REPUTACION E IGNORANCIA Hace mil años la pequeña ciudad coreana de Shan Lup era famosa por tres cosas:Su templo budista de trece pagodas, su exquisita cerámica y artesanía y porque allí Vivía Poosok, uno de los guerreros más temidos del este de Asia." Poo-Sok, También conocido como “el mata-ejércitos” , era un experto en Taekyon y Subakki, ancestrales artes marciales de origen coreano, y también era invencible en el uso de la lanza larga.Se hizo famoso durante “la guerra de las colinas” , que enfrentó al feudo de Ko Lup con tropas de invasores chinos. Por aquel entonces Poo-Sok aún era casi un adolescente y estaba al servicio del señor feudal Ko Lup, en el cuerpo de lanceros. Cuentan que en una de las batallas cámpales en las colinas de la región, el cuerpo de lanceros cayó en una emboscada y resultó fuertemente diezmados. Los escasos supervivientes huyeron despavoridos, excepto Poo-Sok el cual, armado únicamente con su lanza larga, se enfrentó al ataque de la infantería enemiga. Aunque malherido y agotado, Poo-Sok finalmente logró contener las acometidas de los invasores, empalando y segando con su lanza a numerosos enemigos, hasta que por fin llegaron los refuerzos. A raíz de esta proeza fue apodado “el mata ejércitos” y resulto ascendido a jefe de tropa. Enseguida se forjó una fama de extraordinario guerrero y de héroe local. La guerra se prolongó durante varios años y Poo-Sok fue ascendido en la jerarquía militar; cuando por fin Ko Lup logró expulsar definitivamente a los invasores, Sok ya era general y apenas tenia veinte años. Al llegar la paz, “el mata ejércitos” decidió dedicarse en cuerpo y alma al estudio y practica de las artes marciales coreanas sin armas. Aprendió con los mejores maestros de Taekyon y Subbaki, y comenzó a participar en los torneos locales y regionales. Como era de esperar, este excepcional guerrero no tardó en destacar, ganando uno tras otro de los brutales combates de los campeonatos, proclamándose campeón regional un año tras otro. Durante la siguiente década Sok ganó todos los torneos a los que se presentó y, al cumplir la treintena de años, se quedó sin adversarios y se retiró invicto. El principal defecto de Poo-Sok era su soberbia: era tal altivo y orgulloso que en su juventud contaba con innumerables enemigos, lo cual le resultaba muy conveniente pues no perdía ocasión de desafiar a cualquier luchador para poner a prueba sus habilidades marciales. Cuando entraba en algún sitio de su cuidad natal, Shan Lup, la gente agachaba la cabeza y nadie se atrevía a contrariarle por miedo a su iracundo carácter. Sabían que a Sok le bastaba la más nimia excusa para sacar los puños y hacer volar sus temibles pies. Así que cuando “el mata ejércitos” dejó la competición, apenas sí volvió a pelear, pues nadie en su ciudad se atrevía ni siquiera a mantenerle la mirada. Incluso los jóvenes luchadores más fornidos y prometedores se sometían sin rechistar a la autoridad de Sok, tal era su fama de invencible guerrero. Con el paso de los años dejaron de acudir a la ciudad luchadores para desafiar al legendario Poo-Sok, pues invariablemente salían derrotados y humillados. A éste le bastaba fruncir el ceño y apretar un puño para imponerse al joven más rudo ó matón más temido. Así que “el mata ejércitos” vencía sin luchar, su terrible reputación ganaba más peleas que sus puños. Un frió mes de octubre llegó a la ciudad un forastero, un joven hijo de comerciante que venía desde la otra punta de Corea para comprar piezas de la famosa artesanía de Shan Lup. El joven llamado Tek Liu, había oído hablar del legendario “mata ejércitos” Poo-sok, pero no sabia que habitaba en Shan Lup ni tenia idea alguna de s aspecto. Así que, cuando Sok entró en la posada en la que el joven estaba tomando un aguardiente, éste ni se inmutó. Sok pidió un aguardiente de bayas silvestres, pero el posadero le explicó con la voz temblorosa que había vendido su última botella a un forastero y señaló en dirección del joven Liu. Sok lanzo una mirada a Liu, pero éste se la mantuvo desafiante. La gente que estaba en la posada comenzó a murmurar y a aproximarse a la salida. Sok sin duda esperaba que el joven, atemorizado, le entregara la botella que había comprado. Pero el joven ni parecía atemorizado ni tenia aparentemente ninguna intención de entregarle la botella. Liu estaba tenso, pero no quería dejarse pisotear por el primer matón que apareciera. Era un buen combatiente de Subakki y estaba en su mejor momento de plenitud física: era ágil, fuerte y rápido como un diablo. Así que cuando Sok se acerco y tendió la mano para reclamar la botella, Liu, como un relámpago, agarró su mano, le aplicó una luxación en la muñeca y el codo proyectándole hacia delante y obligándole así rodar por el suelo. Los testigos, entre exclamaciones y rumores, no podían creer sus ojos: aquel jovenzuelo no sólo había desafiado a “mata ejércitos” Sok, manteniéndole la mirada, sino que además acababa de estamparle contra el suelo. Sok se levantó rojo de ira y humillación, y con un rugido se abalanzó sobre Liu. Pero el dolorido codo no le respondió con precisión así que su puñetazo se perdió en el vacío mientras Liu esquivaba y contraatacaba con una potente patada dirigida al muslo de Sok. Éste cayó de rodillas doblado de dolor y Liu remató la faena con una patada a la mandíbula que hizo que “mata ejércitos” Sok se desplomara inconsciente. Liu comenzó a arrastrar al “matón” fuera de la posada, cuando un anciano se le acercó y le dijo: “¿Estas loco? ¡Acabas de dar una paliza a mataejércitos Sok! ¡Huye de aquí!” Liu estuvo a punto de desmayarse de la impresión... ¡El cuarentón al que acababa de noquear era Poo-Sok! ¡El guerrero más legendario del este de Asia! Aquello no era posible, no sería objeto de una pesada broma. Los lugareños, percibiendo la incredulidad del muchacho, ratificaron las palabras del anciano. Con las rodillas temblando, el joven Tek Liu desapareció del lugar como alma que lleva el diablo. Nadie podía creer lo que había ocurrido, el sabio Lee Kim Su, que había presenciado la pelea, se dirigió a la muchedumbre y les dijo: “Si Liu hubiera tenido la más mínima sospecha de con quién se enfrentaba, nunca hubiera osado ni mantenerle la mirada y seguramente no hubiera sido capaz de pelear con él. Y el caso de hacerlo, no hubiera mantenido la calma. Presa de los nervios hubiera sido derrotado sin remedio. Si Sok no fuera tan arrogante y no llevara años sin pelear, viviendo de su reputación y ganando todos los combates sin pelear, nunca hubiera mordido el polvo.” La muchedumbre sabía que Lee Kim Su tenía razon y se dispersó comentando lo ocurrido...