Porque nos han sucedido estas cosas.

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¿Por qué
nos han sucedido
estas cosas?
Jueces 6:13
P.FUSIER
¿Porque nos han sucedido estas cosas?
Jueces 6:13
En el libro de los Jueces, el estado moral del pueblo de Dios es caracterizado
por esta palabra pronunciada dos veces: « En aquellos días no había rey en
Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.» (Jueces 17.6; 6; 21) Esta es la
explicación de la ruina y del servilismo de Israel en ese entonces, como
también del pueblo de Dios de nuestros días.
Por lo tanto, este libro — y la historia de Ruth « en los días que gobernaban los
jueces» (Ruth 1:19) — es rica de alientos para los fieles que Dios se guarda
para el, aquellos que le temen y piensan en su nombre (Malaquías 3:16).
Se dice que libro de los Jueces, que corresponde a la segunda epístola a
Timoteo, donde el Espíritu Santo nos da lo que es necesario para vivir
piadosamente en Cristo Jesús. Y si, en el libro de Jueces, Dios se glorifica en
algunos que son parte de la nube de testigos que nos rodea, el libro de Ruth
nos muestra como actúa su gracia soberana; y termina anunciando a David
(Ruth 4:22), el hombre poderoso que lo ungió con su aceite santo (Salmo
89:19,20). Nuestras mirada son atraídas entonces hacia Jesús, cabeza y
consumador de la fe… para que ya no estemos cansados, y nuestras almas
desalentadas.
Gedeón y algunos fieles en Israel tenían muchos motivos, de desalientos, « por
causa de los madianitas » (6:7). Pero ¿Qué eran estos madianitas, y que
representan en este capítulo donde el alcance típico nos es dado para nuestra
instrucción?
Descendientes de Abraham (Génesis 25:1,2) cercanos de Israel según la
carne, están asociados moralmente a Ismael (Génesis 37:27, 28,36 y Jueces
8:24). Representan el espíritu de disputa y discusión (Median) y el espíritu
legalista y carnal (Ismael, Gálatas 4:23), que quitan al pueblo de Dios su
alimento y arrebatan su país, La pobreza de Israel nos muestra cuanto
perdemos si, a causa de nuestra infidelidad somos colocados por el gobierno
de Dios bajo tales influencias.
Jehová no abandona nunca a su pueblo. El le habla primeramente por un
profeta (6¨8), llamándole a recordar « de las cosas pasadas desde los tiempos
antiguos » (Isaías 46:9), y de las liberaciones y los dones de Jehová. Es así
como Cristo santifica a la asamblea, purificándola por el lavamiento del agua
por la palabra.
Luego, Israel es invitado a reconocer que no había escuchado la voz de
Jehová.
Tenemos allí la historia de todas las caídas, de todas las debilidades del pueblo
de Dios. ¿No es sorprendente que esta historia se repita tan a menudo en la
Escritura ¿ Solo en el libro de los Jueces, leemos al menos siete
reconocimientos que los hijos de Israel hacen de lo que es malo ante los ojos
de Jehová ( 2:11; 3:7, 12 ; 4:1, 6:1; 10:6; 13:1 ); y ¡cuantas veces encontramos
esta expresión en la historia de los reyes¡
Luego « estas cosas…están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes
han alcanzado los fines de los siglos. » (1ª Corintios 10:11)
Los esfuerzos del Enemigo, hoy día, se ejercen contra el testimonio de
Jesucristo. Es digno de hacer notar que el pasaje que hemos citado antecede
inmediatamente con un alerta en contra de la idolatría, en relación con nuestra
participación a la mesa del Señor. Estas enseñanzas son parte de « la fe que
ha sido una vez dada a los santos» totalmente amenazada hoy en día, como
en los tiempos apostólicos, cuando el Espíritu Santo nos exhorta, por la
epístola de Judas a combatir por ella (Judas 3).
Luego, Dios se reserva siempre testigos en medio de la ruina mas grande (1ª
Reyes 19:18): aquellos que guardan la palabra del Santo y del Verdadero y no
niegan su nombre (Apocalipsis 3:7,8)
Gedeón, hombre fiel, provisto de los dones de Jehová, es uno de esos testigos.
En esos tiempos de hambre en Israel, Jehová escoge para librar a su pueblo a
un hombre que conocía el valor de lo que Dios le daba soportando toda la
opresión madianita como una disciplina de parte de Jehová. El acepta las
consecuencias de la infidelidad de Israel, haciéndose parte de ella (6: 13); es
por esto que se esconde en el lagar. Pero no pierde valor; sacude su cosecha
para recoger el trigo puro, figura de Cristo resucitado y glorificado (Josué
5:11,12), alimento del pueblo de Dios. El vela diligentemente para no dejarse
despojar por Madian, cuyo nombre, como lo hemos visto, significa « disputa,
discusión ». Todo esto nos instruye. Frente a las « doctrinas diversas y
extrañas» (Hebreos 13.9) que hoy en día arruinan al pueblo de Dios, tenemos
que dirigirnos hacia « la medida de un varón perfecto », para que « ya no
seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina»
(Efesios 4:13,14). Llevando todo el oprobio, podemos encontrar nuestro gozo
en la palabra de Dios (Jeremías 15:15,16).
