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No 7.
HIDROXIETILALMIDONES Y SU
RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
Dra. Misericordia Basora. Hospital Clínic. Barcelona.
Dr. Juan Vicente Llau. Hospital Clínic Universitari. Valencia.
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1 . IN T RODUC C I Ó N . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ................................................................. 3
2 . N U E V OS C O NC EPTO S EN HEM O S TA S IA ....................................................... 4
2 .1 Modelo actual de hemostasia 5
2.2 Evaluación clínica y analítica de la hemostasia
7
3 . E V OL U CI Ó N HI STÓ R I C A DE LO S H ID ROXIE T ILA LMID ON E S ............................ 8
4 . E F E CT O S DE LO S HI DR O XI ETI LALMID ON E S S OBRE LA COA G U LA CIÓN ........... 9
4 .1 Efectos no específicos.
9
4.2. E fectos específicos.
9
5 . E F E CT O S DE LO S HI DR O XI ETI LALMID ON E S S OBRE
L A F U N C I Ó N PLAQ UETAR I A.. . . . . . ............................................................... 1 0
5 .1 Métodos de valoración de la función plaquetaria
11
6 . A S P E CT O S C LÍ NI C O S DE LO S HI D ROXIE T ILA LMID ON E S
E N RE L AC I Ó N C O N LA HEM O STAS IA ......................................................... 1 1
6 .1 Pérdidas hemáticas
12
6.2 Monitorización de la coagulación
13
7 . CON CL USI O NES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ............................................................... 1 4
8 . BIBL IOGR AFÍ A. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ............................................................... 1 4
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INFOCOLLOIDS no 7: HIDROXIETILALMIDONES Y SU RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
HIDROXIETILALMIDONES Y SU
RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
Dra. Misericordia Basora(1) Dr. Juan Vicente Llau(2)
1) Hospital Clínic (Barcelona). Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor
2) Hospital Clínico Universitario (Valencia). Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor
1. INTRODUCCIÓN
En los últimos años ha ido creciendo la preocupación por la fluidoterapia en el paciente quirúrgico.
La conciencia por parte de los anestesiólogos de la
importancia de conocer las características y cantidades a administrar de cada fluido, junto a la revisión
y cambio de algunos conceptos antiguos como son
las pautas fijas de volumen por pérdidas insensibles,
el ayuno y la reposición de un tercer espacio, han
ido cambiando nuestra práctica clínica. Actualmente,
los anestesiólogos españoles disponen de una gran
variedad de fluidos para la administración endovenosa y la elección de unos u otros dependerá de
diferentes factores. En el caso de los coloides los
tres factores determinantes son: el poder expansor,
la permanencia en el espacio intravascular y su
posible efecto sobre la coagulación.
Los almidones son los coloides más comúnmente
utilizados (72,5%), seguido por las gelatinas
(27,5%), mientras que los dextranos están en desuso según la encuesta realizada a los anestesiólogos españoles en el año 2004-2005 (Basora 2007).
Actualmente los dextranos no están recomendados por sus efectos colaterales sobre la coagulación y por las reacciones anafilácticas.
no todos los coloides tienen los mismos efectos
sobre la coagulación, y por otro lado, las técnicas
rutinarias que utilizamos para valorar la coagulación (índice de Quick, tiempo parcial de tromboplastina o el número de plaquetas) no nos dicen
nada acerca del funcionamiento de las plaquetas,
ni pueden medir los posibles efectos de éstos sobre
la coagulación. Tampoco podemos estar seguros
de que los efectos que puedan producir sobre
pruebas totales como el tromboelastograma, nos
vayan a indicar que existe un problema de coagulación in vivo, como puede ser la alteración del
La elección de un coloide u otro dependerá
de su poder expansor, la permanencia en el
espacio intravascular y su posible efecto sobre
la coagulación
ROTEG, que se ha atribuido a una anomalía in
vitro, sin los mecanismos compensadores que puedan existir in vivo (Kozek-Langenecker 2009).
La principal indicación para la reposición volémica
con coloides, será la pérdida de sangre. Dicha
pérdida, tendrá ya de por si, efectos sobre la
hemodilución producida por los propios fluidos, y
en consecuencia, una disminución de factores de
coagulación y del número de plaquetas, que van
a agravar una tendencia a la hemorragia.
Por todo ello, es imprescindible conocer los efectos de la coagulación, basados en los estudios que
han analizado estos efectos. También debemos
tener en cuenta, que a parte del coloide escogido
para la pérdida plasmática, van a existir otros factores como la hipotermia y la acidosis que van a
alterar la coagulación. Los HEAs en soluciones
balanceadas causan menos anomalías de la coagulación in vitro que los penta-almidones (Roche
2006, Boldt 2007).
Los efectos de los coloides sobre la coagulación
debemos tenerlos presentes, ya que por un lado
Además de los efectos directos de la alteración de
la coagulación producida por los coloides y sus
3
efectos sobre la hemorragia quirúrgica, nos van a
marcar su repercusión clínica. Mientras que la
administración de almidones lentamente degradables, como el heta-almidón (HEA 450/0,7) y
penta-almidón (HEA 200/0,5) producen un incremento de la hemorragia y un empeoramiento de
la evolución clínica después de la cirugía cardiaca,
en comparación con la albúmina (Wilkes 2001), la
administración de almidones rápidamente degradables, tetra-almidón (HEA 130/0,4) ha demostrado no presentar diferencias en cuanto a hemorragia ni a transfusión, en comparación con albúmina o gelatinas. (Kozek-Langenecker 2009)
Cada vez se hace más énfasis en la necesidad de
analizar los efectos de cada coloide como un fármaco distinto, los cuales presentaran efectos
generales inherentes a su naturaleza coloide y
efectos específicos relacionados con cada producto, como el peso molecular in vivo, ya que existen
diferencias considerables entre ellos.
Por lo tanto, los efectos sobre la coagulación de los
coloides son inherentes a la molécula coloidal. Pero
fluidos como las gelatinas, la albúmina y los hidroxietilalmidones rápidamente degradables, HEA 130/0,4
al 6% (Voluven® y Volulyte®) han demostrado tener
escasos efectos sobre la coagulación.
2. NUEVOS CONCEPTOS EN HEMOSTASIA
La hemostasia es el resultado del equilibrio entre
las interacciones de los componentes de la sangre
con las paredes de los vasos sanguíneos. Ello
supone el mantenimiento de la sangre en estado
fluido, evitando desequilibrios que conduzcan a la
hemorragia o a la trombosis.
La hemostasia no es una situación estática que se
desencadena y determina la formación de un coágulo. Bien al contario se trata de un proceso en
“movimiento continuo”, con activación y neutralización constante y permanente, de forma que la
reparación de los pequeños defectos que se producen en el cuerpo de forma continua y constante, implican la activación del proceso, y a su vez la
inhibición del mismo para evitar que dicha activación resulte excesiva.
