PIERRE JANET Y LAS NOCIONES ANTECEDENTES A LOS CONCEPTOS FREUDIANOS Reseña del libro Tratado Elemental de Filosofía Referencia: Janet, Pierre. Tratado elemental de filosofía. Librería Bouret. París. 7ma. ed. Española. 1918 Autor de la reseña: Dra. Amelia H. Imbriano Contenidos: 11.1.- Biografía del autor 11.2.- Recuperación de datos: Reseña del libro Tratado Elemental de Filosofía 11.1.- Biografía del autor Pierre-Marie-Félix Janet, conocido simplemente como Pierre Janet, (París, 30 de mayo de 1859 – París, 24 de febrero de 1947) fue un psicólogo y neurólogo francés que hizo importantes contribuciones al estudio moderno de los desórdenes mentales y emocionales, como la ansiedad, las fobias y otros comportamientos anormales. Janet ingresó a la École Normale Supérieure en 1879, donde se formó como profesor. De 1882 a 1889, hizo clases en liceos de Châteauroux y Havre, mientras preparaba su tesis de doctorado en Psicología (que era por entonces sólo una rama de la Filosofía). En 1889, presentó su tesis Automatisme psychelogique. Essai sur les formes inférieures de l'activité humaine en la Universidad de París, sobre el automatismo psicológico, la cual contenía algunos de los conceptos que más tarde serían utilizados por Sigmund Freud, como la idea de subconsciente, lo que generó discusiones posteriores sobre la paternidad del término. En 1889, Janet es invitado a trabajar con el neurólogo Jean-Martin Charcot, director del mayor manicomio parisino, el Salpêtrière, que utilizaba la hipnosis en el estudio de la histeria. Vislumbrando el potencial de Janet, Charcot le encargó la apertura de un laboratorio de psicología experimental en el manicomio, donde Janet inició sus estudios de medicina. En 1892, Janet completó su tesis de medicina: L'état mental des hystériques ("El estado mental de los histéricos"), donde expuso una clasificación de las diversas formas de histeria, la cual define como un producto de "sugestión psicológica" (de la misma forma que la hipnosis). En 1898, comenzó a enseñar psicología experimental en la Sorbona, y en 1902, llevado por su amigo Bergson en el Collège de France, donde permaneció hasta 1936. En 1904 fundó junto a su amigo George Dumas el Journal de psychologie normal et pathologique ("Diario de psicología normal y patológica"), al cual contribuyó con numerosos artículos. La divulgación de los estudios y de los métodos terapéuticos de Janet lo hizo mundialmente conocido, llegando a exponer sus ideas en Harvard (donde hizo clases en 1906), más tarde publicadas bajo el título The Major Symptoms of Hysteria ("Principales síntomas de la histeria"). En Estados Unidos, uno de sus discípulos, Morton Prince, buscó seguir sus esfuerzos de unir la psicología y la medicina en el tratamiento de los desórdenes mentales. 11.2.- Recuperación de datos: Reseña del libro Tratado Elemental de Filosofía En nuestra labor de rastreo bibliográfico hemos podido recuperar un libro de Pierre Janet titulado Tratado Elemental de Filosofía1. Nos interesó por la relación que Freud tuviera con el autor, y la intuición de que la etiopatogenia de la histeria no sería el único tema de ocasión en las conversaciones entre ambos. Quizás, aventuramos, pudieron conversar sobre temas que preocupaban mucho a Pierre Janet, tales como los relacionados con el lenguaje y el ser social y político, el ser moral. En este tratado se desarrolla una amplia temática que desarrolla temas tales como: las consideraciones epistemológicas referidas a la clasificación de las ciencias; la neurofisiología de la época, proponiendo que el estudio del instinto en el hombre, por sus características diferenciales respecto del animal, pertenece a la psicología, proponiendo el concepto de “tendencia”; la relación del placer y el dolor en referencia al surgimiento de los afectos, de los apetitos y pasiones; las operaciones psicológicas fundamentales; las teorizaciones sobre la función del “sueño psicológico” considerando que “el sueño constituye un modo de pensar propio”2; la lógica; la estética; nociones de derecho; economía política; metafísica y teología, entre otras. Nos interesó particularmente, por el objeto de nuestra investigación, encontrar algunas nociones tales como las que reseñamos a continuación: El hombre como ser moral: “puede ser considerado bajo diferentes conceptos: 1.