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ORIGINAL
ACTAS UROLÓGICAS ESPAÑOLAS NOVIEMBRE/DICIEMBRE 2001
ESTUDIO COMPARATIVO DEL GRADO DE
SATISFACCIÓN DEL PACIENTE EN
CATETERISMO INTERMITENTE CON EL USO
DE LAS SONDAS LOFRIC Y LAS DE CLORURO
DE POLIVINILO
P. LÓPEZ PEREIRA, M.J. MARTÍNEZ URRUTIA, L. LOBATO, S. RIVAS,
E. JAUREGUIZAR MONEREO
Unidad de Urología Infantil. Hospital Universitario La Paz. Madrid.
PALABRAS CLAVE:
Cateterismo intermitente. Disfunción vesical. Sonda hidrofílica.
KEY WORDS:
Intermittent catheterization. Bladder dysfunction. Hydrophilic catheter.
Actas Urol Esp. 25 (10): 725-730, 2001
RESUMEN
OBJETIVO: Comparar el grado de satisfacción que produce el uso de las sondas LoFric, en el paciente pediátrico en cateterismo intermitente, frente a las sondas convencionales de PVC.
MATERIAL Y MÉTODOS: Un total de 40 p, todos ellos con experiencia en el cateterismo intermitente, fueron incluidos en este estudio. Después de un periodo de 2 meses utilizando la sonda LoFric, a todos los pacientes se les envió un cuestionario a su domicilio para
que rellenasen anónimamente. Los pacientes fueron divididos en 3 grupos (ampliación vesical, esfínter artificial y Mitrofanoff) debido a
las grandes diferencias que puede representar el sondaje en cada uno de ellos.
RESULTADOS: El 87,5% (35 p) respondieron de forma correcta al cuestionario. El 86% (30 p) encontraron el aprendizaje con la sonda
LoFric fácil o muy fácil y a un 14% (5 p) éste les resultó difícil.
De los 4 p que tenían dificultades para introducir su sonda habitual en la vejiga, en 3 (75%) estas dificultades desaparecieron con el
uso de la sonda LoFric.
El 51% (18 p) contestaron que tenían algunas molestias a la introducción de su sonda habitual y en el 72% éstas desaparecieron con
el uso de la sonda LoFric. De los 6 p que tenían molestias durante la retirada de su sonda habitual, en 5 (83%) desaparecieron cuando
utilizaban la nueva sonda.
El 70% de los pacientes prefiere la sonda LoFric porque disminuye o elimina las molestias que se producen con su sonda habitual,
entra en la vejiga con más facilidad y suavidad, y no necesita del uso de lubricante. Un 17% refiere que al estar tan lubricada se escurre
con facilidad y el sondaje es más difícil.
CONCLUSIONES: El uso de esta sonda estaría justificado en todos los pacientes que tengan molestias con la utilización de su sonda
habitual y en todas aquellas situaciones especiales (esfínter artificial, Mitrofanoff, ampliación vesical) en donde las complicaciones relacionadas con el sondaje adquieren una mayor gravedad.
ABSTRACT
PURPOSE: To asses the grade of satisfaction in children on intermittent catheterization with the use of LoFric and PVC conventional
catheters.
MATERIAL AND METHODS: A total of 40 p with experience in CIC were included in this study. An anonymous questionnaire was sent
to all patients after 2-months using the LoFric catheter. Patients were divided in 3 groups (bladder augmentation, artificial sphincter,
Mitrofanoff) because of major differences in CIC disfomfort between these groups.
RESULTS: The questionnaire was completed by 87.5% of the patients (35 p). In 86% (30 p) LoFric catheter training was easy or very
easy but in 14% (5 p) it was difficult. Four patients had some difficulty during conventional catheter insertion, in 3 (75%) the difficulty
disappeared with the use of LoFric catheter. Of the 51% (18 p) who reported some discomfort during the insertion of conventional catheter, 72% said it was eliminated when the LoFric catheter was used. Of 6 p with some discomfort when removing the conventional catheter, 5 (83%) said it disappeared with the new catheter. Th LoFric catheter was favored by 70% of patients because it reduced the discomfort caused by conventional catheters, bladder insertion was easier and smoother, and gel lubrication was not needed. The 17% of patients
reported some difficulty dealing with this slippery catheter.
