Atención urgente Cólico biliar y colangitis Joan Altet Torné y Xavier Curto López Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo. Althaia (Xarxa Assistencial de Manresa). Manresa. Barcelona. España. Actuación inmediata La actuación inmediata se fundamenta en dos aspectos fundamentales: la confirmación del cuadro clínico (después de descartar situaciones más graves) y el tratamiento médico. Ante la sospecha de cólico biliar, se instaurará tratamiento analgésico por vía intramuscular o intravenosa y, en muchos casos, tratamiento antiemético. La mejoría clínica del dolor y el control de los vómitos permite el tratamiento extrahospitalario y la indicación de estudio ambulatorio mediante pruebas de laboratorio y ecografía abdominal. El cólico biliar (o también denominado cólico hepático) es la manifestación clínica más frecuente de la litiasis vesicular. Consiste en la aparición de dolor, típicamente en el hipocondrio derecho, que se acompaña de náuseas y vómitos en casi un 80% de los casos. El término colangitis designa la inflamación de los conductos biliares intrahepáticos y se asocia a la presencia de obstrucción biliar e infección. Aunque clásicamente se ha clasificado en supurativa y no supurativa, parece razonable clasificar la colangitis en: a) la que se manifiesta con repercusión sistémica escasa, y b) la que lo hace con una repercusión importante. La colelitiasis (o litiasis vesicular) es el factor más predominante en la fisiopatología del cólico biliar y la colangitis. Esta entidad tiene una prevalencia elevada en la sociedad occidental, entre el 10 y el 20% de la población adulta de España, que se incrementa con la longevidad de la población. Se definen 2 tipos de cálculos de la vesícula biliar: cálculos de colesterol y cálculos pigmentarios. En la fisiopatología de la colelitiasis, hay que considerar diversas alteraciones en las funciones de almacenamiento y concentración de la bilis. La alteración más frecuente deriva del desequilibrio en la proporción de lípidos de la bilis (por hipersecreción de colesterol, hiposecreción relativa de ácidos biliares o fosfolípidos, o por ambos mecanismos asociados) que favorece la aparición de cálculos de colesterol (de color claro). La obesidad, el consumo de anticonceptivos orales, los estrógenos, la edad avanzada, la pérdida súbita de peso y diversos factores genéticos pueden causar hipersecreción de colesterol. Además de la sobresaturación de colesterol, para que aparezcan los cálculos debe llevarse a cabo el proceso de nucleación. Algunas proteínas, determinadas genéticamente, actúan como agentes de nucleación, mientras que otras proteínas de la bilis retrasan este proceso. El denominado lodo biliar (bilirrubinato de calcio y cristales de colesterol embebidos en gelatina mucosa) puede ser el precursor de la litiasis biliar. Otra alteración, menos frecuente, se produce por la deconjugación de la bilirrubina por algunas bacterias. La bilirrubina no conjugada se une al calcio y se origina bilirrubinato de calcio, que es insoluble y precipita, lo cual origina un cálculo oscuro. Los síntomas que producen ambos tipos de cálculos son idénticos. El mecanismo fisiopatogénico más frecuente de colangitis aguda es el producido por una coledocolitiasis (por migración de una litiasis vesicular al conducto colédoco), estasis biliar e infección secundaria. Los gérmenes implicados con más frecuencia en este proceso son bacterias gramnegativas (Escherichia coli, Klebsiella, Proteus, Pseudomonas) y grampositivas (Enterococcus, Enterobacter). Las bacterias anaerobias (Clostridium, bacteroides) se aíslan sólo en el 10% de los pacientes. La presencia de hongos (Candida) se asocia a obstrucción maligna, inmunodepresión y tratamiento reciente con antibióticos de amplio espectro. Existen causas de colangitis que no presentan un origen fisiopatológico en la litiasis biliar. Las más significativas se recogen en la tabla I. Entre ellas, en nuestro medio, hay que tener en cuenta la colangitis hidatídica (infestación por Echinococcus granulosus). En la progresión de la enfermedad intrahepática, se puede llevar a cabo una solución de continuidad del quiste Tabla I. Causas no litiásicas de colangitis aguda Benignas Estenosis isquémicas (posquimioembolización) Colangitis esclerosante Pancreatitis crónica Quiste de colédoco Colangiopatía oriental Malignas Tumores de las vías biliares Cáncer de páncreas Cáncer periampular Infecciosas Parasitarias Ascaris lumbricoides Clonorchis sinensis Echinococcus granulosus Ligadas al VIH Estenosis de ampolla de Vater Citomegalovirus Cryptosporidium VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. JANO 9 DE OCTUBRE DE 2009. N.