Rincón del internista

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Med Int Mex 2009;25(2):173-5
Rincón del internista
Dr. House.
Serie de televisión
La imagen del médico se ha estereotipado mediante modelos que representan ciertos valores tradicionales como
la cortesía, la empatía, la compasión, la solidaridad y
otros. La imagen del médico suele ser la de un individuo
pulcro, atento, preocupado por sus pacientes, ciertamente
con frecuencia autoritario y seguro de sí mismo. Toda
esta tradición parece contradecirse en la imagen del ahora
famoso Dr. Gregory House, un antihéroe de la televisión
que ha conquistado a muchos espectadores. Dr. House
(House M.D.) es una serie de televisión estadounidense,
estrenada en 2004, en la que se describen las hazañas de
un prodigioso diagnosticador, que resuelve los más complejos e intrincados casos, prácticamente sólo mediante
el método deductivo y con apoyo casi exclusivamente en
indicios derivados de la tecnología diagnóstica.
El personaje es interpretado por el actor británico
Hugh Laurie, y la acción ocurre en un hospital ficticio,
“Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de New
Jersey”. Se dice que el Dr. House está inspirado en Sherlock Holmes, no sólo por el empleo del método deductivo
para resolver misterios casi insolubles, sino por las características personales de ambos personajes: ególatras,
despreciativos, groseros, sarcásticos, misántropos, ejecutantes musicales y adictos a drogas. En efecto, Holmes
tocaba el violín y House el piano y la guitarra; Holmes era
adicto a la cocaína y House a la vicodina, un analgésico
narcótico a base de hidrocodona por un dolor crónico en
uno de los miembros pélvicos.
Las analogías del proceso diagnóstico con el de la investigación criminal se han hecho muchas veces, de modo
que los clínicos se suelen inspirar en el razonamiento de
los detectives clásicos. House es infectólogo y nefrólogo,
pero sobre todo dedicado a la medicina diagnóstica. La
fascinación que ejerce sobre muchos televidentes se refiere
a su capacidad para encontrar la solución de los casos
difíciles. Sin embargo, esto lo logra sin interrogar a los
pacientes (“todos mienten” dice él), ni explorarlos; acaso
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Medicina Interna de México Volumen 25, núm. 2, marzo-abril 2009
consigue alguna información clínica a través de su grupo
de ayudantes, todos ellos médicos formados en diferentes
especialidades. Se niega a atender a los pacientes que le
han sido asignados por la autoridad del hospital y, a veces,
cuando acepta atenderlos no hace más que burlarse de
ellos. Manda emisarios a sus casas para buscar indicios
en una franca violación de la intimidad de los enfermos.
Sus casos no suelen ser los de todos los días. Más
aún, muchos son verdaderamente inverosímiles –como
lo eran también muchos de los de Sherlock Holmes–, y
su razonamiento no me parece muy bien fundamentado;
toma decisiones precipitadas, y acude con demasiada frecuencia a las pruebas terapéuticas. La causa misma de su
discapacidad, una claudicación que le obliga a usar bastón
y a tomar analgésicos narcóticos, resulta bastante poco
creíble, pues se habla de un infarto muscular producido
por un aneurisma que obligó a retirar masa muscular; me
permito dudar que una secuela así provoque tal dolor (¿será
que él también miente?). El camino por el que llega al
diagnóstico de enfermedad de Alzheimer en un individuo
joven que sólo tiene dolor abdominal inespecífico es para
deslumbrar ingenuos, al igual que indicar una laparotomía
en un dolor abdominal como el que vemos todos los días
en pacientes con intestino irritable.
Pero lo más importante, a mi juicio, es que puede
convertirse en un ejemplo. Al igual que hoy los niños
quieren ser narcotraficantes cuando sean grandes, los
médicos jóvenes pueden querer comportarse como House:
no atender los casos que no les gusten, limitarse al trabajo
intelectual, omitir la exploración y el interrogatorio, menospreciar la relación médico-paciente, faltar al respeto a
los enfermos, descuidar su presentación personal, etc. Por
supuesto que no propongo censurarlo, pero sí advertir que
no es el modelo a seguir, contrarrestar esta tendencia con
las que pretendan preservar los valores y principios de la
profesión y considerarlo un personaje literario más no un
ejemplo real. No cabe duda que ha logrado su propósito
de impactar en la visión sobre la medicina práctica contemporánea, y el hecho mismo de que provoque malestar
entre quienes nos formamos en la tradición propicia las
reflexiones que revalorizan nuestra profesión.
