Finales alternativos escritos por alumnos del I.E.S MATEO HERNÁNDEZ CURSO 2006-2007 Departamento de Lengua castellana y Literatura FINAL DE LOS CACHORROS Mario Vargas Llosa Resumen del argumento La virilidad de Cuéllar, Pichulita, queda destruida a raíz de un accidente en el colegio. Mordido por un perro, el chico arrastra hasta el final de la historia su condición de castrado. Excluido del mundo viril de sus amigos, se sumerge en el alcohol y se juega la vida en un proceso degradador que le conducirá a la muerte. Sus amigos, perfectamente integrados en la sociedad, contemplan pasivos su desarraigo y su soledad. Final (…) “Cuellar ya se había ido a la montaña, a Tingo María, a sembrar café, decían, y cuando venía a Lima y lo encontraban en la calle, apenas nos saludábamos, qué hay cholo, cómo estás Pichulita, qué te cuentas viejo, ahí vamos, chau, y ya había vuelto a Miraflores, más loco que nunca, y ya se había matado, yendo al Norte, ¿ cómo?, en un choque, ¿ dónde?, en las traicioneras curvas de Pasamano, pobre, decíamos en el entierro, cuánto sufrió, qué vida tuvo, pero este final es un hecho que se lo buscó. Eran hombres hechos y derechos y teníamos todos mujer, carro, hijos que estudiaban en el Champagnat, la Inmaculada o el Santa María, y se estaban construyendo una casita para el verano en Ancón, Santa Rosa o las playas del Sur, y comenzábamos a engordar y a tener canas, barriguitas, cuerpos blandos, a usar anteojos para leer, a sentir malestares después de comer y de beber, y aparecían ya en sus pieles algunas pequitas, ciertas arruguitas.” FINAL ALTERNATIVO Los Cachorros Después de ese accidente, nada volvió a ser como antes. Y vinieron las bodas y los hijos. Mañuco se casó, Chingolo se marchó al norte, Lalo se buscó familia. Eran hombres hechos y derechos, con hijos que estudiaban en el Champagnat. Parece que Cuéllar se está mejorando, decían en Miraflores. Se ha buscado trabajo, con su padre de nuevo, contaba Lalo una tarde de encuentro, mientras los niños correteaban arriba y abajo. Y Mañuco, cómo fue que volvió allí, y Lalo, cosas de la vida, se vería solo, pobre. También hay que entendernos a nosotros, y Chingolo, eso es cierto, se iba buscando un mal final. Pero ahora parecía que Pichulita quería regresar a su antigua persona. Había buscado apartamento y trabajo y llevaba una vida mejor, cuando los niñitos ya empezaban 1º de Media. Fue una sorpresa cuando llegó la invitación. Cuéllar quiere encontrarse con nosotros, decía Choto, y Chingolo, qué extraño, para qué será. Esa tarde hacía sol, y en el Terrazas hacía un calor agotador. Otra vez aquí, como en los viejos tiempos, dijo Lalo, y Chingolo, ahora los viejos somos nosotros, ja, ja. Ya llega Cuéllar, todo arregladito y peinadito. Me voy de aquí, muy lejos. Nos quedamos pasmados. Y cómo que te vas así, preguntó Choto, y él, necesito estar lejos de Miraflores un tiempo, una vida nueva, empezar otra vez, aquí estoy solo. Y Chingolo, nos tienes a nosotros, y él, eso no es mucha verdad, ya nada es como antes; pero me daba lástima irme sin decirles nada. Empezaron a charlar, bebimos los antiguos Cristales, qué tiempos aquellos, y Choto, quién pudiera volver allá otra vez. Y llegó la despedida. Te echaremos de menos, Pichulita, y yo a ustedes. Muchos abrazos y alguna lágrima, aunque escondida. Cuando el chico de Mañuco estaba ya en Pre-Médicas, y los de Lalo y Choto en 1º de Ingeniería, llegó otra sorpresa. Miren, me llegó una carta de Cuéllar, desde EE.UU, y Chingolo, cuando dijo qué lejos pensé que no era tanto. Pero ábrela otra vez, y Mañuco, esperen, no metan prisas. “Parece que fue ayer cuando nos despedíamos en el Terrazas; fue una tarde triste. Yo me siento muy feliz aquí. Al principio, no les engañaré, fue complicado encontrar mi lugar. Pero conseguí un pequeño apartamentito, y empezaron a ir mejor las cosas. Como les dije, no es muy grande, pero para