Noviembre 2012 Comentario de texto. Texto de La Celestina. Este texto es un fragmento de La Celestina, pertenece al acto I. El autor de la obra es Fernando de Rojas, tal y como se deduce de los versos apócrifos que aparecen en “la carta a un su amigo” al comienzo de La Celestina. Esta es una obra maestra que nos ha dejado uno de los personajes más emblemáticos de la literatura hispánica, Celestina. A pesar de las dudas que ha suscitado siempre su inclusión en un género u otro, consideraremos su pertenencia al género dramático. En el fragmento Celestina, mediante el poder de persuasión mostrado en toda la obra, trata de convencer a Pármeno, con el fin de que establezca una relación de amistad con sus iguales sociales: Sempronio y Celestina. Celestina, con la intención de que Pármeno les ayude en sus planes y dándose cuenta de la desconfianza que muestra este ante Sempronio y ella misma, intenta convencerlo, en primer lugar, de sus buenas intenciones respecto a él y, en segundo lugar, le insta a entregar su confianza a los que pertenecen a su mismo estatus social y no a mostrarle lealtad a Calisto, que, como señor que es, promete sin cumplir lo prometido. El emisor de este texto es el autor. El receptor es toda persona que lea el texto. El destinatario ideal es el lector del siglo XV al que va dirigida la obra. El código que emplea es el lenguaje verbal, en concreto la lengua castellana del siglo XV. El canal por el que se transmite el mensaje es el medio escrito. El parlamento de Celestina es de nivel medio y registro informal, pues se trata de una conversación entre dos personas de un rango social semejante que se conocen desde hace tiempo. El texto es un diálogo directo que asume la forma de un parlamento; esta no es la única modalidad dialógica presente en el texto, en este aparece el diálogo indirecto desde la línea 7 hasta la 11. La intención comunicativa del texto está estrechamente ligada a la tipología argumentativa. En su parlamento, Celestina utiliza cuantos ardides verbales puede para convencer a Pármeno de que deposite su confianza en ella y no en Calisto. Con el fin de lograr tal hecho, el parlamento comienza con llamadas de atención a Calisto “oye ahora, mi hijo, y escucha” y con imprecaciones de nivel vulgar como las dos primeras oraciones exclamativas con las que se abre el texto, igualmente apela a Pármeno con el vocativo “hijo” con una clara finalidad emotiva; con estos ejemplos, se observa como desde el comienzo del fragmento las funciones apelativa y expresiva del lenguaje están al servicio de la argumentación. Al ser un texto literario, la función predominante es la poética, pues la elaboración y forma del mensaje atraen la atención sobre sí mismo. En la misma línea, dentro de la tipología dominante, Celestina emplea la narración (líneas 4-18) cuando le cuenta a Pármeno la tarea que le asignaron los padres de este. Evidentemente, la historia narrada es una mentira que intenta atraer a Pármeno apelando a la relación existente entre ambos y al amor filial que aún puede sentir el criado. En el resto del parlamento, Celestina emplea diversos tipos de argumentos: de analogía, a través de las comparaciones introducidas con “como” (líneas 34-35), con argumentos de autoridad (líneas 17 y 18) y con el apoyo de argumentos que expresan el sentir general de la sociedad como son los refranes y las citas populares diseminadas en todo el texto. El texto se estructura en su forma externa en un solo párrafo, constituyendo un único parlamento de Celestina. Podemos dividir el texto teniendo en cuenta su carácter argumentativo: desde las líneas 1 hasta la 42 el cuerpo de la argumentación, la línea 43 plantearía la tesis o en este caso el objetivo de la argumentación, aunque tendremos en cuenta que el objetivo aparece también de forma clara a mitad del párrafo en las líneas 27,28 y 29. El parlamento de la Celestina se caracteriza por un léxico connotativo, que permite al emisor embaucar al oyente “angustiosa y cuidadosa