VII CAIQ 2013 y 2das JASP TRATAMIENTO DE EFLUENTES DE INDUSTRIAS METALÚRGICAS UTILIZANDO WETLANDS CONSTRUIDOS G.C. Sánchez1, M.A. Maine1,2, H.R. Hadad2, S.E. Caffaratti1, M.C. Pedro1, G.A. Di Luca2 y M.M. Mufarrege2 1 Química Analítica, Facultad de Ingeniería Química, Universidad Nacional del Litoral, Santiago del Estero 2829, Santa Fe (3000), Argentina. 2 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) (E-mail: amaine@fiq.unl.edu.ar) Resumen. Los wetlands o humedales construidos son diseñados para enfatizar las propiedades de los humedales naturales en la retención de contaminantes a través de procesos físico-químicos y biológicos. Son una alternativa sustentable, de bajo costo de instalación y funcionamiento. El objetivo de este trabajo fue evaluar la eficiencia de dos humedales construidos y determinar si los contaminantes son retenidos por el sedimento o por la plantas, conocimientos claves para llevar a cabo un correcto manejo del humedal. Los dos wetlands estudiados (WC1 y WC2) fueron diseñados para tratar efluentes de la industria de cromado junto con efluente cloacal, pero las características químicas de los efluentes y los volúmenes a tratar son diferentes. Ambos wetlands son de flujo superficial, con aproximadamente el 80% de su superficie cubierta de Typha domingensis. Se determinó la eficiencia de ambos humedales, a partir de las concentraciones del efluente de entrada y salida. En sedimentos y vegetales (hojas y raíces) se determinó P, Cr, Ni y Zn. Ambos wetlands funcionaron eficientemente, presentando altos porcentajes de remoción de contaminantes, disminuyendo no sólo los valores medios sino la variabilidad de los mismos, a pesar de la alta heterogeneidad del efluente de entrada. T. domingensis presentó alta capacidad de retención de metales, AAIQ Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP especialmente en su zona radicular, lo que demuestra su capacidad de fitoestabilización. Palabras clave: Metales, Depuración, Efluentes 1. Introducción Los wetlands o humedales naturales se han utilizado como receptores de aguas residuales desde la antigüedad. Un wetland construido es un sistema de ingeniería diseñado para optimizar los procesos naturales que se desarrollan en la vegetación del wetland, el sedimento y los microorganismos asociados que llevan a cabo la depuración del agua. A juzgar por el creciente número de humedales construidos utilizados para el tratamiento de aguas residuales, principalmente cloacales, estos sistemas constituyen una promisoria tecnología que ya ha sido aceptada en la mayor parte del mundo (Moshiri, 1993; Kadlec y Knight, 1996; Kadlec et al., 2000; Vymazal y Krópfelová, 2005; Maine et al., 2006; Hadad y Maine, 2008; Maine et al., 2009). Además de algunos países del primer mundo, existen humedales actualmente en operación en el sudeste de Asia, India, China y Sudamérica. En nuestro país, el uso de humedales para tratamiento de efluentes aún es muy limitado. Como es un método de tratamiento no tradicional, su tecnología no está aún completamente entendida. El conocimiento de cómo trabaja un humedal no está tan avanzado como para proveer modelos predictivos de funcionamiento detallados, ya que es un sistema natural sujeto a cambios climáticos y ciclos vegetativos. Por ello, para desarrollar criterios de diseño y optimizar su funcionamiento, se debe mejorar la comprensión de los principales procesos que ocurren en estos complejos sistemas. Los wetlands construidos presentan ventajas frente a otros tratamientos convencionales, ya que pueden construirse donde se necesitan y dimensionarse de