Alberto Lifshitz
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Rincón del internista
Aureliano Urrutia; Del crimen político al exilio
Autor: Cristina Urrutia Martínez.
País de la Editorial: México.
Editorial: Tusquets Editores
Año de edición: 2008
Este libro es un hallazgo, afortunado, al estar curioseando en las librerías, no había yo escuchado nada sobre él,
nadie me lo había recomendado. Tampoco, confieso mi
ignorancia, sabía yo nada sobre el biografiado; Aureliano
Urrutia. La autora confiesa desde el prólogo que es su
nieta, aunque lo vio en muy escasas ocasiones y cuando
el Dr. Urrutia tenía una edad muy avanzada.
Cristina Urrutia es una distinguida historiadora, afincada
en Guadalajara, que intenta, lo hace saber también, escribir sobre un periodo de la historia, desde la visión de los
vencidos. Aureliano Urrutia es desde luego un personaje
sumamente interesante. Nacido en 1872 en Xochimilco, de
orígenes puramente indígenas, consiguió estudiar medicina
en un medio adverso, y logra hacerse un médico famoso
con un gran prestigio como cirujano, fue médico militar.
Llegó a ser dos veces Director de la Escuela de Medicina
de la Universidad Nacional, tuvo un ejercicio exitoso y fue
respetado por alumnos, colegas y pacientes, miembro de la
Academia Nacional de Medicina.
Durante su trabajo conoce a Victoriano Huerta, lo opera
de cataratas, y se hace su amigo e incluso su compadre.
En algunos de los pocos testimonios escritos de Urrutia
confiesa que no se explicó nunca porqué Madero confió
en Huerta por encima de las autoridades militares. Pero
igual que Urrutia muchos otros vieron en Huerta la posibilidad de recuperar el orden gubernamental, político y
administrativo; después de un largo periodo bélico y lo que
ellos percibieron como una falta de capacidad del primer
gobierno democrático. Huerta nombra a Aureliano Urrutia
Ministro de ¡¡Gobernación!!, no el primero ni el último
de su corto periodo en el poder. Es muy curioso saber que
en esa época tenía muchas y diversas competencias, entre
ellas algunas ligadas a la salud, no había un ministerio de
salud o salubridad. Urrutia durante su desempeño consigue
un mejor desempeño del Hospital general, recientemente
inaugurado, y del Hospital Juárez, toma medidas sanitarias
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sobre el pulque, aunque creía que lo que se podía transmitir
con su ingestión era la tuberculosis; aplica algunas medidas
sanitarias sobre el ejercicio de la prostitución, etc.
Lo grave sucede que siendo su ministro de gobernación, lo sigue en otras aventuras, pareciera que tiene que
ver con la muerte de Serapio Rendón, en una época que
la represión era muy intensa y las muertes que ocasionó
fueron muchas. En el momento que Belisario Domínguez (por cierto también médico y cuya esposa había
sido paciente de Urrutia) fue asesinado Urrutia ya había
renunciado, en malos términos con Huerta, y regresado
como Director de la Escuela de medicina y a su ejercicio
privado, recientemente había inaugurado un hospital de
su propiedad en Coyoacán. Sin embargo el asesinato de
don Belisario y especialmente la mutilación de la lengua
una vez muerto siempre se le atribuyeron, a pesar de que
siempre lo negó. En el libro se dan algunas explicaciones
o teorías acerca de los hechos.
Cerca del final del periodo de Huerta, Urrutia trata de
irse a ejercer a Europa, pero la invasión norteamericana se
lo impide, finalmente es aceptado como asilado político en
San Antonio Texas. Donde tuvo una vida profesional muy
exitosa durante muchos años, consigue hacerse de prestigio,
se dice que es uno de los primeros cirujanos en intervenir
siameses con éxito, realiza varias publicaciones.
En más de una ocasión intenta volver a México, es
indultado de varias de las causas que se le atribuyeron,
pero los juicios que le siguieron los familiares de Serapio
Rendón se lo impidieron.
