INTOLERAN INTOLERANCIA Una obra que señala el apogeo de Griffith y del cine norteamericano FICHA TÉCNICA: Título original: Intolerance Nacionalidad: EEUU Año: 1916 Dirección: D.W. Griffith Guión: D.W. Griffith Producción: D.W. Griffith Dirección de Fotografía: G.W. Bitzer Montaje: James Smith, Rose Smith Dirección Artística: Walter L. Hall Música: Joseph Carl Breil Diseño de Vestuario: D.W. Griffith, Clare West Reparto: Lillian Gish (Mujer que mece la cuna / La madre eternal), Mae Marsh (La Querida-h. moderna), Robert Harron (El Chico-h. moderna), Constance Talmadge (La Chica de la Montaña-h. babilónica / Margarita de Valois-h. medieval), Miriam Cooper (La Mujer sin amigos-h. moderna), Alfred Pager (Príncipe Belshazzar-h.babilónica), Walter Long (El Mosquetero de los barrios bajosh. moderna / Guerrero babilónico-h.babilónica), Seena Owen (Príncipe Attarea-h.babilónica), Bessie Love (La Novia de Cana-h. judía), Elmo Lincoln (Guardaespaldas de Belshazzar-h.babilónica) Duración: 177 min. (B/N) Estudio: Triangle Pictures Corporation SINOPSIS: Cuatro historias muy alejadas temporalmente sobre la intolerancia, la envidia, y la violencia enfrentándose al amor y la bondad, La pasión de Cristo, la masacre de San Bartolomé en el siglo XVI en Francia, la conquista de Babilonia por los persas y una huelga de trabajadores actual. HOJA INFORMATIVA Nº 81 Octubre 2005 COMENTARIOS: En 1916, D.W. Griffith era el director de cine más importante del mundo. Cuando aún la sociedad no había tenido siquiera el debido tiempo para digerir los avances técnicos y de lenguaje cinematográfico que se plasmaban, por primera vez en la historia del cine, en su capitalísima El Nacimiento de una Nación (1915), Griffith, en un continuo estado de gracia creativo, además de rico y poderoso, encaró su nuevo proyecto que iba a titular Intolerancia. Y es que Griffith apareció en el momento y lugar oportunos para pasar a la historia como el primero de los grandes. Utilizar el primer plano a nivel expresivo, descubrir el plano como unidad del montaje en detrimento de la escena, o comprobar que la iluminación natural constituía una parte integrante de la acción dramática, hicieron que se ganase el título de autor de la gramática fílmica. En 1915, los tres grandes directores del cine norteamericano de la época: el propio Griffith, Thomas H. Ince y Mack Sennett, se unieron para formar la Triangle Pictures Corporation. Bajo dicho sello, se realizó en 1916 la superproducción, Intolerancia, con un costo de más de dos millones de dólares –de la época–. De hecho, para realizar esta película se usó todo el crédito adquirido por el éxito de El Nacimiento de una Nación. Griffith contrató un ejército de comparsas y actores, e hizo construir escenografías gigantescas, la mayor de las cuales fue un palacio babilonio, bordeado de torres de 70 metros de altura y 1.600 metros de profundidad. Cifras que hoy asustan, como las de la escena del festín de Baltasar, aún en la parte babilónica del filme, para la que emplearon 16.000 figurantes en escena perfectamente equipados con vestuario de época (como anécdota, decir que Douglas Fairbanks y Noel Coward estaban entre la multitud), lo que obligó a “Billy” Bitzer, el director de fotografía, a tomar las vistas en un globo aerostático utilizando una revolucionaria cámara-globo que sobrevolaba el decorado (construido en un vasto descampado a las afueras de Los Ángeles) y que era la única que podía ofrecer un plano general de todo el montaje; la imagen conseguida por esta cámara es quizás uno de los planos más famosos del cine mundial. Para el transporte, abastecimiento y mando de aquellos grandes batallones, cuya paga llegaba con frecuencia a 12.000 dólares diarios, hubo que tender líneas de teléfono y de ferrocarril. Las fortificaciones de Babilonia, tan altas como una casa de cuatro pisos, eran practicables y en ellas podían cruzarse dos cuadrigas. En otros terrenos Griffith había hecho reconstruir el París del siglo XVI y la Jerusalén de tiempos de Cristo. Al final, habrían sido empleados 60.000 extras, obreros, actores, carpinteros, técnicos, etc., durante los más de veintidós meses que duró el rodaje. Intolerancia fue concebida como un ambicioso fresco dividido en cuatro historias que representan otros tantos periodos de la humanidad, en los que se muestra como esa "intolerancia", consustancial al ser humano y presente en las cuatro historias, ha hecho de la vida algo básicamente infeliz. Las cuatro etapas elegidas fueron el ataque sirio a Babilonia bajo el reinado de Baltasar (en el año 539 a.C.), la Pasión de Cristo en Palestina, la lucha entre católicos y protestantes, en plena noche de San Bartolomé, en la Francia de Catalina de Medicis en 1572 y un drama social contemporáneo ambientado en un barrio obrero de Nueva York. Las cuatro tramas históricas estarían entrelazadas a lo largo de todo el metraje por la imagen de carácter atemporal de una mujer (Lillian Gish) meciendo una cuna que simboliza la humanidad. Las cuatro historias se van indistintamente cruzando con prudentes rótulos de aviso para que el espectador no se pierda. A medida que avanza la narración se acelera el montaje, aumentado el paralelismo entre todas ellas. En este sentido, Griffith supo derrotar el escepticismo de los que le rodeaban, pues cuando el director americano presentó a sus empleados en 1908 la posibilidad de un montaje paralelo inconexo, le respondieron que nadie comprendería semejante atrocidad (al punto fue que el maestro Griffith aludió a las novelas de Dickens como ejemplo de montaje paralelo. "Sí, pero Dickens es Dickens", obtuvo por respuesta). El montaje paralelo radical es el centro de este film. Paradójicamente, el filme no tuvo la aceptación del público que Griffith esperaba. Fuera de los Estados Unidos, la recepción de la cinta fue difícil. El filme fue mutilado por la censura británica, prohibido, por su pacifismo, en la Europa continental mientras duró la guerra, y los franceses no permitieron nunca la proyección de "La matanza de San Bartolomé". Esos fracasos inquietaron a Griffith; acosado por sus acreedores, se resignó a fragmentar su película y a presentar los episodios separadamente. Sin embargo, la obra no llegó a imponerse al público, y la crítica europea fue siempre reticente. En otras latitudes, el sentido social de Intolerancia impresionó profundamente a Lenin, quien tuvo ocasión de verla años después, igualmente, su exhibición en la Unión Soviética ejercería una enorme influencia sobre los cineastas de aquel país. Habiendo sido comprada antes de la Revolución de Octubre Octubre por un distribuidor ruso, que no había podido exhibirla, fue encontrada por un feliz azar y proyectada por la dirección del cine soviético. Algunos jóvenes entusiastas como Lev Kulechov, Sergei M. Einsenstein, Vsevolod Ilarionovich Pudovkin, fueron los primeros en comprender la importancia del mensaje griffithiano y le dieron, con sus obras, su verdadero sentido