- […] entre los seres animales los individuos difieren pocos unos de otros y por consiguiente llevan una vida casi enteramente semejante y uniforme, en la humanidad por el contrario, resulta una gran diversidad en la vida de cada uno que compone una gran diversidad de acontecimientos. Estando el hombre dotado de memoria reflexiva y de la facultad de medir el tiempo, del atributo de la palabra y la escritura, puede consignar todos aquellos sucesos que le interesan a su familia, su tribu, su nación, siendo entonces el 1 Janet, Pierre. Tratado elemental de Filosofía. Librería de la Vda. De Ch. Bouret. Paris-México.7ma. ed. Española. 1918. 2 Ibíd. Pág. 83. hombre es un ser histórico. […] se encargan del hombre un grupo de ciencias llamadas Históricas (historia, arqueología, epigrafía, numismática, geografía). 2.- En tanto que el animal solo posee el lenguaje inarticulado o grito, el hombre es un ser de lenguaje articulado o palabra. La palabra se modifica según os tiempos o lugares dando origen a lo que se llaman lenguas. De aquí otro grupo de ciencias, las ciencias Filológicas (filología, etimología, paleografía, etc.). 3.el hombre vive en sociedad, forma ciudades, repúblicas, Estados. Tiene la capacidad de reflexionar sobre la sociedad en la que vive. Se impone leyes a si mismo. Instituciones, leyes, riqueza pública y privada, son otros tantos hechos que producen un tercer grupo de ciencias. Ciencias sociales y políticas (política, jurisprudencia, economía política). […] Llámese hechos morales los que no pueden caer jamás bajo el dominio directo de los sentidos, solo los conoce interiormente aquel que los experimenta […] El lenguaje, expresión del pensamiento del hombre, no es el pensamiento. Los acontecimientos históricos, efectos de las pasiones y de las voluntades de los hombres, no son si embargo ni esas pasiones ni esas voluntades. Las sociedades humanas manifiestan la tendencia a la sociabilidad y a crear órganos de la justicia. Todos los hechos sociales, históricos, lingüísticos, son la exterioridad del espíritu humano, pero no son el espíritu humano. […] Todas las ciencias morales que estudian al hombre por lenguaje, los hechos históricos o sociales, y por lo subjetivo el estudio del hombre implica a la psicología”3 […] “Dividiremos la filosofía del espíritu humano en cuatro partes: psicología, lógica, moral y estética”4. Las leyes de asociación, entre ellas considera: ley de contigüidad y de semejanza. Respecto de la primera señala dos alternativas: contigüidad objetiva y subjetiva “A la primera se refieren los sincronismos, las efemérides, las cronologías, las genealogías, etc., y de aquí también la utilidad de las fechas en la historia. Pero la contigüidad subjetiva es aún de mayor importancia y a ella se pueden referir todas las demás relaciones: la ligazón y adherencia que se establece…esto explica una multitud de impresiones singulares de que no siempre podemos darnos cuenta […] El segundo principio que tiene a despertar las ideas unas por otras, es el de semejanza y también e 3 4 Ibíd. Pág. 6.7. Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 11. Los subrayados son nuestros. desemejanza […] de aquí derivan esos procedimientos del discurso que se llaman comparación y metáfora […] De aquí nacen tres figuras de la retórica: a antítesis, la antífrasis y la ironía. La primera de estas figuras es ‘la oposición de dos verdades que se dan luz una a otra’ (La Bruyére). La antífrasis es el empleo de una palabra o de una proposición en un sentido contrario al verdadero, como cuando se dice, las Euménides para decir las Furias: es una especie de ironía abreviada como la metáfora es una comparación abreviada. La ironía consiste en reírse del otro o ponerlo en ridículo (como lo hacía Sócrates) cuando en apariencia se hacen elogios […] Con el mismo principio se relaciona el placer del contraste, esto es, la inesperada reunión de dos objetos más diferentes que parecidos. Aquí conviene citar e gracioso ejemplo de la tortuga de a Fontaine comparándose con Ulises: ‘Nadie podía esperarse el ver aquí a Ulises’ […] Este principio comprende igualmente la analogía de las palabras, la consonancia y aún la aliteración. Simples similitudes de sonido pueden sugerir ideas que acomodan nuestro pensamiento. El mismo principio, en su aplicación más trivial, engendra lo que se llama ‘equívoco’, juego de palabras fundado en una semejanza de sonido y en una diferencia de sentido. La rima también es otra de las invenciones nacidas del placer de la consonancia”5. En un capítulo dedicado a la Lógica pura, realiza un detallado análisis del silogismo en donde llama la atención el uso de los diagramas de Euler para su explicación6. En el capítulo dedicado a la Lógica Aplicada o Metodología, considera que “todo método puede reducirse a dos procedimientos: el análisis y la síntesis discriminando: 1.- Análisis como método de descomposición: aludiendo a Condillac, define al mismo como la tarea de buscar, descomponiendo el todo, sus deferentes elementos para analizarlos; 2.- Isis o método de regresión: siguiendo a P. Royal, “consiste, dada una cuestión, en remonta de ella a sus condiciones y de estas las condiciones anteriores, hasta que se haya encontrado el principio de que se depende”7. 3.- Análisis de los geómetras: aludiendo a las propuestas del geómetra griego Pappo, refiere: “el análisis es el 5 Ibíd. Pág. 74-75. Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 448-452. 7 Ibíd. Pág. 463. 6 camino que partiendo de la cosa propuesta que se concede por el momento, conduce por una serie de consecuencias a alguna cosa que se conoce anteriormente o se cuenta entre los principios reconocidos por verdaderos; por manera que este método nos hace remontar a una verdad, de una proposición a sus antecedentes […] Por el contrario, en la síntesis partimos de la proposición última del análisis, y ordenando después por su naturaleza los antecedentes que en la otra operación se presentaron como consiguientes, y combinándolos entre sí, llegamos al objeto del que habíamos partido (Pappo, Collections mathémat…, VII, prólogo)8. Por último concluye refiriéndola Newton: “por el análisis se puede ir de lo compuesto a los componentes, de los movimientos a las fuerzas que los producen, y en general, de los efectos a las causas, y de las causas particulares a las más generales […]. La síntesis consiste en adoptar las causas descubiertas y comprobadas para principios y explicar por ellas los fenómenos que de ellas se desprenden y que prueban la verdad de la explicación […] newton entiende el análisis y la síntesis en un sentido enteramente análogo al de los geómetras; puesto que en un caso se remonta de los efectos a las causas como de las consecuencias a los principios9. En el capítulo dedicada al método en las ciencias morales, se dedica al Método en psicología, distinguiendo dos características: “1.- Es una observación interna: el mismo sujeto es el que observa y es observado por sí mismo; 2.