CON ORGULLO DE GRUPO Son muchas las ocasiones en que se

CON ORGULLO DE GRUPO
Son muchas las ocasiones en que se utiliza la palabra orgullo, como síntoma de
arrogancia, vanidad o exceso de estimación propia, sin embargo y en positivo,
la etimología del término viene determinada al código filosófico o ético que se
tenga en cuenta.
En genérico podríamos decir que viene a referir la valorización ante una
actuación digna de elogio, que hace que una persona o entidad tienen de si
mismos por la manera que tienen de afrontar las circunstancias que la sociedad
les depara. Un sentimiento de vivir sólidamente con valores personales
cargados de actos dirigidos a optimizar las relaciones, el entorno, la sociedad
en general o la calidad de vida de los semejantes, por ejemplo.
Siempre cuento que años atrás, cuando aún vivía en Barcelona, me sorprendía
el sentimiento de Orgullo que tenían los empleados de la primera Rumasa.,
previo a la expropiación de los años 80.
Un vendedor de el Holding, se acercaba al mostrador para pedir una cita y
cuando se le consultaba de que empresa era, sacaba pecho y decía muy
orgulloso: ¡soy…de Rumasa!.
A mí me hacía gracia y me sorprendía a la vez, ver como se crecía de
satisfacción por pertenecer al grupo de empresas que más tarde se expropió.
Ahora, pasados ya muchos años, me sorprendo a mi misma, porque también yo
estoy muy orgullosa de formar parte del Grupo Emaús.
También yo estoy muy orgullosa de trabajar en Emaús.
Una Ong que nació con mucha humildad y esfuerzo en 1979, en Altea, con la
firme voluntad de ayudar a los más desfavorecidos y que 33 años después,
inquebrantable al desaliento, sigue, en la Acción Social, con más fuerza que
nunca, dando el paso, al nuevo día con un nutrido grupo de profesionales
dirigidos por el fundador de la Ong en esta zona, D. Francisco Nadal, que nos
ha imbuido desde el trabajo serio y responsable a vivir el presente con todos los
cambios y acontecimientos que éste nos depara.
Muchas veces me sorprendo en actos, escuchando a ponentes, convencidos de
que son “el mejor”, cuando muchos de mis compañeros opinando sobre el
mismo tema, y sin alarde de egocentrismo, son verdaderos maestros a su lado,
verdaderos lideres de opinión, sobre todo en lo relacionado con nuestro
trabajo.
Ellos, saben para quien trabajan y porqué, saben que de ellos y su gestión
dependen muchos de nuestros usuarios, están formados profesionalmente para
el cargo que desempeñan y es tanta su implicación que no olvidan su formación
continua para poder “estar siempre al día”, para seguir ampliando sus
conocimientos en bien de la sociedad para la que emplean su tiempo.
Yo, que asisto a sus reuniones de trabajo, que conozco su manera de llevar
adelante los programas
de atención a menores, mujeres maltratadas,
ancianos, discapacitados psíquicos, niños enfermos saharauis, de formación e
investigación al desarrollo…
Vibro de orgullo por este sólido grupo de trabajo, que día a día, trabaja para
dignificar a los seres humanos que comparten con nosotros su presente, para
darles además de cobijo, atención médica, - física y psíquica-, escolarización y
todo lo básico para una vida mejor, las herramientas necesarias para que
tengan un futuro más amable cuando su etapa con nosotros termine.
Sé que la palabra Orgullo tiene connotaciones negativas, una persona en
exceso orgullosa es egocéntrica, vanidosa, pedante engreída…
Sé que nuestro fundador, moderado donde los haya, siempre respetuoso en su
condición de líder, nos recuerda siempre que no debemos crecernos pensando
que somos los mejores en la Acción Social; él insiste siempre en la moderación,
el equilibrio, la sensatez, el respeto, la modestia, que debemos cuidar y formar
a los demás en lo que sea mejor para ellos…
Incluso sé, que no le gusta que yo haga alarde de su gran capacidad de
trabajo, amor y respeto a todos sus semejantes, él no necesita halagos, su
premio está en la labor que realiza, en saber que ha dedicado todos los días de
su vida a honrar a los seres humanos, a amar y respetar sus diferencias,
creencias y necesidades, ayudándoles con profesionales cualificados, con el
visto bueno de la Administración Pública, que como tutora de las personas con
problemas sociales, ha delegado en el Grupo Emaús, la responsabilidad de
llevar adelante sus vidas, para que ellos tengan con la colaboración entre la
Administración y Emaús, una vida mejor.
En cuanto a mí, y como sentimiento intimo y personal, quiero decirte lector que
cuando estoy trabajando con los profesionales del Grupo Emaús, viendo como
afrontan el día a día, con lo que el día les traiga, como aman y respetan, como
solucionan los inconvenientes que surgen, como se implican en todo lo que a la
Ayuda Social, me siento muy orgullosa del equipo humano que ha sabido crear
y dirigir nuestro fundador.
Más información: www.emausong.es