acuerdo a las necesidades del tratamiento. Han demostrado ser altamente eficientes en la remoción de contaminantes, flexibles a fluctuaciones de la carga del contaminante y el caudal, son de bajo costo de instalación y de mantenimiento, no requieren reactivos químicos ni energía, son operables por mano de obra no especializada, integrables funcionalmente con el entorno y presentan beneficios estéticos. Un humedal es un AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP ambiente constituido por una zona deprimida donde se desarrollan plantas acuáticas flotantes y arraigadas sobre sedimentos permanentemente inundados donde se induce un flujo artificial de agua. El ambiente complejo e integrado de los humedales construidos provee un gran número de mecanismos para remover contaminantes de aguas residuales durante su pasaje a través de los mismos, incluyendo procesos físico-químicos (adsorción, precipitación, sedimentación, etc.) y biológicos (transformación bacteriana y asimilación a través de la vegetación acuática) (Brix, 1993; Jenssen et al., 1993). Como las plantas son el principal componente biológico de estos ecosistemas, son ellas en gran medida, las que determinan su estructura y su funcionamiento (Carpenter, 1986; Peterson y Teal, 1996; Maine et al., 1998). Las plantas no sólo asimilan los contaminantes directamente en sus tejidos, sino que además influyen en la biogeoquímica de los sedimentos (Dunbabin et al., 1988; Andersen y Olsen, 1994; Brix, 1994) y actúan como un catalizador para las reacciones de purificación. Debido a su capacidad para transportar oxígeno a las raíces, aumentan la biodiversidad en la rizósfera, lo que promueve reacciones químicas y bioquímicas que mejoran la purificación. Los mecanismos que utilizan las plantas para remover contaminantes no son necesariamente los mismos para las diferentes especies vegetales y para los diferentes contaminantes. Por esa razón, el tipo de plantas utilizadas en el tratamiento implicará diferencias en la eficiencia de la remoción (Gersberg et al., 1986; Reddy et al., 1989; Hadad et al., 2006, 2007; Maine et al., 2006, 2007). Es necesario encontrar plantas adaptadas a las condiciones ambientales donde se va a llevar a cabo el tratamiento y que presenten alta tolerancia y capacidad de asimilación de los contaminantes del efluente que va a ser tratado. Se ha demostrado que las macrófitas no solamente sorben contaminantes cuando están vivas, sino que su biomasa seca es capaz de adsorber metales (Schneider y Rubio, 1999; Miretzky et al., 2006; Suñé et al., 2007). Si bien, como dijimos las macrófitas se han convertido en una cuestión central no sólo en estrategias de conservación de humedales naturales sino en la optimización de la eficiencia de humedales construidos, el sedimento de fondo es generalmente el principal responsable de la remoción de los contaminantes del agua que atraviesa el humedal (Golterman, 1995; Wood y Shelley, 1999; Panigatti y Maine, 2003). El sedimento puede retener o liberar contaminantes de acuerdo a las condiciones ambientales (Olsen, AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP 1964; Lijklema, 1977; Boström et al., 1985). La disponibilidad de contaminantes retenidos en los sedimentos, como por ejemplo metales, P, etc., depende de las condiciones redox, del pH del sedimento (Boström et al., 1985; Gambell et al., 1991; Maine et al., 1992; Lefroy et al., 1993), del contenido de materia orgánica (Yu et al., 2001), etc. La dinámica de los contaminantes depende además de la forma química (por ejemplo, en forma de carbonatos, óxidos, sulfuros, etc.) en la que los mismos están retenidos en los sedimentos. El objetivo de este trabajo fue evaluar la eficiencia de dos humedales construidos y determinar si los contaminantes son retenidos por el sedimento o por la plantas, conocimientos claves para llevar a cabo un correcto manejo de los mismos. 