REVISTA ELECTRÓNICA DE PSIQUIATRÍA Vol. 2, No. 1, Marzo 1998 ISSN 1137-3148 Facilitación de la conducta autoagresiva inducida por apomorfina mediante el tratamiento crónico con haloperidol: relevancia en el abordaje medicamentoso de las conductas automutilantes en humanos. G. Prat, J. Guardia, J. C. Pérez de los Cobos, M. Casas ARTÍCULO ORIGINAL [Resumen] Introducción Método Resultados Discusión Laboratori de Neuropsicofarmacologia. Programa Sant Pau-CITRAN. Hospital de Sant Pau i FISP. Departament de Psiquiatria i Medicina legal. Facultat de Medicina. Universitat Autònoma de Barcelona. España. Correspondencia: Dr. Miquel Casas Laboratorio de Neuropsicofarmacología Hospital de St. Pau Avda. St. Antoni M. Claret, 167 08025 Barcelona Tel.: +34 932919131 - Fax: +34 932919178 E-mail: 1574@hsp.santpau.es Introducción Diferentes autores han propuesto a los fenómenos de supersensibilidad de los receptores dopaminérgicos D1 y D2 estriatales como uno de los mecanismos neuroquímicos que serían subyacentes a las conductas autoagresivas, tanto en animales como en humanos (1). En diversos síndromes clínicos que cursan con conductas autoagresivas, como son el síndrome de Lesch- Nyhan, el de Guilles de la Tourette o bien determinados trastornos psicóticos, se ha descrito una hipofunción dopaminérgica en áreas estriatales con un aumento en la sensibilidad de los receptores dopaminérgicos propiciada por mecanismos neuroadaptativos (2, 3, 4, 5, 6). Sin embargo, la existencia de una relación directa entre supersensibilidad de los receptores dopaminérgicos estriatales y conductas autoagresivas humanas no se halla totalmente dilucidada. Los datos obtenidos con los modelos animales basados en la denervación de las vías dopaminérgicas mesoestriatales mediante lesiones inducidas por la administración intracisternal de 6-hidroxidopamina (6-OHDA), muestran que las conductas autoagresivas inducidas por la administración de agonistas dopaminérgicos en animales lesionados se halla mediatizada por un incremento en la sensibilidad de los receptores dopaminérgicos D1 (7, 8, 9), mientras que la supersensibilidad de los receptores D2 ejercería, solamente, un papel modulatorio de la intensidad de dichas conductas (9, 10). Sin embargo, nuestro grupo de trabajo, en estudios piloto previos, ha descrito la aparición de conductas autoagresivas inducidas por apomorfina en ratas tratadas crónicamente con haloperidol, tratamiento que provoca, preferencialmente, una supersensibilidad de los receptores D2 (11, 12). Debido a que el haloperidol es uno de los neurolépticos más utilizados en pacientes psiquiátricos y neurológicos que presentan conductas autoagresivas, el presente trabajo se ha propuesto investigar si la inducción de supersensibilidad en los receptores dopaminérgicos estriatales por medio del tratamiento crónico con haloperidol, incrementaba la susceptibilidad de los animales para la aparición de conductas autoagresivas cuando se administraba apomorfina, un agonista mixto de los receptores dopaminérgicos. Si este fuera el caso, el tratamiento crónico con haloperidol en pacientes con conductas autoagresivas debería ser reconsiderado por la posibilidad de que, a largo plazo, el tratamiento neuroléptico fuera contraproducente para estos pacientes, al facilitar la aparición de conductas automutilantes mediatizadas por la estimulación dopaminérgica. Para ello, se llevo a cabo el siguiente estudio experimental, comparando la conducta autoagresiva obtenida por la administración de apomorfina entre un grupo de animales intactos tratados crónicamente (21 días) con haloperidol (1 mg/kg/day i.p.), y otro grupo de animales con una lesión unilateral de las vías dopaminérgicas nigroestriatales inducida por la administración intracerebral de 6-OHDA. Método Animales: En el experimento se utilizaron ratas macho de la cepa Sprague-Dawley. Los animales denervados y los no denervados fueron