- La observación penetra más allá del fenómeno, llega hasta el sujeto afectado”.10 Las leyes de asociación y de conflicto que constituyen la operatoria psicológica: “rigurosamente hablando, el hecho designado con el nombre de asociación de ideas […] quiere señalar que nuestras ideas se llaman una a otra, por otras relaciones que las lógicas y esto mismo es lo notable”11. “A consecuencia de lo que acabamos de decir se excluyen de los principios de asociación las reacciones puramente intelectuales (como las de causa a efecto, de medio a fin, de principio a consecuencia)”12. Ejemplifica de este modo: 8 Ibíd. Pág. 464. Ibíd. Pág. 466. Los subrayados son nuestros. 10 Ibíd. Pág. 499. Los subrayados son nuestros. 11 Ibíd. Pág. 77. 12 Ibíd. Pág. 79. Los subrayados son nuestros. 9 “nuestras ideas se acercan unas a otras, no porque tengan entre sí lazos lógicos y naturales, sino únicamente por encuentros, Vg., el hecho de que fueron concebidas juntas una primera vez, o que fueron expresadas con palabras cuyos sonidos ofrecen analogía, algunos rasgos del rostro, algunos episodios en la vida…”13. Concluyendo: “Las leyes de asociación y ‘de conflicto’ que acabamos de estudiar constituyen lo que puede llamarse la mecánica mental: es la parte del automatismo mental”14. El lenguaje: “Sería incompleta la teoría del conocimiento si no comprendiéramos una facultad que siendo fisiológica en su materia, es en el fondo psicológica en su esencia, […] Es la facultad del lenguaje” […] Se llama signo a un fenómeno cuya virtud es comunicar […] El lenguaje es un conjunto de signos que sirven para expresar […] de él dependen los hombres en su ser social y político”15. La superioridad del lenguaje vocal y sobre todo de la voz articulada: “el lenguaje de la voz es superior porque los sonidos tienen a reproducirse en el que oye: ‘oír, es hablar ya’. […] la voz articulada es infinitamente más variada y rica en sonidos […] se pueden separar fácilmente de todas las partes de la palabra y reconocerlas de modo que se encuentren para otras combinaciones […] la articulación es un fenómeno esencial, de aquí la subordinación al lenguaje16. El lenguaje como instrumento de análisis: “si para el habla el lenguaje es mas bien la expresión del análisis que su instrumento, para el que escucha y recibe el lenguaje hecho no es lo mismo; para éste es un verdadero método analítico, como dijo Condillac: ‘las lenguas son métodos analíticos’ […] el lenguaje comunicado le hace percibir los diferentes momentos del pensamiento que no tiene aún […] Si por ejemplo, se ha aprendió a distinguir en una circunstancia el sujeto de un atributo, se puede luego, conservando por una parte la noción del sujeto, descomponer sucesivamente los diferentes atributos, y así sucede que la palabra llega a ser el instrumento de un método analítico”17. 13 Ibíd. Pág. 76. Ibíd. Pág. 81. Los subrayados son nuestros. 15 Ibíd. Pág. 228-29. Los subrayados son nuestros. 16 Ibíd. Pág. 231-32. Los subrayados son nuestros. 17 Ibíd. Pág. 243-45. Los subrayados son nuestros. 14 La distinción de dos inclinaciones: “1.- el deseo de excelencia o amor propio, y 2.- el deseo de poder o ambición […] el amor a la soberana independencia suele conducir al amor al soberano poder. Sin duda no es otra cosa que el ejercicio de una falsa libertad”18. Las inclinaciones sociales: “un punto de estudio consiste en investigar si hay en el hombre tales afectos desinteresados, esto es, inclinaciones distintas del amor propio, que no tengan nada de común con él […] el hombre no busca jamás el bien de otro sino el que puede resultarle a él, bajo la más generosa apariencia se oculta siempre la secreta intención de sacar algún provecho. Por ejemplo, dice la Rochefoucauld: ‘lo que llaman amistad no es más que una sociedad, un miramiento recíproco de intereses, en cambio de buenos oficios: en suma, un convenio en que el amor propio espera ganar alguna cosa […] la gratitud es como la buena fe del mercader, fomenta el comercio, y no pagamos porque es justo pagar sino porque así hallamos así fácilmente quien nos preste. La gratitud no es otra cosa en la mayor parte de los hombres que un deseo secreto de recibir mayores beneficios’19. El