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La Plata, sábado 4 de marzo de 2000
Justicia, Seguridad y Policía
Negociación. El subcomisario Russo tira un chaleco antibalas. Levanta los brazos
Fuga desesperada. Los delincuentes salen con los rehenes
LA SOMBRA DE RAMALLO EN LA TOMA DE REHENES DE LA PATERNAL
“Solo no me voy”
Al ver que los habían encerrado, los ladrones entendieron que la suerte estaba echada. Pidieron chalecos antibalas, recordaron
Ramallo y amenazaron con matar a los rehenes. El juez dice que fue una falla estratégica haberlos dejado ir de la concesionaria
Hubo un momento en que los ladrones
estuvieron a punto de matar a los rehenes.
Fue cuando se dieron cuenta que su destino estaba echado. Los policías los habían
dejado escapar de la concesionaria con dos
rehenes, hasta un callejón sin salida en un
barrio de casas bajas y salida complicada
por las calles sinuosas de Parque Chas: La
Paternal.
Las ruedas del Pointer fueron baleadas,
o perforadas con clavos miguelito. Como
no pudieron seguir, se bajaron con los prisioneros y vieron que la puerta de una casa estaba abierta, con una nena corriendo a
un perro que se había escapado a la vereda.
Y se atrincheraron con la familia de un colectivero, se hicieron más fuertes.
La ratonera, en la jerga carcelaria, es
cuando se planifica un encierro en un lugar de la ciudad para mantener un enfrentamiento. Cuando los ladrones sintieron
que los habían encerrado, tomaron más rehenes y tuvieron más poder. Cerca de las
diez de la noche, uno pidió hablar directamente con el encargado del operativo.
El subcomisario Sergio Russo, segundo
jefe de la división Robos y hurtos de la Policía Federal, se acercó hasta la esquina.
"Tenía a uno de los muchachos tomado del
cuello y lo apuntaba amenazándome con
matarlo si yo no le entregaba mi chaleco
antibalas" rememoró Russo.
Así, con el pecho y la espalda protegidos, el ladrón pudo negociar más tranquilo: "yo voy a salir, papito. ¿No te das cuenta
de que estás haciendo las cosas mal? Vas a
El momento límite. Uno de los ladrones, con la pistola en la boca de un rehén
matar a los rehenes y me vas a matar a mí.
-No, no queremos eso, fue la respuesta
del policía negociador.
-Bueno, sacame la moto. Yo estoy jugado,
yo vivo no voy a ningún lado... Entonces yo
me llevo varios ¿está? Yo te lo digo una sola
vez.
-Dame un poco de tiempo.
-No tenés tiempo porque me estás teniendo cuatro horas acá... bueno, sacame los grupos que me están rodeando.
-No te pongas nervioso.
-Sacame los grupos... el subcomisario está en Parque Chás. Estás a cargo... me dijiste
que tenés que hablar, que tenés que consultar
esto, lo otro y todo eso. ¿Estás a cargo? Si no
me sacás la moto yo te tiro un 'cuete'. ¿Quién
es el que está a cargo? ¿Quién es el que manda?... Le pedimos y la sacaron, no seas así, no
seas malo papá. Me tenés encañonado de todos lados ¿Vos querés hacer el caso Ramallo?
Yo no. Pero me tengo que ir con los rehenes,
papito, porque solo no me voy.
-Yo no te quiero matar, y vos no querés
matar.
-Bueno, salimos, salgo.
El juez Héctor Yrimia, a cargo del operativo, admitió: "cometimos una falla. Para
mi fue una preocupación, ya que sabemos
por estudios que no debemos movernos
del teatro de operaciones inicial porque
hacerlo significa trasladar el problema a
otro lugar". Evaluó que cuando los ladrones dispararon por la calle "pudieron haber herido a cualquier vecino que salía a la
vereda".
El final. Los dos asaltantes fueron ejecutados por los francotiradores
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