Autor: VICTOR VIÑUALES Cargo: DIRECTOR GERENTE DESARROLLO. ESPAÑA DE LA FUNDACIÓN ECOLÓGICA Y Cero CO2, iniciativa para el cuidado del clima Andre Malraux decía que el motor de la revolución es la esperanza. Yo creo que estamos ante un asunto o desafío que necesita una revolución de la eficiencia en el uso de los recursos naturales, de la energía, y eso requiere sobre todo esperanza, ganas y confianza en que podemos lograrlo. Eso exige gente que crea. Esta iniciativa que presento aquí, Cero CO2 tiene una característica singular. Primero y por eso estoy satisfecho de estar en Panamá, en Centroamérica, es una iniciativa creada conjuntamente entre España y América Latina porque es una creación en que participó el INCAE, la Escuela de Negocios que está en Costa Rica con el doctor René Castro a la cabeza, la Fundación Natura y nuestra propia fundación, Fundación Ecología y Desarrollo. También participaron siete estudiantes de maestría entre los que había estudiantes de Centroamérica y estudiantes europeos. Segundo, tiene una restricción espacial; no queremos compensar emisiones con cualquier proyecto en cualquier lugar si no que hay una focalización, sólo proyectos de América Latina. Tercero, es una creación común y surge a partir de un diálogo que no es frecuente entre Fundación Ecología y Desarrollo, Fundación Natura, administraciones públicas, como el Ayuntamiento de Zaragoza, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Cataluña, el Centro de Recursos Ambientales del Gobierno de Navarra, y con el apoyo y la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad y la participación de empresas interesadas. Así que ha sido una construcción colectiva. Sepamos que es el único portal hoy por hoy en el que un iberoamericano puede compensar en español las emisiones de su organización, de su empresa, de su vida cotidiana. ¿Qué pretendemos? Pues yo creo que los principios de la iniciativa serían tres: primero queremos ir más allá de Kyoto, pues como todos saben, si sólo cumplimos Kyoto no salvaremos el clima de este planeta. Tenemos que ir más allá de Kyoto. Tenemos que hacer lo que está en nuestras manos para reducir nuestras emisiones. Y el tercer principio es lo que nos llevó a plantear esta iniciativa, y es que basta de excusar nuestra inactividad por las incertidumbres. No puede ser que sobre un tema que es prioritario, urgente, trascendental para este planeta hayamos tardado ocho años, desde 1997, a poner en marcha un proyecto; no debería ser. El mejor diagnóstico, como lo sabe cualquier médico, es una autopsia, un diagnóstico preciso. Pero a nadie nos gustaría que nos hicieran un diagnóstico tan preciso y nos gustaría una recomendación más imprecisa, pero en vida, que nos permitiera cambiar y que nos permitiera vivir todavía unos añitos más .Pues de igual manera no puede ser que debido a las incertidumbres, lo que hagamos sea excusar nuestra inactividad. En realidad el proyecto surge de una llamada a la coherencia y al compromiso. Nos sentíamos incómodos diciendo que había que actuar siendo que nosotros no habíamos hecho nada con nuestros propios recursos. Eso nos llevó a hacer un estudio sobre las emisiones de nuestra Fundación, qué pasaba, qué hacíamos nosotros, en qué medida éramos responsables de lo que estaba pasando. En el año 1 93 nos planteamos cómo reducir las emisiones, qué podíamos hacer. Y finalmente nos planteamos cómo compensar. De alguna forma, la iniciativa surge y decide los pasos que nosotros hicimos, porque la iniciativa lo que busca es informar y sensibilizar, animar, posibilitar y facilitar que la gente contabilice sus emisiones, no sólo se trata de que la gente sepa si es pecadora o no, se trata de saber en qué medida y en qué proporción somos pecadores. Todos somos pecadores. Ahora que ya se cuál es el monto de mi pecado, tendré que ver cómo reduzco, qué puedo hacer, cómo puedo actuar. Finalmente la neutralización de nuestras emisiones. Para nosotros se trataría de que como ciudadanos, como empresas, como organizaciones, compensáramos lo mismo que emitimos. Por eso decíamos que vamos más allá de Kyoto, no se puede hacer una revolución de la eficiencia si sólo cumplimos las normas, tenemos que ir más allá de las normas. También, en cuanto a la administración pública, no es lógico que un Ministerio firme por el Protocolo de Kyoto y ese mismo Ministerio cuando va a comprar automóviles no ponga ninguna consideración ambiental a la hora de certificar qué automóviles quiere. Esto no es congruente, no es sensato, no es coherente, para organizaciones y para personas. Las empresas pueden actuar en estos cuatro campos pero además pueden innovar con nuevos productos o servicios eficientes en carbono. También puede haber una oportunidad de negocio para las empresas innovadoras y recordando siempre una cosa que es fundamental tener en cuenta: la historia siempre recompensa a los que van delante, no a los que van detrás. En este sentido aquellas empresas que vayan más allá de lo que marca la ley, que vayan abriendo brechas, son las que posiblemente obtengan mejores resultados económicos. En cuanto a las administraciones públicas, lo mejor que pueden hacer es predicar con el ejemplo. Por eso aludía a las compras verdes: prácticamente el 12% del PIB de España, de la Unión Europea, lo gastan en las administraciones públicas. Y sólo gastando con criterio, porque el que paga manda, el que compra manda, se tendría una posibilidad enorme de cambio. En cuanto a las organizaciones no lucrativas, nosotros hablamos de corresponsabilidad y no vale la excusa de decir que comparado con una compañía eléctrica, las 25t o las 100t de la Fundación Ecología y Desarrollo son muy pocas, porque la calle estaría limpia si cada quien barriera su trozo de acera. Y de eso se trata, de que cada uno barra su trozo de acera. Individuos también. Finalmente, acabo con varias invitaciones. Una a que estamos abiertos a recibir propuestas sobre nuevos proyectos, proyectos grandes y proyectos pequeños con los que compensar estas emisiones de carbono. Segunda invitación, nos encantaría entrar en relación con organizaciones de América Latina que en cada país, de alguna forma, desarrollaran y colaboraran con esta iniciativa. Desde nuestro punto de vista, no sólo las empresas españolas, no sólo las ONG españolas tienen que compensar sus emisiones de carbono. También las empresas panameñas, también las empresas brasileñas, las ONG brasileñas, todos en todo el planeta tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos. Y finalmente, una invitación a personas investigadoras que quieran colaborar con esta iniciativa, de cualquier manera. Recuerdo lo que ha sido el leitmotiv de la intervención, es un desafío como el que no hemos tenido nunca en la historia de la humanidad y sólo tendremos alguna esperanza de salvarlo si hacemos todo y si todos hacemos algo. Muchas Gracias. 2 3