Formato de impresión Pablo VI: Cuando de joven durmió una semana en la caseta de la leña 2014-10-18- Columnas-Testimonios Autor: Renzo Allegri La noche del lunes 3 de marzo de 1969, hubo un atentado terrorista en Concesio, pueblo natal del papa Pablo VI: una bomba explot delante del portn de la iglesia parroquial, donde el Papa haba sido bautizado el 30 de septiembre de 1897. Pas poco despus de la media noche, cuando una violentsima explosin despert a los habitantes del pequeo pueblo. El rugido destroz las ventanas de las casas cercanas a la iglesia. La bomba destruy la puerta principal del templo. Fragmentos de madera, hierro y escombros fueron esparcidos a travs del pasillo hasta llegar a la escalinata del altar mayor. La polica cientfica pudo establecer que la bomba estaba formada por un "dispositivo de relojera complejo, cuidadosamente embalado por personas preparadas en el manejo de explosivos". Los daos causados no fueron muy graves. Pero el atentado suscit profunda emocin por el delito contra el Papa. Frente a la iglesia se encontraron manifiestos mecanografiados con frases ofensivas contra el Papa llamndole "hombre lobo", "compaero de Nixon" y se le dirigan fuertes amenazas de muerte. Los panfletos fueron escritos en un mal italiano con frases alemanas, quizs para desviar las investigaciones policiales. Como muchsimos otros periodistas, fui enviado a Concesio para la crnica del hecho. Y en esa ocasin conoc a monseor Francesco Galloni, un anciano sacerdote de 80 aos, que era muy amigo de Pablo VI porque de joven sacerdote haba sido vice-prroco en esa iglesia, a la que asista la familia Montini. Lo busqu y fui a verlo. Viva en Velo d'Astico, un pueblo en la provincia de Vicenza, en una de las casas de la Asociacin "Pro Oriente", la obra que l haba fundado en 1924. Era un sacerdote que haba tenido una vida muy activa. Haba sido tambin un valiente alpino, condecorado por el herosmo demostrado durante la Primera Guerra Mundial. "En 1914, apenas ordenado sacerdote, fui enviado a desarrollar mi apostolado en Concesio", me cont monseor Galloni. "Conoc entonces a Giambattista Montini que tena diecisiete aos e iba al instituto. Nos hicimos amigos. Una amistad que ha durado para siempre. Tambin en esta dolorosa ocasin nos hemos llamado. Y el Papa, hablndome del atentado, lloraba". Recordando las lgrimas de Pablo VI, tambin monseor Galloni se conmovi. Recuperndose me cont una larga historia. "Pablo VI tiene un corazn muy tierno. Es simplemente como un nio aunque tambin tiene una cultura y una experiencia que estn fuera de lo ordinario. l quiere mucho a todos con una inmediatez y una necesidad que nadie puede imaginar. La madre lo ha educado en la confidencialidad, en la humildad. Por eso esconde los propios sentimientos. Se preocupa por decir y hacer lo que es una ventaja para la justicia y el bien espiritual del mundo. Pero todo lo que tiene que ver con su persona lo tiene celosamente oculto. La gente no lo conoce, lo juzgan por tener un carcter fro, un intelectual cerrado en sus pensamientos y en sus problemas. Es un juicio errneo y l lo sufre. Pablo VI es una persona muy sensible que ama a los hombres, sobre todo a los pobres y a los que sufren, como ningn otro". "Cuando yo prestaba mi servicio sacerdotal en Concesio", dijo monseor Galloni, "el Papa era un joven de 17 aos que iba al instituto. Viva con la familia en Brescia, pero pasaba todo el verano en Concesio, en la casa natal, que estaba a unos setecientos metros de la iglesia. Giambattista, todas las tardes, acompaado por la madre y los hermanos Ludovico y Francesco, vena a hacer una visita a la iglesia. Era su paseo nocturno". "Nos hicimos amigos en seguida. Aparentemente era un joven como todos los dems. Amaba estar en compaa, rer, bromear con los jvenes de su edad; pero se adverta algo en l que lo haca distinto a los otros". "No haba hablado nunca con nadie que pretenda hacerse sacerdote. Quiz no lo haba decidido ni siquiera en su alma. Tena una salud muy dbil, sufra de estmago y de