mi y mi pareja, es suficiente.” ¿Pareja, has dicho?, y Mañuco, si, si, leí bien, pero cómo cambió nuestro Pichulita. “Conseguí después un trabajo, que no es mucho, pero estoy tan feliz de haber llegado hasta él, que no lo cambiaría por nada de este mundo. Les contaré por qué. Cuando llegué aquí, estaba bastante despistado. Fui a bastantes entrevistas de trabajo (fíjense, como un ejecutivo de películas), hasta que llegué a la mía. Yo estaba sentado en una de esas banquetas que veíamos en el cine, cuando llegó otro chico de la misma edad que nosotros. Empezamos a charlar. Se llamaba Mario, y también venía de Perú. Vaya sorpresa. Los dos estábamos muy nerviosos. Nos llamaron desde oficinas diferentes, nos deseamos suerte. Yo salí primero, y le esperé para ver cómo le había ido a él. A mí me fue fantástico, me dieron el trabajo. A él no le fue demasiado bien. Le vi tan apenado que le invité a tomar algo, pero yo no había salido todavía a ningún sitio. Me llevó a un lugar, que me recordó a nuestro Terrazas. Y retomamos nuestra conversación donde la habíamos dejado en las banquetas. Me contó que había llegado aquí desde hacía unos años, que echaba de menos a su familia, sus amigos, su tierra. No había tenido una vida fácil. Su pueblo era pequeño, con pocos habitantes, y él nunca había sido demasiado abierto (empecé yo nuestra charla en las banquetas, fíjense, ¡yo!). Me contó que se había tenido que venir aquí por problemas de dinero en su familia, que ahora trabajaba en un sitio de esos de comida rápida, y así les mandaba dinero a ellos. Tenía la esperanza de conseguir algo mejor. Cuando él acabó de contarme, entonces empecé yo. Estaba tan bien con él, que hasta le conté la historia de mi accidente.” ¿Su accidente, dijo? ¿Leíste bien, Mañuco? Sí, sí, déjenme terminar. “Desde ese día, empezamos a ser muy buenos amigos, y esa amistad se convirtió en algo más. Ahora vivimos juntos, como ya les conté. Él ya consiguió otro trabajo mejor, y me está ayudando a buscar a alguien para curarme. Les juro que nunca había estado tan feliz. Espero volverles a ver algún día, encontrarnos de nuevo y reunirnos en el Terrazas como antes. Ya me contarán. Muchos besos desde su amigo Pichulita.” No pensé que Cuéllar acabaría así, y Choto, ni se me pasó por la mente, y Chingolo, yo me alegro mucho por él, y Mañuco, es cierto, pobre, llevó una vida de perros. Pichulita ha vuelto, decían en Miraflores. Cuando nuestros hijos ya nos querían llevar al asilo, Pichulita había vuelto. ¿En el Terrazas, como siempre?, y Choto, eso dijo, como a las ocho, y Lalo, qué ganas tengo de verle. Cuando llegaron, allí estaba Cuéllar esperándonos, con su compañero Mario. Fue un encuentro hermoso y una tarde mejor. Les dije que nos volveríamos a ver, y Choto, pero qué contentos estamos de verte, Pichulita, y yo de verles a ustedes, este es Mario. Encantado de conocerles, y Chingolo, Pichulita nos habló mucho de usted ya varias veces en sus cartas. Y cómo van sus familias, las mujeres tan bonitas como las dejaste, y Choto, pero los hijitos un poco más creciditos. Mario se marchó un poco antes que nosotros a la casa de Cuéllar. Nos quedamos los cinco solos hasta tarde. Nos alegramos mucho de verte así, y yo de verles a ustedes tan bien. ¿Y cómo va lo de la operación?, y él, pues va bastante bien, pero, ¿saben qué?, que es la primera vez en mi vida que no me importa lo de mi accidente, y Choto, ¿volverás a EE.UU.?, y él, no lo creo, el pueblo de Mario está cerca de aquí, no le importa quedarse en Miraflores, y yo estaría encantado de volver a quedarme. Llegaron las despedidas, los abrazos, y algunas lágrimas, pero ya no escondidas. Nos veremos por el barrio, y Lalo, eso espero, y Choto, qué alegrón de volver a verte, y Chingolo, adiós Pichulita, y Mañuco, sigue tan feliz. Miryam Sánchez Pérez 1º Bach. D FINAL DE CIRCE Julio Cortázar RESUMEN Delia es una mujer misteriosa que