CONCLUSIONS: The use of the LoFric catheter could be justified in patients who report with conventional catheters have some discomfort. It can also be recommended in patients with artificial sphincter, bladder augmentation and Mitrofanoff procedure, in whom any
complication related to CIC would have serious consequences.
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P. LÓPEZ PEREIRA, M.J. MARTÍNEZ URRUTIA, L. LOBATO, Y COLS.
E
MATERIAL Y MÉTODOS
n 1944 Sir Ludwig Guttmann, neurólogo
alemán emigrado a Gran Bretaña, introduce el concepto del cateterismo intermitente (CI)
estéril, en el manejo de sus pacientes con lesiones espinales. La utilización de esta técnica protegía a los riñones del daño irreparable que causaban la combinación de retención urinaria e
infección. No obstante, su uso iba a quedar limitado a los hospitales, originando un gasto muy
importante en personal y materiales médicos1.
Posteriormente, en 1972 Lapides introduce el
concepto del CI limpio, no estéril2. El reconocimiento de este hecho que iba en contra de conceptos asumidos durante muchos años sobre la
esterilidad urinaria y las técnicas del cateterismo uretral, ha permitido un cambio muy importante en el manejo y tratamiento de los pacientes con disfunción vesical en el vaciamiento.
El cateterismo intermitente limpio, ha hecho
posible la adopción de toda una nueva gama de
alternativas terapéuticas que han ayudado a
disminuir la morbimortalidad y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Este procedimiento suele ser bien tolerado en
los pacientes con disfunciones vesicales de origen neurogénico. No obstante y aunque se describen pocas complicaciones relacionadas con
su uso, la introducción repetida de una sonda a
través de la uretra, a lo largo de los años, puede
producir complicaciones tales como: hematuria,
dolor, falsas vías, estenosis uretral etc.3-5. El
uso de lubricante y de sondas de menor tamaño, no parece prevenir la irritación y el trauma
uretral a largo plazo, en algunos de estos pacientes4.
La aparición de una nueva generación de sondas hidrofílicas de baja fricción ha contribuido
a disminuir la incidencia de estas complicaciones5-7.
En el paciente pediátrico, el uso de este tipo
de sondas, al tener un bajo poder de fricción,
debería producir una disminución de las molestias que presentan algunos pacientes con el sondaje transuretral.
El objetivo de este trabajo es comprobar si
este tipo de sondas produce un mayor grado de
satisfacción que las sondas habituales de
Cloruro de Polivinilo (PVC).
En nuestro hospital realizamos un estudio clínico prospectivo con la intención de poder determinar, en el paciente pediátrico, si el uso de las
sondas hidrofílicas de baja fricción (LoFric*) proporciona algún beneficio, en comparación con las
sondas habituales de PVC.
Para la realización de este estudio incluimos a
un total de 40 pacientes. Todos ellos tenían una
dilatada experiencia en el CI con sondas de PVC.
El 55% llevaban sondándose más de 5 años y el
45% más de 1 año. La frecuencia del sondaje era
en todos los pacientes ≥ 4 veces al día. La etiología de la disfunción vesical era en 38 pacientes de
origen neurogénico (Mielomeningocele), en un
paciente por válvulas de uretra posterior y en otro
paciente por extrofia vesical.
A los 40 pacientes incluidos en este estudio se
les proporcionaron sondas hidrofílicas de baja
fricción (LoFric) del mismo calibre que su sonda
habitual por un periodo de 2 meses, al término del
cual se les envió un cuestionario a su domicilio
para que rellenasen de forma anónima. Nuestra
intención era conocer el grado de satisfacción y
confort que producían este tipo de sondas frente
a las sondas que ellos utilizaban habitualmente.
