HOLY MOTORS (Francia/Alemania, 2012, 115 min.) DIRECTOR Leos Carax GUIÓN Leos Carax MÚSICA Neil Hannon FOTOGRAFÍA Yves Cape, Caroline Champetier REPARTO Denis Lavant … Edith Scob … Eva Mendes … Kylie Minogue … Elise Lhomeau … Jeanne Disson … Michel Piccoli … Leos Carax … Nastya Golubeva Carax … Reda Oumouzoune … Zlata … Geoffrey Carey … Annabelle Dexter-Jones … Laurent Lacotte … David Stanley Phillips … Elise Caron Corinne Yam Julien Prévost Ahcène Nini Matthew Gledhill Hanako Danjo Big John Pierre Marcoux Bastien Bernini M. Oscar / El banquero / La mendiga / El sistema de Motion-Capture / M. Merde / El padre / El acordeonista / El asesino / La víctima / El moribundo / El hombre en la residencia Céline Kay M Eva Grace (Jean) Léa (Elise) Angèle El hombre en la mancha de vino El durmiente / Voz de limusina La niña Acróbata Mo-Cap La ciber-mujer El fotógrafo / Voz de limusina El ayudante de fotógrafo Voz de limusina Voz de limusina PRODUCTORA CNC / Les Films du Losange / Pierre Grise Productions PREMIOS 2012: Premios César: 9 nominaciones, incluyendo Mejor película 2012: Festival de Cannes: Sección oficial de largometrajes. Premio de la Juventud. 2012: Festival de Chicago: Premio a la Mejor Película Extranjera. 2012: Festival de Sitges: Mejor película, Mejor director, Méliès d’Argent (mejor film europeo), Premio José Luis Guarner de la Crítica 2012: Críticos de Los Angeles: Mejor película extranjera. 2013: Festival de Vancouver: Premio a la Mejor Película Extranjera SINOPSIS Un día en la vida de un ser con múltiples caras: asesino, mendigo, ejecutivo, monstruo, padre de familia... El protagonista tiene una identidad completamente distinta en cada una de estas vidas. Encarna personajes como si se tratase de una película dentro de una película. ¿Pero dónde están las cámaras, el equipo de cine, el escenógrafo? ¿Y dónde está su casa, su refugio? Hora de despertar Holy motors es una obra capital para explicar (y entender) el aquí y el ahora. El mejor instrumento para despertar, desafiar y activar a esta realidad dormida. El cineasta se levanta de su lecho, en el que quizá ha permanecido convaleciente desde el fracaso de su última película, Pola X (1999). Rompe, así, un estado de suspensión solo interrumpido por picos de fiebre que cristalizaron en puntuales cortometrajes. El cineasta abre una puerta secreta en el corazón del bosque que se manifiesta, como un espejismo de papel pintado, en una pared del dormitorio. Entra en una sala, recorre una platea repleta de espectadores dormidos, mientras, en la pantalla, su propia hija le contempla desde el ojo de buey de una lujosa mansión con forma de transatlántico varado. El sonido parece evocar un barco que zarpa, que, de hecho, se podría llamar L’Atalante oTitanic, porque estamos a la vez en el principio y en el fin de todo. Pero este viaje se va a efectuar en limusina, la aséptica nave espacial que ya ha recorrido perplejidades y devastaciones contemporáneas en The girlfriend experience o Cosmópolis. Así empieza Holy motors, el mejor instrumento para despertar, desafiar y activar a esa platea de espectadores dormidos que es nuestra realidad, una obra capital para explicar (y entender) el aquí y el ahora. Antes de enfrentarse a Holy motors, conviene asumir que el problema no es que existan películas que no se entiendan: la peste de nuestro tiempo son las películas que se entienden demasiado, que subrayan y se sobreexplican, que matan toda ambigüedad. El último trabajo de Carax tiene la virtud de ser muchas cosas a la vez: el viaje de su enigmático protagonista a través de sucesivas identidades y puestas en escena puede ser, al mismo tiempo, una expiación personal, una elegía por la muerte del cine en una posutopía nanotecnológica, una declaración de amor al oficio de actor o, como sugiere el propio Carax, un cuento de ciencia-ficción sobre un mundo donde la acción y la emoción solo sobreviven como simulacros servidos por hombres en limusinas a una élite invisible o a un público que ya no mira , solo por la belleza del gesto. Holy motors, película inagotable y mutante, capaz de trascender su aparente pesimismo en el fértil renacimiento de un cineasta inspirador, es un espectáculo ideal para sobreexcitar todas las zonas erógenas del espectador. Jordi Costa Crítica publicada en el diario EL PAÍS 16 de noviembre de 2012. Discurso enviado por Leos Carax con motivo de la entrega del Premio a la Mejor Película en Lengua Extranjera de la Asociación de Críticos de Los Ángeles a Holy Motors: "Hola, soy Leos Carax, director películas en lengua extranjera. He pasado toda mi vida haciendo películas en lengua extranjera. Las películas en lengua extranjera se hacen en todo el mundo, excepto, naturalmente, en América. En América solo se hacen películas en lengua no extranjera. Las películas en lengua extranjera son muy difíciles de hacer, obviamente, porque tienes que inventar una lengua extranjera en vez de usar la lengua habitual. Pero la verdad es que el cine es una lengua extranjera, una lengua creada para aquellos que necesitan viajar al otro lado de la vida. Buenas noches." Biofilmografía de LEOS CARAX (Suresnes, Hauts-de-Seine, Francia, 1960): Largometrajes: Cortometrajes: Chico conoce chica (1984) Mala sangre (1986) Los amantes del Pont-Neuf (1991) Pola X (1999) Holy Motors (2012) Strangulation Blues (1980) Sans titre (1997) My Last Minute (2006) Merde (segmento del largometraje Tokyo!) (2008) 42 One Dream Rush (2009)