patriotismo: “entre la familia por una parte y la sociedad humana por la otra, hay un grupo intermediario más considerable que la familia, menos que la humanidad y al que se dirige una de nuestras más vivas y profundas inclinaciones: es la patria. […] constituye uno de nuestros sentimientos más complejos. Compónese, en efecto, de muchos elementos distintos: ante todo el amor al suelo en donde se ha nacido, suelo que en un principio es el pequeño territorio en que se ha pasado la infancia habiéndose grabado en la memoria: es a aldea, la ciudad natal. Pero si es este el primer origen de la patria, no es la patria entera. El amor a esa localidad no es el patriotismo, a veces le es contrario. Preciso es que el suelo se extienda y se ensanche y que de la casa natal se abrace poco a poco y por aumentos sucesivos, la aldea, el pueblo, las provincias, el país entro. Pero, ¿quién fija esa extensión de territorio? ¿Quién hace la demarcación de las fronteras? Muchos son los elementos que deben reunirse: desde luego los habitantes, los conciudadanos, […] nuestros compatriotas que comparten el amor por el territorio […] pero la reunión del suelo y de los conciudadanos suele no ser la patria, cuando menos toda la 18 19 Ibíd. Pág. 259. Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 261-63. Los subrayados son nuestros. patria: un pueblo conquistado puede conservar su suelo y sus habitantes y haber perdido la patria, como lo prueba el ejemplo de la Polonia. ¿Cuáles son, pues, los lazos que forman la existencia de la patria? Son muchos: Vg. la unidad de lengua, de leyes, de tradición histórica y sobre todo la unidad de gobierno y de un gobierno aceptado. No existe una patria sino allí donde hay un estado político independiente. Y esta unidad política no basta cuando faltan los demás lazos, cuando es forzosa, cuando los pueblos reunidos bajo un mismo gobierno tienen usos, costumbres y tradiciones diferentes; y recíprocamente, la unidad de lengua y la mancomunidad de costumbre no bastan tampoco, cuando falta unidad política […] La última condición es que la asociación que viene a ser patria no sea demasiado extensa, pues el cabo de ciertos límites cedería el patriotismo”20. El valor del testimonio: “Todas nuestras ideas pueden ser esclarecidas y enriquecidas por el comercio de los hombres […] pero hay algunas que no pueden ser adquiridas de otra manera más que del testimonio […] el testimonio tiene dos grandes aplicaciones: es la fuente de la historia y la base de la justicia social”21. “El testimonio de los hombres es un modo de conocimiento de altísima importancia necesario […] El hombre individual no ocupa más que un punto del tiempo y una porción imperceptible del espacio […] El problema lógico que se presenta es el siguiente: ¿Hasta qué punto estamos autorizados para creer el testimonio de nuestros semejantes, y cuál es el fundamento de esa creencia? […] Reid ha reducido a dos principios el fundamento de la autoridad del testimonio. El primero a la inclinación por la veracidad. El segundo, es el instinto de credulidad […] que no apartarían la mentira y el error. […] la veracidad es causa de que el hombre no engañe, más no de que no se engañe”22. No obstante, Janet considera que el testimonio de los hombres tiene principalmente las siguientes aplicaciones: “1.- la historia: sin el testimonio, las generaciones nada podrían saber de lo que ha pasado anteriormente a ellas, es decir, que faltaría una parte considerabilísima de nuestro conocimiento: lo pasado. 2.- La justicia social: sin testimonio no hay justicia posible. Con efecto, el malhechor no acostumbra a elegir al juez como 20 Ibíd. Pág. 271-72. Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 332. Los subrayados son nuestros. 22 Ibíd. Pág. 510. Los subrayados son nuestros. 