El equilibrio entre la activación y la inhibición de
la hemostasia está basado en el equilibrio entre
sus componentes que podemos diferenciar de
forma didáctica en:
1. Endotelio y Subendotelio Vascular.
2. Plaquetas y Células Sanguíneas.
3. Factores propios de la Coagulación.
4. Fibrinolisis.
Cualquier fallo de uno de estos componentes sería
como el fallo de una de las cuatro patas de una
mesa, desviando el equilibrio hemostático hacia la
trombosis o hacia la hemorragia (Muñoz M, 2003).
4
Merece hacer una mención particular al inicio de
esta pequeña revisión al papel que juega el endotelio. El revestimiento endotelial de la pared vascular tiene un papel esencial en: el mantenimiento de todo el sistema “en reposo” en situación
normal, en el desencadenamiento del proceso de
hemostasia y también en la posterior prevención
de la formación de trombos. Entre las moléculas
activas en este modelo de acción del endotelio
podemos destacar a la prostaciclina (PGI2), derivada de las prostaglandinas y el óxido nítrico (NO),
ambos con una potente acción vasodilatadora y
antiagregante, a la trombomodulina, con una
importante acción inhibidora de la coagulación, a
los glicosaminglicanos que son capaces de potenciar la acción inhibidora de la antitrombina y el
cofactor II de la heparina, y a activadores de la
fibrinolisis como el activador tisular del plasmínógeno y la urokinasa, que actúan en la fase de lisis
del coágulo; dentro de las acciones procoagulantes es imprescindible citar al factor de von-Willebrand, al inhibidor del activador del plasminógeno y al propio factor tisular (Hillman RS, 2007).
Por otra parte, y de forma clásica se ha considerado que los componentes de este frágil y delicado
equilibrio actúan de forma secuencial, de forma
que podemos establecer de forma fundamentalemente didáctica que el proceso hemostático comprende las siguientes fases:
INFOCOLLOIDS no 7: HIDROXIETILALMIDONES Y SU RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
1.Hemostasia primaria, se desencadena ante cualquier pérdida de continuidad del endotelio
vascular e incluye la interacción entre la propia
pared vascular, las plaquetas y algunos factores
de la coagulación, dando lugar a la formación
de un primer trombo hemostático que se denominó por los clásicos como “trombo blanco”.
2.Hemostasia secundaria: se trata de un proceso
enzimático que tiene lugar sobre la pared vascular o sobre las superficies celulares, bajo la
influencia de distintas acciones reguladoras
(estímulo e inhibición) y que finaliza con la formación de un trombo hemostático de fibrina,
denominado en ocasiones como “trombo
rojo”.
3.Fibrinolisis, promovida por el sistema fibrinolítico para eliminar los trombos de fibrina una vez
han ejercido completamente su labor de tapón
hemostático, para facilitar la recanalización vascular y el restablecimiento del riego sanguíneo
normal.
INICIO
TF
Célula
endotelial VIIa
4.Cicatrización, que es una fase caracterizada por
la proliferación de células como los fibroblastos
en combinación con la formación de fibras colágenas, cuyo objetivo final es la reparación completa del tejido dañado hasta la completa vuelta
a su morfología original.
2.1 Modelo actual de la hemostasia
Actualmente se considera que el modelo secuencial clásico es más didáctico que real, de forma
que la existencia de dos vías independientes de
activación de la coagulación no es correcta conceptualmente. Por ello se reconoce que la generación y/o exposición del factor tisular en el lugar
de la lesión es el primer paso fisiológico para el
desencadenamiento de la coagulación (Hoffman
M, 2005). Así se han descrito tres fases de la coagulación muy relacionadas entre ellas y cuyo desarrollo no es realmente secuencial sino más bien
simultáneo. Estas fases se denominan inicio, propagación y amplificación (figura 1); junto a estas fases,
Figura 1. Modelo de la activación de la coagulación
basado en el inicio de la misma a partir de las células
endoteliales y el factor tisular.
IX
IXa
X
VIIa
Xa
Trombina
AMP
LIF
AG
PR
OP
Protrombina
A
Fibrina
estable
N
CIÓ
XIII
XIIIa
Fibrina
IC
AC
vWF-VIII VIIIa
Trombina
IX
Va
Plaqueta
Trombina
N
V
Fibrinógeno
IÓ
XIa
IXa
Protrombina
Xa
Va
Plaqueta
activada
IXa
X
IXa
5
de forma sincrónica, se inicia un proceso de control de las mismas por parte del sistema fibrinolítico. En estos procesos, quien juega el papel central
es la trombina, cuyas acciones son tanto procoagulantes y antifibrinolíticas como anticoagulantes y
profibrinolíticas a la vez, sin olvidar otras antiinflamatorias y de proliferación celular (figura 2).
El proceso se inicia con la formación de un complejo Factor tisular (FT) – Factor VIIa, después de
que el FT sea expuesto a la circulación por parte
de las células endoteliales y los fibroblastos cuando existe una solución de continuidad en la pared
vascular. El complejo FT-FVIIa activa a los factores
IX y X y el FXa genera trombina activando la protrombina (fase de inicio). Estas pequeñas cantidades de trombina aseguran que la activación de la
coagulación y la posterior formación de trombina
estén mantenidas (fase de amplificación). La trombina activa a los factores V, VIII y XI, y a las plaquetas, de forma que éstas proporcionan la superficie
idónea sobre la cual ocurre la fase de propagación
de la coagulación.
El complejo plaqueta-membrana endotelial-facto-
res activados, une y estimula de forma muy efectiva al factor X, de forma que éste, una vez activado
y en forma de FXa, forma parte del llamado complejo protrombinasa, que es capaz de generar de
forma rápida y efectiva grandes cantidades de
trombina. Los monómeros de fibrina resultantes
de la polimerización del fibrinógeno forman un
primer coágulo inestable de fibrina, pero el factor
XIII, activado también por la propia trombina a
FXIIIa estabiliza los polímeros de fibrina, formando un coágulo mucho más compacto.
La evaluación de la hemostasia incluye una
buena anamnesis junto a diversas pruebas de
laboratorio.
A la vez que la hemostasia, de la forma descrita,
se está desarrollando, se activa también la propia
inhibición de la coagulación que finaliza el proceso; para ello, existen diversos factores presentes
en el plasma que actúan como “controladores” de
la hemostasia y ejercen sus funciones antes del
ANTICOAGULANTE
• Activación proteína C
• Formación de prostaciclina
• Activación del plasminógeno
PROCOAGULANTE
• Formación de fibrina
• Activación de plaquetas
• Activación del TAFI
• Activación de múltiples factores
de la coagulación
INFLAMACIÓN
• Expresión de P-selectina
• Adhesión celular
•Quimiotactismo
PROLIFERACIÓN CELULAR
• Reparación tisular
• Secreción fact. crecimiento
•Angiogénesis
Figura 2. P
apel central de la trombina en la hemostasia y en procesos de inflamación y proliferación celular.
(TAFI: inhibidor de la fibrinolisis activable por trombina)
6
INFOCOLLOIDS no 7: HIDROXIETILALMIDONES Y SU RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
inicio de la fibrinolisis. Los principales factores
fisiológicos que inhiben la coagulación se describen en la tabla 1.
