EL PLAN PERFECTO Lo teníamos todo planeado. Las ganas de vernos lo hacían perfecto, pero no podía ser tan fácil, mis padres duermen al lado. Al anochecer abres el portal y subes a la azotea donde tantas veces hemos soñado juntos, viendo las estrellas y reído por si alguien nos espiaba. Subes al tejado que desciende hasta llegar al patio. Como un payaso en la cuerda floja avanzas por el canalón, rezando para que aguante tu peso. Te doy mi mano y pasas de la fría noche a mi cálida habitación. No puedo creérmelo. Tantas veces soñando que estabas en mi cama y ahora es verdad. Tu pecho caliente, tu corazón acelerado, tus manos recorrían mi espalda y mis labios hoyuelos dibujaron.