1 El derecho de información y estado. Lic. Agustín Vilchis Castro

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El derecho de información y estado.
Lic. Agustín Vilchis Castro
DERECHO COMO INSTRUMENTO REGULADOR.
Derecho y la organización.
El estudio del derecho desde una pequeña perspectiva moderna
aparece a mediados del siglo XIX, con el nacimiento de la sociología como
ciencia autónoma, si bien se señala como el inicio de la sociología del derecho
la obra de Montesquieu De l`esprit des lios, pùblicada en 1948, en las distintas
sociedades en virtud de sus sistemas jurídicos y se explican aquellas como
consecuencia de su diversidad social y geográfica. A partir de aquel momento
se profundiza en el análisis de la importancia de la aplicación de las sociedades
y en el impacto que sobre ellas producen en todos los niveles1.
El de vivir en sociedad implica una relación entre los hombres que en
ella conviven. Para poder hacer posible la convivencia en una sociedad estable
debe de comprender la existencia de una organización de relaciones entre los
hombres, de un orden social establecido. Como lo señala Doby, Boskoff y
Pendleton2 , toda disciplina o campo del interés humano ha tenido que discernir
entre la eterna cuestión de libertad y orden, especialización y coordinación,
creatividad y responsabilidad, desviación y control, individualidad y consensos.
Estructurar este conjunto de relaciones y actividades hace necesario la
creación de instituciones que las regulen, por un lado, y del marco normativo
que la sancione, siempre que se hablen de roles y estatutos estamos hablando
de normas. Para Ginerª, toda la vida social está perrneada de normatividad,
obedece a leyes. En efecto, la conducta humana es básicamente normativa, y
también lo es muy a menudo aquella que se desvía de las normas prevalentes
del grupo, lo cuales establecen constantemente las reglas del juego social.
Esto constituye un destacado e importante control social, con un
implacable poder coactivo ejercido por instituciones consagradas a impartirlo
mediante las normas jurídicas”, que regulan la conducta de los hombres en
sociedad y de las organizaciones sociales. Se entiende por control social a lo
que establece Viroux,3 como el conjunto de los medios y de los procedimientos
por medio de los cuales un grupo o una unidad social encamina a sus
miembros a la adopción de los comportamientos, de las normas, de las reglas
de conducta, en una palabra, de las costumbres, que el grupo considera como
socialmente buenas.
También es esencial diferenciarlo de los otros medios de control social,
como lo establece Giusseppe Lumia4 el poder como algo distinto de la
potencia o de la mera fuerza, sino como fuerza organizada y revestida de
alguna forma de legitimación, es decir, como potencia institucionalizada de la
reacción frente a las conductas sociales desviadas.
Se tiene el fenómeno jurídico, el cual aparece estrechamente ligado al
fenómeno social, determinándose que no puede darse el derecho en donde no
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existe sociedad, la certeza de la reacción contra lo ilícito es uno de los valores
sociales más importantes realizados por medio del aparato jurídico, consiste en
la satisfacción de los intereses de las personas individuales, de sus
asociaciones y de la comunidad.
Se añadirá que el sentido general del derecho queda determinado por el
derecho de aquél, siendo un orden obligatorio en las relaciones sociales que se
dan dentro de un grupo humano, y por la existencia de ese grupo humano, y
tiende por esencia a la realización de valores morales y del ideal por esencia a
la realización de la justicia5
El derecho regulador de las libertades.
En este sentido puede decirse que tiene una perspectiva esencial que es
la de ser instrumento regulador y garante de las libertades. El orden jurídico es
el orden de la paz, la paz y el derecho son coetáneos y simultáneos; el derecho
aporta la paz, y la paz es el presupuesto del desarrollo del derecho,
El derecho sustituye, la eliminación de la lucha violenta por una solución
pacifica, la historia del derecho público está atravesada de lleno por la lucha
por la libertad, así el derecho de la información no ha hecho desde su origen
que sentar las bases jurídicas para la defensa de las libertades de información,
de expresión y de opinión, creando el entramado jurídico necesario para su
más completa garantía en todos los órdenes y cumpliendo con ello su objetivo
fundamental.