El proceso de fibrinolisis tiene como misión fundamental la restauración de la permeabilidad del
vaso dañado una vez se ha iniciado la reparación
de la solución de continuidad de la pared endotelial. En primer lugar, el plasminógeno es activado a
plasmina por el activador tisular del plasminógeno,
producido por las células endoteliales, que también son las responsables de la producción del
activador del plasminógeno de cadena única. Así la
plasmina se une a la fibrina y al fibrinógeno en
diversos lugares de unión degradándolos entonces
y produciendo los llamados productos de degradación de fibrina y de fibrinógeno en cantidades
variables. Todo el proceso tiene un sistema de
autocontrol que implica a muchas otras sustancias
producidas por el estímulo de la propia plasmina y
del plasminógeno (por ejemplo, los inhibidores de
la activación del plasminógeno tipo I y tipo II).
2.2 E
valuación clínica y analítica
de la hemostasia
La evaluación de la hemostasia se inicia con una
buena anamnesis dirigida, la cual incluirá preguntas encaminadas a averiguar cualquier evento
relacionado con una tendencia mayor de lo habitual al sangrado, averiguando si el paciente sufre
ciertas hemorragias de forma espontánea, si hay
historia de ingesta de fármacos que puedan causar alteraciones en el proceso hemostático, o si
algún miembro de la familia ha presentado algún
problema hemorrágico (Feldman MD, 1995),
Conjuntamente es habitual la evaluación de diversas pruebas de laboratorio (tabla 2) (Martin E,
2003, SETS, 2006), de las cuales sólo parecen necesarias, en una evaluación estándar, el recuento de
plaquetas, el INR (International Normalized Ratio,
que es el equivalente al cada vez menos empleado
Índice de Quick), el Tiempo Parcial de Tromboplastina
Activado y la determinación del nivel plasmático
de fibrinógeno.
Tabla 1. Inhibidores de la coagulación y sus funciones más importantes.
PROTEÍNAS PLASMÁTICAS
FUNCIONES PRINCIPALES
Antitrombina
Inhibe a la trombina y a los factores F-Xa, F-IXa, F-XIa
Proteína C
Inhibe a los factores F-Va, F-VIIIa
Proteína S
Cofactor de la Proteína C en sus funciones
Trombomodulina
Se une a la trombina para activar a la proteína C
Cofactor II de la heparina
Inhibe a la trombina
Receptor endotelial de la proteína C
Aumenta y potencia la acción de la proteína C
Tabla 2. Orientación diagnóstica de los trastornos de la hemostasia a partir de pruebas globales de la hemostasia.
TEST DE LABORATORIO
NORMALIDAD
INTERPRETACIÓN DE LA ALTERACIÓN
Recuento de plaquetas
150-400 x 109/L
Trombocitopenia
T. Protrombina (TP)
Índice de Quick
INR
12-14 seg.
80-110 %
0.85- 1
Déficit de factores II, V, VII, X, tratamiento con anticoagulantes orales
T. Parcial de tromboplastina activada (TPTA)
25-30 seg.
Déficit de factores XII, XI, IX, VIII, tratamiento con heparina
T. Trombina (TT)
20-24 seg.
Déficit de factores II, V, X, tratamiento con heparina
Fibrinógeno
1.5-4 g/L
Hipofibrinogenemia, disfibrinogenemia
T. de Hemorragia de Ivy
< 9 min.
Trombopenia, trombopatía, enf. VonWillebrand.
7
3. E
VOLUCIÓN HISTÓRICA DE
LOS HIDROXIETIALMIDONES
Los hidroxietilalmidones (HEA) son polímeros
naturales de la amilopectina, modificados químicamente por una hidroxietilación en la subunidad
de los carbonos C2, C3 y C6 de la glucosa. La amilopectina, molécula ramificada, puede proceder del
almidón de maíz o de la patata. El almidón derivado del maíz (Voluven® y Volulyte®) presenta
unos porcentajes de amilopectina entre un 97-99%
(Sommermeyer 2007), mientras que el almidón de
patata contiene entre un 70%-80% de amilopectina y un 20-30% de amilasa, molécula lineal. A
mayor cantidad de amilopectina más difícil de
degradar la molécula por la α-amilasa, y por tanto
mayor permanencia en el espacio intravascular
(Sommermeyer 2007)
Los HEAs se clasifican en función de cuatro parámetros, los cuales determinarán la eficacia y seguridad de los mismos. Estos cuatro parámetros son
la concentración, el peso molecular, el índice de
sustitución molar y el ratio C2:C6. (Tabla 3) La concentración influye principalmente en el efecto
inicial, siendo las soluciones al 6% isooncóticas,
mientras que las del 10% son hiperoncóticas. El
peso molecular determina la capacidad expansora
del hidroxietilalmidón mientras que el índice de
sustitución molar y el ratio C2:C6 son los determinantes principales de la vida media circulante
(Thompson 1980)
A medida que los hidroxietilalmidones han ido
evolucionando, se han ido disminuyendo los pesos
moleculares e índices de sustitución molar, incrementándose los ratios C2:C6 para hacerlos más
resistente a la degradación por la α-amilasa y en
consecuencia aumentando su duración en el espacio intravascular.
La farmacodinamia de estos fármacos depende
del peso molecular medio in vivo, al igual que los
efectos adversos sobre la hemostasia, los cuales
también van a depender de la degradación in vivo
de cada HEA en particular (Westphal 2009).
La gran variedad de hidroxietilalmidones comercializados y disponibles en diferentes países y sus
diferencias en cuanto a la información disponible
sobre su peso molecular in vivo, especialmente de
los hidroxietilalmidones más antiguos, ha promovido una nueva clasificación. Hidroxietilalmidones
lentamente degradables, incluyéndose los HEAs
de primera generación (Heta-almidones) y los de
segunda generación (Hexa-almidones y Pentaalmidones) con un alto índice de sustitución molar
entre 0,7 y 0,5. Y hidroxietilalmidones rápidamente degradables donde se incluyen los de tercera
generación, tetra-almidones (HEA 130/0,4)
Los almidones de primera generación y segunda
generación, o lentamente degradables, se han
dejado de utilizar, principalmente por sus efectos
colaterales sobre la coagulación, la función renal
y acumulación en el sistema retículoendotelial
(Jungheinrich 2005). En la actualidad la gran parte
de los HEAs que se utilizan son de tercera generación, HEA 130/0,4 al 6% (Basora 2007), los cuales
han conseguido la misma capacidad expansora y
duración que los HEAs de segunda generación,
minimizando sus efectos sobre la coagulación y la
función renal.
Tabla 3. Principales características de los HEA según la generación
HEA
8
PESO MOLECULAR (KD)
ÍNDICE DE SUSTITUCIÓN MOLAR
RATIO C2:C6
DISPONIBILIDAD
1ª Generación
670
600
450
0,7 (Heta-almidón)
4-5:1
5:1
6:1
U.S.A.
U.S.A
Europa
2ª Generación
200
0,62 (hexa-almidón)
0,5 (penta-almidón)
9:1
5:1
Europa
Europa
3ª Generación
130
0,4 (tetra-almidón)
9:1
Europa
INFOCOLLOIDS no 7: HIDROXIETILALMIDONES Y SU RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
4. E
FECTO DE LOS HIDROXIETILALMIDONES
SOBRE LA COAGULACIÓN
El efecto que los HEAs provocan sobre el sistema
hemostático lo podemos dividir en dos aspectos
diferentes: efectos no específicos y efectos específicos.
son para todos igual. En general, la interferencia
es menor cuanto más bajo sea el peso molecular
y más rápida sea su degradación.