El cuestionario constaba de 4 partes (Anexo I).
Una primera parte de generalidades que nos permitía conocer a qué grupo pertenecía el paciente, la
edad, sexo, cuantos años llevaba sondándose, con
qué frecuencia y el calibre de la sonda que utilizaba.
En la segunda parte del cuestionario se hacían preguntas en relación con su sonda habitual y en la tercera, se hacían las mismas preguntas pero en relación con la nueva sonda. Las preguntas realizadas
en estos dos apartados nos iban a permitir conocer
como había sido el aprendizaje con las nuevas sondas, su grado de confort y si las molestias tras la
introducción y retirada que podrían tener algunos
pacientes con su sonda habitual, habían disminuido o desaparecido con este nuevo tipo de sonda. La
parte final del cuestionario consistía en dar una opinión general acerca de la nueva sonda.
De los 40p incluidos en este estudio, 35 respondieron de forma satisfactoria al cuestionario y
todos estos pacientes fueron incluidos en el estudio. Estos 35p fueron divididos en 3 grupos. El pri*Astra Tech, Mo Indal, Sweden.
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ESTUDIO COMPARATIVO DEL GRADO DE SATISFACCIÓN DEL PACIENTE EN CATETERISMO INTERMITENTE CON EL USO DE LAS SONDAS
ANEXO I
TABLA I
GRUPOS DE PACIENTES INCLUIDOS EN EL ESTUDIO
ENCUESTA
Sexo
GENERALIDADES
1.1 Edad:
1.2 Sexo: Hombre, Mujer
1.3 Cuantas veces se sonda al día:
1.4 Se sonda por la uretra: Sí, No
1.5 Se sonda por el ombligo: Sí, No
1.6 Tiene ampliada la vejiga: Sí, No
1.7 Tiene colocado esfínter artificial: Si, No
1.8 Cuantos años lleva sondándose:
1.9 Se sonda usted mismo: Sí, No
1.10 Le sonda habitualmente otra persona: Sí, No
1.11 Que calibre de sonda utiliza:
SONDA HABITUAL
2.1 Con su sonda habitual el sondaje es:
Muy difícil, Difícil, Fácil, Muy Fácil
2.2 Usa habitualmente lubricante o vaselina al
sondarse: Sí, No
2.3 Valore la dificultad de introducir la sonda en la
vejiga: Muy difícil, Difícil, Fácil, Muy Fácil
2.4 Siente molestias al introducir la sonda: Muchas,
Bastantes, Pocas, Ninguna
2.5 Siente molestias al retirar la sonda: Muchas,
Bastantes, Pocas, Ninguna
V
M
Total
pacientes
Edad
X
Rango
Vejiga
ampliada
5
12
17
14 a
6-20 a
Esfínter
artificial
6
5
11
17 a
14-20 a
Mitrofanoff
5
2
7
13 a
5-20 a
16 p
19 p
35 p
El motivo de dividir a los pacientes en estos 3
grupos era debido fundamentalmente a las grandes diferencias que pude representar el sondaje
a través de la uretra, en un paciente con o sin
esfínter artificial. Por otra parte, la sensibilidad
uretral al sondaje no es comparable a la sensibilidad que puede manifestar el apéndice al paso
de un catéter.
SONDA HIDROFÍLICA LoFric
3.1 Como le ha resultado el aprendizaje con esta
nueva sonda: Muy difícil, Difícil, Fácil, Muy Fácil
3.2 Una vez que ya ha aprendido el manejo, como le
resulta el sondaje: Muy difícil, Difícil, Fácil, Muy
Fácil
3.3 Valore la dificultad de introducir la sonda en la
vejiga: Muy difícil, Difícil, Fácil, Muy Fácil
3.4 Siente molestias al introducir la sonda: Muchas,
Bastantes, Pocas, Ninguna
3.5 Siente molestias al retirar la sonda: Muchas,
Bastantes, Pocas, Ninguna
RESULTADOS
De los 40p incluidos en este estudio, el 87,5%
(35p) respondieron y rellenaron correctamente el
cuestionario enviado a su domicilio.
