empresa El ácido Hialurónico, el lubricante de nuestras articulaciones Actualmente la artrosis de rodilla en España tiene una prevalencia del 10,2 % en mayores de 20 años, es decir, afecta aproximadamente a 4,8 millones de españoles y en general, las enfermedades osteomusculares están relacionadas con el 50,7% de las incapacidades laborales. T | odos sabemos que las articulaciones son las estructuras básicas del esqueleto que nos permiten movernos y por tanto mantener nuestra autonomía funcional. Puede considerarse que la artrosis, una enfermedad crónica y degenerativa de las articulaciones, es uno de los mayores problemas de salud pública. Se trata de una enfermedad articular altamente invalidante, que afecta gravemente a la calidad de vida de las personas 72 que la padecen. La aparición de dolor, de rigidez articular y la dificultad al moverse, son debidos a un proceso de degeneración de las estructuras básicas de la articulación. Principalmente se desencadena por el desgaste del cartílago así como por la pérdida de las características lubrificantes del líquido sinovial. Nuestras articulaciones Las personas nos movemos gracias al sistema locomotor musculoesquelético, y una de las estructuras básicas por las que se puede llevar a cabo la función motora son las articulaciones de tipo sinovial. Éstas se forman por la unión de dos huesos, entre los que queda una cavidad ocupada por un fluido viscoso llamado líquido sinovial. En las articulaciones sinoviales encontramos como estructuras básicas: - Cartílago: un tejido de tipo conectivo que recubre los extremos de los huesos que forman la articulación. Es un tejido firme pero a la vez elástico, con una superficie lisa y resbaladiza que facilita el movimiento. Actúa como cojín entre los huesos y reduce la fricción entre ellos en el movimiento. - Membrana sinovial: está formada por una fina capa de células que tapizan el interior de la cápsula fibrosa que cierra la articulación. Es la responsable de sintetizar el líquido sinovial. - Líquido sinovial: es un fluido seroso viscoelástico que llena la cavidad interior de la articulación y la lubrica, facilitando el movimiento. Tiene acción lubricante y es sintetizado por la membrana sinovial que, junto al cartílago, permiten que durante el movimiento el contacto entre los huesos que forman las articulaciones sea suave y el roce entre ellos mínimo. Como si se tratara de una pieza mecánica, las articulaciones necesitan para su buen funcionamiento de unos rodamientos (cartílago) y de una buena lubricación (líquido sinovial). El líquido sinovial tiene además una importante función nutritiva, ya que es la única vía nutricional del cartílago. Este tejido conjuntivo que protege los extremos óseos articulares es avascular, es decir, no posee vasos sanguíneos, por lo que es el líquido sinovial el encargado de su alimentación. El cartílago funciona como si fuera una esponja. Cuando la articulación está sometida a una fuerza, como por ejemplo nuestro propio peso, y se encuentra comprimido, libera las sustancias de desecho al líquido sinovial. Al contrario, cuando el cartílago está en una situación relajada, se reexpande y absorbe los nutrientes y el agua presentes en el líquido sinovial. El ácido hialurónico es una molécula muy grande, con una gran capacidad de englobar el agua. Estas dos características son básicas para dar la consistencia viscosa al líquido sinovial y permitir su función lubrificante. La enfermedad Las articulaciones más afectadas por la artrosis son la cadera, las rodillas, las manos, el dedo gordo del pie, la espina dorsal y, raramente, las muñecas, codos o tobillos. Aunque es cierto que con la edad aumenta la frecuencia de padecer artrosis, el desgaste articular comienza a los 20-30 años, siendo en este periodo un proceso asintomático. Es cuando nos hacemos mayores cuando empezamos a notar molestias y dolor. El tejido que se lesiona desde el principio es el cartílago, que se va volviendo frágil y quebradizo, y también el líquido sinovial, que va perdiendo progresivamente su capacidad lubricante. Las grandes moléculas de ácido hialurónico se fragmentan, perdiéndose en gran medida la capacidad lubricante y protectora del fluido. Este hecho favorece el rozamiento articular y su desgaste. Llevar una alimentación equilibrada es esencial para que nuestro organismo goce de buena salud. Ante situaciones degenerativas como la artrosis, es recomendable suplementar la dieta con nutrientes que permitan a nuestro cuerpo y, en este, caso a nuestras articulaciones tener capacidad de respuesta e incluso de regeneración de los tejidos dañados. Para ello, es necesaria la ingesta adecuada de nutrientes específicos de los que la dieta normalmente es insuficiente, como son el ácido hialurónico y el colágeno. Suplementar nuestra dieta con ácido hialurónico nos ayuda a recuperar la calidad del líquido sinovial, ya que le aporta las características viscoelásticas y lubricantes que había perdido. Conservar las propiedades “engrasantes” del fluido de las articulaciones es esencial para poder movernos sin dificultad y sin dolor. Otros nutrientes de eficacia clínica probada son el colágeno, los mucopolisacáridos y los bioflavonoides con acción antioxidante. Pharmadiet, más de 20 años protegiendo la salud osteoarticular Artihialforte® de Phamadiet con su nueva fórmula reforzada, mejora la movilidad articular, restaura la calidad del líquido sinovial y contribuye a la flexibilidad de tendones y ligamentos. Su aporte en ácido hialurónico ayuda a recuperar la viscosidad del líquido sinovial y mejorar la movilidad articular. El ácido hialurónico, por sus características viscoelásticas, ayuda a reducir la fricción entre las superficies articulares, amortiguar la presión por peso o sobrecarga que soportan las articulaciones, actúa de filtro protector de sustancias inflamatorias y protege al cartílago del desgaste. Además, incrementa la flexibilidad y funcionalidad de tendones y ligamentos. Otro de sus componentes es el colágeno hidrolizado enzimáticamente de alta pureza permite la regeneración del cartílago hialino, aportando los péptidos necesarios para la biosíntesis de nuevas fibras de colágeno, componente mayoritario y base estructural del cartílago hialino de las articulaciones, principal tejido afectado en procesos de degeneración articular, así como de tendones, ligamentos y hueso subcondral. Finalmente, aporta los bioflavonoides quercetina y naringina que realizan una función antiinflamatoria, al bloquear la síntesis de sustancias inflamatorias que potencian la degeneración articular. Artihialforte® se presenta en un estuche con veinte sobres monodosis bebibles, aportando la dosis eficaz diaria para mejorar la movilidad articular con un único sobre bebible al día. + Puede considerarse que la artrosis, una enfermedad crónica y degenerativa de las articulaciones, es uno de los mayores problemas de salud pública