Hágase, Señor, en mi tu voluntad, hágase en mi según tu palabra. Con María unimos nuestras voces al cantar. Hágase, Señor, tu voluntad en mí, hágase, Señor, tu voluntad. Llena de amor, de luz y sencillez, Virgen María. Guía mis pies, maestra de la fe, Virgen María. Cambia nuestro corazón por tu fiel intercesión ante el Señor. CANTO FINAL Amarte a Ti Señor en todas las cosas y a todas en Ti. En todo amar y servir. En todo amar y servir. Buscarte a Ti Señor en todas las cosas y a todas en Ti, en todo amar y servir. En todo amar y servir. CANTO DE EXPOSICIÓN No os pido más que le miréis (bis) que le miréis. 1. En la calle, en el camino, en los hombres, en los niños, en la noche, en las estrellas, en la lucha que te enseña. 2. En los hombres que se arriesgan por hacer nueva la siembra, en los jóvenes que intentan la justicia en esta tierra. 3. En los rostros oprimidos de los pobres sin amigos, en la vida que se ofrece por regar lo que florece. 4. En los toques de silencio, en los roces del bullicio, en los mares y en los puertos, en los valles y desiertos. MONICIÓN CANTO ESCUCHADO: Amar y más amor Lectura de la PALABRA DE DIOS “No nos anunciamos a nosotros, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús. El mismo Dios que mandó a la luz brillar en la tiniebla, iluminó vuestras mentes para que brille en el rostro del Mesías la manifestación de la gloria de Dios. Ese tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que su fuerza superior procede de Dios y no de nosotros”. (2 Cor 4, 5-7) aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano. ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva!”(E.G 78) ORACIÓN COMPARTIDA: Peticiones, acción de gracias… CANTO: (Cada tres intervenciones) Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. Dadle gracias ahora y siempre por todo lo que os ha dado y así podréis ver que grande es el Señor. ENVÍO ORACIÓN EN SILENCIO REFLEXIÓN “La fe es también creerle a Él, creer que es verdad que nos ama, que vive, que es capaz de intervenir misteriosamente, que no nos abandona, que saca bien del mal con su poder y con su infinita creatividad. Es creer que Él marcha victorioso en la historia «en unión con los suyos, los llamados, los elegidos y los fieles» (Ap 17,14). Creámosle al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo, y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras: como la semilla pequeña que puede llegar a convertirse en un gran árbol (cf. Mt 13,31-32), como el puñado de levadura, que fermenta una gran masa (cf. Mt 13,33), y como la buena semilla que crece en medio de la cizaña (cf. Mt 13,24-30), y siempre puede sorprendernos gratamente. Ahí está, viene otra vez, lucha por florecer de nuevo. La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y “Dios nos invita a estrenar “un corazón nuevo y un espíritu nuevo”. Él nos espera en la realidad y nos muestra su voluntad de que, en ella, “caminemos humildemente “con Él y con la Humanidad. En este camino que recorremos juntas, Rafaela María nos anima a la confianza: “Dejemos obrar a nuestro Dios”, y a la radicalidad de la entrega: “Démosle todo, todo el corazón a Dios”. Como ella, queremos también nosotras abandonarnos en sus manos, para que Él nos transforme y nos envié, haciéndonos instrumentos suyos en la transformación del mundo” (Documento CG XIX, pág 73) CANTO DE MARÍA Fuente de paz y de fidelidad, Virgen María. Dios se fijó en Ti por tu humildad, Virgen María. Elegida del Señor, siempre dócil a su voz en el amor.