4.2. Efectos específicos
Aunque no se ha encontrado una explicación definitiva para las alteraciones específicas de la coagulación que pudieran provocarse tras la administración de un determinado almidón, se ha descrito
una disminución del factor VIII:C, mayor que la
que estaría relacionada únicamente con el efecto
inespecífico de la hemodilución. Este efecto sobre
el F-VIII:C depende tanto de la concentración del
HEA en plasma como del peso molecular in vivo
del almidón y la rapidez de infusión del mismo
(Tigchelaar 1997, Treib 1998, Van der Linden
2006). Se han planteado como hipótesis más probables la eliminación acelerada del complejo
F-VIII/F-vW tras su unión a las moléculas de HEA
y/o un cierto efecto protector del HEA a nivel
endotelial que inhibiría el incremento reactivo
que se produce del F-VIII cuando hay una lesión
endotelial por una solución de continuidad. Esta
situación, además, como se describe más adelante, determinaría una disminución de la agregación plaquetaria, y posteriormente una disminución de la activación del Factor X, eje central de la
vía común de la cascada de la coagulación.
Finalmente, también se ha detectado una disminución de la estabilización del coágulo de fibrina
en presencia de moléculas de almidón de alto
peso molecular, que podrían ser la causa del incremento de la fibrolisis que se ha postulado también en relación con los almidones de larga vida
media (Strauss 2002).
Se denominan efectos específicos, a los relacionados con las modificaciones de la hemostasia por la
acción directa del fluido administrado sobre los
factores de la coagulación, fibrinolisis y función
plaquetaria (de Jonge 2001). La interferencia de
los HEAs con la hemostasia, al igual que ocurre
con la interferencia con las plaquetas, depende
de las características de cada HEA, no pudiéndose
generalizar que las alteraciones de la coagulación
En todo caso, es necesario insistir en que son los
HEA de degradación lenta, que permanecen más
tiempo en plasma, los que podrían provocar que
estas alteraciones de la coagulación fueran significativas clínicamente (tal como se comenta más
adelante), mientras que en los almidones de
degradación rápida (HEA 130/0.4), estas alteraciones carecen de relevancia clínica (KozekLangenecker 2005, Westphal 2009).
4.1. Efectos no específicos.
Denominamos efectos no específicos sobre la
hemostasia tras la administración de cualquier
fluido en general y de los HEA en particular, a
aquéllos relacionados con la progresiva dilución
plasmática de los factores de la coagulación (Van
der Linden 2006). En esta cuestión es necesario
tener en cuenta el doble aspecto de la hemodilución relacionada con la expansión volémica inducida por el fluido, a la que se suma la pérdida de
factores por el sangrado. Estos efectos no específicos han sido evaluados en diversos estudios
tanto in vitro como in vivo, tras los que se puede
concluir, por ejemplo, que la hemodilución puede
tender inicialmente a un estado de hipercoagulabilidad por disminución de la concentración relativa de factores inhibidores y posteriormente a
una hipocoagulabilidad cuando progresa; igualmente, se ha descrito que la hemodilución puede
tender a la hipocoagulabilidad en relación con la
anemia dilucional por la disminución de los efectos positivos que los hematíes poseen (no sólo de
tipo mecánico, más relacionados con las plaquetas, sino también biológico, relacionados sobre
todo con la producción de adenosin-difosfato
intracelular).
9
5. E
FECTO DE LOS HIDROXIETILALMIDONES
SOBRE LA FUNCIÓN PLAQUETARIA
De la misma forma que ocurre con la coagulación,
las diferencias fisicoquímicas de los diferentes
hidroxietilalmidones, son importantes en relación
a los efectos que producirán sobre las plaquetas.
Efectos de los hidroxietilalmidones en general:
(figura.3)
1. Disminución de volumen plaquetario medio
por hemodilución.
2. Prolongación del tiempo de oclusión medido
por el PFA-100 (asociado a los HEAs lentamente degradables)
3. Disminución de la expresión y la activación de
la GP IIb-IIIa de la superficie plaquetaria tras la
inducción por un agonista. Esto produce una
disminución de la adhesión y de la agregación
plaquetaria y una prolongación del tiempo de
oclusión.
Tal y como muestra la tabla 4, no todos los HEAs
son iguales, sus características físico-químicas determinarán sus efectos sobre la función plaquetaria.
Siendo el HEA 130/0,4 al 6% el que presenta escasos o nulos efectos sobre la función plaquetaria.
Tabla 4. Efectos de los HEAs sobre la función plaquetaria.
Hidroxietilalmidones
Rápidamente degradables
(HEA 130/0,4 al 6%)
Lentamente degradables
(HEA PM ≥ 200KDa)
PFA-100 (tiempo de oclusión)
Prolongación mínima o nula
Prolongación
Agregación plaquetaria
No afectada
Deteriorada
Secreción plaquetaria (expresión P-selectina)
Sin datos
No afectada o ligeramente deprimida
Figura 3. Efectos de las moléculas de HEA en la hemostasia. Las soluciones de HEA (flechas amarillas) lentamente degradables disminuyen la concentración plasmática
de factor VIII y su glicoproteina transportadora, Factor von Willebrand (flechas azules). Esta disminución va a impedir que las plaquetas se unan al colágeno y a los glucosaminoglicanos de la superficie endotelial. La disponibilidad reducida de GP IIb-IIIa activada, causada por una superficie plaquetaria cubierta por macromoléculas de HEA,
deteriora la adhesión al fibrinógeno, tanto al unido como al libre, impidiendo la unión entre plaquetas vecinas y causando deterioro de la agregación plaquetaria. Las
plaquetas activadas exponen sus fosfolipidos cargados negativamente en su superficie. Estos se unen a constituyentes del complejo protrombinasa (Va) y complejo tenasa
(VIIIa; actividad procoagulante). La disponibilidad reducida del acelerador VIIIa causa una disminución de la activación del factor X de la vía intrínseca. Los HEA impiden la
polimerización de la fibrina necesaria para la formación de una malla de fibrina estable.