De los 17p con vejiga ampliada, el 53% (9p)
habitualmente no hacían uso del lubricante para
el sondaje (80% de los niños y el 42% de las niñas).
En el grupo de los pacientes con esfínter artificial el 54,5% (6p) tampoco lubricaba la sonda (33%
de los niños y 80% de las niñas).
Todos los pacientes con Mitrofanoff, excepto
uno, utilizaban algún tipo de lubricante cuando
realizaban el sondaje.
En relación a la pregunta de cómo fue el aprendizaje con la nueva sonda, no encontramos diferencias significativas entre los 3 grupos de pacientes. El 86% (30p) encontraba el aprendizaje fácil o
muy fácil y tan sólo a un 14% (5p) el aprendizaje
con la sonda hidrofílica les resultó difícil (vejiga
ampliada 2p, esfínter artificial 2p, Mitrofanoff 1p).
De estos 5p, 4 eran niñas.
En relación a la pregunta de cómo era la introducción de la sonda en la vejiga: En el grupo de
pacientes con Mitrofanoff y en los niños con vejiga ampliada, no encontramos diferencias significativas. En todos ellos la introducción de ambas
EVALUACIÓN
4.1 Si le dieran la posibilidad de escoger el tipo de
sonda, cual prefería: habitual o LoFric
4.2 Por qué:
4.3 Cual es la diferencia más notable entre sus
sondas habituales y las nuevas sondas hidrofílicas.
mer grupo estaba constituido por 17p a los que
años antes de este estudio se les había ampliado
su vejiga con intestino. El segundo grupo estaba
formado por 11p a los que se les había implantado un esfínter artificial. Seis de estos pacientes
tenían además una ampliación vesical. El tercer
grupo estaba formado por 7p a los que se les había
realizado un procedimiento de Mitrofanoff con el
apéndice y que utilizaban para realizar el CI. En
estos pacientes el sondaje por la uretra o era imposible (desconexión cérvico-uretral) o era muy doloroso y se hacía impracticable (Tabla I).
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sondas en la vejiga era fácil o muy fácil. En las
niñas con la vejiga ampliada un 25% (3p) tenían
dificultades para introducir su sonda habitual y
en dos de estas pacientes, las dificultades desaparecieron con la sonda hidrofílica. En el grupo de
los pacientes con esfínter artificial, una de las
niñas refiere que la introducción de la sonda en la
vejiga es más fácil con la sonda hidrofílica que con
su sonda habitual. De los niños, un paciente contesta que tiene más dificultades con la sonda
hidrofílica que con la habitual.
A la pregunta que hacía referencia a si existían
molestias durante la introducción de la sonda en la
vejiga, el 49% (17p) contestan que no tienen ningún tipo de molestias con ninguna de las 2 sondas y el 51% (18p) refieren tener algunas molestias, cuando utiliza su sonda habitual. De estos
18 pacientes, 10 pertenecen al grupo de vejiga
ampliada, 4 al del esfínter artificial y 4 al del
Mitrofanoff. En 13 de éstos (72%), las molestias
desaparecen cuando utilizan la sonda hidrofílica
(Tabla II).
En relación a la pregunta de sí existía algún
tipo de molestias durante la retirada de la sonda,
los pacientes con Mitrofanoff contestan que no
tienen ningún tipo de molestias con ninguna de
las dos sondas. Tres pacientes del grupo del esfínter artificial y 3 del grupo de vejiga ampliada contestaron que tenían molestias (oscilando desde
escasas a bastantes) a la retirada de su sonda
habitual. De estos 6p, en 5 (83%) las molestias
desaparecen cuando usan la sonda hidrofílica
(Tabla III).
En general, el 60% de los pacientes con
Mitrofanoff prefiere la sonda hidrofílica frente a su
sonda habitual. En los otros 2 grupos, el 80% de
los varones y el 60% de las mujeres también prefieren la sonda hidrofílica.
