PREHISTORIA II – PED 1 2013 TAREA 1 Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 1 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Figura 1: En la figura reconocemos un monumento megalítico tipo Henge. Los Henge son recintos ceremoniales que únicamente aparecen en las Islas Británicas. En general, son de planta circular, elipsoidal u oval y están delimitados por bloques de piedra o postes de madera y rodeados de zanjas y muros. Los más antiguos cuentan sólo con un foso o zanja que delimita el área sagrada. Posteriormente van incorporando grandes bloques de piedra o menhires. En la figura observamos lo que parece un doble círculo de grandes monolitos de piedra, incluidos algunos de los denominados “bluestones” que llegan a pesar más de cuatro toneladas. Teniendo en cuenta que hablamos de un Henge, exclusivo de las Islas Británicas, y la existencia de un doble círculo de grandes menhires, podemos concluir que la figura es un foto del complejo arqueológico de Stonehenge que es un monumento megalítico, tipo Crómlech, de la Edad del Bronce situado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire, Inglaterra, a unos trece kilómetros y medio al norte de Salisbury. Stonehenge está formado por grandes bloques de piedra metamórfica distribuidos en cuatro circunferencias concéntricas. La exterior, de treinta metros de diámetro, está Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 2 PREHISTORIA II – PED 1 2013 formada por grandes piedras rectangulares de arenisca que, originalmente, estaban coronadas por dinteles, también de piedra, quedando hoy en día sólo siete en su sitio. Dentro de esta hilera exterior se encuentra otro círculo de bloques más pequeños de arenisca azulada. Éste encierra una estructura con forma de herradura construida con piedras de arenisca del mismo color. En su interior permanece una losa de arenisca micácea conocida como «el Altar». Todo el conjunto está rodeado por un foso circular que mide 104 m de diámetro. Dentro de este espacio se alza un bancal en el que aparecen 56 fosas conocidas como los «agujeros de Aubrey». El bancal y el foso están cortados por «la Avenida», un camino procesional de 23 metros de ancho y 3 kilómetros de longitud, aproximadamente. Cerca se halla la «Piedra del Sacrificio». Enfrente se encuentra la «Piedra Talón». Está compuesto de un gran círculo de grandes megalitos cuya construcción se fecha hacia el 2500 a. C. El círculo de arena que rodea los megalitos está considerado la parte más antigua del monumento, habiendo sido datada sobre el 3100 a. C. En su comienzo era un monumento circular de carácter ritual rodeado por un talud y un foso, de modo similar a muchos otros situados en el sur de Inglaterra. Finalmente el monumento tomó su aspecto actual, para lo cual transportaron 32 bloques de arenisca desde las montañas de Preseli, al suroeste de Gales y la piedra del «Altar» fue traída desde una región cercana a Milford Haven. Se especula actualmente con la posibilidad de que se hubieran movido utilizando bolas de madera o piedra o cojinetes a modo de rodamientos, y no con troncos como se pensó originalmente. Stonehenge posee diversas estructuras, las más resaltantes son: Trilitos o dolmen: está conformada por dos pilares de piedra los cuales están coronados por un dintel elevado a 4,4 metros de altura. Estos "trilitos" son de piedra llamada "gras silicio" o "sarsen", la piedra del dintel puede pesar siete toneladas, los pilares pesan veinticinco toneladas. El conjunto de dinteles y pilares poseen un grupo de espigas y cavidades ("machihembrado") para que pueda embonar a la perfección una piedra con la otra; Monolitos o Menhires y el Cromlech. Stonehenge es donde mejor se pueden apreciar las diferentes fases de construcción de este tipo de monumentos. Hacia el año 3200 a.C. se fecha la fase inicial, en la que se hizo un talud de tierra, el gran foso circular de 104 metros de diámetro del que hemos hablado antes que delimita el espacio sagrado y el inicio de la gran avenida de acceso. Entre el 2900 Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 3 PREHISTORIA II – PED 1 2013 a.C. y el 2600 a.C. aparecen las primeras estructuras de madera, que serán sustituidas por menhires entre el 2500 a.C. y el 2300 a.C. Se crea un doble ´círculo de piedra con “bluestones”; estos bloques proceden de Gales a 300 km de distancia. No se sabe si llegaron por tierra o por mar, pero su transporte requeriría un trabajo coordinado y una organización