º 1.747 03Atenurg0450colico.indd 1 • www.jano.es 23 29/09/2009 13:01:32 Atención urgente Tabla II. Cólico biliar y colangitis J. Altet Torné y X. Curto López Aproximación clínica, diagnóstica y terapéutica a los síndromes derivados de la litiasis biliar Colelitiasis Cólico biliar Colecistitis litiásica Colecistitis enfisematosa Hidropesia vesicular Vesícula de porcelana Síndrome de Mirizzi Coledocolitiasis Colangitis Fístula bilioentérica Íleo biliar Dolor Murphy Fiebre Ictericia – ++ +++ ++ +++ –/+ ++ –/+ +++ +/– + – – + + + – + – – – – – – + + –/+ – + – + –/+ – – – – – – – + +/– + – – Colestasis Aerobilia – – – – – – + + + + –/+ – – – – – – – – – + + Oclusión intestinal Exploración complementaria Tratamiento – – – – – – – – – – + Eco Eco Eco Rx/Eco Eco Rx/Eco CRM/TC Eco/CRM/CPRE Eco/CRM / CPRE/TC Rx/Eco/TC Rx/TC IQ diferida Médico/IQ diferida IQ urgente IQ urgente IQ urgente IQ diferida IQ urgente CPRE/IQ diferida Médico/CPRE/IQ urgente IQ diferida IQ urgente CPRE: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica; CRM: colangiorresonancia magnética; Eco: ecografía; IQ: intervención quirúrgica; Rx: radiografía; TC: tomografía computarizada. con los canalículos biliares intrahepáticos, con lo que se produce la irrupción del contenido quístico en las vías biliares intrahepáticas y el consecuente cuadro de colangitis, inicialmente, inflamatoria y, posteriormente, esclerosante. La infección y la esclerosis se extienden al esfínter de Oddi, con lo que se favorece la estasis biliar y la posibilidad de formación de litiasis (litiasis parahidatídica). Estos 3 procesos confluyentes (odditis, vesículas hijas, cálculos) pueden ocasionar, asimismo, un cuadro de pancreatitis aguda. Manifestaciones clínicas y complicaciones El cólico hepático es la forma más frecuente de presentación de la colelitiasis, que aparece en el 75% de los pacientes con este problema. Los síntomas se producen por la obstrucción intermitente del conducto cístico. El dolor se puede localizar principalmente en epigastrio, hipocondrio derecho o en ambos a la vez. Se puede desencadenar por la ingesta, pero normalmente no hay un factor desencadenante. En la exploración fí- Figura 1. Imagen diagnóstica de colecistitis aguda enfisematosa por tomografía computarizada. Las flechas rojas indican la presencia de gas en la pared vesicular. 24 JANO 9 DE OCTUBRE DE 2009. N.º 1.747 03Atenurg0450colico.indd 2 • sica, el dolor se puede exacerbar a la palpación de la vesícula, debido a su distensión, sin observar signos de peritonismo. El estudio de laboratorio acostumbra ser normal. La complicación más frecuente de la colelitiasis es la colecistitis aguda. Aparece como consecuencia de la impactación de un cálculo en el conducto cístico. Su manifestación clínica incluye dolor en hipocondrio derecho y fiebre. A la exploración física, hay que destacar la aparición de signo de Murphy positivo (inspiración entrecortada a la palpación del hipocondrio derecho). La obstrucción del conducto cístico persistente puede llevar a cabo la aparición de hidropesia vesicular, que consiste en una marcada distensión, con un contenido líquido claro intravesicular. La colecistitis alitiásica se produce entre un 5 y un 10% de los pacientes, en situaciones generalmente graves por otras enfermedades o situaciones concurrentes (traumatismos, quemaduras, nutrición parenteral). Entre las complicaciones infrecuentes de la litiasis vesicular, se encuentran la colecistitis enfisematosa, la fístula colecistoentérica, el síndrome de Mirizzi y la vesícula de porcelana. La colecistitis enfisematosa es característica de pacientes diabéticos y mayores sin litasis y cursa inicialmente como una colecistitis aguda. Secundariamente, las bacterias producen gas en la pared vesicular y cursa con un elevado riesgo de perforación. En la figura 1 se muestra una imagen de tomografía computarizada (TC) característica de colecistitis enfisematosa. La fístula colecistoentérica sucede cuando un cálculo erosiona y atraviesa la pared vesicular, y origina una solución de continuidad con la luz intestinal (generalmente, el duodeno). El diagnóstico se sospecha con la aparición de aerobilia (imagen de aire en los conductos biliares). La migración de un cálculo biliar puede producir un cuadro