seduce y mata a sus amantes con bombones elaborados por ella. Ejerce también extraños poderes sobre los animales. Los Mañara, padres de Delia, conocen las artes de su hija e intentan prevenir a Mario, el tercer novio de Delia. La noche en que Delia piensa envenenar a Mario, éste descubre en la cocina de los Mañara al gato muerto e intuye las intenciones de su amada. Cuando Delia le da a probar un bombón, Mario lo abre con los dedos y descubre el cuerpo de una cucaracha, el veneno preparado por Delia. Mario le tira el bombón a la cara y la sujeta violentamente por el cuello para hacer callar sus sollozos… pero no la mata. Los Mañara han sido testigos escondidos de todo lo sucedido. FINAL “A su espalda, desde la cocina donde había encontrado al gato con las astillas clavadas en los ojos, todavía arrastrándose para morir dentro de la casa, oía la respiración de los Mañara, levantados, escondiéndose en el comedor para espiarlos(…) oyendo cómo él hacía callar a Delia. Aflojó el apretón y la dejó resbalar hasta el sofá, convulsa y negra pero viva, Oía jadear a los Mañara(…)Tuvo mucha lástima de los Mañara que habían estado ahí agazapados y esperando que él- por fin alguno- hiciera callar a Delia que lloraba, hiciera cesar por fin el llanto de Delia.” FINAL ALTERNATIVO CIRCE (…) Cuando le tiró los pedazos a la cara, Delia se tapó los ojos y empezó a sollozar, jadeando en un hipo que la ahogaba, cada vez más agudo el llanto, como la noche de Rolo; entonces los dedos de Mario se cerraron en su garganta como para protegerla de ese horror que le subía del pecho, una mezcla de lloro y quejido con risas quebradas por retorcimientos. La apretaba pero no la quería matar, sólo quería que se callara. Sus dedos se hundían firme pero lentamente sobre el cuello desnudo, mientras le repetía al oído: “Calla, por favor”. Delia cesó su llanto, murió. Él dejó caer suavemente el cuerpo sin vida de la que alguna vez fue su novia. Un repentino silencio tomó la casa, interrumpido, de vez en cuando, por los gemidos casi humanos del gato. Escuchó a los Mañara tras la puerta, estaban levantados; respiraban casi como aliviados; se podía suponer que siempre habían deseado que alguien acabase con su hija. Mario se tranquilizó, se tumbó sobre el cuerpo inerte de Delia y colocó sus dedos sobre su muñeca; estaba buscando el pulso; no lo sintió; volvió a buscarlo pero esta vez apretaba con fuerza; la desesperación se apoderó de él. Asustado se inclinó sobre su nariz buscando indicios de respiración, no percibía señales de ésta. Con grandes gotas de sudor en el rostro se tiró hacia atrás. Se incorporó y corrió a la cocina, tomó el cuchillo que tiempo atrás sirvió para trocear el chocolate con el que se hacían los bombones. Lo apuntó hacia su vientre empuñándolo con ambas manos y con lágrimas en sus ojos hundió la hoja en su cuerpo; se le aflojaron las piernas y mientras sentía la hoja fría penetrando su cuerpo, se desplomó al suelo: se había quitado el último aliento de vida. Al otro día la noticia inundó la prensa; aparecía su nombre y su edad; pero nada sobre la muerte de Delia. Los funerales no se hicieron esperar; todos los Mañara estaban presentes, todos lo lloraban menos uno. Una mujer vestida de negro permanecía erguida con el rostro cubierto por un velo negro. Antes de que terminara la ceremonia se descubrió, era Delia; dio media vuelta y se marchó con pasos pequeños, y hasta me daba la sensación de que rozaba el suelo con las puntas de los zapatos. Joel S. Díaz 4º de ESO FINAL DE EL LAZARILLO DE TORMES Anónimo Resumen del argumento Lázaro empieza su andadura por la vida sirviendo a un ciego, que le hace despertar de su inocencia de niño. Después sirve a otros amos: un clérigo, un escudero, un capellán, un buldero… Conoce de cerca el hambre, el engaño, las falsas apariencias, la avaricia; y todo ello le va adiestrando en el vivir. Siendo pregonero en la