BOLETÍN CORPORATIVO COMPASSION INTERNATIONAL MÉXICO AÑO 5, No. 10 Octubre 2013 Estimados hermanos, Para mí es un gran gusto dirigirme a cada uno de ustedes y compartir el privilegio de ser colaboradores en la misión que tenemos de liberar a los niños y niñas de la pobreza en el nombre de Jesús. Estoy segura que trabajan con gran responsabilidad al frente de los niños del proyecto en el que colaboran. Sé que se han preguntado si están trabajando por ellos y para ellos por amor y con compromiso, por lo que los invito a reflexionar nuevamente al respecto y cuestionarnos si estamos cuidando a los niños del CDI y atendiéndolos adecuadamente con integridad, excelencia, mayordomía y dignidad. Para Dios es muy importante que cumplamos con la misión de trabajar para los más vulnerables, y sabemos que entregaremos cuentas de lo que se nos ha encomendado. Me parece que es sencillo saber si la permanencia de los niños y adolescentes en el programa es efectiva cuando se ven felices, motivados, asistiendo y participando en las actividades que realizan. Pero si ustedes notan una constante ausencia de los niños, o muestran apatía cuando asisten, son inconstantes en la participación de las actividades y cada mes reportan 3, 5 u 8 niños que salen del proyecto, entonces, será necesario detenerse y reflexionar sobre lo que no esté funcionando correctamente. Les invito a que revisen si las lecciones que se presentan son atractivas, si sus instalaciones son adecuadas que de gusto estar ahí, si se refleja la motivación y el gozo en los rostros de los tutores y que su trato con los niños sea amable y cordial. Deseamos que todos los niños y adolescentes registrados en el proyecto permanezcan en el programa hasta que se gradúen. Es muy doloroso cuando un niño o adolescente se da de baja. Será importante hacer nuestro mejor esfuerzo para motivarlos en el CDI de manera que estén contentos y continúen su desarrollo. ¿Qué pasa con aquellos pequeños que dejan de asistir al proyecto? Tal vez no tengan una oportunidad más adelante para tener la esperanza de vivir mejor. Pensemos en el futuro de cada niño, en su presente, y en su pasado. Estemos siempre alertas ante sus necesidades y hagamos todo lo posible porque ellos vean en la iglesia y el proyecto, el mejor lugar donde puedan estar, en donde encuentren esperanza y donde hallen a Jesucristo como su Señor y Salvador. Que nuestra motivación para colaborar en el proyecto siempre sea el amor. Con sincero aprecio, Ereth Chávez Herrera Gerente de entrenamiento y soporte permanencia de niños y adolescentes en el CDI Por Jaime León e Iván Escobar Supervisores de facilitación Servimos en un ministerio en el cual representamos su nombre con actos y ejemplo, con excelencia, integridad, dignidad y mayordomía; COMPASSION. Vivimos la compasión día a día, pero compasión es más que empatía. Compasión es esa sensación que se mueve dentro de nosotros, y es tan fuerte, tan convincente, que no podemos evitar tomar acción. Es una indignación justa, un deber apasionado, un fuego que arde en el centro de nuestro ser, y nos motiva a hacer algo al respecto. Jesús tuvo este sentimiento, y lo mostró siendo compasivo. Nosotros lo vivimos con cientos de niños y adolescentes en cada CDI. Sabemos que muchos sufren, que padecen de necesidades básicas en sus cuatro áreas de desarrollo (espiritual, socio-emocional, física y cognitiva) y que gracias al servicio de cada colaborador en el proyecto, en sociedad con Compassion, es que los niños tienen la oportunidad de desarrollarse adecuadamente y hallar plenitud. Es nuestro deseo ferviente (y el de los patrocinadores) ver a estos niños convertirse en adultos responsables, cristianos y plenos, por lo cual, vale la pena trabajar por ellos, y beneficiarlos de manera que estén siempre motivados y permanezcan en el proyecto hasta graduarse del programa de patrocinio. Es muy doloroso tener que enfrentar las bajas de niños y adolescentes cada mes en los proyectos. Quisiéramos sólo