2. Materiales y Métodos 2.1. Sitios de Estudio Los dos wetlands estudiados (WC1 y WC2) fueron diseñados para tratamiento final de efluentes de industria metalúrgica junto con efluente cloacal. Como los volúmenes a tratar y la composición química de los efluentes es diferente, los wetlands construidos presentan diferentes características de diseño. Ambos wetlands son de flujo superficial. El WC1, tiene 50 m de largo por 40 m de ancho y 0,3-0,6 m de profundidad; un tabique central, obliga al efluente a recorrer el doble de distancia, obteniéndose una relación largo:ancho de 5:1. Se tratan 100 m3/día, desde hace más de 10 años (Fig. 1). El WC2 es de 7 m x 20 m y 0,5 m de profundidad (relación largo:ancho 3:1) (Fig. 2). El volumen que ingresa al wetland es 10 m3/día aproximadamente, y se encuentra en operación desde hace 4 años. El WC1 se impermeabilizó con bentonita, para lograr una conductividad hidráulica de 10-7 m/s. El WC2 se impermeabilizó con una geomembrana. En ambos casos, sobre las capas impermeabilizantes se colocó 1 m de suelo donde se arraigaron las plantas. Ambos wetlands tienen aproximadamente el 80% de su superficie cubierta con Typha domingensis. El tiempo de residencia hidráulica varía entre 7 y 12 días. En ambos casos, una vez depurado el efluente se vuelca en una laguna en el mismo predio industrial. AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP c a b Fig. 1. Foto satelital donde se observa el wetland construido WC1 (a), la laguna (b) y las instalaciones de la empresa (c). c a b d Fig. 2. Foto satelital donde se observa el wetland construido WC2 (a), la pileta de salida (b), la laguna (c) y las instalaciones de la empresa (d). AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP Fig. 3. Foto superior: WC1 y foto inferior: WC2. 2.2. Metodología Analítica Se determinó la eficiencia de ambos humedales, a partir de las concentraciones del efluente de entrada y salida. En sedimentos y vegetales (hojas y raíces) se determinó P, Cr, Ni y Zn. Los muestreos se realizaron mensualmente durante 3 años. Se realizaron muestreos del efluente, sedimentos y vegetales, en las zonas de entrada y salida del wetland. En el efluente, la conductividad se midió con un conductímetro YSI 33. La concentración de oxígeno se determinó con un electrodo Horiba OM-14 y el pH con un peachímetro Orion. Las muestras de agua se llevaron al laboratorio y se filtraron con membrana Millipore de 0,45 µm. Los análisis se realizaron de acuerdo a APHA (1998). AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP Las concentraciones de Cr, Ni y Zn en agua se realizaron por espectrometría de absorción atómica (Perkin Elmer AAnalyst 200). Las muestras de sedimentos se recolectaron usando un tubo colector de PVC de 4 cm de diámetro. Todas las muestras se transportaron al laboratorio, refrigeradas a 4º C. El P total se determinó luego de la digestión de las muestras con una mezcla de HClO4:HNO3:HCl (7:5:2) seguida de la determinación de fósforo reactivo soluble (PRS) (Murphy y Riley, 1962). Cr, Ni y Zn fueron determinados en el mismo digerido por espectrometría de absorción atómica. Las macrófitas se muestrearon por triplicado. En el laboratorio se lavaron y separaron en hojas y raíces. P, Cr, Ni y Zn se determinaron de la misma manera que en las muestras de sedimentos, previa digestión ácida. En el WC2 se muestrearon además detritos vegetales que se acumularon en el fondo de la zona de entrada del wetland, constituidos fundamentalmente por tejidos vegetales senescentes. Se analizaron de la misma forma que las macrófitas. 