estabulados separadamente, en grupos de 8 animales por jaula, disponiendo de acceso libre tanto al agua como a la comida y siendo mantenidos en un ambiente con temperatura controlada (21 +/- 1 ºC), bajo un ciclo de 12 h de luz/oscuridad (PL: 8 - 20h). La investigación se realizó de acuerdo con las Directrices del Consejo de la Comunidad Europea para el uso y cuidado de los animales de laboratorio. Procedimiento quirúrgico: Cuando los animales pesaron 150 +/- 10 g se anestesiaron con una solución de pentobarbital sódico (40 mg/kg i.p.) y se colocaron en un aparato de cirugía estereotáxica David Kopf. Se produjo una lesión en la vía nigroestriatal izquierda ( A 4.4, L -1.2, V -7.8 mm, calculadas desde bregma y dura; 13) mediante una inyección intracerebral de 8 mg de 6-OHDA disuelta en una solución de 4 mg de ácido ascórbico (0.2%), con una tasa de inyección de 1 ml/min. Procedimiento de priming y control de la lesión en ratas denervadas con 6-OHDA: Cuatro semanas después de la denervación con 6-OHDA, se administró a los animales 4 inyecciones de 0.05 mg/kg s.c. de apomorfina HCl, con una semana de intervalo entre inyecciones, registrando la conducta de rotación contralateral con un sistema de rotómetros computerizados (Panlab, S.A.; Barcelona, Spain). Este procedimiento permite obtener un incremento en la sensibilidad funcional de los receptores dopaminérgicos D1 (14), necesario para que se presenten las conductas autoagresivas tras la administración de agonistas dopaminérgicos en animales denervados con 6OHDA (8, 9, 15 y, asimismo, permite seleccionar correctamente a los animales denervados, ya que la obtención de rotación contralateral con apomorfina en animales denervados se correlaciona con una deplección de dopamina estriatal superior al 90% (16, 17). Escala de medida de la conducta autoagresiva: La conducta autoagresiva fue valorada mediante una escala que clasificaba las conductas autoagresivas en 3 niveles (18, 19), leve (mordidas, 1-5 puntos), moderado (rompimiento de la piel, 5-10 puntos) y grave (pérdida de tejido, 10-20 puntos). Procedimiento general: Se utilizaron 12 animales denervados y 16 animales no denervados. Todos los animales denervados y 4 no denervados recibieron una administración diaria de 1 ml/kg i.p. de solución salina durante 21 días. El resto de animales no denervados (n=12) recibieron diariamente una dosis de 1 mg/kg i.p. de haloperidol (Sintex Latino, España) durante 21 días. Después de 72 horas de tratamiento crónico, 8 animales denervados (Grupo 1), 8 animales no denervados tratados con haloperidol (Grupo 4) y 4 animales no denervados tratados con solución salina (Grupo 3) recibieron individualmente, una sola administración de apomorfina (20 mg/kg s.c.; Sigma Chemical S.A., España) en una semiesfera de plástico. Otros 4 animales no denervados tratados con haloperidol (Grupo 5) y 4 animales denervados tratados con solución salina (Grupo 2) recibieron, individualmente, en la semiesfera una administración de solución salina del mismo volumen que la inyección de apomorfina. Todos los animales permanecieron en la semiesfera por un período de 6 horas. A continuación, se valoraron las lesiones inflingidas por las conductas autoagresivas mediante la escala descrita anteriormente. Análisis estadístico: Debido a que la escala usada para valorar la conducta autoagresiva es ordinal, los datos obtenidos en los distintos grupos de animales se analizaron mediante la prueba no paramétrica de análisis de la varianza de Kruskall-Wallis. Las comparaciones más específicas entre pares de grupos se realizaron con la U de Mann-Whitney U. Los datos se muestran mediante los valores de la mediana +/- el rango intercuartil. Las comparaciones específicas en relación con las variables categorizadas fueron analizadas con la prueba de chi-cuadrado, usando la corrección de Yates cuando el número de observaciones era menor que 5. Resultados Los