dar de baja a aquellos que completaron el programa, sin embargo, muchos se van por otras razones, entre ellas, porque no consideran atractivas las actividades que se realizan en el CDI, no reciben atención suficiente o no ven una diferencia que les haga creer que hay esperanza de salir de la pobreza. Pero, ¿qué se está haciendo al respecto y qué estrategias podemos implementar para motivar a los niños a permanecer en el proyecto? Primero, es necesario estar conscientes de algunos desafíos que afectan la permanencia de un niño en el proyecto: • Que la familia del niño se mude a otro lugar donde no hay CDI asociado con Compassion. • Que las instalaciones del CDI estén sucias, desordenadas o muy pequeñas. • Que un tutor esté desmotivado al dar su lección de la currícula y/o que no aplique actividades de juego o de interacción con otros niños. • Que un tutor no esté comprometido con la iglesia, no se haya capacitado o no tenga el deseo o vocación de dar clases. • La falta de visitas a hogares cuando los niños faltan al proyecto, falta de comunicación con las familias de los niños. • Un niño que no tiene patrocinador o si lo tiene ni recibe cartas de él. Por lo que se ve, la labor del tutor es muy importante en el desarrollo y motivación del niño. No es suficiente con implementar la currícula al pie de la letra si no se tiene un compromiso, amor e interés genuino por los niños. Unas malas instalaciones perjudican en la atención del niño, sin embargo, un buen tutor, tiene la capacidad de hacer que incluso, estar en un salón pequeño, sea un factor menos significativo, si la clase es clara y amena. Por otro lado, se proponen buenas prácticas que motivan la permanencia de niños y adolescentes: • Mejorar la limpieza y condiciones de salones, baños, patios de juego y cocinas del CDI. Puede o no puede ser a través de Intervenciones Complementarias. Algunos proyectos en el sureste, incluso han considerado mejorar la imagen de su proyecto, al pintar el logo de Compassion y nombre del proyecto en la fachada o si no lo rotulan. • Realizar actividades extracurriculares como: campamentos, actividades deportivas, concursos curriculares, eventos musicales, campañas de desarrollo comunitario, etc. • Evaluar resultados trimestralmente y al finalizar el ciclo fiscal, y reconocer el esfuerzo de los colaboradores. • Fomentar unidad y comunicación entre los miembros de la iglesia y colaboradores del proyecto, planear estrategias locales para disminuir las bajas. Por ejemplo, un proyecto en Veracruz, ha empleado la estrategia de contar con un patrocinio local, con las personas de su comunidad, que apoyan escribiendo cartas a los niños que no tienen patrocinador. Otra manera de motivar a los niños, es que varios miembros de la iglesia se comprometan a patrocinar con mentoría y oración a niños del proyecto. • Involucrar a los niños y adolescentes en las actividades de la iglesia local. • Mejorar la calidad de los alimentos servidos a los niños en días de actividad. • Establecer compromisos con los tutores, motivarlos y capacitarlos. Actualmente, alrededor del 13% de niños y adolescentes se dan de baja del proyecto cada mes. Nuestra visión es que cuando mucho sea el 8% de bajas, de manera que sean más vidas beneficiadas y transformadas por Dios. Que nuestra pasión y deseo ferviente por servir a los más necesitados, sean muestras de esperanza para cada vida beneficiaria. ¡Vivamos compasión! ¡Oremos y actuemos a favor de la permanencia de niños y adolescentes en el CDI! Nubia tiene 13 años. Le pedimos nos contara cómo se siente en su CDI, y nos contestó lo siguiente: ¿Por qué te gusta asistir al CDI y qué es lo que más disfrutas hacer? Me gusta porque es divertido. Los maestros son buena onda y las clases que dan son de mucha ayuda para todos. Disfruto convivir con mis compañeros y platicar con mis maestros. ¿Te imaginas seguir asistiendo al CDI en los próximos 6 años? Sí. Tal vez para ese tiempo ya pueda ser maestra de niños y así poder