3. Resultados y Discusión Ambos wetlands funcionaron eficientemente, presentando altos porcentajes de remoción de contaminantes, disminuyendo no sólo los valores medios sino la variabilidad de los mismos, a pesar de la alta heterogeneidad de los efluentes de entrada (Tablas 1 y 2). Si bien el pH de ambos efluentes fue diferente a la entrada, los valores a la salida, no fueron significativamente diferentes. DQO y DBO mostraron buenas eficiencias de remoción. Con respecto a las especies nitrogenadas, en el WC2 el amonio presentó la mayor remoción, mientras que nitrito aumentó a la salida del humedal, debido al proceso de nitrificación en condiciones aeróbicas; en el WC1 debido a las condiciones anóxicas, el amonio fue el que presentó la menor remoción. Probablemente debido a las diferentes concentraciones de oxígeno de los wetlands, el PRS y Ptotal disminuyeron satisfactoriamente en el WC2 mientras que no mostraron una remoción eficiente en el WC1. Se observó además una importante disminución de sulfato y sodio, que son utilizados en los tratamientos primarios, por lo que ingresan a los wetlands en altas concentraciones. La remoción de metales (Fe, Cr, Ni y Zn) fue eficiente en ambos wetlands, si bien las concentraciones en los efluentes de entrada fueron diferentes. AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP Tabla 1. Concentraciones medias de los parámetros analizados en el efluente de entrada y de salida del WC1. Entrada Salida % promedio rango promedio rango remoción pH 10,8 10,4-11,5 8,3 7,9-9,3 - Temperatura 19,5 14-23,9 17,6 12,5-23 - OD (mg l-1) 3,40 0-6,2 2,12 0,3-5,2 - 5113,3 3890-7700 1955,6 1400-2500 - Conductividad (umho/cm) Dureza 219,6 92,3-305,2 81,3 51,1-101,2 61,7 Alcalinidad 553,2 114,6-750,4 224,1 156,8-332,3 36,5 SO42- (mg l-1) 1872,9 991,4-2316,1 626,4 412,1-884,1 66,5 NO3- (mg l-1) 50,6 15,4-98,2 9,9 3,6-24,2 80,4 NO2- (mg l-1) 2,221 0,258-6,22 0,352 0,017-0,766 84,1 NH4 (mg l ) 0,88 0,154-2,67 0,77 0,05-2,14 11,8 PRS (mg l-1) 0,030 0,005-0,079 0,026 0,005-0,334 13,3 PT (mg l-1) 0,396 0,064-1,38 0,309 0,129-0,696 22,0 Fe (mg l-1) 0,824 0,05-2,54 0,087 0,05-0,230 89,4 Cr (mg l-1) 0,092 0,023-0,204 0,014 0,002-0,033 84, 7 Zn (mg l-1) 0,041 0,022-0,070 0,020 0,015-0,050 51,2 Ni (mg l ) 0,048 0,004-0,101 0,023 0,004-0,082 69,5 DQO (mg l-1) 85 27,9-154,0 47,1 13,9-72,9 44,6 DBO (mg l-1) 31,3 9,8-30,9 9,97 3,0-20,1 73,2 (mg CaCO3 l-1) + -1 -1 AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP Tabla 2. Concentraciones medias de los parámetros analizados en el efluente de entrada y de salida del WC2. Entrada Salida % promedio rango promedio rango remoción pH 7,9 7,4-8,3 8,0 8,0-8,1 - Temperatura 22 19-23 16 15-18 - Oxígeno (mg l-1) 5,0 3,2-5,4 5,4 4,2-5,8 - 3213 975-10060 1203,67 1058-1358 - 90,5 76,8-120,0 75,2 68-88,8 16,9 SO42- (mg l-1) 1428,8 56,3-2781 133,7 75,3-181,3 90,6 Alcalinidad 690,0 101,7-1647,0 283,0 167,9-378,2 63,2 NO3- (mg l-1) 0,745 0,271-1,28 0,564 0,158-1,084 24,4 NO2- (mg l-1) 0,012 0,004-0,023 0,040 0,030-0,053 -246 NH4 (mg l ) 6,15 0,957-15,6 2,08 0,722-3,89 66,1 PRS (mg l-1) 0,592 0,247-0,903 0,307 0,291-0,350 48,1 PT (mg l-1) 0,889 0,642-1,322 0,425 0,398-0,442 52,8 Fe (mg l-1) 0,21 0,15-0,56 0,11 0,06-0,17 50,4 Cr (mg l-1) 0,310 0,012-1,45 0,022 0,019-0,025 92,9 Zn (mg l-1) 0,072 0,006-0,145 0,031 0,003-0,067 51,7 Ni (mg l ) 0,018 