superyo Relato de vida / Fabiola Zérega No caminar me foto Roberto Mata “abrió las puertas” Un accidente la dejó en silla de ruedas, pero no impedida para cumplir lo que hoy es su sueño: bailar y estudiar Artes. Decidida a proyectar vitalidad y fuerza, abre el telón de su vida / José Ramón Villalobos 70+SALUD superyo testimonio principio, todo fue desesperante, no sólo para mí, sino tam“Todo fue muy rápido: el caucho estalló, nos coleamos y bién para mi familia. nos caímos por el barranco. La camioneta se tropezó con un Un día me cansé de la dependencia y me propuse moárbol. Los otros siguieron rodando por el precipicio, sólo yo verme sin la ayuda de nadie. Fue difícil, pero lo logré, al salí ‘volando’. No recuerdo bien ese momento. A los pocos punto de que hoy me monto en el Metro sola y, también segundos ya estaba tirada en el piso. Me quedé fría y me sola, voy al cine. persigné pidiendo por la vida de los demás. Empecé a pedir Me molestaba la cara que ponía la gente cuando me auxilio. Ya no sentía las piernas. veía, y más cuando comentaban ‘tan joven y en esa silla’. Veníamos de Guatopo, un pueblo muy bello cerca de Pensaba: ‘si me miran con lástima, es porque proyecto eso’. Ocumare de la Costa. Fuimos a bañarnos a un río maraEntonces, empecé a buscar otros caminos: de la lástima villoso y yo, además, a estrenar unos patines: me encanpasé a proyectar vitalidad y fuerza. taba ver el mundo en dos ruedas. El accidente sucedió En medio de ese camino, tuve un novio a quien no le el 3 de septiembre de 1995. Yo era una adolescente de importó mi discapacidad. Fue una relación muy linda. Hoy 20 años, tenía apenas un mes de graduada de bachiller. no tengo pareja y, sobre eso, debo confesar que tengo un Hoy tengo 30. trauma: el valor que actualmente se le da al cuerpo. Los En la camioneta iban dos hermanos, mi cuñada, una amiga chicos quizás no dan el paso cony mis sobrinos. Ellos presentaron migo porque piensan que debe ser lesiones leves. Yo sufrí las mayores difícil estar con una mujer en silla consecuencias: estallido de la vérLo intuía por las miradas, de ruedas, y no ven que soy una tebra dorsal 12 y el aplastamiento persona madura, sensible, alegre y de la médula espinal. por las caras de la gente. con mucha fuerza espiritual. Los primeros seis meses fueron Una noche el médico Para muchos estar así podrá ser de correderas: de buscar médime lo dijo: ‘tu lesión un obstáculo; para mí no lo es. Va a cos, de entradas a quirófano, de es irreversible’” sonar extraño, pero el no caminar terapias físicas. En cada hospital me abrió las puertas de la vida: soy o clínica me recibía un psicólogo. bailarina y en dos años me gradúo No entendía nada, estaba perdida de Artes en la Universidad Central de Venezuela. y en un estado de shock que me hacía tomar lo ocurrido con Bailo en el Grupo Tránsito desde hace año y medio; eso es humor: echaba chistes y hasta le daba ánimo a mi familia. lo mejor que me ha pasado. Estoy segura de que si caminara Nadie me decía abiertamente que no iba a caminar más. Lo otra sería mi historia; tampoco bailaría con la misma paintuía por las miradas, por las caras de la gente. Una noche sión. Es así. Cuando estoy sobre el escenario me entrego, me el médico me lo dijo: ‘tu lesión es irreversible’. transformo, el mundo no existe. Allí, bailando, transmito al No me eché a la cama a llorar. Tampoco me pregunté ‘¿por público sentimientos y emociones que nos definen como qué a mí?’. No, para nada. Me decía más bien ‘¿por qué no humanos. Danzar me llena: ver que el público llora, grita, a mí?, si soy un ser humano como cualquier otro’. Me tocó me felicita… vivir sin poder caminar. Y lo asumí, no como una barrera, Hace unos meses escribí una pieza teatral que se llama sino como un desafío. Le doy gracias a Dios por haberme ‘Siéntate para que entiendas’, porque desde esta silla se ve dejado los brazos: tengo la suerte de tener movilidad de la el mundo de otra manera. He logrado una nueva forma de cintura para arriba. Mi accidente ocurrió el mismo año que vivir. Siempre digo que cuando aparecen las barreras hay el del actor Christopher Reeve; cuando lo veía, así postrado, que romperlas y seguir. No creo en los fracasos, sino en las me sentía privilegiada. experiencias, en el crecimiento. Yo me caí y quedé en esta Tuve que aprender a vivir otra vez. Fue un proceso de silla, pero mi vida no se acabó. Más bien me salieron alas. adaptación que me costó mucho y que incluyó, entre otras Y para volar no se necesita caminar”. cosas, aprender nuevamente a controlar los esfínteres. Al “ • 71+SALUD