El comentario general de nuestros pacientes en
relación con la sonda LoFric ha sido muy favorable, ya que el 70% (24p) comentan que tienen
menos molestias al introducir y retirar la sonda,
que entra con mayor facilidad y suavidad, es más
higiénica y más cómoda por no necesitar el uso de
TABLA II
MOLESTIAS A LA INTRODUCCIÓN DE LA SONDA EN LA VEJIGA
Sonda habitual
Vejiga ampliada
Esfínter artificial
Mitrofanoff
Sonda hidrofílica
SI
(pocas/bastantes)
NO
SI
(pocas/bastantes)
NO
10 (3v,7m)
7 (2v,5m)
4 (1v,3m)
13 (4v,9m)
60%
4 (3v,1m)
7 (3v,4m)
0
11 (6v,5m)
100%
4
3
1
6
75%
18 p
17 p
5p
30 p
72%
Desaparición
TABLA III
MOLESTIAS A LA RETIRADA DE LA SONDA EN LA VEJIGA
Sonda habitual
Sonda hidrofílica
SI
(pocas/bastantes)
NO
Vejiga ampliada
3 (1v,2m)
Esfínter artificial
Mitrofanoff
SI
(pocas/bastantes)
NO
14 (4v,10m)
1v
16 (4v,12m)
66,6%
3 /2v,1m)
8 (4v,4m)
0
11 (6v,5m)
100%
0
7
0
7
–
6p
29 p
1p
34 p
83%
728
Desaparición
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ESTUDIO COMPARATIVO DEL GRADO DE SATISFACCIÓN DEL PACIENTE EN CATETERISMO INTERMITENTE CON EL USO DE LAS SONDAS
lubricante. Seis pacientes (17%), de los que 4 eran
niñas, refieren que al estar tan bien lubricadas se
escurren con facilidad y el sondaje es más difícil.
Un 6% (3p) comenta que es más incómoda porque
se pierde más tiempo en su preparación. Uno de
los pacientes del estudio dice que para los pacientes en silla de ruedas este tipo de sonda tiene el
inconveniente de que al tener que introducirla en
agua, estos pacientes no pueden hacer el sondaje
solos, requiriendo la ayuda de otra persona.
sonda habitual, en todos (83%), excepto uno, éstas
han desaparecido con la sonda de LoFric.
En general, el aprendizaje del sondaje con esta
sonda hidrofílica en la mayoría de los pacientes
suele ser fácil aunque algunos pacientes tienen
ciertas dificultades por el hecho de que la sonda
al estar muy lubricada se les resbala de las manos,
dificultando su manejo10.
En nuestro estudio el aprendizaje con esta
sonda ha sido fácil o muy fácil en la mayoría de
nuestros pacientes (83%). A un 14% (1v,4m) el
aprendizaje les resultó difícil.
En un estudio similar al nuestro, realizado en
adultos varones, la preferencia por este tipo de
sondas frente a las convencionales era del 85%.
En nuestro estudio la preferencia general era del
70%10,11. Este porcentaje, un 15% más bajo en
nuestro estudio que en otros podía ser debido a
que en nuestro estudio nosotros también incluimos a mujeres y que nuestros pacientes llevaban
años sondándose con su sonda convencional.
En los pacientes con Mitrofanoff la preferencia
por este tipo de sondas debería ser más baja que
en los pacientes que realizan el sondaje a través
de su uretra. Esto es debido, a que el grado de sensibilidad del apéndice al sondaje no es comparable al de la uretra. Sin embargo, en nuestro estudio el 60% de estos pacientes preferían la sonda
de LoFric frente a la convencional.
En los otros dos grupos, el 80% de los varones
y el 60% de las mujeres preferían la sonda LoFric
frente a la convencional de PVC. Esta diferencia
en las preferencias por esta sonda según el sexo,
vendría motivada por las diferentes características
anatómicas de la uretra, inherentes al sexo.