10
Figura adaptada de Kozek-Langenecker S. Anesthesiology 2005;103:654-60 y Transfus Altern Transfus Med 2007; 9: 173-81
INFOCOLLOIDS no 7: HIDROXIETILALMIDONES Y SU RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
5.1 Métodos de valoración
de la función plaquetaria
El PFA-100 TM (Platelet Function Analyzer, Dade
Behring): es un aparato que estudia in vitro sobre
una muestra de sangre total citratada, la capacidad funcional de las plaquetas para formar un
agregado plaquetario, reproduciendo de forma
artificial un entorno de vaso lesionado. La sangre
total citratada se deposita en un cartucho desechable. Esta muestra de sangre se aspira a través
de un capilar en una cámara de reacción en la que
la sangre está en contacto con una membrana que
contiene un activador plaquetario (ADP o adrenalina). La membrana presenta un orificio de pequeño diámetro donde se adhieren las plaquetas. Una
vez se estabiliza el trombo plaquetario, el orificio
de la membrana se cierra. El tiempo de oclusión
(TO/PFA), expresado en segundos, es el valor que
ofrece el aparato. Esta medición mide la función
global de la GP IIb-IIIa y la GP Ib con sus ligandos
como son: el fibrinógeno y el factor von Willebrand
(vWF). Este aparato permite una evaluación dinámica, estandarizada y rápida de las anomalías de
la hemostasia primaria vinculadas a las plaquetas,
con una sensibilidad y especificidad muy superiores a las de la medición del tiempo de sangría. Es
fácil de realizar en un laboratorio de rutina y permite detectar el efecto sobre el funcionamiento
plaquetario de un déficit del factor vWF, o de una
ingesta reciente de AAS (ácido acetil salicílico).
También permite descartar trombopatías constitucionales raras como las enfermedades de BernardSoulier o de Glanzmann o defectos del contenido
o de liberación de gránulos plaquetarios.
Tromboelastograma (TEG): El tromboelastograma
proporciona una valoración global de la función
hemostásica. Mientras otras pruebas convencionales finalizan con la formación de los primeros
cordones de fibrina, el TEG comienza la evaluación de la formación del coágulo en este punto y
recoge datos a medida que la coagulación continúa hacia una eventual retracción del coágulo.
Por lo tanto un sólo test da información sobre
diversos pasos en el proceso de coagulación. A
diferencia de las pruebas de laboratorio que precisan plasma para su medición, el TEG se mide en
sangre total y por consiguiente, mide la interacción entre el fibrinógeno, las plaquetas y las proteínas de la cascada de coagulación. En el análisis
ROTEG, el tiempo de coagulación CT (Coagulation
Time o tiempo de coagulación: 95-205 segundos)
se corresponde con en el tiempo de reacción en el
TEG convencional; El CFT (Clot Formation Time o
tiempo de formación del coágulo: <180 segundos)
se corresponde con el k time; el MCF: Maximum
Clot Firmnes o máxima firmeza del coágulo (56-74
mm) es equivalente a la amplitud máxima. La
hemodilución progresiva produce un estado de
hipocoagulabilidad caracterizada por una aumento del TC, CFT y del MCF (Kozek- Langenecker2009).
La hemodilución de la sangre in vitro, con proporciones progresivas de coloides, no se hace manifiesta, alteración de la coagulación con una dilución del 20% y se hace evidente un estado de
hipocoagulabilidad cuando se llega a una hemodilución del 40% con coloides, y del 60% con
coloide o con cristaloide. (Fries 2002)
Junto a las características físico-químicas de los
HEAs, la composición del solvente que contiene el
hidroxietilalmidón puede también influir en la
función plaquetaria: los solventes con alto contenido de calcio pueden ejercer un efecto de estimulación plaquetaria.
6. A
SPECTOS CLÍNICOS DE LOS HEAS
EN RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
La fluidoterapia en general y la reposición de
volumen con coloides en particular, siempre han
presentado controversias en relación con la afectación de la hemostasia y los aspectos clínicos y
prácticos que sus implicaciones pudieran tener.
Así, no es infrecuente escuchar preguntas similares a “¿y cómo afecta la elección de uno u otro
tipo de fluido en el resultado final?”, “¿es mejor
emplear coloides o cristaloides?”, o “¿son todos
los coloides iguales?”.
11
Partiendo de la base de que la discusión “cristaloides versus coloides” debe ser considerada una
premisa obsoleta en la práctica diaria y que debemos pasar a establecer como punto de partida
“cristaloides y coloides” (Chappell D, 2008) como
mejor práctica en fluidoterapia, uno de los aspectos a debatir a continuación sería la seguridad del
empleo de los coloides y sus implicaciones reales
en la práctica clínica. En primer lugar, los almidones de primera y segunda generación se han dejado de emplear casi del todo por sus efectos colaterales sobre la coagulación, la función renal y la
acumulación en el sistema reticuloendotelial
(Jungheinrich 2005), utilizándose en la actualidad
casi de forma exclusiva aquéllos de tercera generación (HEA 130/0,4 al 6%) con una capacidad
expansora similar a los anteriores, pero cuya afectación sobre la coagulación y la función renal ha
sido minimizada.
Como se ha comentado en los apartados anteriores, el mecanismo por el cual las macromoléculas
de HEA interactúan con las plaquetas y los factores de la coagulación sigue estando en controversia y no es del todo conocido. A nivel práctico, y
para establecer definitivamente la seguridad del
empleo de los HEAs a nivel hemostático, consideramos necesario revisar cuidadosamente los estudios que implican a los HEAs en una peor evolución y resultado final de los pacientes en relación
con las alteraciones en la hemostasia.
6.1 Pérdidas hemáticas
La valoración de las pérdidas hemáticas y el
empleo de hemoderivados como consecuencia de
las mismas, pueden ser considerados parámetros
válidos para determinar la seguridad de los HEAs
de última generación (HEA130/0,4 al 6%) a nivel
de la coagulación. Para ello, podemos revisar los
siguientes trabajos:
· Metaanálisis
comparativo entre dos HEAs (tercera vs segunda generación). Análisis comparativo de datos publicados sobre el HEA 130/0.4
(6%) frente al HEA 200/0.5 (6%), que incluye
siete estudios de cirugía cardiaca, cirugía ortopédica y urología. La conclusión del mismo es
que las pérdidas hemáticas y la necesidad de
uso de hemoderivados es menor si se emplea el
12
HEA 130/0.4 (de tercera generación) que si se
emplea el HEA 200/0.5 (de segunda generación)
(Kozek-Langenecker SA, 2008). Es destacable el
resultado en relación con el volumen de coloide
infundido en cada uno de los grupos estudiados, dado que la administración de HEA 130/0.4
fue significativamente superior a la de HEA
200/0.5 en los estudios analizados (33.2±13.2 vs
28.0±7.9 ml/kg respectivamente, p<0.01); igualmente, cabe destacar que en el primer grupo de
pacientes, cuando se analizan únicamente los
cuatro estudios en cirugía cardiaca, las pérdidas
en los drenajes fueron significativamente inferiores a las medidas en los pacientes del segundo grupo (930±539 vs 1050±850 ml, p=0.05).
· Comparación entre dos tipos de HEAs y gelatinas. Cheng y colaboradores han publicado una
amplia revisión y metanálisis sobre los efectos
de los diferentes coloides en el periodo perioperatorio (Cheng 2007). Para ello han incluído 73
estudios clínicos randomizados comparando
HEA 200/0.5, HEA 130/0.4 y gelatinas, con unos
resultados que muestran que la reposicion de
fluidos con el HEA 130/0.4 se asocia a un 15%
menos de pérdidas sanguíneas en comparación
a la realizada con HEA 200/0.5 o con gelatinas.