de íleo biliar, si este cálculo impacta en la válvula ileocecal. El síndrome de Mirizzi consiste en la compresión extrínseca de la vía biliar principal por un cálculo impactado en el cuello de la vesícula y el conducto cístico. Característicamente, se manifiesta con ictericia. La vesícula de porcelana es una calcificación intramural de las paredes vesiculares y que tiene una tendencia a la transformación en carcinoma hasta en el 20% de los casos. En la tabla II se recogen las complicaciones derivadas de la litiasis biliar. La manifestación clínica de la colangitis se define clásicamente por la tríada de Charcot (dolor abdominal, fiebre e ictericia). Aunque es muy específica para el diagnóstico de colangitis, se observa en menos del 60% de los pacientes y, además, no se www.jano.es 29/09/2009 13:01:33 Atención urgente Cólico biliar y colangitis J. Altet Torné y X. Curto López correlaciona con el grado de gravedad del episodio. Reynolds y Dargan observaron que los pacientes sépticos se presentaban con un cuadro de confusión e hipotensión, además de los 3 estigmas propios de la tríada de Charcot. La péntada de Reynolds es característica y específica de la colangitis tóxica, pero también en estos casos alguno de los 5 signos y síntomas a menudo se encuentran ausentes, incluso en los pacientes más graves. La fiebre suele tener un curso intermitente, y se asocia a escalofríos, como reflejo de los episodios de bacteriemia. No obstante, la ausencia de fiebre no permite descartar el cuadro de colangitis (ante un cuadro de sepsis, el paciente manifestará temperatura normal o inferior a lo normal). Aunque la colangitis aguda produce un dolor abdominal grave, en general, no se manifiesta por un dolor intenso a la palpación de abdomen. La existencia de un dolor muy intenso a la palpación, con signo de rebote, debe encuadrarse en el diagnóstico diferencial del abdomen agudo y deben considerarse, por tanto, otros diagnósticos. Los hallazgos de laboratorio son los característicos de un cuadro infeccioso o séptico, y con elevación de enzimas de colostasis (fosfatasa alcalina, gammaglutanil transferasa) e hiperbilirrubinemia directa o conjugada. sus ventajas, se incluye una mayor sensibilidad que la ecografía para diagnosticar la coledocolitiasis, el diagnóstico topográfico de las lesiones de la vía biliar, la ausencia de irradiación, y la no invasividad. Su principal desventaja respecto a la CPRE es la imposibilidad de ser terapéutica. Ambas exploraciones (CRM y CPRE) son de indicación predominantemente hospitalaria. La realización de TC es de indicación de forma urgente ante la imposibilidad de realizar una ecografía abdominal y, de forma diferida, para establecer el diagnóstico morfológico de causas de colangitis aguda en relación con el parénquima hepático, parénquima pancreático y el área periampular. Figura 2. Imagen colangiográfica que muestra dilatación coledocal (10 mm de diámetro) y coledocolitiasis única (8 mm de diámetro). Figura 3. Imagen endoscópica del mismo caso que muestra la extracción de la coledocolitiasis única y la colocación de una prótesis de seguridad (de color azul) en el conducto de Wirsung. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial debe llevarse a cabo con el resto de síndromes relacionados con la litiasis biliar (citados en el punto anterior) y otros síndromes en relación con la aparición de dolor epigástrico agudo, a destacar: enfermedad cardíaca (cardiopatía isquémica, pericarditis), enfermedad pulmonar (neumonía, derrame pleural), enfermedad digestiva (esofagitis, úlcera, perforación de víscera hueca, pancreatitis), enfermedad vascular (disección de aorta). El diagnóstico de los síndromes derivados de la litiasis biliar se basa en las sospechas clínica y analítica y en la realización de una ecografía abdominal (esta exploración se considera de primera elección), que permitirá establecer los diagnósticos de colelitiasis, colecistitis, hidropesia vesicular, coledocolitiasis y detectar signos que indiquen perforación de víscera hueca o pancreatitis. En diversas situaciones (pacientes ancianos, inmunodepresión), el cuadro de colangitis aguda, colecistitis aguda, hidropesia vesicular y perforación de víscera hueca tiene una manifestación clínica con signos y síntomas muy sutiles (fiebre sin foco, disnea, epigastralgia leve) que conducen a un diagnóstico tardío y la consecuente morbimortalidad, por lo que es importante considerar estos cuadros clínicos en este tipo de