21 testigo de sus delitos y sus crímenes; y por consiguiente, se necesita entre el delincuente y el juez un intermediario, la persona que por causalidad o por circunstancia ha presenciado el hecho atestiguado. Lo mismo sucede en cuanto a los intereses civiles, los hechos decisivos no pueden llegar a oto sino por testigos o por documentos que tienen el valor de testimonio. 3.- La educación: […] consiste en resumir para cada uno todo lo que ha sido descubierto por las anteriores generaciones; y por consiguiente, la palabra sirve de intermediario entre lo pasado y lo presente”23. El método histórico: “el testimonio de los hombres forma la base de la historia […] En todo suceso histórico atestiguado por un autor hay que distinguir tres cosas: 1.- el hecho mismo; 2.- las circunstancias del hecho; y 3.el juicio de los testigos”24 . Las fuentes de la historia “son tres: las tradiciones, los monumentos y los escritos”25 . Deberes entre los hombres: “Pueden reunirse entre dos preceptos: 1.hacer bien a los hombres, y, 2.- No hacerles el mal […] En el sentido general y más aparente, hacer bien a alguien es causarle placer; y hacerle mal es hacerle padecer. Sin embargo, ¿es seguro que se hace bien a un hombre siempre que se le proporcionan placeres? […] para comprender bien los deberes que tenemos que cumplir respecto de los demás hombres hay que distinguir entre los bienes verdaderos y falsos. Estos últimos son lo que consisten exclusivamente en el placer, haciendo abstracción de la utilidad o del valor moral […] los males verdaderos son lo que van en contra de la dignidad moral como la miseria o la corrupción”26. Deberes relativos a la vida de los demás: “son de dos clases: 1.- no atentar a la vida de nadie. Todo atentado a la vida de otro se llama homicidio, y si va acompañado de perfidia o traición, es asesinato”27 […] El autor se refiere al parricidio, infanticidio, fratricidio, al tiranicidio (asesinato del tirano). Continúa: “este deber fundamental de no atentar contra la vida de los demás hombres, se reúne como corolario el de no lastimar sus cuerpos con golpes ni heridas, ni 23 Ibíd. Pág. 511. Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 519-20. Los subrayados son nuestros. 25 Ibíd. Pág. 522. 26 Ibíd. Pág. 597-99. Los subrayados son nuestros. 27 Ibíd. Pág. 603. Los subrayados son nuestros. 24 quebrantar su salud con violencias peligrosas”28. 2.- Deberes relativos a los bienes: el autor se refiere al derecho de propiedad y el trabajo. “El derecho de posesión trae consigo el de ahorrar y por consiguiente el de formar un capital, y además el de utilizar ese capital haciendo que produzca crédito. Además, el derecho de conservar implica el de trasmitir y de aquí la legitimidad de la herencia […] estos derechos son válidos para todos los ciudadanos. Una vez fundada la propiedad sobre el derecho, todos tenemos obligación de no atentar al derecho. El acto de arrebatar a otro lo que le pertenece es lo que se llama robo, absolutamente prohibido […] sea cual fuere el nombre con que se cubra y el prestigio con que se disfrace, por ejemplo: cometer fraude sobre la calidad de lo que se vende, entregarse a un agiotaje ilegítimo, emplear en provecho propio un depósito, pedir prestado sin saber si se podrá pagar la deuda, negar la deuda, son otros tantos modos de apropiarse el bien ajeno y por consiguiente formas diversas del robo” […] 3.- Deberes relativos a la familia e otro: […] atacando el lazo conyugal (adulterio), robando hijos de otros (rapto), ya depravándolos (corrupción). 4.- Deberes relativos a la honra de nuestros semejantes: se puede faltar a ellos diciendo cosas ofensivas o groseras que no se merece, llamadas injurias, y se distinguen dos grados: si el mal que se dice es verdad, es maledicencia, y si es falso es calumnia […]. 5.