fiscal, seguridad social, y más
recientemente, el tema de las crisis financieras y el desafío planteado a la economía como
“ciencia”; el diseño de los modelos, las críticas a los modelos ergódicos y las dificultadles
que enfrenta la teoría para formular sus pronósticos; y, finalmente, mi preocupación por el
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futuro desempeño del sistema capitalista y el deseado escenario de libertad individual,
analizando la problemática bajo la visión de la moderna economía institucional y la
corriente del public choice, enfoque predominante que ha estado presente en mi labor
académica durante los últimas décadas.
Solo cabe mencionar finalmente mi agradecimiento nuevamente al Jurado, a los colegas
amigos que me acompañan hoy aquí –quienes de alguna manera en mayor o menor grado
han influido también en mi formación académica y profesional– y, particularmente a mi
hermosa familia y, en especial, permítaseme hacer público en este momento el enorme
reconocimiento a mi querida esposa Clara Marchegiani quien con mucho amor y paciencia
ha debido soportar mi permanente asignación de tiempo al desarrollo de la labor académica.
Sin su apoyo, todo esto que estamos viviendo hoy, no hubiera sido posible.
Muchas gracias.
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MESA DIRECTIVA
2013-2015
Presidente
Dr. Marcelo Urbano Salerno
Vicepresidente 1º
Dr. Fausto T. Gratton
Vicepresidente 2º
Ing. Luis A. de Vedia
Secretario
Ing. Juan Carlos Ferreri
Prosecretario
Dr. Alberto C. Riccardi
Tesorero
Dr. Mario J. Solari
Protesorero
Dr. Federico M. Pérgola
Director de Anales
Académico Titular Dr. Hugo Francisco Bauzá
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