Aureliano Urrutia es un personaje de su época, que
concientemente colaboró con Huerta, lo mismo que
otros intelectuales como Nemesio García Naranjo o
Vera Estañol, que por cierto después fueron exonerados;
que evidentemente se equivocó. Siempre fue capaz de
destacar en su profesión; vivió 103 años, se casó cuando menos cuatro veces, probablemente cinco, tuvo 18
hijos, causó escándalo, desprecio y admiración, como
médico, como cirujano, como político, como padre y
como esposo.
Para los que no sabíamos que un médico había ocupado el lugar de Secretario de Gobernación resulta un libro
sumamente interesante.
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Rincón del internista
Fernando Savater
La hermandad de la buena suerte
Barcelona
Planeta
2008
El Premio Planeta es sin duda el premio mejor dotado de
todos los que existen actualmente en la literatura en español. Al cambio de moneda actual probablemente mejor
dotado que el mismo Premio Nobel, asciende a 600 mil
euros. Un jurado selectamente escogido, alguno de sus
miembros ha ganado el mismo premio y otros no, revisa
y analiza una gran cantidad de obras que son presentadas
anónimamente. El premio rara vez ha sido cuestionado,
Jean Marsé, muchos años miembro del jurado y el mismo
ganador del premio en 1978, renunció hace unos años
aduciendo falta de calidad en las obras, pero Marsé siempre ha sido polémico y su renuncia no le trajo al premio
mayores consecuencias.
Se selecciona un ganador y un segundo lugar que le
llaman finalista, Savater ya había sido finalista en 1993
con El jardín de las dudas; ahora gana el Premio Planeta
2008 con La hermandad de la buena suerte.
No es una obra clásica de él, no se trata de un tratado
filosófico genial como muchos que ha publicado; se trata
de una novela de aventuras, de aventuras en el turf, de
las carreras de caballos. Sus protagonistas mafiosos casi
todos, buscan unos que un caballo pierda y otros que el
mismo caballo gane. El entramado es extraordinariamente
interesante.
El jinete que puede hacer que uno de los caballos
gane, pertenece a un grupo que busca el origen de la buena
Medicina Interna de México Volumen 25, núm. 2, marzo-abril 2009
suerte, al parecer sin conseguirlo, éste es secuestrado por
otro grupo mafioso para que no monte al caballo en una
carrera definitiva, no tanto por el dinero en juego, sino por
el prestigio que acarrea este tipo de competencias.
Los protagonistas durante sus pláticas sueltan algunas
reflexiones: …la juventud es época de ilusiones no de pasiones, la pasión es el castigo y la ardiente conquista de la
madurez, incluso de la senilidad, o … no nos engañemos
la profesión más antigua del mundo es la de ladrón, otra
muy interesante la hace un miembro de la hermandad de
la buena suerte, :.. la suerte es insobornable y automática,
precisamente consiste en el automatismo de un mundo
sin porqué. Pero de vez en cuando, todos los días, a cada
momento, la buena suerte ocurre, llega sin mirar a quién
le toca, de modo perfecta y gloriosamente anormal. No
por nada el autor de la novela es un profundo filósofo que
ha logrado que esta disciplina llegue a través de sus obras
a grupos sin contacto previo con ella.
El ritmo de la novela es perfecto, logra interesar en la
intriga al lector. El tema como decía es la buena suerte
y una carrera de caballos, es tan perfecta la trama que la
novela termina durante el desarrollo de la carrera y no nos
dice cuál de los caballos es el ganador.
Es público que la pasión paralela de Savater son las
carreras de caballos, me parece muy difícil que los miembros del jurado no se hubieran percatado que el autor de
La hermandad de la buena suerte era él. Lo mismo puede
decirse del premio de 1977, La autobiografía de Federico
Sánchez, que sólo podía estar escrita por Jorge Semprún,
que en esa época tenía en España gran relevancia política.
Manuel Ramiro H.
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No se usarán líneas horizontales o verticales internas. Todos los cuadros deberán citarse en el texto.
8. Tipo de artículos: la revista publica artículos originales en el área
de investigación clínica o de laboratorio, editoriales, artículos de revisión, biotecnología, comunicación de casos y cartas al editor. Se
reciben artículos en los idiomas español e inglés.