Debe de establecerse también que la ausencia de normas, tan grave es
la anomia como el exceso de leyes, porque tanto una como otra pueden
provocar inseguridad, lo que es precisamente contrario a la idea de derecho
que acaba de expresarse. Es preciso dar verdadera importancia a la calidad de
la ley, por que la ley mal elaborada ni se ajusta a las verdaderas necesidades
de la sociedad a la que debe servir, ni es por ello socialmente aceptada, ni
evita los nunca deseables problemas de interpretación de la norma cuando
ésta no es suficientemente clara para su aplicación.
EL DERECHO A LA INFORMACIÓN COMO OBJETO DEL DERECHO DE LA
INFORMACIÓN.
El derecho a la información es un derecho social indispensable para que
el ciudadano tome parte activa en las tareas públicas, porque información
significa participación, y un elemento constitutivo de ésta es la decisión. La
información es requisito y es impulso para que el hombre individualmente
considerado adopte decisiones políticas, que adquieren así un valor
comunitario, de modo que informar es promover la participación.6
El decir “todo individuo” está señalando al ciudadano como sujeto
universal del derecho a la información, que lo ejerce” sin limitación de fronteras,
por cualquier medio de expresión”: Significa esto, que no cabe discriminación
alguna para el uso y disfrute del derecho, aunque, desde luego, el principio no
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esta exento de limitaciones en su aplicación práctica del derecho, ni éste se da
por igual con carácter universal en todos los medios de comunicación.
La facultad de recibir.
Se está refiriendo a la obtención, recepción y difusión de noticias. Pero
el derecho del ciudadano a la información, en el sentido de derecho a la noticia,
exige unas condiciones en este objeto del derecho, siendo la primera de las
cuales es la verdad8.
Ha de hacerse sobre hechos con trascendencia pública y ser conforme
con la realidad completa, asequible por igual a todos y rápida. En efecto, la
noticia ha de referirse a hechos relevantes incluida la información política, la
información ha de ser completa, es decir, ha de comprender todas las noticias,
a la vez, es decir, a la vez que la noticia ha de ser toda la noticia, no sólo lo
sustantivo de ésta sino su contorno, factor y circunstancias que la provocan.
Las ideologías, juicios u opiniones propiamente dichas o conclusiones
que se obtienen de aplicar las ideas a los hechos. Siendo absolutamente
necesarias para la democratización y participación, es decir, para la
legitimación sociológica de la política, de modo que la libertad de opinión se
convierte en un modo efectivo del derecho a la información.
Una condición previa para poder investigarlas, recibirlas y publicarlas es
el respeto a las mismas, deber que corresponde también al Estado. Una forma
específica de opinión, que es al mismo tiempo un modo de formar la opinión, es
la critica que como juicio y desde un punto de vista informativo, puede darse
acerca de cualquier actividad.
La facultad de investigar.
En sentido amplio, el derecho a la investigación debe entenderse como
la facultad atribuida a los profesionales de la información, a los medios
informativos en general y al público, de acceder directamente a las fuentes de
las informaciones y de las opiniones y de obtener éstas sin limite general
alguno, facultad que debe considerase en su doble faceta, es decir, como
derecho del ciudadano y como deber de los que manejan las fuentes de
información9.
La libertad de información exige la libertad de los medios de expresión,
pues para hacer efectivo el derecho a la información se requiere, la libertad de
creación, desenvolmiento, edición, distribución y funcionamiento.
La facultad de difundir.
No hay que olvidar que la facultad de difundir es consecuencia de la
libertad individual de pensamiento, por lo tanto la libertad de expresión debe
serlo igualmente. Pero la información equivale diálogo entre medios de
información y sociedad, entre ésta y el Estado y entre los miembros de la
sociedad entre sí, la opinión pública debe disfrutar de libertad, no sólo para
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formarse sino también para manifestarse y difundirse a través de los medios de
comunicación.
