La tradición cervecera se llama Hofbräuhaus Redacción Travelview Hablar de cerveza, es hablar de Múnich y en Múnich la cerveza se bebe en Hofbräuhaus. Esta cervecería lleva sirviendo la bebida más famosa de Alemania desde 1589, año en el que el Duque Guillermo V de Baviera decidió fundar su propia fábrica de cerveza y así obtenerla a su gusto. Al entrar en Hofbräuhaus, uno entra en una atmósfera sin igual. Largas mesas de madera repletas de muniqueses y turistas, camareros vestidos con trajes típicos bávaros, jarras de cerveza que van de un lado a otro, auténtica comida muniquesa a buen precio y música en directo que corre a cargo de músicos bávaros. La cervecería está dividida en tres espacios, cada cual con su encanto. En la primera planta se encuentra el Salón Histórico, el verdadero corazón de este sitio, pues allí era donde se fabricaba la cerveza en origen. Sus largas mesas, algunas de 1897, pueden albergar más de 1.200 personas. En el centro, un pedestal marca el sitio de los músicos de esta taberna, que cada día animan el ambiente. También aquí se encuentra lo que más llama la atención de los visitantes de esta cervecería: unas taquillas para guardar las jarras de cerveza. La idea surgió cuando los clientes habituales de Hofbräuhaus pidieron un lugar apartado y seguro en el que dejar sus jarras, algunas de ellas de gran valor. El resultado fue una especie de taquillas con rejilla de acero a través de la cual se puede ver las jarras. Disponer de uno de estos 424 espacios es muy complicado. De hecho, hay que cumplir una serie de requisitos para tener opción a dejar la jarra aquí, entre ellos ser bávaro. Un gran techo abovedado es la principal peculiaridad del Salón de Festivales, que se encuentra adornado con frescos de color rosa y azul, con los escudos de armas de Baviera. Las paredes también se encuentran decoradas, mientras los grandes ventanales están flanqueados por las antiguas banderas de todos los distritos de Baviera. Esta sala fue mandada construir por el Duque Guillermo V para acoger celebraciones de todo tipo. Por su parte, el Jardín de la Cerveza es el mejor rincón de la ciudad de Múnich para tomar una refrescante cerveza durante los meses de verano. Unos enormes castaños enmarcan sus agradables mesas. Pero la historia de Hofbräuhaus no solo se centra en la cerveza, también esconde algún capitulo político como el que vivió en 1920 cuando un joven Adolf Hitler se dirigió por primera vez a las masas y establecía las bases de lo que después serían los 25 puntos de su partido. Sus salones también fueron testigos de la proclamación de la República Soviética de Múnich en 1919. Un viaje a la capital de Baviera no está completo sin pisar esta divertida cervecería donde cada día tiene lugar una especie de mini ocktoberfest.