situaciones. En el tratamiento de la colangitis aguda, clásicamente se ha indicado la práctica de colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), que incluye la práctica de papilotomía, contrastación de la vía biliar y permite la extracción de cálculos de forma instrumental. En la figura 2 se muestra una imagen colangiográfica de coledocolitiasis, y en la figura 3, una imagen endoscópica del mismo caso, donde se observa la extracción del cálculo y la colocación de una prótesis de seguridad en el conducto de Wirsung. Aunque sus complicaciones son poco frecuentes, su principal desventaja es la morbilidad derivada de su invasividad (colangitis, pancreatitis, hemorragia, perforación duodenal). En los últimos años, desde un punto de vista del diagnóstico, ha tomado un papel preponderante la realización de colangiorresonancia magnética (CRM). Entre JANO 9 DE OCTUBRE DE 2009. N.º 1.747 03Atenurg0450colico.indd 3 • www.jano.es 25 29/09/2009 13:01:33 Atención urgente Cólico biliar y colangitis J. Altet Torné y X. Curto López Tratamiento en atención primaria La actuación inmediata se basa en 2 aspectos fundamentales: la confirmación del cuadro clínico (después de descartar situaciones más graves) y el tratamiento médico. Ante la sospecha de cólico biliar, se instaurará tratamiento analgésico por vía intramuscular o intravenosa y, en muchos casos, tratamiento antiemético. La mejoría clínica del dolor y el control de los vómitos permite el tratamiento extrahospitalario y la indicación de estudio ambulatorio, mediante pruebas de laboratorio y ecografía abdominal. El tratamiento extrahospitalario del cólico biliar consiste, según el párrafo anterior, en el control de los síntomas mediante el tratamiento citado. La persistencia del dolor, la aparición de otros síntomas colaterales o signos de alarma en la exploración física establecerán la sospecha clínica de otros síndromes y la indicación de derivación hospitalaria. La sospecha de colangitis y del resto de cuadros clínicos (definidos previamente), en relación con la litiasis biliar, requieren derivación hospitalaria. Dada la posible evolución a sepsis, la sospecha inicial de colangitis precisa la práctica de estudios de laboratorio, hemocultivos, tratamiento antibiótico por vía intravenosa e ingreso hospitalario. En la mayoría de los casos, no se indica la realización de CPRE o intervención quirúrgica urgente, aunque en alguno de ellos sí se requiere un tratamiento médico intensivo. La derivación hospitalaria urgente también permitirá establecer el diagnóstico diferencial con los otros síndromes ya citados, algunos de ellos con mortalidad elevada. J • La litiasis biliar es la causa predominante de cólico biliar y colangitis. • Aunque son menos frecuentes, en diversos contextos epidemiológicos hay que tener presente la posibilidad de infestación parasitaria (a destacar la hidatidosis) o de neoplasia. 03Atenurg0450colico.indd 4 • En el diagnóstico diferencial, hay que establecer diversas causas de abdomen agudo y de síndromes graves (infarto agudo de miocardio, perforación de víscera hueca) con manifestación clínica digestiva. • Infratratar el cólico hepático, mediante un tratamiento analgésico de escasa potencia. • Considerar el diagnóstico de colangitis como improbable, si no se cumplen los 3 signos de la tríada de Charcot. • No considerar estos síndromes en el diagnóstico diferencial del dolor abdominal en pacientes ancianos o inmunodeprimidos. • No considerar el diagnóstico diferencial de síndromes graves de origen extradigestivo. • Demorar el estudio en el ámbito hospitalario de cuadros clínicos que puedan indicar una neoplasia del área hepatobiliopancreática. Bibliografía recomendada Barret KE. Fisiología gastrointestinal. 1.ª ed. México DF: McGraw Hill Interamericana; 2007. A tener en cuenta JANO 9 DE OCTUBRE DE 2009. N.º 1.747 • La colangitis aguda puede evolucionar a un cuadro de sepsis en pocas horas. Errores habituales Criterios de derivación 26 • La ecografía abdominal es la exploración de imagen de elección. • Csendes A, Díaz JC, Burdiles P, Maluenda F, Morales E. Risk factors and classification of acute supurative cholangitis. Br J Surg. 1992;79:655. Hoyuela C, Cugat E, Marco C. Opciones actuales para el diagnóstico y tratamiento de la coledocolitiasis. Cir Esp. 2000;68:243-53. Zuidema GD, Yeo CJ. Cirugía del aparato digestivo. 5.ª ed. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana; 2005. www.jano.es 29/09/2009 13:01:33