datos descriptivos se muestran en la Tabla 1. Los grupos de animales diferían en la puntuación global de conducta autoagresiva (K-W=23.7905, p<0.001) y en las distintas puntuaciones obtenidas en los distintos niveles de la escala: Leve (K-W=15.7187, p<0.01), Moderado (K-W=21.0019, p<0.01) y Grave (K-W=14.5295, p<0.01). Los distintos grupos también mostraron diferencias en el número de partes del cuerpo lesionadas (K-W=23.6915, p<0.001). Los animales denervados tratados crónicamente con salino (Grupo 2) y los no denervados tratados con haloperidol (Grupo 5), que recibieron una administración de solución salina en la semiesfera, no presentaron conducta autoagresiva. Asimismo, los animales no denervados tratados crónicamente con salino que recibieron apomorfina tampoco mostraron conducta autoagresiva (Grupo 3); Por lo tanto, estos grupos de animales fueron excluídos en análisis estadísticos posteriores (Grupos 2, 3 y 5). Los animales del Grupo 1 presentaron una mayor puntuación global de conducta autoagresiva (U=8.5, p<0.05) que los del Grupo 4. Análisis más específicos de las distintas categorías de la escala mostraron que el Grupo 1 presentó una mayor puntuación en el tercer nivel (Grave, U=12, p<0.05) y una menor puntuación en el primer nivel (Leve; U=12, p<0.05) que el Grupo 4. No se obtuvieron diferencias en el segundo nivel (Moderado) entre los dos grupos de animales. Los animales de estos dos grupos mostraron las mismas partes del cuerpo lesionadas, incluyendo las patas anteriores y posteriores, la cola, el cuello y el abdomen, aunque el Grupo 1 presentó un mayor número de zonas lesionadas que el Grupo 4 (U=14, p<0.05). Tabla 1. Mediana +/- desviación intercuartil de la puntuación de las conductas autoagresivas de acuerdo con los niveles de la escala de medida, obtenida en los distintos grupos de animales. *, p<0.05; Grupo 1 vs Grupo 4. PRIMER SEGUNDO TERCER GRUPO FÁRMACO PUNTUACIÓN NIVEL: NIVEL: NIVEL: EXPERIMENTAL ADMINISTRADO GLOBAL LEVE MODERADO GRAVE Grupo 1 Animales denervados tratados crónicamente con solución salina 45.72 * 0.86* 15.63 28.61* (51.00) (1.50) (10.00) (47.50) Solución salina 1 ml/kg s.c. 0 0 0 0 Apomorfina 20 mg/kg s.c. 0 0 0 0 15.56 4.58 10.63 Apomorfina 20 mg/kg s.c. Grupo 2 Animales denervados tratados crónicamente con solución salina Grupo 3 Animales no denervados tratados crónicamente con solución salina Grupo 4 Animales no denervados tratados crónicamente con haloperidol Apomorfina 20 mg/kg s.c. 0 (12.00) (4.25) (11.25) 0 0 0 Grupo 5 Animales no denervados tratados crónicamente con haloperidol Solución salina 1 ml/kg s.c. 0 Discusión En este estudio se han obtenido conductas autoagresivas inducidas por apomorfina tanto en animales denervados tratados crónicamente con solución salina como en animales no denervados tratados crónicamente con haloperidol. Ninguno de los animales no denervados tratados con solución salina mostró conductas autoagresivas después de la administración de apomorfina. Asimismo, los animales denervados tratados con solución salina y los animales tratados con haloperidol tampoco presentaron conductas autoagresivas cuando recibieron la administración de solución salina en la semiesfera. Estos resultados están de acuerdo con los estudios que han descrito una potenciación de los efectos conductuales de la apomorfina después de un tratamiento crónico con neurolépticos (20) y con los resultados de otros estudios que, utilizando modelos animales de autoagresión, incluyen lesiones de las vías dopaminérgicas con 6-OHDA (8, 9). Aunque la supersensibilidad de los receptores dopaminérgicos parece necesaria en ambos grupos de animales (denervados y no denervados tratados crónicamente con haloperidol) para que aparezca la conducta autoagresiva, el presente estudio ha mostrado diferencias estadísticas en las conductas autoagresivas inducidas por apomorfina entre los animales denervados con 6-OHDA y los no