Calles y plazas de la ciudad. Uxó, Nº38 (03/02/1968) BERNARDA SERRA LANAU Esta vía, emplazada en lugar bastante céntrico de la población, pertenece a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Tiene unos trescientos metros de longitud y ofrece una anchura holgada de unos diez metros con idéntica medida en toda su extensión. Consta de unas setenta edificaciones y es empinada hasta el número cincuenta en que, bruscamente, desciende de forma pronunciada, aunque reducida a unos pocos metros hasta desembocar en la plaza de Villamargo. Es atravesada por la calle de Ibáñez Martín (antes de Preciados) y a su izquierda cuando está a punto de finalizar, nace el antiguo camino del Calvario, actualmente denominado calle de Balmes. La Vía urbana que hoy nos ocupa comienza en la calle de Correos y su anterior titulación de “calle del Cementerio Nuevo” procedía seguramente por ser camino directo al Cementerio antiguo de la Asunción, que dejó de utilizarse en agosto de 1935 en que se inauguró el actual Cementerio, situado en la Carretera de Vall de Uxó a Algar. Parece ser que el anterior Camposanto data del siglo XVII, lo mismo que la ermita del Santísimo Cristo del Calvario que divide los dos patios que hace treinta y cuatro años constituían los cementerios de la parroquia citada y del Santo Ángel. Esta calle de Bernarda Serra, desde el punto de vista urbano, puede catalogarse como de segunda clase. Posee buena iluminación y excelentes aceras. Recientemente ha sido provista también de moderna pavimentación y sus edificios son, en su casi totalidad, modestos y sencillos, de planta baja y un solo piso dando a la vía una uniformidad. Hasta el año 1931 tuvo la denominación de “calle del Cementerio Nuevo”. Existía otra vía titulada “del Cementerio Viejo” (actualmente Lope de Vega) situada en la barriada de San Vicente, correspondiendo este nombre a que en los tiempos de la dominación árabe existía un Cementerio en aquellos lugares, parte suroeste de los lugares del antiguo Valle de Uxó. Un somero estudio o investigación sobre la toponimia de nuestro término, nos llevaría al descubrimiento de nuevas e interesantes facetas sobre el dominio y actuación de los moros en nuestro término. Las partidas de Hospital y Mezquita revelan la probable existencia de templos y hospitales en aquellos parajes convertidos hoy día en huertas ubérrimas. La titulación de la calle del Cementerio Nuevo se mantuvo sin interrupción hasta abril de 1931 en que al ser proclamada en España la segunda República, los elementos de la minoría socialista en el Consistorio propusieron el cambio de nombre por el de Luis Fernández, persona perteneciente a la Agrupación Socialista Madrileña, de la que fue Secretario General en los tiempos de la Dictadura del General Primo de Rivera. Por aquel entonces era patente la gran rivalidad que caracterizaba la actuación social de las dos potentes fuerzas sindicales españolas: U.G.T y C.N.T. Luis Fernández estuvo en Vall de Uxó allá por el año 1920, en viaje de propaganda política. Se estaba terminando por entonces el edificio del Centro Obrero de la calle de Sanchis Tarazona (hoy hogar de la C.N.S), construido a expensas de la organización socialista local. El costo de las obras suponía un dispendio superior a las posibilidades económicas de la organización vallduxense y el secretario madrileño prometió y proporcionó al socialismo local los fondos necesarios para la terminación total de las obras. Luis Fernández estuvo en Vall de Uxó allá por el año 1920, en viaje de propaganda política. Se estaba terminando por entonces el edificio del Centro Obrero de la calle de Sanchis Tarazona (hoy hogar de la C.N.S.), construido a expensas de la organización socialista local. El costo de las obras suponía un dispendio superior a las posibilidades económicas de la organización vallduxense y el secretario madrileño prometió y proporcionó al socialismo local los fondos necesarios para la terminación total de las obras. Luis Fernández fue víctima de los antagonismos sociales de las dos potentes fuerzas sindicales mencionadas. Un día, al salir del local de la Agrupación socialista madrileña, fue ametrallado en plena calle por elementos pertenecientes a la extrema izquierda. La víctima murió instantáneamente acribillada a balazos. A su entierro asistió una representación del socialismo vallero como demostración del sentimiento que su muerte había producido en la organización y también como prueba de gratitud por su colaboración decisiva par por la finalización de las obras del Centro Obrero de Vall de Uxó. Luego como más arriba indicamos, cuando la proclamación de la República, un concejal socialista propuso que se pusiera el nombre de Luís Fernández a una calle de la localidad, concretamente a la del Cementerio Nuevo. La propuesta fue aceptada por unanimidad de la Corporación Municipal. Con el triunfo del Movimiento Nacional, a la vía recobró su primitiva denominación hasta 1954, en que la Comisión encargada de revisar las titulares de nuestras calles, decidió que ésta que nos ocupa se llamara de Bernarda Serra, en homenaje a una benemérita maestra de escuela que durante cincuenta años ejerció su abnegada profesión en Vall de Uxó. En aquella fecha aún vivía Doña Bernarda, si bien ya jubilada, por imperativos de la edad, de su vida activa. Doña Bernarda Serra Lanau, nació en Alcira (Valencia) el año 1868. A finales del pasado siglo fue destinada a Vall de Uxó donde regentó la escuela de párvulos, dedicando todos sus afanes y sacrificios a conseguir la instrucción y formación de centenares de niños de ambos sexos. Ciertamente, por su escuela desfilaron varias generaciones de valleros, por lo que Doña Bernarda era muy conocida y estimada en esta población a la que se hallaba vinculada por hondos afectos espirituales. En sus últimos años se hallaba paralítica, aunque en posesión de todas sus facultades intelectuales. Falleció de repente por senilidad, el día 19 de marzo de 1959, a la avanzada edad de noventa y un años. El acto del entierro constituyó una emocionante manifestación de duelo, presidiendo las autoridades y jerarquías a cuyo frente se hallaba el Alcalde, Don Eleuterio Abad Martín. Entre la numerosa concurrencia figuraban representaciones del Consejo de Protección Escolar, Magisterio Local, niños de la escuelas públicas y un inmenso gentío que rindió el último tributo de cariño y admiración a la que en vida fue maestra ejemplarísima por sus raras virtudes y su singular vocación profesional. La rotulación de la calle del Cementerio Nuevo con el nombre de Bernarda Serra, constituyó un público y merecido homenaje de gratitud y de justicia a una figura insigne del magisterio local que, en todo momento se desvivió por instruir y formar a la infancia encauzándola por las sendas de la virtud, la sencillez y la laboriosidad.