Se ha ido produciendo en diferentes etapas históricas la atribución del
derecho a informar. La primera es la etapa inicial de las leyes liberales de
prensa del siglo XIX, en la que predomina la libertad de prensa sobre la
regulación jurídica de su ejercicio, y en la que las empresas informativas
ejercen fundamentalmente la hegemonía por la influencia del capital y los
elementos económicos y de instituciones.
La segunda se caracteriza por ser los informadores profesionales, los
vendedores protagonistas, al percibir la importancia y trascendencia de su
gestión, no sólo en el aspecto empresarial sino por la función social y pública
que desempeñan. En la tercera etapa, en la que aparece la información como
derecho, en la que el público reclama verdaderamente su derecho a la
información como algo que corresponde por naturaleza, como simple acto de
justicia.
El derecho a la información es considerado como algo indispensable
para el ejercicio de los ciudadanos tienen a la participación en las tareas
públicas, y se encuadra como una verdadera facultad jurídica. El derecho a la
información es considerada como algo indispensable para el ejercicio que los
ciudadanos.
En este sentido, el derecho a ser informado es público, porque cuanto
exige la intervención del Estado, y es un derecho subjetivo, por cuanto supone
un poder jurídico, susceptible de ser institucionalizado y regulado por el
ordenamiento jurídico para la satisfacción de fines o intereses de carácter
social, basados en la naturaleza misma de la persona humana y en la
organización de las sociedad.
La generalización de los medios técnicos de difusión y de transmisión
han provocado la existencia de nuevos medios de comunicación que permiten
el envió y recepción rápida de mensajes. La revolución de revolución de
nuevas tecnologías está teniendo unas insospechadas capacidades de
transformación de la sociedad y de las vidas de los seres humanos, tratándose
de un proceso continuo en el que las últimas innovaciones desplazan a las que
las preceden, que muy poco antes parecían incluso definitivas.
Se ha dado un espectacular salto en relación con la revolución digital,
que multiplica la cantidad, la calidad y la velocidad de lo que transmite y
aumenta la velocidad de lo que transmite y aumenta la capacidad de
compresión o de condensación, permitiendo manejar cada vez más información
en menos tiempo y menos espacio.
Constituye un mecanismo de distribución del poder, de su capacidad
para promover y garantizar la libertad. Lo cual nadie podrá monopolizar el
poder que ahora esta en el teclado de un ordenador. Tampoco será posible la
censura por la dificultad creciente de controlar el funcionamiento de estas
nuevas tecnologías.
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Es uno de los instrumentos básicos que ha acelerado el proceso de
globalización, que es, impulsando la innovación en este campo, por la
demanda creciente de tecnología cada vez más eficaz y rápida. No podemos
perder de vista que el mundo globalizado es ante todo, una sociedad de la
información.
Este amplio mundo de la informática así como de las
telecomunicaciones aparece cada vez más estrechamente vinculado con el de
los medios de comunicación de masas. Es decir, la sociedad de la información
converge con la sociedad mediática.
En esta nueva sociedad de la información, a corto plazo, la informática
será para bien o para mal, un ingrediente fundamental del equilibrio entre
autoridad que representa el Estado y la libertad de la sociedad.
Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que
la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean
reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y
facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica,
cultural y social.
La vertiginosidad de los cambios impone una adaptación constante de la
legislación e impulsa a pensar en nuevas vías más elásticas y rápidas de
regulación.
Los cambios en la tecnología son más relevantes que nunca para el
mundo jurídico, en el que se observa una cierta reticencia a considerar las
nuevas tecnologías como algo que va a condicionar el modo en el que el
derecho debe hacerle frente.
Entender la tecnología y las posibilidades que ofrece es la clave para
comprender el modo en el que ésta va a determinar el ejercicio futuro de los
derechos y a alterar con opciones jurídicas pensadas para el mundo analógico.
CONCLUSIONES.