muy eficiente. La última fase (2228 a.C. – 1930 a.C.), ya en el Bronce Antiguo (Cultura de Wessex) se levanta el semicírculo de trilitos: menhires enlazados por dinteles. Sobre su significado hay varias hipótesis, la más aceptada es la que habla de un lugar de culto al Sol. El eje principal del círculo, prolongación de la avenida, está orientado hacia el punto en que sale el Sol en el solsticio de verano. Aunque existen otras versiones como templo religioso, monumento funerario u observatorio astronómico que servía para predecir las estaciones; o quizás todas a la vez. Han sido encontrados 300 enterramientos de restos humanos previamente cremados, datados entre el año 3030 y 2340 a. C. Dado el poco número de entierros para un período tan largo, se estima que no se trata de un cementerio para la generalidad de los muertos sino para determinadas personas escogidas. Para los paganos, la piedra era el símbolo de lo eterno; servía para marcar o delimitar puntos energéticos terrenales (telúricos) y hasta para albergar espíritus elementales. Así es que Stonehenge podría haber sido utilizada junto con Woodhenge en ceremonias religiosas de culto a los muertos y a la vida, tal vez simbolizada por el círculo de madera. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 4 PREHISTORIA II – PED 1 2013 En la figura se puede reconocer un tumba tipo Tholos, estas cámaras o tumbas subterráneas de forma circular, revestidas de piedras, estaban cubiertas por una falsa cúpula de voladizo, de sección ojival, a la que se accedía a través de un pasillo o corredor (dromos, que es el que podemos observar en la foto) que termina en una entrada (stomion). Este sistema no puede mantenerse por mucho tiempo a menos que se cubra con una masa de tierra que haga peso e impida su desplazamiento. Cuando la erosión elimina este aporte adicional de tierra, se produce su colapso; razón por la cual se cubre con un túmulo de tierra. La tumba de Tholos encarna la forma más monumental de la arquitectura micénica. Para la entrada o stomion, más débil, recurrieron a varios procedimientos, como el empleo del triángulo de descarga sobre el dintel, y la aplicación de dinteles cada vez más monumentales. El tesoro de Atreo es el más famoso y es el que podemos reconocer en la figura. El Tesoro de Atreo, también llamado Tumba de Atreo y Tumba de Agamenón, es la tumba abovedada, o tholos, más monumental que se conoce en Grecia. Está en las afueras Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 5 PREHISTORIA II – PED 1 2013 de Micenas, y en un principio se le atribuyó a Atreo, el padre del gran rey Agamenón, cabeza visible de la guerra de los aqueos contra Troya, puesto que suele datarse en el siglo XIII a. C. Esta tumba pertenece al arte creto-micénico. Sigue el modelo difundido por todo el Mediterráneo de tumba precedida por un corredor. En este caso, tiene dos cámaras, destacando la "falsa bóveda" de la más grande de ellas. Se obtiene mediante hiladas concéntricas de sillares que van reduciendo el espacio, por lo que sus presiones son verticales y no oblicuas, como en una verdadera bóveda. El británico Lord Elgin se llevó una parte de la entrada sostenida por columnas a su país, donde quedó expuesta en el museo Británico. El Tesoro de Atreo posee un pasillo de 36 m de longitud por 6 m de anchura, delimitado por dos muros levantados con grandes bloques de piedra. El dromos desemboca en una fachada monumental, de 10,50 m de altura, que se encontraba decorada con un revestimiento de relieves esculpidos en piedras de diferentes colores, cuyo aspecto ha podido ser reconstruido a partir de los fragmentos hallados. La cámara funeraria constituye una de las realizaciones más equilibradas de una falsa cúpula. Posee 13,20 m de altura y un diámetro de 14,50 m. La cubierta se realizó con filas regulares de bloques dispuestos en anillos concéntricos. De manera excepcional, el Tesoro de Atreo posee una cámara aneja, destinada también a usos funerarios. Suele datarse entre 1350 y 1350 a.C. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 6 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Podemos observar que la figura 3 representa una urna funeraria o cineraria. Estas urnas son características del Bronce Final y comienzos de la Edad del Hierro. El material de la urna parece bronce plateado. Tiene forma de cabaña, que se presenta realizada con una compleja técnica de laminación, repujado y fundición en bronce e imita el aspecto de las cabañas de vivienda. Consta de una lámina elíptica de base, dos láminas clavadas entre sí que hacen de paredes y otras dos láminas (con añadido exterior de otras varias secciones circulares para crear los aleros) con funciones de tejado en el caparazón y una lámina semicilíndrica superpuesta al tejado para imitar el columen con su apertura para la salida de humos. Toda la estructura parece unida mediante clavos y soportes laterales de pequeñas barras fundidas, en tanto que sobre el tejado aparecen una serie de barritas terminadas en cabezas de animales. En el frontal aparece una puerta marcada por dos láminas situadas en el lugar del arquitrabe y del umbral y cerrada por un batiente, decorado con surcos en forma de “X”. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 7 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Las paredes y el tejado aparecen decorados con la técnica de los puntitos y los pequeños bulones. Sobre las paredes aparece una triple fila de bulones y puntos coronados por lo que parecen cabezas de animales. Sobre el tejado hay motivos semicirculares pendientes encuadrados por bandas de puntitos y bulones. La urna podría pertenecer a la Cultura de los Campos de Urnas o la Cultura Villanoviana, si bien nos decantamos por esta última, ya que las urnas funerarias de la Cultura de Campos de Urnas solían ser fabricadas en cerámica casi en exclusiva y además el motivo de la vivienda es típico de la cultura Villanoviana. En la cultura Villanoviana, las cenizas se colocaban en las consabidas urnas, depositándolas en tumbas simples o dobles excavadas en la roca, tras haber sido tapadas previamente con cuencos cerámicos. Las urnas más curiosas de esta cultura son como la de la figura y representan replicas en miniatura de verdaderas viviendas, que se depositan en ocasiones acompañadas de carros. En cuanto a la urna en cuestión de la figura 3, es una urna que podemos encontrar en el Museo de Villa Giulia, y su origen es el yacimiento arqueológico de Vulci en la Necrópolis Osteria y se data en el siglo VIII a.C. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 8 PREHISTORIA II – PED 1 2013 En la figura se pueden reconocer unas viviendas tipo palafitos. Los palafitos son viviendas apoyadas en pilares o simples estacas o casas en el agua construidas sobre cuerpos de aguas tranquilas como lagos, lagunas y caños (cursos irregulares y lentos por los que desaguan los ríos y lagunas de las regiones bajas), aunque también son construidas a orilla del mar. Existe evidencia arqueológica que en la Europa prehistoria se utilizó la construcción con palafitos en áreas alpinas y en zonas de lo que hoy es Francia, Eslovenia, Escocia, Lituania y Letonia generalmente alrededor de lagos o humedales. Entre las posibles razones para la construcción de palafitos se cree que servían contra predadores, vecinos hostiles, etc. Podemos ubicar la figura dentro del Bronce Antiguo y Medio, en la zona de Italia septentrional y central. Podría pertenecer a alguna de las culturas asentadas en esa zona (Cultura Polada, Cultura Apenínica y Cultura de Las Terramaras). Si bien podríamos descartar la cultura de Terramaras, pues los asentamientos de palafitos se hacían sobre tierra firme, y en la figura se puede observar que los palafitos están situados sobre una zona con agua. Siendo objetivo, en mi opinión es imposible discernir de cuál de ellas se trata, pues todas las Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 9 PREHISTORIA II – PED 1 2013 características de las mismas quedan reunidas en la fotografía. En cualquier caso, el libro de texto recomendado por UNED presenta la misma fotografía como ejemplo de asentamiento de tipo palafítico de la Cultura Apenínica. De esta forma, es un poblado que con una alta probabilidad estuvo asentado en alguna de las dos vertientes de la cadena montañosa de los Apeninos, al sur del rio Po. La cronología de esta Cultura abarca desde el II milenio a.C. hasta el siglo IX a.C. Mientras que por ejemplo, la Cultura de la Polada comienza en el Bronce Antiguo y perdura hasta el Medio, la Cultura Apenínica lo hace hasta el Broce Final, distinguiéndose en ella tres etapas por algunos autores. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 10 PREHISTORIA II – PED 1 2013 TAREA 2 Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 11 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Datar cronológicamente siempre es complicado y más cuando estructuras como los palafitos existen aún hoy en día. Por eso nuestra cronología versará sobre los períodos en los que las figuras fueron más representativas. La cronología de las figuras anteriores sería: Figura CONCEPTO CRONOLOGÍA (AÑOS) Figura 1: Monumento megalítico de Stonehenge 3200 – 1930 a.C. Figura 4: Palafito de Cultura Apenínica 1800 – 1050 a. C Figura 2: Tholos “El Tesoro de Atreo” 1350 – 1300 a.C. Figura 3: Urna cineraria Cultura Villanoviana Siglo VIII a.C. Veamos ahora cómo han evolucionado la los sistemas arquitectónicos a lo largo de la Prehistoria reciente a través de las figuras anteriores. La estructura de la figura 1 es por tanto la más antigua, y se puede considerar como uno de los mejores representantes del fenómeno Megalítico, cuyo término procede de los vocablos griegos mega (grande) y lithos (piedra). Este término se emplea en Arquitectura para referirse a las construcciones en las que se utilizan grandes bloques de piedra, es decir megalitos. En prehistoria esta palabra hace referencia a la primera arquitectura monumental conocida, que aparece desde el Neolítico en la fachada atlántica europea y se mantiene hasta el Calcolítico. En muchas zonas sus últimas manifestaciones coinciden con el desarrollo de las primeras comunidades metalúrgicas. Aunque la diversidad tipológica de las construcciones megalíticas es muy grande, la mayoría de ellas se pueden incluir en las siguientes categorías: Enterramientos colectivos (dólmenes de muy diversos tipos), Menhires (aislados, alineados y crómlech) y Henges (recintos ceremoniales característicos de las Islas Británicas). Dolmen es un término derivado del bretón que significa mesa (dol) de piedra (men). En Portugal se denomina anta y en Galicia mámoa. Son monumentos megalíticos destinados a enterramientos colectivos Los dólmenes están formados por una cámara funeraria realizada con grandes piedras verticales clavadas en la tierra (ortostatos), que soportan losas Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 12 PREHISTORIA II – PED 1 2013 que sirven de cubierta. En sus inicios algunas pudieron ser de madera. Los ortostatos pueden aparecer cubiertos de grabados, sobre todo en Bretaña, y con motivos esquemáticos pintados. Abundan los motivos geométricos, los antropomórficos (interpretados como divinidades), y otros, elementos figurativos como hoces, yugos, hachas, zoomorfos, etc. Estas representaciones deben relacionarse con el carácter funerario, religioso y/o simbólico de estas construcciones. Esta estructura de piedra estaba cubierta por un túmulo, realizado con una ordenada disposición concéntrica de anillos de piedra, que actuaban como contrafuertes, y tierra, En ocasiones estos anillos están formados por lajas pétreas inhiestas, como las que forman la cámara. Existen cuatro modelos básicos: Dolmen simple: consta de una cámara cubierta por un túmulo. También recibe el nombre de cofre o cista megalítica. Dolmen de galería o galería cubierta: la cámara es alargada, a modo de pasillo, es decir, está formado por varios dólmenes simples adosados. Dolmen de corredor o pasillo: consta de un pasillo de acceso, flanqueado por ortostatos, desde el exterior del túmulo hasta la cámara. Una variante de este tipo es el denominado tholos, con cámara circular, a veces realizada en mampostería, y cubierta por una falsa bóveda hemisférica por aproximación de hiladas de pequeñas lajas o mampostería en seco. Consta de corredor o dromos, cámara cubierta con cúpula y túmulo que cubre el conjunto. Rundgräber: consta de una cámara rodeada de un círculo de piedras y a veces cubierta de un túmulo. Hay que añadir a las anteriores numerosas variantes regionales, como dólmenes con vestíbulo, con varios corredores y cámaras, con cámaras compartidas, con corredores segmentados con piedras simples o perforadas, etc. En cuanto a los Menhires. Debemos comentar que proviene de una palabra bretona que significa piedra (men) alargada (hir) y que designa los monumentos megalíticos más simples. El menhir es un gran bloque de piedra, alargado, en estado natural o parcialmente regularizado, colocado verticalmente sobre el suelo. Algunos llevan decoraciones grabadas o Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 13 PREHISTORIA II – PED 1 2013 esculpidas. Destacan las estatuas-menhir en las que en uno de cuyos lados se graban rasgos fisonómicos y decorativos: ojos, brazos, collares. Están localizados sobre todo en la Bretaña francesa, donde pueden alcanzar los 20 m de altura y un peso de 350 