ejercer mi ministerio e impartir lo que aprendí y así yo también seguir aprendiendo. ¿Haz pensado en retirarte o salir del CDI en los siguientes meses o años? No. A mí no me gustaría salir o irme si no hasta poderme graduar y después dar clases. ¿Qué cambios sugieres que se realicen o te gustaría que se hiciera dentro de tu CDI? Que hubieran más aulas para poder trabajar muy bien, aunque la iglesia está en construcción, pero sería bueno tener más espacios recreativos. Compassion en Acción es el boletín mensual de Compassion International México El cambio es una transición de una situación actual a otra en el futuro. Todos los seres humanos experimentamos cambios a lo largo de nuestra vida. Algunas veces nos adaptamos con facilidad, pero en otras, nos cuesta mucho trabajo aceptarlos. Sin embargo, es importante valorar que los cambios nos ayudan a mejorar como personas y a parecernos cada vez más a Cristo. Para llegar a la Visión 2020 es importante desarrollar nuestra capacidad para enfrentar y aceptar los cambios, y así, poder administrarlos efectivamente, ya que nuestra respuesta a ellos afectará nuestros resultados. El libro de Éxodo nos relata extensamente acerca de depender de Dios en medio del cambio. Los israelitas sufrieron fuertes cambios cuando Moisés los sacó de cuatro siglos de esclavitud en Egipto. Cuando su viaje los llevó a través del árido desierto del Sinaí, los israelitas dudaban acerca de si Dios estaba con ellos o si se preocupaba por sus necesidades. Alterados por la vida hostil e impredecible en el desierto, anhelaban lo que tenían en Egipto. Para tranquilizarlos, Dios les dio muchas señales de su amor y protección: la columna de nube de día y de noche la columna de fuego, la separación del mar Rojo, el agua y el maná y la Ley de Moisés. Y por fin Dios los llevó a la Tierra Prometida. Los israelitas pasaron por muchas emociones durante su viaje, desde la euforia de escapar de la esclavitud, hasta el miedo a lo desconocido e incluso la ira de Dios. Es normal experimentar una variedad de emociones en tiempos de transición. Un buen liderazgo nos ayudará a todos a mantener el enfoque durante el cambio, controlar la ansiedad y el temor y lidiar con la resistencia de manera constructiva. Hebreos 13:18 afirma que “Jesucristo es el mismo ayer hoy y por los siglos” y podemos confiar en esta certeza en tiempos de incertidumbre. Cuando vienen los cambios, entramos en un proceso de emociones e incerti- dumbre que si las controlamos, podrán favorecer nuestra aceptación y entendimiento de ellas. Hay personas que se resisten a involucrarse en los cambios, como hay otros que sólo se dejan llevar pero no tienen iniciativa para promoverlos, como también hay otras personas que no le temen a los cambios y los aceptan con mucho gozo. A continuación se muestra un modelo que ayuda a determinar en qué parte del cambio nos encontramos, para crear un plan de acción exitoso y poder crecer de manera personal y como siervos de Dios: Modelo de manejo del cambio En respuesta a la Gran Comisión, Compassion International existe como un defensor de los niños para liberarlos de su pobreza espiritual, económica, social y física, proveyéndoles la oportunidad de llegar a ser adultos cristianos, responsables y plenos. (Modelo ADKAR, Marca Registrada de Prosci) El modelo ADKAR consta de 5 etapas: 1. Conciencia de la necesidad de cambio Director Nacional Omar J. Villagrán Gerente de Programas Gloria Laux e el ca e hacer qu 2. Deseo d a mbio ocurr 3. Conocimiento acerca de qué hacer para cambiar plementar nuevas 4. Habilidad para im es habilidades y actitud 5. Reforzamiento para mantener el cambio una vez que ha sido hecho ¡Aceptemos los cambios sin temor y continuemos creciendo y trabajando para la obra de Dios! Comunicación Interna Andrea Hernández Diseño Maya Campos Farfán Compassion de México A.C. Av. Cuauhtemoc #98. Colonia Doctores. CP 06720. México, D.F. Tel (55) 47 77 55 55 Lada sin Costo 01 800 777 1031 www. compassion. org.mx