El derecho de la información aparece y se desarrolla fundamentalmente
coincidiendo con lo que se denomina la sociedad de la información,
caracterizada entre otras cosas, por el surgimiento de una serie de medios
técnicos de transmisión y de información, originados por la expansión de las
nuevas tecnologías y por los cambios operados en la sociedad misma, que
provocan numerosos efectos sobre el comportamiento individual y colectivo y
sobre la formación de hábitos culturales y que, lógicamente, darán lugar a una
adecuada y progresiva regulación jurídica.
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La manera de formase la rama del derecho que se conoce como Derecho de la
información difiere en cierto modo de la forma en que habitualmente se
configuran las demás ramas del Derecho, que nacen con autonomía propia a la
vida jurídica al desgajarse de un tronco común como consecuencia de la
aparición de nuevos fenómenos sociales que han de ser regulados por las
normas jurídicas adecuadas para la correcta organización y funcionamiento de
aquellos.
Su historia, responde, no tanto con la tradición de otras disciplinas, cuanto de la
fusión producida de la realidad informativa y la necesidad de su regulación
legal, para dar solución a una serie de planteamientos que sólo desde el
derecho podían afrontarse, tanto desde el punto de vista de la doctrina, como
desde el más arduo de la puesta en practica de las normas jurídicas, con la
consiguientes repercusión en el ámbito profesional, laboral, judicial o
administrativo, que la interpretación y aplicación del Derecho hace inevitable.
Los particularismos de la vida privada, de las sociedades locales, de las formas
de vida, quedan penetrados y destruidos por una movilidad geográfica y social
crecientes, por la difusión de la publicidad y la propaganda y por una
participación política mucho más amplia que antes así como la vida social, la
educación, y todos los aspectos sociales, así como la información están cada
vez más estrechamente integrados.
De esta naturaleza se obtiene:
Que cada individuo de la sociedad, en su conjunto, tiene derecho a la
información.
Todos los entes públicos tienen el deber de facilitar la información.
Los profesionales de la información son intermediarios entre los entes públicos
y los destinatarios de la información.
Tienen igualmente derecho a obtener información y el deber de transmitirla lo
más fielmente posible.
Que la información, objeto o contenido del derecho, y por lo tanto también del
deber, no puede ser otra que aquella cuya naturaleza y calidad sea adecuada
para satisfacer los intereses, que se intenta proteger, de realización personal y
social en la participación de los ciudadanos en la vida pública.
Es evidente la necesidad de que sea tutelado el sujeto activo o acreedor del
derecho
El derecho de la información aparece y se desarrolla fundamentalmente
coincidiendo con lo que se denomina la sociedad de la información,
caracterizada entre otras cosas, por el surgimiento de una serie de medios
técnicos de transmisión y de información, originados por la expansión de las
nuevas tecnologías y por los cambios operados en la sociedad misma, que
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provocan numerosos efectos sobre el comportamiento individual y colectivo y
sobre la formación de hábitos culturales y que, lógicamente, darán lugar a una
adecuada y progresiva regulación jurídica.
BIBLIOGRAFIA
1. Norberto BOBBIO, contribución a la teoria del derecho. fernando torres
Valencia 1980 y su teoría funcional del derecho. Pags 367 y ss.
2. JhonT.Doby, AlvinBoskof y William W. Pendleton, sociologya. Study of man y
adaptación, D.C. Haet and Co , lexington Mass.1983,p379.
3. Alain Virou, lexico de sociologia, Edit estela, barcelona 1974 p26
4.-Giusepe Lumia, Principios de teoría e ideología del derecho, Edit debate,
Madrid 1981, pag 15 y s.
5. Hemult COING, fundamentos de filosofía del derecho, Edit Ariel, barcelona,
1971 pág 32.
7. José María Desantes Guanter, La información como derecho, Edit nacional,
Madrid, 1974. pa31.
8. Desantes.Op.cit pag 51.
9.Deasantes Op.cit pags 73-75.
10. Ana AzurmendiAdarraga, El derecho a la propia imagen : su identidad y
aprobación al derecho a la información. Edit fundación manuel Buendía
México 1984.pp
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