- Deberes respecto de la libertad ajena: Estos corresponden más al Estado que a los particulares. Consisten en respetar en todo el mundo diferentes libertades, la de conciencia, la del trabajo, la individual y la responsabilidad personal, conjunto que compone los derechos naturales del hombre. La violación de la libertad de conciencia se llama intolerancia y consiste ya en emplear la fuerza contra las conciencias, ya en suponer malas costumbres y malas pasiones a los que no piensan como nosotros […] También es un ataque a la libertad individual y a la del trabajo el tener a nuestros semejantes en la esclavitud […] También hay cierto modo de dominar la libertad ajena sin forzarla materialmente, que constituye una verdadera tiranía, y es el imperio que una voluntad firme ejerce sobre otra y de la cual puede abusar […]. 6.- Deberes relativos a la amistad”29. El autor menciona: la honradez, la fidelidad, la confianza, la abnegación, el guardar secreto. 28 29 Ibíd. Pág. 604. Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 604-07. Los subrayados son nuestros. Ciencias sociales, política, jurisprudencia y economía política: La política ha sido tratada unas veces como ciencia abstracta y racional donde se buscan las condiciones ideales de la sociedad: Vg., la República de Platón, fundada en la idea de la mancomunidad; el Contrato civil sobre la idea de la soberanía del pueblo; el Leviatán de Hobbes, consagrado a la defensa del poder absoluta. Pero otras veces, por el contrario, ha sido expuesta como una especie de arte puramente empírico, en el que se busca cómo obran los hombres y cuáles son las consecuencias ordinarias de sus acciones, Vg. el Príncipe de Maquiavelo. “El verdadero método político es el método experimental e inductivo fundado en el estudio de las instituciones y las leyes en todas las regiones y en todas las épocas de la historia. Este es el método de Montesquieu en el Espíritu de las leyes”30. La jurisprudencia trabaja sobre el método deductivo, no tiene que buscar sus principios; los recibe de hechos de la legislación, son las leyes escritas. Son como teoremas cuya verdad se supone […] no tiene más objeto que deducir las aplicaciones de la ley, o conciliar las diversas leyes entre sí”.31 “Hay una economía política pura y una economía política experimental, siendo esta la base de la otra: ella da los hechos y las leyes que sirven de fundamento a las teorías de la economía política pura; esta parte experimental de la ciencia es la base y la teoría es el fondo de la ciencia, y las aplicaciones no son más que consecuencias modificadas por las circunstancias”32. Algunas consideraciones sobre el Derecho: El autor desarrolla distintas teorías del Derecho, desde Leibnitz, Hobbs, Spinoza y otros. Lo que nos interesa rescatar de la lectura del capítulo referido al tema es la consideración relativa al Derecho como un poder. Citamos: “Dice Leibnitz que el derecho es un poder moral […] llámese en general poder o fuerza toda causa capaz de producir o de impedir una acción […] Ahora bien, todo lo que es capaz de impedir la acción de una fuerza o de un poder, puede llamarse igualmente fuerza y poder, sea cual fuere su naturaleza […] El derecho es un orden, es una fuerza, puesto que paraliza la fuerza y el poder de otro. […] Quizás sería más exacto llamare poder ideal que poder moral. Es una fuerza que se ejerce con reflexión y conciencia, una energía, una actividad verdadera, como la 30 Ibíd. Pág. 504-505. Ibíd. Pág. 505. 32 Ibíd. Pág. 505. 