· Comparación entre HEA 130/0.4 y gelatinas. En
un estudio de cirugía cardiaca en que se administró la misma dosis de cada uno de los coloides
a dos grupos de pacientes, se determinó que las
pérdidas hemáticas fueron similares en ambos
grupos, así como la cantidad de hemoderivados
transfundidos (Van der Linden 2005), confirmando así los resultados obtenidos en otros
estudios (Kozek-Langenecker 2008).
· Comparación entre albúmina y HEAs de segunda
generación. Es muy interesante el análisis de un
estudio comparativo entre la albúmina y los coloides de segunda generación, en cirugía coronaria
en relación con el sangrado postoperatorio. El
resultado de este metanálisis es claramente favorable a la albúmina (en el 88% de los estudios analizados la pérdida hemática fue menor con albúmina), debiéndose destacar que los HEAs que se
valoran en este metanálisis son de alto o moderado peso molecular (450 ó 200 kD), y en todo caso,
de degradación lenta (Wilkes 2001).
INFOCOLLOIDS no 7: HIDROXIETILALMIDONES Y SU RELACIÓN CON LA HEMOSTASIA
· Estudios
en Cirugía mayor abdominal. Entre
otros estudios merece ser destacado el realizado
por Haisch y cols., comparando HEA 130/0.4 con
gelatinas (Haisch 2001). En él los pacientes que
recibieron una media de 2430 ml de HEA 130/0.4
hasta la mañana del día siguiente al de la cirugía no mostraron alteraciones significativas
sobre la hemostasia, siendo comparables a las
observadas tras la administración de gelatinas.
Igualmente, el consumo de hemoderivados en
ambos grupos fue similar.
La discusión cristaloides vs coloides es obsoleta, debemos hablar de cristaloides y coloides
· Estudios
en cirugía cardiaca. En este tipo de
cirugía se han desarrollado diferentes trabajos
buscando el coloide óptimo para la reposición
de volumen que fuera capaz de minimizar las
alteraciones de la coagulación y optimizar el
consumo de hemoderivados. En este sentido,
encontramos un trabajo (Kasper 2003) de donde
el HEA 130/0.4 se presenta como un coloide
efectivo y seguro, mostrando una menor pérdida sanguínea y necesidad transfusional frente
al HEA 200/0.5 cuando se emplean ambos a las
dosis máximas recomendadas (49 ml/kg y 33 ml/
kg respectivamente para HEA 130/0.4 y HEA
200/0.5). Similares resultados se han descrito en
otros trabajos (Gallandat Huet 2000) donde se
comparan también ambos HEAs; se valoran la
pérdida sanguínea, administración de hemoderivados y variables de la coagulación con unos
resultados que muestran menor pérdida sanguínea y menor uso de hemoderivados con el HEA
130/0.4.
· Estudios en cirugía ortopédica. El HEA 130/0.4
se mostró comparativamente más seguro que
otros HEA (Langeron 2001), provocando menores alteraciones de la hemostasia y un consumo menor de hemoderivados en el grupo en
que se empleó HEA 130/0.4 frente a otros almidones.
6.2. Monitorización de la coagulación
La monitorización de la coagulación es una piedra
angular en la toma de decisiones para la administración de hemoderivados. Suele ser también un
aspecto fundamental relacionado con la clínica de
los pacientes que padecen dichas alteraciones: habitualmente, las alteraciones en la monitorización de
la hemostasia se correlacionan con un incremento
en el sangrado perioperatorio y con un mayor
empleo de hemoderivados. Sin embargo, la práctica
clínica no coincide en algunas ocasiones y las alteraciones hemostáticas “de laboratorio” pueden no
tener trascendencia clínica en este sentido. Las
razones de esta aparente discrepancia, entre los
resultados de los tests de coagulación y la implicación clínica, las podemos encontrar en la imposibilidad de que los estudios in vitro valoren de foma
completa la hemostasia, por no poder tener absolutamente en cuenta la acción específica del endotelio capilar, que solo se lleva a cabo in vivo.
El ejemplo más ilustrativo de esta cuestión lo
encontramos en un estudio comparativo entre
HEA 130/0.4, HEA 200/0.5 y albúmina en pacientes
intervenidos de cirugía cardiaca bajo circulación
extracorpórea. En él se demostró que ambos HEAs
alteraban los datos de la tromboelastografía significativamente más que la albúmina (Schramko
2009). Sin embargo, no se encontraron diferencias
significativas cuando se hizo referencia en este
mismo estudio a las pérdidas hemáticas o a los
hemoderivados administrados (concentrado de
hematíes, plasma fresco o plaquetas).
En general, por tanto, podemos afirmar que las consecuencias clínicas de los efectos biológicos de los
HEAs sobre la hemostasia son limitadas, sobre todo
cuando se tienen en cuenta las especificaciones de
seguridad propuestas para cada uno de los distintos
coloides: dosis diaria máxima, duración del tratamiento, estado hemostático del paciente y condiciones clínicas previas (Van der Linden 2006). En los
casos en los que existan alteraciones hemostáticas
hereditarias o relacionadas con un tratamiento
antiagregante o anticoagulante previo la elección, y
sea necesaria la administración de un coloide, deberíamos inclinarnos por un HEA de tercera generación,
HEA 130/0,4 al 6%, por albúmina o las gelatinas.
13
7. CONCLUSIONES
• Los componentes que intervienen en la hemostasia son: el
endotelio, el subendotelio vascular, las plaquetas, las células
sanguíneas, los factores de la coagulación y la fibrinolisis
• Junto con el fluido administrado, la presencia de hipotermia
y/o acidosis jugarán un papel importante sobre el mecanismo
de la coagulación.
• Las diferencias fisicoquímicas de los diferentes hidroxietilalmidones, son importantes en relación a los efectos que producirán sobre la coagulación y las plaquetas, siendo menores los
efectos cuanto menor es el peso molecular y más rápida es su
degradación.