denervados tratados crónicamente con haloperidol. Los animales denervados presentan conductas autoagresivas más severas, tanto a nivel de puntuación global (p<0.05) como en el tercer nivel de la escala (p<0.05) que los animales tratados con haloperidol, los cuales solamente presentan una mayor puntuación en el primer nivel de la escala (leve; p<0.05). Estos resultados sugieren que las diferencias en la supersensibilidad de los receptores dopaminérgicos alcanzada mediante las lesiones unilaterales con 6-OHDA de la vía dopaminérgica nigroestriatal o por el tratamiento crónico con haloperidol puede ser un factor relevante en la modulación de la intensidad de las conductas autoagresivas. En este sentido, en los modelos animales basados en la deplección de dopamina mediante 6-OHDA en animales neonatos, la aparición de las conductas autoagresivas graves se ha propuesto que se halla mediatizada por un incremento en la sensibilidad del receptor dopaminérgico D1 (7, 9, 10, 15), mientras que los receptores dopaminérgicos tipo D2 solamente contribuirían a intensificar las conductas autoagresivas (9, 10). Los resultados obtenidos en este trabajo no se hallan de acuerdo con este postulado debido a que los animales tratados crónicamente con haloperidol presentan conductas autoagresivas tras la administración de apomorfina, principalmente de poca gravedad. En este caso, varios autores (11, 12) han descrito que el tratamiento crónico con haloperidol provoca una supersensibilidad de los receptores D2 estriatales, no produciendo cambios consistentes en la sensibilidad de los receptores D1. El hecho de que las conductas autoagresivas sean menos graves en los animales tratados crónicamente con haloperidol que en los animales denervados con 6-OHDA, sugiere que aunque la supersensibilidad de ambos tipos de receptores dopaminérgicos pueda mediatizar las conductas autoagresivas inducidas por agonistas dopaminérgicos, la supersensibilidad del receptor D1 puede tener un papel principal en la aparición de susodichas conductas, si bien la combinación de la supersensibilidad D1 y D2 sería necesaria para la completa expresión de estas conductas autoagresivas. Estos datos pueden tener una implicación clínica directa en el caso de las conductas autoagresivas que aparecen en determinados pacientes psicóticos e individuos afectados de subnormalidad psíquica (4, 21) que, habitualmente, son tratados crónicamente con neurolépticos, dado que la supersensibilidad de los receptores dopaminérgicos provocada por el tratamiento con haloperidol en estos pacientes (22) podría favorecer la aparición de las conductas autoagresivas ligadas a la estimulación del sistema dopaminérgico, como por ejemplo, cuando se presentan situaciones estresantes asociadas a acontecimientos vitales perturbadores que, como es sabido, producen un incremento de la liberación de dopamina en áreas mesoestriatales (23, 24). Es, pues, necesario profundizar en el estudio del efecto crónico de los tratamientos con neurolépticos sobre las conductas autoagresivas, dado que el beneficio a corto plazo buscado, es decir el control de los episodios automutilantes agudos, puede estar enmascarando un agravamiento a medio-largo plazo de la probabilidad de desencadenamiento de estos episodios en función de situaciones estresantes medio ambientales. Agradecimientos.- Los autores expresan su agradecimiento a A. Rubio y S. López por su excelente trabajo técnico y a M. Lahoz por su labor administrativa. Esta investigación ha sido realizada gracias a las becas concedidas por CITRAN (1992/1) y a las ayudas FISS 90/0872, SAF 93-0826 y FISS 94/1243. REFERENCIAS 1. Buitelaar JK. Self-injurious behaviour in retarded children: clinical phenomena and biological mechanisms. Acta Paedopsychiatr 1993;56:105-11. 2. Lloyd KG, Hornikiewicz O, Davidson L, Shannak K, Farley I, Goldstein M, et al. 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