toneladas. También se pueden establecer diferentes tipologías: Menhires aislados, Alineamiento de menhires: forman alineamientos rectilíneos de una o varias filas paralelas, que pueden alcanzar cientos de metros Cromlech, que es un término galo utilizado para denominar las construcciones megalíticas realizadas con menhires. Estos se disponen de forma cuadrangular, circular, rectangular, ovalada o en forma de “U”. También se les denomina anillos o círculos de piedra. Por Henge (como el de la figura), entendemos recintos ceremoniales que únicamente aparecen, como ya hemos comentado, en las Islas Británicas. Su arquitectura ha sido correctamente descrita en la Tarea 1. La amplia dispersión de este fenómeno, planteó a los investigadores dos cuestiones fundamentales: dónde estaba su origen y a través de qué caminos se produjo su difusión hasta alcanzar zonas tan distantes. Hasta hace pocos años se seguía una perspectiva difusionista, la mayoría se decantó por un origen en el Mediterráneo oriental. El Megalitismo habría surgido en las costas de Siria, Palestina y en el Egeo. Siguiendo a Gordon Childe se tomaron como referencia los tholoi micénicos del Tesoro de Atreo (Figura 2), como precedentes de algunas tipologías funerarias de la Europa Atlántica. A partir de aquí se habría extendido primero por el Mediterráneo central y occidental, Francia, Gran Bretaña y después por las zonas más septentrionales. En este proceso de expansión por el Mediterráneo del nuevo ritual funerario habrían tenido un papel fundamental los prospectores de metales durante el inicio del Calcolítico. Sin embargo, cuando se empieza a datar mediante el método del C14 las construcciones megalíticas de Bretaña, Islas Británicas o la Península Ibérica se observa que son bastante anteriores a las del Mediterráneo. Por lo tanto, el fenómeno Megalítico, fruto de un sustrato indígena, apareció en la fachada Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 14 PREHISTORIA II – PED 1 2013 atlántica y se extendió de oeste a este. Alrededor del 2.500 a.C. se dejaron de construir monumentos megalíticos, cuando la metalurgia empieza a expandirse y a transformar los esquemas sociales e ideológicos. La figura 4, la segunda cronológicamente hablando, representa un asentamiento de la cultura Apenínica (o quizás Polada). Son asentamientos de tipo palafítico, al estar ubicados a las orillas de lagos, en tierras cenagosas. Las viviendas se construyen sobre plataformas de madera sostenidas por postes clavados en la tierra (de ahí el nombre de palafitos), las plantas pueden ser rectangulares, ovales y circulares. Existen también asentamientos de estas culturas en llanuras sobre plataformas de madera superpuestas, pero sin postes, y también hábitat en abrigos. La forma de construcción es bastante fácil. Durante el invierno cortaban árboles para preparar vigas transversales y de apoyo, luego las llevaban a la orilla. En verano clavaban las estacas (de hasta 10 m de alto) en el fondo del lago. Empleaban horquillas como soportes de las empalizadas o de las casas. Para agujerear el trozo que se ponía en el suelo, usaban palos con la punta gruesa o fina, según el diámetro requerido. En el agujero iban introduciendo arena y agua, para facilitar el trabajo. Levantaban una cabaña tras otra. Inventaron unos cimientos especiales que facilitaba el poner los pilotes en el fondo del lago. Utilizaban una base, que consistía en un trozo de tronco partido en dos mitades, con un orificio central en el que introducían la estaca. De este modo, podían hundirla en el fondo del lago solo 1,5 m en lugar de 5 m, ya que estaba asegurada por la base. El palafito constaba de una empalizada que rodeaba las demás construcciones, para defenderse de posibles enemigos y protegerse de las olas altas. Torres de observación y un puerto, además de las cabañas, una por cada familia y de una sola habitación, realizadas con estacas y cañas y en cuyo centro estaba el hogar, hecho de arcilla. El humo salía por una abertura del techo. La construcción del palafito podía llevar varios años. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 15 PREHISTORIA II – PED 1 2013 La figura 4, representa una clara evolución respecto a la figura 1, la sociedad y la economía ha cambiado, y los grupos humanos pasan a ser seminómadas, por lo que los asentamientos comienzan a ser más estables a lo largo del tiempo. Arquitectónicamente se abandonan paulatinamente los grandes sepulcros megalíticos, y nacen estas construcciones de aparejo ciclópeo, pero con un carácter claramente diferenciado. Desgraciadamente los enterramientos de estas culturas son poco conocidos y diferentes según las regiones, por lo que es difícil establecer algún tipo de relación en este tipo de construcciones para enlazar tanto con la figura precedente como con la posterior. Aunque existen algunos enterramientos en cuevas naturales o artificiales y algunas galerías dolménicas (posible enlace con la figura anterior). La figura 2, tercera cronológicamente, es una de las mayores representaciones de la arquitectura funeraria micénica, pero hubo una evolución previa hasta llegar a este tipo de monumentos. Estas tumbas, como las tumbas de cámara, proceden de las anteriores, las llamadas tumbas de fosa del Heládico Medio al Heladico Reciente (del 2000 al 1500 aproximadamente), Micenas presentan signos evidentes de crecimiento. Los hábitos funerarios presentan una clara diferenciación social. Surge una minoría dirigente y marca el arranque de la cultura micénica. Esta fase se conoce como “periodo de las tumbas de fosa” Su mayor evidencia arqueológica está en los círculos A y B de Micenas: Círculo A (1600 – 1500 a.C.): relacionado con el periodo dorado de la realeza micénica, (Agamenón y su Corte) contiene 6 tumbas de fosa excavadas en el fondo de un pozo, normalmente de forma rectangular y dimensiones variadas. Es un doble círculo de 28 m de diámetro. El suelo estaba cubierto de gravilla y las paredes revestidas de mampostería o adobes. Dentro de cada tumba, los cuerpos se depositaban sobre una capa de guijarros y se protegían con cubiertas de madera, soportadas por postes del mismo material, para después rellenar en pozo con tierra hasta la superficie. Círculo B (1650 – 1550 a.C.): 24 tumbas de fosa, más antiguas que las halladas en el Circulo A Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 16 PREHISTORIA II – PED 1 2013 A las tumbas de fosa de la sociedad minoica sucedieron, entre finales del siglo XVI y finales del XIII a.C. dos tipos principales de tumbas monumentales: las tumbas de cámara y las tumbas tholos. Las Tumbas de cámara son estructuras hipogeicas excavadas en la roca formadas por una cámara, precedida de un corredor de acceso o dromos (también excavado en la roca), que desemboca en una entrada o stomion. Según el medio litológico en el que se excava la tumba, tendrá una forma u otra, cuadrangular, elipsoidal o semicircular. La entrada estaba sellada por piedras. Albergaban varios enterramientos, con lo que podrían tratarse de enterramientos familiares. Decoradas con motivos simples (líneas, discos y rosetas). No se sabe bien cuál es su origen, aunque pueden estar relacionadas con las cámaras egipcias del Imperio Medio. Las Tumba de Tholos, ya se ha descrito en la Tarea 1. Si bien podemos comentar que existe un amplio debate sobre los orígenes de este último tipo de tumbas. Unos autores opinan que se trata de la “petrificación” de los túmulos de tradición heládica y, por tanto, se muestran partidarios de considerar estas tumbas monumentales como fruto de una evolución interna. Otros investigadores, como K. Branigan, plantean la existencia de conexiones con las tholos de la llanura de Mesara, cuya construcción se remonta al periodo Minoico Antiguo I. Sin embargo, O. Dickinson hace constar que las escasas posibilidades de que exista una relación entre ambos tipos de tumba, considerando el gran lapso temporal existente entre ambas y las diferencias estructurales (las tumbas de Mesara no fueron abovedadas, ni subterráneas, ni estuvieron cubiertas por un túmulo). M. Cultaro concluye que la tholos micénica es una evolución de los túmulos del Heládico Medio, que se elabora en el Peloponeso meridional (Mesenia y Laconia), desde donde se difundirá durante el Heládico Reciente I-II a la Argólida y el Golfo Sarónico. En cuanto a los famosos palacios micénicos, éstos se erigen en altura sobre crestones rocosos, siendo los mejor conservados Tirinto, Pylos y Gla. Estos presentan características comunes y a su vez diferencias. Se construyen con piedras irregulares, mortero y adobe. Hay ventanas, desagües, puertas dobles, jambas de piedra y columnas de sustentación. Las partes esenciales de todo palacio son: El megarón central: recinto con porche, vestíbulo y sala del trono con un hogar central rodeado por columnas, paredes, suelos y techos decorados. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 17 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Patio principal que conduce al megarón. Otros habitáculos como el megarón de la Reina. Estancias administrativas. Dependencias de servicio. Almacenes. Las viviendas son construcciones de planta rectangular o rectangular con una o varias dependencias e incluso de varios pisos, imitando algunas a los palacios. Están documentadas obras de drenaje (Lago Kopais) y de una red viaria con puentes. La figura 2, representa también una clara evolución respecto a la figura 4. Los grupos humanos se asientan definitivamente y se dedican a la agricultura, ganadería y al comercio. Se comienzan a construir palacios y se vuelven a los enterramientos con grandes construcciones que requieren una gran cantidad de mano de obra. Se construyen edificaciones de piedra, en lugar de madera, y se comienza a construir edificaciones auxiliares (pozos, zonas de almacenaje,…). Es el cambio a una sociedad mucho más compleja y jerarquizada. Respecto a la última figura (figura 3), representa una vivienda típica de la cultura Villanoviana. Estos grupos humanos habitaban en cabañas modestas, de planta rectangular u oval, paredes de barro levantadas entre cuatro postes, una sola estancia y un hogar central. Se les considera el posible origen de los etruscos. Muy similar a la cultura del Lacio, que se cree que esta cultura podría haber sido el origen de Roma. Fijándonos en la figura 3, podemos deducir como eran sus viviendas. Cabaña a dos aguas en forma de óvalo paredes, vigas con sección rectangular dispuestos a intervalos regulares; puerta rectangular puerta, techo acanalado, la viga de cumbrera abriendo hacia los lados y seis pares de vigas en el lado superior. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 18 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Las chozas, con forma ovalada o rectangular, circular, rara vez tenía el puerta de entrada en el lado corto. Las paredes tienen una estructura que consta de una serie de estacas de madera plantadas en el suelo, cubierto de ramas y zarzo, impermeabilizado por una capa de arcilla. El techo, casi siempre con una doble vertiente, consistía en un bastidor de madera cubierto con paja y ramas, con dos aberturas simétricas bajo la viga cumbrera para permitir la salida de humos y ventilación. Como vemos las construcciones se simplifican, volviendo a usar materiales perecederos, sucesores de la cultura Apenínica (figura 4), y que posteriormente se verán influenciadas por el mayor fenómenos de la época como son las primeras grandes migraciones que cambiaran por completo las sociedades indígenas, modificando la historia de Europa para siempre. Los orígenes del Villanoviano se remontan al siglo IX a.C., por lo que se trata de una cultura enraizada en las costumbres del Bronce Final. La caracterización del Villanoviano como cultura de Hierro I responde tan solo a la aparición de objetos de hierro en los ajuares de algunas de las necrópolis de su última etapa, procedentes de intercambios con los griegos de la isla de Ischia. En la cuestión de las construcciones funerarias, pasamos de las tumbas colectivas y grandes tumbas individuales (figura 2) a verdaderas necrópolis autónomas por aldeas. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 19 PREHISTORIA II – PED 1 2013 TAREA 3 Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 20 PREHISTORIA II – PED 1 2013 En las figuras se puede apreciar una clara evolución de la historia de las manifestaciones culturales representadas. Podemos a través de las distintas figuras observar los cambios sociales, económicos, religiosos y culturales de los distintos grupos humanos. El término “fenómeno megalítico” fue acuñado por P.R. Giot y T.G. Powel, y hace referencia a un territorio de sustrato cultural común, Epipaleolítico, en donde ante un estímulo exterior, la nueva economía productora, surge el megalitismo. Los sepulcros colectivos habrían sido una invención de las últimas comunidades epipaleolíticas atlánticas: Tardenoisense en Bretaña, concheros del Tajo en Portugal, Obaniense en Escocia, etc. Así, el megalito se puede considerar un “fósil-guía” de las primeras culturas neolíticas atlánticas, con una importante contribución del sustrato indígena Epipaleolítico. El megalitismo es simplemente una circunstancia común a diferentes grupos culturales de un mismo momento. Estas construcciones, tanto de la región atlántica como de la mediterránea, reflejan nuevos cultos y concepciones religiosas que se relacionan con