Pág 8 ARTE-PINTURA EL ARTE DE LA PINTURA Andrés A. Peralta López (sitoperalta@hotmail.com) LA PINTURA EN EGIPTO Esta dilatadísima civilización, extendida a lo largo de más de 3.300 años, enlaza el final del neolítico (coincidente con el período Predinástico Tardío), hasta el año 31 a.C., con la conquista romana En los momentos iniciales puede hablarse de una continuación y superposición con el arte prehistórico. A lo largo de todo este enorme periodo la civilización egipcia mantuvo una continuidad política, cultural y artística que la dota de un alto grado de homogeneidad y de una cierta "monotonía" que explica las variaciones escasamente significativas que en la pintura y en el arte en general se pueden observar. Para los egipcios, tanto el alma como el cuerpo gozaban de inmortalidad, y para que los muertos pudieran gozar de felicidad eternamente los representaban en sus tumbas mediante brillantes pinturas en los muros, junto con sus deidades preferidas, seres queridos, esclavos, utensilios, etc... Esta es la razón por la que, prácticamente, todas las pinturas han sido halladas en tumbas y templos. También se han encontrado representaciones de la naturaleza tales como, lotos, palmeras papiros, peces, aves, etc., que nos han ayudado a conocer la flora y fauna de aquellas épocas. Otro soporte para las pinturas era el papiro. De entre los trabajos realizados sobre este material sobresalen los encontrados en los "Libros de los Muertos", bellamente decorados, y donde se contenían las instrucciones para guiarse tras la muerte y eran colocados junto al difunto en el interior del ataúd. Pese a la homogeneidad señalada, podemos dejar constancia de distintas etapas: el Imperio Antiguo (2778-2423 a.C.) del que contamos con escasos testimonios, pero de gran perfección. Pinturas en el interior de un Hipogeo ARTE-PINTURA Pág. 9 Los enterramientos se efectuaban en mastabas, túmulos realizados con grandes bloques de piedras.también en ésta época se construyen las grandes pirámides. En el Imperio Medio (2155 a 1786 a.C), se incrementó el uso del hipogeo, forma de enterramiento en galerías subterráneas que suponían una mejor garantía frente a los salteadores de tumbas, al tiempo que ofrecían una mayor superficie pictórica. Al Imperio Nuevo pertenecen los grandes templos como los de Amon en Karnak, Luxor, el de Ramsés II y los hipogeos del Valle de los Reyes En la pintura egipcia sobresalen varios aspectos muy característicos: Las representaciones muestran un aspecto plano sin sombras, con ausencia, por tanto, de volumen, así como un notable esquematismo y falta de perspectiva. Al ser una sociedad muy jerarquizada, el grado de importancia de los personajes venia dado por su mayor o menor tamaño en la representación pictórica. El frontalismo es quizás la característica más llamativa del arte egipcio; los personajes se representaban de frente, aunque en la figura humana, la cabeza, pies, manos y senos se mostraban de perfil (generalmente el lado derecho), excepto el ojo correspondiente, que se representaba de frente; el ombligo, de tres cuartos, y el resto del cuerpo de frente. Los artistas buscaban que no cupiera duda alguna sobre la naturaleza de lo representado, lo que para ellos era prioritario, quedando en segundo plano el interés por el resultado estético. Ello supuso el que siempre se siguieran unas rígidas reglas para representar cada cosa, por lo que el artista carecía de un estilo personal. Esta uniformidad y permanencia de estilo se conseguía con el aprendizaje, generación tras generación, del mismo método para la realización de sus dibujos, que se basaba en la ejecución de líneas guía o cuadrículas sobre las que se realizaban las distintas representaciones, según la proporción que correspondía a cada objeto. Siguiendo este sistema, la figura humana era representada según una regla de proporción, por la cual ésta ocupaba 18 cuadriculas si estaba de pié, y 14 si estaba sentada, sin contar los adornos o pelucas de la cabeza. Las normas prescritas alcanzaban a multitud de aspectos, por ejemplo, los hombres tenían que ser pintados más morenos que las mujeres; la representación de cada divinidad tenía que ser estrictamente respetada: Horus, el dios-sol, con la cabeza de halcón; Anubis, el dios de la muerte, con la cabeza de un chacal, y así con la amplia nómina de deidades a las que adoraban (Amon, Serapis, Ra…). La aplicación del color también seguía unas normas que se observan, prácticamente, en todas las obras pictóricas. Aplicaban la pintura marcando los contornos en rojo y coloreaban el fondo con una amplia gama de ocres. A continuación, se pintaban los personajes con colores vivos y planos, sin realizar mezclas y sin sombras. (En las pinturas: Porteadores de ofrendas para las divinidades y Nefertari realizando una ofrenda.)