(m), considera como menos importantes, vanan no solo en una misma caja ó fruto, sino aun en una misma celdita con los intermedios ó tránsitos de una á o t r a , según he tenido ocasionde observarlo, v a liendo en suma con corta diferencia para determinar las especies n a turales otro tanto como las que habían adoptado los botánicos; lejos de despreciarlas por eso cuando se hable de variedades de cultivo debemos esperar que en este respeto interesen mas á la agricultura que los verdaderamente específicos: pues es del todo indiferente que una planta sea ó no especie primitiva con tal que sea constante en rendir utilidad; y nadie puede dudar que las anomalías indicadas y otras semejantes son las que dan origen á las castas preciosas, que el cultivo se apropia como un hallazgo y suele conseguir perpetuar. Por lo que hace á los caracteres de dicho ilustre cultivador, y que y o llamo de variedad agronómica, conviene el algodonero de Motril casi exactamente con su sorel ó malvavisco rojo, marcado por él como uno de los mas apreciables. En lo que se aparta de este se acerca al de corona verde que sacan los ingleses de la Martinica y otras islas para sus esquisitas manufacturas. El distinguido agricultor Páris, de Tarascón en las bocas del R ó dano , igualmente condolido de la negligencia de los botánicos en deslindar los algodoneros que del empeño de Ror en no apreciar sino las señales del grano, ha descrito con particular escrupulosidad como especies Jas siete siguientes, examinadas vivas por él mismo en la memoria antes citada sobre su cultivo comparado. La primera, que llamaSíam rojo (Gos.siannense), se hace notable por tener su vellón este color, y por la forma de su caja aovada y puntiaguda, pareciéndose en lo demás muchísimo á la de Motril según la descripción, y es una de las que se cosechan en Malta, S i cilia y Ñapóles. Como variedad de ella propone otro Siam mas p á lido y de limón globoso. Las únicas diferencias de algún valor que distinguen á su segunda especie ó Siam blanco del rojo se reducen á la blancura del copo y verde de la pepita. Su variedad purpurascente se menciona con separación por el rojo-negruzco de toda la superficie de la planta y lo prolongado de la cápsula. Sospecha Páris que esta segunda especie solo sea una degeneración de la primera, que haya ganado en lo sedoso de su fibra cuanto ha perdido en fuerza y en las dimensiones y vigor de todas sus partes. La tercera se contrapone á la primera en su menor cantidad de ello, pezones opuestos á las hojas y flor m a y o r : su lanilla es rojiza. La cuarta es el del Perú ó sea de las Baleares, mas largamente descrito que por Cavanilles. La quinta ó de Fernambuco no presenta en dicha memoria señas bien marcadas, á no serlo la de hallarse sus simientes muy juntas y en series. v