vida”, “los vanos prometimientos”, “sin duda dolor he sentido”, “y mezquinamente”, “me parece rompenecios”. En el texto se establece una oposición constante entre distintos términos, significativamente se observa entre una clase social, la de Calisto y otra, la de Pármeno, Celestina y Sempronio, que continuamente se contraponen en la obra; pero no es solo esta la única oposición que se establece, mediante la antonimia el emisor hace una referencia constante a realidades cotidianas que se oponen, contribuyendo de esta manera a crear un ambiente en el que las diferencias de todo tipo se visten de cotidianeidad: “Que, aunque a un fin soy llamada, a otro soy venida”, “más que a los vivos, a los muertos”, “deja los ímpetus de la juventud y tórnate con la doctrina de tus mayores a la razón”, “proponiendo firmeza sobre lo movible, como son estos señores de este tiempo” Se observan en el texto, con el mismo afán de acercarse a la voluntad de Pármeno constatable en todo el fragmento, vocablos pertenecientes al campo léxico de la familia. Es revelador como Celestina se erige a sí misma como madre y protectora de Pármeno, aludiendo a un pasado en común y con el subterfugio de una historia creada para tal fin. En esta parodia de amor maternal, Celestina llama a Pármeno, en varias ocasiones, hijo, y declama que como a tal lo quiere y ha de proteger: “y ¿dónde mejor que en mi voluntad, en mi ánimo, en mi consejo, a quien tus padres te remetieron? Y yo así, como verdadera madre tuya…” Nótese, además, el empleo de la interrogación retórica que implica que Pármeno, después de lo explicado por Celestina, debe estar de acuerdo con sus consejos. En la secuencia narrativa del parlamento abundan los tiempos verbales propios de la narración, es el caso de las formas en pretérito indefinido: “fuiste”, “murió”, “sufrió”, “encargó” etc. Del mismo modo, abundan los verbos y la descripción de acciones; estos, en ocasiones, se presentan mediante el recurso literario de la enumeración y la polisíndeton “te buscase y llegase y abrigase”. La enumeración se utiliza también en la argumentación: “desagradecen, injurian, olvidan servicios, niegan galardón”, “Perdidas son las mercedes, las magnificencias, los actos nobles”. Junto con la enumeración, el recurso literario más utilizado en el plano morfosintáctico es la polisíndeton, en el parlamento aparece a través de las conjunciones “ni” e “y”. Ambos recursos dotan de expresividad al texto, producen un efecto de lentitud y parecen invitar a la reflexión a Pármeno. La sintaxis es compleja, con frecuentes incisos explicativos, estructuras subordinadas causales: “Sin duda dolor he sentido porque has por tantas partes vagado y peregrinado”, “Y porque se lo prometí…” y comparativas en el fragmento expositivo, y temporales “y, cuando de cumplida edad fueses…” en la secuencia textual narrativa. Otros rasgos que constituyen el texto argumentativo son la presencia de la modalidad exclamativa y la interrogativa como mencionamos supra. Destaco, por el mismo motivo, el conector lógico “Por tanto” de la línea 23. Todo en el texto invita a Pármeno a seguir los consejos de Celestina, los recursos literarios empleados (enumeración y polisíndeton), los argumentos esgrimidos (cultos y populares), la historia relatada, el tono en ocasiones maternal y en otras exigente de la alcahueta… Es un ejemplo magistral de la capacidad de Celestina para convencer, embaucar y manipular a los demás, recurriendo a la mentira, si es necesario, o a la amenaza implícita: “Reposa en alguna parte, y ¿dónde mejor que en mi voluntad, en mi ánimo, en mi consejo, a quien tus padres te remetieron? Y yo así, como verdadera madre tuya, te digo, so las maldiciones que tus padres te pusieron si me fueses inobediente…”. La elaboración del texto obedece al fin que persigue, de ahí que nos permitamos concluir que se trata de un texto coherente, de un innegable valor literario en el que la personalidad eterna de Celestina queda perfectamente reflejada.