• Los almidones de tercera generación, HEA 130/0.4/6% (Voluven
y Volulyte) han conseguido la misma capacidad expansora y
duración que los HEAs de segunda generación, minimizando
sus efectos sobre la coagulación y las plaquetas
8. BIBLIOGRAFÍA
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14
FICHA TÉCNICA
Este medicamento está sujeto a seguimiento adicional, lo que agilizará la detección de nueva información sobre su seguridad. Se invita a los profesionales sanitarios a
notificar las sospechas de reacciones adversas. Ver la sección 4.8, en la que se incluye información sobre cómo notificarlas. 1. NOMBRE DEL MEDICAMENTO. Voluven® y
Volulyte® 6% solución para perfusión. 2. COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA. Voluven® 6%: 1000 ml de solución para perfusión contienen: Poli (O-2-hidroxietil) almidón: 60,00 g (Sustitución molar: 0,38-0,45; Peso molecular medio: 130.000 Da). Cloruro de sodio: 9,00 g. Electrolitos: Na+: 154 mmol; Cl-: 154 mmol. Osmolaridad
teórica: 308 mosmol/l. pH: 4,0-5,5. Acidez titulable: < 1,0 mmol NaOH/l. Volulyte® 6%: 1000 ml de solución para perfusión contienen: Poli (O-2-hidroxietil) almidón 60,00 g
(Sustitución molar: 0,38-0,45; Peso molecular medio: 130.000 Da). Acetato sódico trihidrato: 4,63 g. Cloruro sódico: 6,02 g. Cloruro potásico: 0,30 g. Cloruro magnésico
hexahidrato: 0,30 g. Electrolitos: Na+: 137,0 mmol/l; K+: 4,0 mmol/l; Mg++: 1,5 mmol/l; Cl-: 110,0 mmol/l; CH3COO -: 34,0 mmol/l. Osmolaridad teórica: 286,5 mosm/l. Acidez
titulable: < 2,5 mmol NaOH/l. pH: 5,7-6,5. Para consultar la lista completa de excipientes, ver sección 6.1. 3. FORMA FARMACÉUTICA. Solución para perfusión. Solución
transparente o ligeramente opalescente, incolora a ligeramente amarilla. 4. DATOS CLÍNICOS. 4.1. Indicaciones terapéuticas. Tratamiento de la hipovolemia causada por
hemorragia aguda cuando el tratamiento sólo con cristaloides no se considere suficiente (ver secciones 4.2, 4.3 y 4.4). 4.2. Posología y forma de administración. Para
perfusión intravenosa. El uso de soluciones de hidroxietil-almidón (HEA) se debe restringir a la fase inicial de restauración del volumen y no se deben utilizar durante
más de 24 h. Los primeros 10-20 ml se deben perfundir lentamente y bajo estrecha vigilancia del paciente para detectar lo antes posible cualquier reacción anafiláctica/
anafilactoide. La dosis diaria y la velocidad de perfusión dependen de la pérdida de sangre del paciente, del mantenimiento o restablecimiento de la hemodinámica y de la
hemodilución (efecto dilución). La dosis máxima diaria es de 30 ml/kg de Voluven® o Volulyte® 6%. Se debe utilizar la dosis efectiva más baja posible. El tratamiento debe
ser guiado por una monitorización hemodinámica continua, para que la perfusión se detenga en cuanto se hayan alcanzado los objetivos hemodinámicos adecuados. No se
debe exceder la dosis máxima diaria recomendada. Población pediátrica: Los datos en niños son limitados por tanto, no se recomienda el uso de medicamentos que contengan hidroxietil-almidón en esta población. Para las instrucciones de uso referirse al epígrafe 6.6. 4.3. Contraindicaciones. - Hipersensibilidad a los principios activos o a
alguno de los excipientes incluidos en la sección 6.1. - Sepsis. - Pacientes quemados. - Insuficiencia renal o terapia de reemplazo renal. - Hemorragia intracraneal o cerebral.
- Pacientes críticos (normalmente ingresados en la unidad de cuidados intensivos). - Hiperhidratación. - Edema pulmonar. - Deshidratación. - Hiperpotasemia grave (Volulyte®
6%). - Hipernatremia grave o hipercloremia grave. - Insuficiencia hepática grave. - Insuficiencia cardiaca congestiva. - Coagulopatía grave. - Pacientes trasplantados. 4.4. Advertencias y precauciones especiales de empleo. Debido al riesgo de reacciones alérgicas (anafilácticas/anafilactoides), el paciente se debe monitorizar estrechamente y
la perfusión se debe iniciar a velocidad baja (ver sección 4.8). Cirugía y trauma: No hay datos robustos de seguridad a largo plazo en pacientes sometidos a procedimientos
quirúrgicos y en pacientes con trauma. Debe valorarse cuidadosamente el beneficio esperado del tratamiento frente a la incertidumbre con respecto a la seguridad a largo
plazo. Se deben considerar otras opciones de tratamiento disponibles. La indicación para la reposición de volumen con HEA se tiene que valorar cuidadosamente, y es necesaria una monitorización hemodinámica para el control del volumen y de la dosis (ver también sección 4.2.). Se debe evitar siempre una sobrecarga de volumen debido a una
sobredosis o a una perfusión demasiado rápida. Se debe ajustar cuidadosamente la dosis, en particular en pacientes con problemas pulmonares y cardiocirculatorios. Se
deben controlar estrechamente los electrolitos séricos, el equilibrio hídrico y la función renal. Los medicamentos que contienen hidroxietil-almidón están contraindicados en
pacientes con insuficiencia renal o terapia de reemplazo renal (ver sección 4.3). Se debe interrumpir el tratamiento con hidroxietil-almidón al primer signo de daño renal. Se
ha notificado un incremento de la necesidad de terapias de reemplazo renal hasta 90 días después de la administración de hidroxietil-almidón. Se recomienda un seguimiento de la función renal en los pacientes durante al menos 90 días. Se debe tener especial precaución al tratar a pacientes con insuficiencia hepática o con trastornos de la
coagulación sanguínea. En el tratamiento de pacientes hipovolémicos, también se debe evitar una hemodilución grave como consecuencia de la administración de altas dosis
de soluciones de hidroxietil-almidón. En el caso de administración repetida, se deben controlar cuidadosamente los parámetros de coagulación sanguínea. Interrumpir el uso
de hidroxietil-almidón al primer signo de coagulopatía. No se recomienda el uso de medicamentos que contengan hidroxietil-almidón en pacientes sometidos a cirugía a corazón abierto en asociación con bypass cardiopulmonar, debido al riesgo de hemorragia excesiva. En el caso de Volulyte®, se debe prestar especial atención a pacientes con
anomalías electrolíticas como hipercalemia, hipernatremia, hipermagnesemia e hipercloremia. En alcalosis metabólica y en aquellas situaciones clínicas en que deba evitarse una alcalinización, deben ser elegidas soluciones salinas como un producto similar que contenga HES 130/0,4 en una solución de cloruro sódico 0,9% en lugar de soluciones alcalinizantes como Volulyte® 6%. Población pediátrica: Los datos en niños son limitados por tanto, no se recomienda el uso de medicamentos que contengan hidroxietil-almidón en esta población (ver sección 4.2). 4.5. Interacciones con otros medicamentos y otras formas de interacción. En el caso de Volulyte®, no se conocen
interacciones con otros medicamentos o productos nutricionales hasta la fecha. Se debe prestar atención a la administración concomitante de medicamentos que pueden
causar retención de sodio o de potasio. En el caso de Voluven® 6%, no se han realizado estudios de interacciones. En relación al posible aumento de la concentración de
amilasa sérica durante la administración de hidroxietil-almidón y su interferencia con el diagnóstico de pancreatitis, ver la sección 4.8. 4.6. Fertilidad, embarazo y lactancia. Embarazo. No se dispone de datos clínicos sobre el uso de Voluven® y Volulyte® 6% durante el embarazo. Existen datos limitados de estudios clínicos sobre el uso de
una dosis única de HEA 130/0,4 (6%) en mujeres embarazadas sometidas a cesárea con anestesia raquídea. No se ha detectado ninguna influencia negativa de HEA 130/0,4
(6%) en NaCl 0,9% en la seguridad de las pacientes; tampoco se detectó ninguna influencia negativa sobre los neonatos (ver sección 5.1). Estudios en animales con un producto similar que contiene HES 130/0,4 en una solución de cloruro sódico 0,9% no indican efectos perjudiciales respecto al embarazo, desarrollo embriofetal, parto o desarrollo postnatal (ver sección 5.3). No se ha observado evidencia de teratogenicidad. Volulyte® 6% o Voluven® 6% deben ser utilizados durante el embarazo sólo si el beneficio potencial justifica el riesgo potencial para el feto. Lactancia. Se desconoce si el hidroxietil almidón se excreta a través de la leche materna humana. No se ha estudiado
la excreción del hidroxietil-almidón en la leche de animales. La decisión sobre continuar/discontinuar la lactancia o continuar/discontinuar la terapia con Voluven® o Volulyte® 6% se debe tomar teniendo en cuenta el beneficio de la lactancia para el niño y el beneficio de la terapia con Voluven® o Volulyte® 6% para la mujer. No se dispone actualmente de datos clínicos sobre el uso de Voluven® 6% en mujeres en periodo de lactancia. 4.7. Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar maquinaria. Voluven® o Volulyte® 6% no ejerce influencia sobre la capacidad para conducir o utilizar maquinaria. 4.8. Reacciones adversas. Las reacciones adversas se dividen en: muy
frecuentes (≥ 1/10), frecuentes (≥ 1/100, < 1/10), poco frecuentes (≥ 1/1000, < 1/100), raras (≥ 1/10.000, < 1/1000), muy raras (< 1/10.000), frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles). Trastornos de la sangre y del sistema linfático. Raras (a dosis elevadas): Con la administración de hidroxietil almidón pueden aparecer alteraciones de la coagulación sanguínea dependiendo de la dosis. Trastornos del sistema inmunológico. Raras: Los medicamentos que contienen hidroxietil-almidón
pueden dar lugar a reacciones anafilácticas/anafilactoides (hipersensibilidad, síntomas leves de gripe, bradicardia, taquicardia, broncoespasmo, edema pulmonar no cardíaco). En el caso de que aparezca una reacción de intolerancia la perfusión se debe interrumpir inmediatamente e iniciar el tratamiento médico de emergencia apropiado.
Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo. Frecuentes (dosis dependiente): La administración prolongada de altas dosis de hidroxietil-almidón puede causar prurito (picor)
que es un efecto indeseable conocido de los hidroxietil almidones. El picor puede no aparecer hasta semanas después de la última perfusión y puede persistir durante meses,
en el caso de Volulyte®. Exploraciones complementarias. Frecuentes (dosis dependiente): La concentración del nivel de amilasa sérica puede aumentar durante la administración de hidroxietil almidón y puede interferir con el diagnóstico de la pancreatitis. La amilasa elevada es debido a la formación de un complejo enzima-sustrato de amilasa
y hidroxietil-almidón sujeto a una baja eliminación y no debe considerarse diagnóstico de pancreatitis. Frecuentes (dosis dependiente): A altas dosis los efectos de dilución
pueden dar lugar a la correspondiente dilución de los componentes de la sangre tales como los factores de coagulación y otras proteínas plasmáticas y a una disminución del
hematocrito. Trastornos hepatobiliares. Frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles): Daño hepático. Trastornos renales y urinarios. Frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles): Daño renal. Notificación de sospechas de reacciones adversas. Es importante notificar las sospechas de reacciones adversas al medicamento tras su autorización. Ello permite una supervisión continuada de la relación beneficio/riesgo del medicamento. Se invita a los
profesionales sanitarios a notificar las sospechas de reacciones adversas a través del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano, http://www.
notificaram.es. 4.9. Sobredosis. Como con todos los sustitutos de volumen, la sobredosificación puede dar lugar a una sobrecarga del sistema circulatorio (ej. edema pulmonar). En este caso, se debe interrumpir inmediatamente la perfusión y si fuera necesario se debe administrar un diurético. 5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS. Ver
Ficha Técnica completa. 6. CARACTERÍSTICAS FARMACÉUTICAS. 6.1. Lista de excipientes. Hidróxido sódico (para ajuste de pH). Ácido clorhídrico (para ajuste de pH).
Agua para preparaciones inyectables. 6.2. Incompatibilidades. En ausencia de estudios de compatibilidad, este medicamento no se debe mezclar con otros productos. En
el caso de Voluven®, si en casos excepcionales se necesitara realizar una mezcla con otros medicamentos, se tiene que tener un especial cuidado en lo que se refiere a la
compatibilidad (enturbiamiento o precipitación), inyección aséptica y una buena mezcla. 6.3. Periodo de validez. a) Caducidad del producto en su envase comercial: Para
Voluven®- Botella de vidrio: 5 años, Bolsa Freeflex: 3 años, Bolsa de PVC: 2 años. Para Volulyte®- Frasco de vidrio: 4 años, Bolsa Freeflex: 3 años. b) Caducidad después de la
primera apertura del envase: Se debe utilizar el producto inmediatamente después de abrir el envase. 6.4. Precauciones especiales de conservación. Este medicamento
no requiere condiciones especiales de conservación. No congelar. 6.5. Naturaleza y contenido de los envases. Frascos de vidrio incoloro tipo II con tapón de caucho halobutilo y cápsula de aluminio. Para Volulyte®: 1 x 250 ml, 10 x 250 ml; 1 x 500 ml, 10 x 500 ml. Y para Voluven®: 10 x 250 ml, 10 x 500 ml. Bolsa de poliolefina (Freeflex) con
sobrebolsa. Para Volulyte®: 1 x 250 ml, 20 x 250 ml, 30 x 250 ml. 35 x 250 ml, 40 x 250 ml. 1 x 500 ml, 15 x 500 ml, 20 x 500 ml. Y para Voluven®: 10 x 250 ml, 20 x 250 ml,
40 x 250 ml, 10 x 500 ml, 15 x 500 ml, 20 x 500 ml. Bolsa de PVC: 25 x 250 ml, 15 x 500 ml. Es posible que no todos los tamaños de envase sean comercializados. 6.6. Precauciones especiales de eliminación y otras manipulaciones. Para un solo uso. Para uso inmediato tras apertura del frasco o bolsa. No utilizar pasada la fecha de caducidad. La solución no utilizada se debe eliminar. Utilizar únicamente soluciones transparentes y libres de partículas y envases intactos. Retirar la sobrebolsa de la bolsa de
poliolefina (freeflex) y bolsa de PVC previamente a su uso. La eliminación del medicamento no utilizado y de todos los materiales que hayan estado en contacto con él se
realizará de acuerdo con la normativa local. 7. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN. FRESENIUS KABI DEUTSCHLAND GmbH. 61346 Bad Homburg
v.d.H. Alemania. 8. NÚMERO DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN. Voluven® 6%: 64.001. Volulyte® 6%: 70228. 9. FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN. Voluven® 6%: Fecha de la primera autorización: agosto 1999. Fecha de la última revalidación: Agosto 2004. Volulyte® 6%:
Noviembre 2008. 10. FECHA DE LA REVISIÓN (PARCIAL) DEL TEXTO. 01/2014. 11. RÉGIMEN DE PRESCRIPCIÓN Y DISPENSACIÓN. Voluven® 6% y Volulyte®. Medicamento sujeto a prescripción médica. Uso hospitalario. Excluido de la financiación del SNS.
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