31 virtud. Más el derecho puede existir sin ejercerse […] La fuerza es un poder físico y el derecho un poder moral o ideal, y los dos poderes son opuestos. Hay tres casos principales: yo tengo fuerza sin derecho, o tengo derecho sin fuerza, o tengo a la par fuerza y derecho. En el primer caso, mi fuerza va más allá de mi derecho; en el segundo se queda más acá, y en el tercero hay completa igualdad. Cuando mi fuerza pasa de mi derecho, un poder absorbe al oto; pero este no cesa de existir, y aunque destituido de fuerza no por eso deja de ser poder, como se observa en el segundo caso; pues cuando tengo yo derecho sin fuerza, obligo al que me reprime a desplegar más fuerza de la que sin ello habría necesitado. Por ejemplo: un pueblo oprimido obliga al opresor a más esfuerzo y violencia que si el pueblo estuviese libre, y por eso se ve que el derecho es un poder que hace equilibrio a la fuerza. […] Seguramente hay casos en que el derecho parece destituido de todo poder, Vg. cuando el que está investido de él lo ignora y no hace esfuerzo alguno para defenderlo o recobrarlo […] El derecho, lo mismo que el deber, no es más que una idea; y una idea por sí misma no obra: se necesita siempre que tome la iniciativa la actividad humana […] Sin embargo, la idea subsiste y ejerce su poder, ya por la conciencia, ya en la memoria de los hombre, y por último, aunque le estén vedados la conciencia y la memoria, sobrevive todavía; y oprimida, despojada, vencida, aún es más notable que el que la desafía y más soberana que el que la pisotea. […] Ciertos publicistas como Hobbes y Proudhon sostienen el derecho de la fuerza, y semejante teoría no es otra cosa que la supresión misma del derecho […] el derecho es un poder ideal, y queda por explicar cómo ese poder no es siempre el más fuerte. La antinomia de la fuerza y del derecho demuestra perfectamente que hay en el derecho algo de ideal […] lo que hace falta explicar es cómo puede suceder que una idea detenga a la fuerza, o cuando no la detiene que pueda proscribirla y juzgarla. Si no hay alguna cosa que se llame deber ¿por qué se detendría la fuerza? Suprimid la idea de deber, y los fenómenos se quedan sin más reglas que la fuerza física […] Fundar el derecho en la necesidad es decir que todo hombre tiene derecho a todo lo que quiere, pero como puede querer todas las cosas, equivaldrá a decir que tiene derecho a todo; y teniendo todos los hombres derecho a todo al mismo tiempo, sería la guerra de todos contra todos. Ahora bien ¿quién decidiría la repartición en semejante guerra? si se quiere evitar debe existir un convenio que por su parte debería tener garantías […] Hay otra doctrina que funda el derecho en la libertad, arranca de la libertad humana como un hecho […] está en la esencia de la libertad el ser inviolable, pues quien dice libre, dice un poder cuya esencia es elegir y ser causa de la acción elegida […] el individuo mismo, bajo su propia responsabilidad, se debe a sí mismo el adquirir sin cesar […] el derecho: es la facultad que posee cada cual de concurrir a su propio destino […] Kant sentó el principio del derecho cuando dijo que el hombre es un fin en sí, esto es, que no puede ser tratado como un medio: no es posible servirse del hombre como de una cosa […] El mismo principio prohíbe al hombre que se trate así mismo como una cosa y se lo prohíbe igualmente a los demás hombres con relación a él. Es derecho es inalienable, no puede ser vendido, ni comprado, ni nadie puede despojarse de él sin perder su calidad de hombre. Por último, es imprescriptible, es decir, que las infracciones de que puede ser objeto, jamás producen el efecto de suprimirle […] el derecho hace a la dignidad del ser humano, principio cuya condiciones esencial es que cada hombre sea responsable de su propio destino”33. Diversas especies de sanciones: Janet menciona cuatro tipos de sanciones: 1.- Sanción natural: es aquella que tiene por base las consecuencias naturales de nuestras acciones; 2.- Sanción legas: compónese de los castigos que ha fijado la ley contra los culpables; 3.- Sanción de la opinión: consiste en la opinión que se forman los demás hombres sobre nuestras acciones y nuestro carácter; 4.- sanción interna: “más exacta y segura es la que resulta de la conciencia misma y del sentimiento moral”.34 33 34 Ibíd. Pág. 652-56.Los subrayados son nuestros. Ibíd. Pág. 699. Los subrayados son nuestros.