0,003-0,082 0,004 0,004-0,004 77,5 DQO (mg l-1) 57,1 21,3-160 12,4 < 6-27 78,2 DBO (mg l-1) 45,3 10,2-55,5 8,6 3,2- 17,6 82,5 Conductividad (umho/cm) Dureza (mg CaCO3 l-1) + -1 -1 La Tabla 3 muestra las concentraciones de los contaminantes estudiados en sedimentos de la zona de entrada y salida de ambos wetlands al final del periodo estudiado. A pesar de las diferencias en las concentraciones de los metales en ambos efluentes de entrada, éstos fueron removidos con alta eficiencia, quedando retenidos en los sedimentos de la zona de entrada de ambos wetlands. En el WC2 no solo el sedimento de entrada acumuló contaminantes, sino que además en esta zona se acumularon detritos de T. domingensis, en los que se encontraron altas concentraciones AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP de metales retenidos (Tabla 4). Esto sería una importante ventaja para el manejo de humedales construidos, porque cuando las plantas mueren, como su degradación es lenta, siguen reteniendo metales dentro del humedal. Estos detritos pueden ser removidos fácilmente para su disposición final. Tabla 3. Concentración de P, Cr, Ni y Zn en sedimentos al final del periodo estudiado WC1 Muestra Cr Ni -1 WC2 Zn -1 P -1 Cr -1 Ni -1 Zn -1 P -1 (mg g ) (mg g ) (mg g ) (mg g ) (mg g ) (mg g ) (mg g ) (mg g-1) 0,811 0,453 0,096 0,896 0,120 0,087 0,056 0,496 0,057 0,060 0,063 0,379 0,016 0,011 0,044 0,388 Zona Entrada Zona Salida Las macrófitas acumularon metales, especialmente en raíces, lo que sugiere escasa translocación a la parte aérea (Tabla 4). Esto es deseable ya que los metales quedan inmovilizados en los wetlands y no están disponibles para los herbívoros. Es de destacar la significativamente alta concentración de Cr en raíces de la macrófita en el WC2. En la Tabla 4 puede verse además la remarcablemente alta concentración de metales en detritos vegetales. A fin de evaluar si los contaminantes quedaban retenidos en los sedimentos o en la vegetación, se planteó un balance de masa para la zona de entrada, área donde se produjo la mayor acumulación. Se determinó la masa de contaminantes acumulada en el sedimento (teniendo en cuenta la concentración de metales en sedimento y la masa del mismo por m2, suponiendo una profundidad de 3 cm como capa activa para la retención de contaminantes) y en hojas y raíces de T. domingensis (teniendo en cuenta concentración, su masa y cobertura por m2). AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP Tabla 4. Concentración de P, Cr, Ni y Zn en tejidos de T. domingensis. WC1 Muestra Cr (mg g-1) Ni (mg g-1) Zn (mg g-1) P (mg g-1) Hojas Raíces Hojas Raíces Hojas Raíces Hojas Raíces Zona Entrada 0,023 0,256 0,014 0,199 0,034 0,090 2,24 1,84 Zona Salida 0,010 0,034 0,006 0,030 0,035 0,086 1,16 1,02 WC2 -1 Muestra Cr (mg g ) Ni (mg g-1) Zn (mg g-1) P (mg g-1) Hojas Raíces Hojas Raíces Hojas Raíces Hojas Raíces Zona Entrada 0,150 1,272 0,009 0,019 0,034 0,399 2,48 1,87 Zona Salida 0,024 0,535 0,007 0,013 0,029 0,117 2,39 1,96 Entrada (Detritos T. domingensis) 1,29 0,013 0,206 1,09 Tabla 5. Balance de masa de P, Cr, Ni y Zn en los WC1 y WC2. Sedimento Cr 27800,8 WC1 WC2 (mg/m2) (mg/m2) Ni Zn P Cr Ni Zn P 15244,4 3218,6 18144,8 3784,59 2617,38 495,18 141,48 Hoja 70,23 31,22 62,43 2316,7 569,7 Raíz 219,40 146,88 54,16 137,7 5252,7 3,90 23,41 2692,3 6,42 319,46 504,9 Como se observa en la Tabla 5, en el WC1 los contaminantes se acumularon fundamentalmente en el sedimento. El P retenido por las macrófitas se acumuló fundamentalmente en hojas de T. domingensis, mientras que los metales lo hicieron en raíces. Contrariamente, en el WC2, se