¡Guardemos lo que nos ha sido confiado y huyamos « de
pláticas sobre cosas vanas» (1ª Timoteo 6.20,21) ¡
las profanas
Así, cuando el Ángel de Jehová mira a Gedeón, ve lo que la gracia de Dios
había hecho en su corazón, la fuerza que el tenía. También puede dirigir estas
palabras: «Jehová está contigo, varón esforzado y valiente » Dios está con
nosotros si su palabra permanece en nosotros; entonces, seremos fuertes para
vencer al malo (1ª Juan 2:13,14). Luego, la palabra de Dios, los testimonios de
su fidelidad hacia su pueblo (v.13), recordados recientemente por el profeta
(v.8-10), permanecían en Gedeón. Estaba así « enteramente preparado para
toda buena obra»
Otro rasgo notable de este hombre de fe es que se identifica con todo el
pueblo (v.13), y esto es una señal de su amor por el.
Entonces en forma muy natural Gedeón abre su corazón a Dios: « ¿por qué
nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que
nuestros padres nos han contado…?» Estas palabras demuestran que
pensamientos le ocupaban habitualmente, y sin duda por mucho tiempo, a
este hombre de Dios. El sufría con su pueblo, sintiendo la deshonra hecha al
nombre de Jehová por la dominación de Madian. Para sus ojos era una
situación anormal (Deuteronomio 28:1-4), una causa de tristeza y duelo
(Lamentaciones 2:11). No podemos desconocer tales sentimientos si amamos
a la asamblea y probamos en alguna medida « la preocupación por todas las
iglesias » (2ª Corintios 11:28).
Es por esto que Gedeón responde: « si Jehová está con nosotros, ¿por qué
nos ha sobrevenido todo esto? » — el pensamiento de la presencia de Jehová
en medio de su pueblo le parece tan sorprendente en medio de la ruina que le
rodea. Hace mención enseguida de la enseñanza de sus “padres”, del
testimonio que ellos le habían dado de las maravillas que Jehová había
cumplido por su pueblo.
Estos “padres” nos recuerdan para nosotros a los apóstoles de nuestro Señor
Jesucristo (Judas 17), pero también a los “conductores” (Hebreos 13:7) que el
Señor nos ha dado para recordarnos de la doctrina de los apóstoles y
dándonos los sentidos para que la comprendamos (Nehemías 8:8)
Gedeón habla de las « maravillas » que los padres le habían contado
diciéndole: « Yo os hice salir de Egipto » Recordaba entonces el origen de la
historia del pueblo de Dios —como lo había hecho anteriormente el profeta
enviado a los hijos de Israel (v.8). La enseñanza divina nos es recordada así:
al inquirir « las cosas pasadas desde los tiempos antiguos », encontraremos
«buen camino » donde somos invitados a caminar (Jeremías 6:16). « Un
camino no transitado » (Jeremías 18:15) « un evangelio diferente, que no que
es otro » (Gálatas 1:6), no puede extraviar al pueblo de Dios, hoy en día como
lo fue antes, y hacerlo un tema de asombro y burla de parte de los enemigos
de la cruz de Cristo.
Acordándose del tiempo cuando Jehová había hecho salir a Israel fuera de
Egipto, Gedeón tenía sin duda delante de él el cordero de la Pascua, cuya
sangre había protegido al pueblo del juicio. El podía también pensar en la
travesía del Mar Rojo, en la nube que protegía e iluminaba al pueblo. Podía
aun recordarse de los cuidados de Jehová en el desierto, de la travesía del
Jordán bajo al protección del arca, de la piedras de Gilgal, de la toma de Jericó
¡Que maravillas en verdad!
Por su Palabra, por su Espíritu, Dios coloca delante de nosotros las maravillas
de su gracia y de su amor: «Nuestro Señor Jesucristo… el cual se dio a sí
mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo » (Gálatas
1:4). Esto corresponde a la liberación de Egipto. El Padre « nos ha trasladado
al reino de su amado Hijo » (Colosenses 1; 13). Dios «nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús » (Efesios 2:6). Nuestros conductores nos
han anunciado estos elementos esenciales de “la palabra de Dios”(Hebreos
13:7) El conjunto « del consejo de Dios » (Hechos 20:27) ha sido sacado a la
luz hace ya unos 150 años, y en particular lo que concierne al «misterio
escondido desde los siglos en Dios » (Efesios 3:8-12, 18,19). Así como Moisés
le decía al pueblo terrenal: «Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú,
pueblo salvo por Jehová…?» (Deuteronomio 33:29), el pueblo celestial es
bendecido « con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo »
Estas son las maravillas nos han sido contadas, la sustancia de lo que tenemos
que guardar para la gloria de Cristo, hasta que El venga.