ciudad de Toledo, Lázaro conoce al arcipreste de San Salvador con cuya criada y amante se casa. La gente murmura de tal matrimonio pero Lázaro cierra los ojos y confiesa estar “en la cumbre de toda buena fortuna”. Final “ Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltarán, no nos dejan vivir, diciendo no sé qué y sí sé qué,de que ven a mi mujer irle a hacer la cama ( al arcipreste) y guisalle de comer(…) Entonces mi mujer echó juramentos sobre sí….y tomose a llorar... Y así quedamos todos tres bien conformes (…) cuando alguno siento que quiere decir algo della, le atajo y le digo: - Mirá, si sois amigo, no me digáis csa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar. (…) Desta manra no me dicen nada y yo tengo paz en mi casa. (…) Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna” FINAL ALTERNATIVO El Lazarillo de Tormes Llegando yo un día a mi casa de pregonar los vinos en una villa cercana, abriendo la puerta della, topeme con unos ruidos que de la habitación venían. Me aproximé por ver qué era tal escándalo y encontreme yo en mi cama a mi mujer con mi señor, el Arcipreste de San Salvador. Pusiéronse ellos tan nerviosos que no pudieron articular palabra. En ese momento, cogí mis pocas pertenencias y salí de allí sin volver a verlos jamás. Tan mala fortuna me dio Dios que, a los dos meses de estar en una posada cercana a Segovia, ocurrióseme ir a casa de mi madre por visitarla y por buscar un trabajo. Cuando llegué a Salamanca, de malas lenguas escuché que la posadera (que por aquel momento era mi madre) tenía enredos con un hombre ciego. Y entrando en la posada, con toda mi buena intención y muchas ganas de volver a ver a mi madre, me encontré yo con el ciego, mi primer amo, allí amancebado con ella. Vínoseme a la memoria lo que dos meses atrás me aconteció en mi propia casa. Desta manera volví a ver a mi pobre madre después de veinticinco años y ella con gran sorpresa abrazome, besome y sobome todo lo que no había podido en todo ese tiempo. Le pregunté por mi hermano y me contó que se había casado con la hija de un mercader y que en esos momentos andaba por Galicia vendiendo enseres con su suegro. Mala fue la hora cuando el ciego supo quién era yo, pues tan fuerte arreó su bastón al aire por saludarme (a su manera), que a la segunda vez no pude esquivarlo y me acertó justo detrás de la oreja, y dejome allí en el suelo medio muerto. Pues estando en esta situación, mi madre le gritó al ciego que me tratase mejor, porque el tiempo había pasado y no había de tenerme rencor. Mas el ciego, que maldita la hora en que me lo encontré por primera vez, no hizo caso del sabio consejo de mi madre y hubo la mosca tras la oreja durante bastante tiempo. Sepa vuestra merced que por este tiempo había yo un buen trabajo como contable y tanto dinero pasaba a veces por mis manos que no podía yo evitar apropiarme de una pequeña parte con la que llevaba a casa algo de carne tierna que al ciego gustaba mucho. Como sentí de qué pie cojeaba y él vio que mejoraba el comer conmigo en casa, por fortuna, poco a poco empezamos a llevarnos muy bien e incluso empezamos a tenernos cierto afecto. Pues estando un día mi pobre madre, el ciego y yo comiendo, ocurrióseme preguntar cómo había llegado el ciego hasta allí; y me dijeron que aquel (mi primer amo), cuando estuvo recuperado del tremendo golpe contra el poste, fue en busca de mi madre para decirle que yo ya no estaba con él después de todo lo que le había hecho, que no era más de lo que él me hizo a mí. Y desde entonces quedose él allí por vivir mejor que en la calle, mas él seguía saliendo a decir sus oraciones para ganarse los cuartos con que pagar a mi madre. Y así estoy yo bien sin casarme y viviendo de mi trabajo en casa de mi madre, que continúa amancebada con el ciego. De lo que aquí en adelante me sucediere avisaré a vuestra merced. Noelia Díaz Morales 1º D Bachillerato