observa que Cr y P fueron retenidos fundamentalmente por las macrófitas (P en hojas y metales en raíces, como en WC1). Ni y Zn quedan retenidos principalmente en sedimento, al igual que en WC1. Esta diferencia probablemente se debe a la composición química del efluente tratado, ya que en el WC1 las características químicas del efluente (alto pH y conductividad y concentraciones de calcio y carbonato) favorecen la precipitación del carbonato, tanto el AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP P como los metales pueden co-precipitar con CaCO3. A medida que el pH aumenta, la sorción a carbonatos se incrementa mientras que a menores pH se incrementa la sorción a óxidos (Golterman, 1995). Se calcularon los índices de saturación de la calcita, teniendo en cuenta la composición química del agua (APHA, 1998). Estos índices de saturación fueron mayores a 1 en la zona de entrada del WC1 e indican que la calcita está sobresaturada por lo que su precipitación está termodinámicamente favorecida. Más aún, la presencia de CaCO3 en la capa superficial de sedimento en esta zona del humedal construido 1 fue corroborada en los análisis de difracción de rayos X. En cambio en el WC2, este índice es menor a 1, indicando que la precipitación de CaCO3 no está termodinámicamente favorecida, lo que indicaría que los contaminantes fueron retenidos por los óxidos en sedimento. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que en el caso del WC2 la gran concentración de detritos vegetales que se acumuló sobre el sedimento llevó a cabo una importante retención de contaminantes, impidiendo que lleguen al sedimento. 4. Conclusiones Los humedales presentaron altas eficiencias de remoción de contaminantes y demostraron su alta capacidad reguladora, disminuyendo la variabilidad de los parámetros en el efluente de salida respecto al de entrada. Los resultados obtenidos sugieren que la eficiencia en la retención de contaminantes podría mantenerse a lo largo del tiempo si se mantienen las prácticas de manejo de los humedales. Las concentraciones de metales en el sedimento de fondo en la zona de entrada de ambos wetlands, fueron significativamente mayores que en la zona de salida, indicando retención de contaminantes en esta zona. En el WC1, el sedimento continuará reteniendo P y metales si se mantienen las condiciones químicas del efluente (alto pH y conductividad y concentraciones de calcio y carbonato). En el caso del WC2 la gran concentración de detritos vegetales llevó a cabo la mayor retención de contaminantes, impidiendo que lleguen al sedimento. T. domingensis demostró su alta capacidad de retención de metales, especialmente en su zona radicular, lo que demuestra su capacidad de fitoestabilización. AAIQ, Asociación Argentina de Ingenieros Químicos - CSPQ VII CAIQ 2013 y 2das JASP Reconocimiento Los autores agradecen al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Proyecto CAI+D de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y a la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica por financiar los fondos para este trabajo. Referencias Andersen, F. O., Olsen. K. R. (1994). Nutrient Cycling in Shallow, Oligotrophic Lake Kvie, Denmark II: Effects of Isoetids on the Exchange of Phosphorus Between Sediment and Water. Hydrobiologia 275/276, 267. APHA (1998). Standard Methods for the Examination of Water and Wastewater, 20th ed., American Public Health Association/American Water Works Association/Water Environment Federation, New York, USA. Boström, B., Ahlgren, L., Bell, R. (1985). 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