Un hecho importante que encontramos en
nuestro estudio es que un alto porcentaje de nuestros pacientes (45%), no lubricaba la sonda cuando realizaba el CI. De estos 16 p que no utilizaban
lubricante de manera habitual, todos excepto uno,
pertenecían a los grupos de esfínter artificial y vejiga ampliada. Esto podía incrementar el riesgo que
tienen estos pacientes de trauma uretral a largo
plazo. Este factor de riesgo añadido podía ser evitado con el uso de estas sondas hidrofílicas de baja
fricción.
En nuestro estudio comprobamos que en general la sonda LoFric producía en una gran proporción de nuestros pacientes, un mayor grado de
DISCUSIÓN
La sonda LoFric presenta como principal característica una fuerza de fricción muy baja. La osmolaridad de la capa externa de este catéter es el factor más importante en la disminución de la fricción. La capa externa de estos catéteres tiene una
osmolaridad elevada (similar a la de la orina).
Osmolaridades más bajas producirían un intercambio osmótico, con pérdida de agua y la consiguiente pérdida de la capacidad de deslizamiento
del catéter. En estas circunstancias, el catéter al
ser retirado de la vejiga se pegaría al epitelio uretral produciendo molestias y aumentando el riesgo de trauma uretral8.
La fuerza de fricción de este catéter (LoFric) es
diez veces más baja que la de las sondas convencionales de PVC, debido a que su área de contacto con el epitelio uretral son fundamentalmente
moléculas de agua6,8.
Todos estos hechos han hecho posible que con
este tipo de sondas exista una disminución en la
incidencia de las complicaciones uretrales que se
producen a largo plazo, con el uso continuado del
sondaje transuretral5-7.
Estudios de citología del epitelio uretral en
adultos han demostrado que estos catéteres inducen una menor respuesta inflamatoria que las
sondas de PVC9.
Estas sondas, al tener una menor fuerza de
fricción que las normales, deben también disminuir las molestias que podemos encontrar en algunos pacientes durante la introducción y retirada
de las sondas convencionales.
Este hecho, pudimos constatarlo en nuestro
estudio en donde, de los 18p que tenían molestias
a la introducción de su sonda habitual, estas desaparecieron en 13 (72%) con el uso de la sonda
LoFric. De los 6p con molestias a la retirada de su
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confort y satisfacción, disminuyendo o eliminando las molestias de introducción y retirada que se
producen en algunos pacientes con la sonda convencional.
Por lo tanto y a pesar de que el coste de estas
sondas es más elevado que el de las convencionales, su uso estaría justificado en aquellos
pacientes que presenten molestias con la utilización de la sonda convencional. También sería
aconsejable su utilización en situaciones especiales como pacientes portadores de un esfínter
artificial y en las vejigas ampliadas, en donde las
complicaciones relacionadas con el sondaje transuretral adquieren una mayor gravedad. En los
pacientes con un Mitrofanoff y desconexión cérvico-uretral, en los que existe una imposibilidad
anatómica de sondaje a través de la uretra debemos evitar por todos los medios cualquier complicación que nos dificulte el sondaje a través de
este conducto, por lo que en estos pacientes también deberíamos contemplar el uso de este tipo
de sondas.
No obstante, el uso de este tipo de sonda en los
pacientes en silla de ruedas, tiene el inconveniente de necesitar la ayuda de otra persona y en
pacientes con poca destreza manual, al estar tan
bien lubricada, se escurre con facilidad y el sondaje es más difícil.
13. GERANIOTIS E, COF SA, ENRILE B: The prophylactic use of clean intermittent catheterization in the
treatment of infants and young children with myelomeningocele and neurogenic bladder dysfunction.
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18. LUNDGREN J, BENGTSSON O, ISRAELSSON A,
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tract disease. J Urol 1972; 107: 458-461.
Dr. P. López Pereira
Unidad de Urología Infantil. Hosp. Univ. “La Paz”
Pº de la Castellana, 261
28046 Madrid
(Trabajo recibido el 5 abril de 2001)
730
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