Luego la historia de Gedeón nos muestra que nuestros recursos están siempre
en Dios. Le dice: «Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel » (v.14). Gedeón
le responde: ¿con qué salvaré yo a Israel?... yo soy… el menor». Ciertamente
es bueno reconocer nuestra debilidad; pero debemos también saber que la
pregunta no es: « ¿con qué salvaré yo?» Sino « ¿quién salvará?». A la
inquietud de su siervo, Jehová responde: « Ciertamente yo estaré contigo, y
derrotarás a los madianitas » (v.16)
Gedeón entonces pide una señal: ¿Soy aceptado delante de Jehová? ¿Cómo
puedo estarlo sino es sobre la base del sacrificio de Cristo? En efecto, su
“presente” (v.18), tiene el carácter del sacrificio de prosperidad de Levítico 19:5.
« y el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos
sobre esta peña » ( v.20), luego el fuego subió de la roca y consumió todo el
sacrificio, dándole también el carácter de holocausto y confirmando así en
Gedeón la gracia de la cual era objeto ( Levítico 1:3). Su paz (v.23) reposa
luego sobre la “Roca” cuya obra es perfecta, y que Dios es fiel (Deuteronomio
32:4).
La seguridad de su paz, el conocimiento del favor de Dios, hacen entonces de
Gedeón un adorador; lo mismo es para nosotros.
Así Gedeón recibe la respuesta a su pregunta « ¿por qué nos ha sobrevenido
todo esto? ». Israel se había vuelto hacia los dioses de los Amorreos (6:10); se
habían conformado a los hábitos de los enemigos de Jehová. Conformarse a
este siglo (Romanos 12:2), es decir parecerse a «aquellos que habitan la
tierra» en conducta, lenguaje y andar. Es introducir costumbres del mundo en
el hogar.
El padre de Gedeón tenía un altar a Baal y una imagen de Asera, ídolos
vergonzosos (Óseas 9:10). Ciertamente Joás no era el único que poseía tales
cosas en su casa; inevitablemente el estado de Israel correspondía al de cada
una de sus casas.
Podemos ver también. En el culto idolátrico de Joás, una figura de nuestro
servilismo que se une a nuestra naturaleza (Salmo 51:5). Gedeón debe
comenzar por juzgar y quitar el mal. El altar de Baal debe ser destruido, la
imagen de Asera quemada, porque « ¿qué compañerismo tiene la justicia con
la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo
con Belial? » (2ª Corintios 6:14,15) Es por el poder de la cruz, por el valor del
sacrificio de Cristo, que somos libertados del pecado; así, Gedeón recibe una
respuesta completa; el mal que ha causado la ruina es denunciado y juzgado, y
el remedio dado por el sacrificio de Cristo.
Habiendo preparado a su siervo, Jehová le da compañeros. Serán los
trescientos hombres que lamerán el agua « como lame el perro », viles a los
ojos del mundo, pero separados así de los treinta y dos mil que habían
respondido al llamado de la trompeta; trescientos hombres son mas bien un
pequeño grupo, frente a los enemigos, que «eran innumerables como la
arena»(7:12); pero ellos poseían « las armas de la luz» (Romanos 13:2).
Durante el sueño de los madianitas (7:13), Gedeón y su tropa no son mas que
«un pan de cebada » ¿Qué pan de menor apariencia que un pan de cebada?
«Pero…Dios escogió lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y lo
débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte ;y lo vil del mundo y
lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin
de que nadie se jacte en su presencia » ( 1ª Corintios 1:27-29). ¿Y que se nos
dice del perfecto Siervo? « No hay parecer en él, ni hermosura… fue
menospreciado » (Isaías 53:2,3)
El pan de cebada volvió en desorden el campamento de Madian, Un apóstol
temía y temblaba anunciando el testimonio de Dios (1ª Corintios 2:1-5):
estimaba solo ser un vaso de barro, para que la excelencia del poder fuera de
Dios (2ª Corintios 4.7). ¿Será de otro modo hoy?
Permitamos que el ejemplo de Gedeón nos aliente y nos enseñe, a fin de que
estemos « firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del
evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen ». Ciertamente vemos
la ruina presente de la Iglesia y nuestra debilidad en cuanto al testimonio que
había sido confiado por el Señor, en el despertar del siglo pasado. Sin
embargo, la historia de los Jueces nos recuerda que el Díos con quien tenemos
relación es el mismo « que se angustiaba a causa de la aflicción de Israel.»
(Jueces 10:16). El Señor permanece presto para bendecirnos si caminamos en
sus sendas y guardamos sus mandamientos. Porque, dice El, « » El que tiene
mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama… y me manifestaré a
él (Juan 14:21).
¡Que se nos conceda guardar la palabra de su paciencia y estar firme en lo
que tenemos, porque el viene pronto!
J. P. Fusier.
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