intestino. Asista a la escuela por libre, estudiando siempre en casa. Quiz por esto no se decida a revelar el sueo que realmente tena en su corazn. Pero se vea y se senta que era un alma toda de Dios". "La familia Montini durante el invierno se transfera a Brescia donde Giorgio Montini, padre del Papa, era director del peridico local catlico. Yo haba entrado en tal amistad con esta familia que en Brescia, en su casa, tena mi habitacin, junto a la de Giambattista, y cuando iba a Brescia, (suceda un par de veces a la semana), viva en la casa Montini". "La armona y el afecto que reinaba en esa casa era conmovedor. Por la noche se reunan todos en la habitacin de los padres, los tres jvenes y yo, que me haba convertido en el cuarto chico Montini, y se recitaban las oraciones juntos. Era el abogado Giorgio quien comenzaba y guiaba las oraciones". "Giambattista, aunque estuviera enfermo, estudiaba continuamente. Demostraba una inteligencia superior y era siempre el primero de la clase". "En el Colegio Arici donde estudiaba Giambattista, haba una publicacin, "La Fionda". El director era Andrea Treveschi y los colaboradores eran Giambattista y Ludovico Montini. Conservo varias cartas de Giambattista escritas en "La Fionda". Me confiaba sus experiencias de joven periodista, las polmicas, el entusiasmo con el que se dedicaba al peridico. Si no hubiera tomado la carrera eclesistica, Giambattista se hubiera convertido en un ptimo periodista, como lo fue su padre". "Cuando fui a la guerra, Giambattista continu escribindome. Conservo todas sus cartas. Creo que son los nicos escritos en los que l haya manifestado por entero la riqueza y la sensibilidad de su alma. Continu escribindome siempre, tambin de Papa y la ltima carta es de hace unos das. Puede darse cuenta de lo humilde y lo bueno de este hombre. Con todo lo que tiene que hacer se acuerda de m, que no soy nada comparndome con l, y me escribe una carta larga, de su puo y letra, tambin la direccin la ha escrito l. Observe la caligrafa, es ntida, igual que la que tena cuando era estudiante. Mira que pgina ordenada y limpia, no hay una palabra, una vocal o un consonante que estn fuera de la lnea". "En esta menciona 'la presente vida de la Iglesia, sus pruebas internas y las dificultades exteriores', menciona las 'amarguras y las esperanzas de su corazn de padre'. Y me recuerda una fecha, un viaje que hicimos juntos en agosto de 1915". "Giambattista Montini saba que yo iba cada ao a la colina de San Genesio, por encima de Lecco, donde hay una ermita de religiosos de Camaldoli, todos ellos de origen polaco. Iba hasta all para pasar unos das en retiro absoluto, meditar y orar". "Ese ao Giambattista me dijo: 'acompame a San Genesio, quiero pasar unos das en completa soledad'. 'Por supuesto', contest yo. Me pareca que Giambattista estaba reflexionando sobre tomar una decisin importante, pero no saba cual". "Salimos. Giambattista, el padre Paolo Caresana, que era mi confesor, y yo". "Al llegar a la cima de la colina, despus de un largo viaje (entonces no haba coches) llamamos a la puerta de la ermita. Vino a abrirnos al padre Matteo, a quien yo conoca. Pedimos hospedaje para algunos das de retiro. El padre Matteo respondi: 'para vosotros dos sacerdotes s, pero para ese joven no se puede, la regla prohbe dejar pasar al monasterio a un laico'. 'Pero, padre Mateo', dije yo, 'hemos hecho doscientos kilmetros para venir hasta aqu, no podemos dejar que el joven se vuelva solo'". "El padre Matteo llam al padre superior. La respuesta fue la misma. 'Si el joven se quiere quedar', dijo el padre superior, 'tiene que adaptarse a dormir en la cabaa de la lea, detrs del convento; le prestaremos algo para tumbarse'. 'Encantado, padre', dijo Giambattista muy feliz. Y durante todo el tiempo se qued abajo, casi una semana, Montini, acostumbrado a vivir en una casa seorial y con una salud delicada, durmi en el suelo, en una cabaa para la lea. El Papa ha continuado as, sencillo y bueno como entonces". Copyright ElPeriodicodeMexico.com