9. Resumen. La segunda hoja incluirá el resumen, de no más de 250 palabras y deberá estar estructurado en antecedentes, material y método,
resultados y conclusiones. Con esta estructura se deberán enunciar claramente los propósitos, procedimientos básicos, metodología, principales hallazgos (datos concretos y su relevancia estadística), así como las
conclusiones más relevantes. Al final del resumen proporcionará de 3 a
10 palabras o frases clave. Enseguida se incluirá un resumen (abstract)
en inglés.
10. Abstract. Es una traducción correcta del resumen al inglés.
11. Texto. Deberá contener introducción, material y métodos, resultados
y discusión, si se tratara de un artículo experimental o de observación. Otro tipo de artículos, como comunicación de casos, artículos
de revisión y editoriales no utilizarán este formato.
a) Introducción. Exprese brevemente el propósito del artículo.
Resuma el fundamento lógico del estudio u observación. Mencione las referencias estrictamente pertinentes, sin hacer una
revisión extensa del tema. No incluya datos ni conclusiones del
trabajo que está dando a conocer.
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b) Material y método. Describa claramente la forma de selección
de los sujetos observados o que participaron en los experimentos (pacientes o animales de laboratorio, incluidos los testigos).
Identifique los métodos, aparatos (nombre y dirección del fabricante entre paréntesis) y procedimientos con detalles suficientes
para que otros investigadores puedan reproducir los resultados.
Explique brevemente los métodos ya publicados pero que no
son bien conocidos, describa los métodos nuevos o sustancialmente modificados, manifestando las razones por las cuales se
usaron y evaluando sus limitaciones. Identifique exactamente
todos los medicamentos y productos químicos utilizados, con
nombres genéricos, dosis y vías de administración.
c) Resultados. Preséntelos siguiendo una secuencia lógica. No repita en el texto los datos de los cuadros o figuras; sólo destaque
o resuma las observaciones importantes.
d) Discusión. Insista en los aspectos nuevos e importantes del
estudio. No repita pormenores de los datos u otra información
ya presentados en las secciones previas. Explique el significado de los resultados y sus limitaciones, incluidas sus consecuencias para la investigación futura. Establezca el nexo de
las conclusiones con los objetivos del estudio y absténgase
de hacer afirmaciones generales y extraer conclusiones que
carezcan de respaldo. Proponga nueva hipótesis cuando haya
justificación para ello.
e) Referencias. Numere las referencias consecutivamente siguiendo el orden de aparición en el texto (identifique las referencias en
el texto colocando los números en superíndice y sin paréntesis).
Cuando la redacción del texto requiera puntuación, la referencia
será anotada después de los signos pertinentes. Para referir el nombre de la revista utilizará las abreviaturas que aparecen enlistadas
en el número de enero de cada año del Index Medicus. No debe
utilizarse el término “comunicación personal”. Sí se permite, en
cambio, la expresión “en prensa” cuando se trata de un texto ya
aceptado por alguna revista, pero cuando la información provenga
de textos enviados a una revista que no los haya aceptado aún, citarse como “observaciones no publicadas”. Se mencionarán todos los
autores cuando éstos sean seis o menos, cuando sean más se añadirán las palabras y col. (en caso de autores nacionales) o et al.(si son
extranjeros). Si el artículo referido se encuentra en un suplemento,
agregará Suppl X entre el volumen y la página inicial.
La cita bibliográfica se ordenará de la siguiente forma en caso de
revista:
Torres BG, García RE, Robles DG y col. Complicaciones tardías
de la diabetes mellitus de origen pancreático. Rev Gastroenterol
Mex 1992;57:226-9.
Si se trata de libros o monografías se referirá de la siguiente
forma:
Hernández RF. Manual de anatomía. 2ª ed. México: Méndez
Cervantes, 1991;pp:120-9.
Si se tratara del capítulo de un libro se indicarán el o los autores
del capítulo, nombre del mismo, ciudad de la casa editorial, editor del libro, año y páginas.
12. Trasmisión de los derechos de autor. Se incluirá con el manuscrito una carta firmada por todos los autores, conteniendo el siguiente
párrafo: “El/los abajo firmante/s transfiere/n todos los derechos de
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para publicación”. Esta cesión tendrá validez sólo en el caso de que
el trabajo sea publicado por la revista. No se podrá reproducir ningún
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Medicina Interna de México se reserva el derecho de realizar cambios o
introducir modificaciones en el estudio en aras de una mejor comprensión del mismo, sin que ello derive en un cambio de su contenido. Los
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