11 LATERCERA Domingo 12 de junio de 2016 “ RR El ex subsecretario del Interior Jorge Correa Sutil. FOTO: GRUPOCOPESA /ARCHIVO FUTURO DE LA COALICIÓN “Soy de los que defiende y cree en la existencia de una coalición de centroizquierda, pero esta Nueva Mayoría no va a permanecer”. SIN PROYECTO COMUN “A la naciente Nueva Mayoría le hizo mal la popularidad de Bachelet (...) Una coalición no puede reunirse en torno a la popularidad de una persona”. ACUERDO BASICO “Me parece claro que sin ese debate (acordar un proyecto común) no hay proyección posible, ni oferta política viable”. ejercicio de sinceridad que no hemos tenido. Yo veo al menos tres: Uno es la necesidad de mejor regulación y controles sobre los agentes del mercado y de un Estado más profesional y ágil para esa tarea de evitar los abusos a usuarios y consumidores. En eso vamos a coincidir todos; la pregunta allí es cómo producir eso sin paralizar las inversiones, pero esa es una discusión de medios, de técnicas, no de fines. Otro modelo es el de un Estado con una cierta mayor presencia en proveer salud, educación y seguridad social. En ese objetivo también hay coincidencias, pero también diferencias importantes. Por ejemplo, la DC postula la provisión mixta en educación, la libertad de enseñanza junto al derecho a la educación. Proyectar la coalición requiere precisar con claridad, negociando, cuánta presencia del Estado y cuanta privada y con cuál y cuanta regulación. Ese debate nos tensiona y puede dividirnos, pero debemos hacerlo, peor es esconderlo. Un tercer modelo es más abiertamente socialista, con un Estado propietario de medios de producción. No veo a la DC en ese proyecto. ¿Y no se dio esa discusión en el programa de Bachelet? La consigna crítica del modelo permitió aglutinar, pero las coaliciones políticas no se sostienen en una crítica compartida, sino en un proyecto común. ¿Evitaron ese debate para no tensionar la campaña o para colocarse en el poder? A la Concertación, la falta de mayorías parlamentarias le permitió, más de la cuenta, decir que no podía hacer más por culpa de la derecha. Eso fue cierto, pero ayudó poco a precisar lo que de verdad se quería. Era difícil aceptar también la conformidad con un mercado que la asociaba con Pinochet. Esto lo retrata bien un lúcido ensayo reciente de Daniel Mansuy. A la naciente Nueva Mayoría le hizo mal la popularidad de Bachelet. Delegó en exceso en una persona definir el rumbo. Eso cobra ahora la cuenta cuando unos les dicen a otros que ponen demasiados matices o que se exceden en los afanes refundacionales. Hasta acusaciones de traición se tiran por la cabeza. Todo eso ocurre por no haber negociado más sinceramente los acuerdos. ¿Echa de menos a la Concertación? No, a pasar de sentirme orgulloso de muchos de sus logros, me parece que le faltó explicitar el proyecto y defenderlo en el debate público. No comparto la crítica que sólo la mantenía unida el afán de poder, había un espíritu común, pero ese, para evitar tensiones internas, terminó por no explicitarse. Nadie puede pedir el voto, la confianza ciudadana, si no explicita su proyecto y la Concertación terminó por no hacerlo. Tampoco me siento orgulloso del grado en que nos acercamos al poder del dinero. No se trata de combatirlo, se trata de mantener la independencia del juicio político. Pero si se da ese debate ¿se puede mantener una coalición tan diversa? No estoy seguro, pero lo que me parece claro es que sin ese debate no hay proyección posible, ni oferta política viable. Tampoco se trata de un matrimonio para toda la vida, con absoluta coincidencia en todo. Pueden ser pactos por un tiempo, ojalá por 8 o 12 años. Un solo Gobierno es enteramente insuficiente. Eso fue lo que no entendimos en la última campaña. Una coalición no puede reunirse en torno a la popularidad de una persona. Ya lo hicieron con Bachelet. Eso no se va a volver a dar. ¿Por lo que ha pasado en este gobierno o porque no hay nadie con la potencia electoral que tenía Bachelet? Porque no hay confianza tampoco. El país no va a volver a entusiasmarse en ninguna coalición ni candidato sobre la base de espíritus, de imaginarios. Vamos a tener que hablar de proyectos políticos, de cosas concretas.b