una incipiente jerarquización de los grupos del Neolítico Final, lo que algunos autores han denominado “sociedades complejas”. Asimismo, el aumento de los enfrentamientos por los recursos básicos y/o estratégicos entre comunidades, hace que estas construcciones pudieran servir para reafirmar la propiedad del territorio frente a otros grupos. En estos enterramientos colectivos (por ejemplo en dólmenes), la existencia de varios individuos dentro de una misma tumba no significa que fueran enterrados todos a la vez o en un corto período de tiempo. Como sucede en muchas culturas, a medida que los individuos fallecen se van introduciendo en un mismo contenedor funerario. Cuando el espacio disponible se agota los esqueletos de muertos anteriores se amontonan para introducir los nuevos cadáveres, es lo que se conoce como “reducción de restos”. En algunas ocasiones cuando el interior se ha preservado de saqueos o profanaciones, el estudio de los huesos ha demostrado la existencia de un cierto orden en este amontonamiento, quizás para no perder el orden original de colocación. Los menhires, sobre todo los alineamientos, se han relacionado con una función ceremonial, como elemento visible de culto, o como lugar para realizar observaciones astronómicas relacionadas con el calendario agrícola. En muchas ocasiones están asociados con dólmenes. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 21 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Lo que queda claro, es que cada grupo megalítico atlántico posee sus particularidades arquitectónicas propias y fechas constructivas diferentes, aunque hubo muy probablemente un cierto grado de comunicación y lazos de unión entre todos ellos. Esto es observable desde el mesolítico, donde existe una cierta uniformidad en la cultura material (recursos marinos-concheros) y en el neolítico (subsistencia a base de ganadería). Genéricamente, se puede hablar de megalitismo y sus características más generales: Papel funerario y religioso de los monumentos megalíticos, como santuarios o lugares sagrados y de culto. Transformación espiritual y cambio de la concepción religiosa (cambios rituales, inhumaciones colectivas y motivos iconográficos). Cambio en la organización social (inversión de trabajo y tiempo necesario para construir). Otorgamiento de un mayor valor social y simbólico a los constructores. Existen varias teorías sobre la génesis y significado del megalitismo: Lord Colin Renfrew: Manifestación de preocupación territorial de pequeños grupos independientes, autosuficientes y de dimensiones similares, que no se subordinan a entidades de mayor control político y económico (sociedades segmentarias), y con una alta presión demográfica. Construcciones que delimitan el espacio ocupado por cada grupo (no sólo funerarias o rituales). El aumento de tamaño de los túmulos tiene la intención de fijar la atención de los individuos vivos (no conlleva necesidad de mayor espacio funerario). El megalito como centro territorial, situándolo en el lugar considerado más importante para el grupo. El megalito como referencia fija del grupo, dada la escasa entidad de su hábitat y la ligereza de sus construcciones (debido a un poblamiento disperso o vida nómada o de ocupaciones de corta duración, con agricultura itinerante y ganadería no estabulada). Ya al final del megalitismo (III milenio a.C.) y durante el Calcolítico, hay un incremento de la sedentarización y un mayor aprovechamiento de tierras poco explotadas (agricultura intensiva). R. Chapman: Expresión externa de ocupación de las mejores tierras, con mayor presión sobre los recursos y exigencias territoriales en los territorios atlánticos. Otras teorías: Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 22 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Aumento demográfico. Paulatina reducción del territorio costero y sin más posibilidad de expansión que hacia tierras del interior, probablemente ya ocupadas. En Andalucía o Cataluña, la presión sería causada por mayor densidad de población de ámbito sedentario y la adopción de sistemas económicos más rentables. El megalito como elemento reorganizador social, permitiría formar grandes equipos de trabajo para realizar determinadas tareas agrícolas cíclicas. Esta organización social crearía linajes estables, reforzando lazos de solidaridad y de parentesco. No elimina su condición de marcador territorial y funerario. Los megalitos se sitúan en zonas que permiten la agricultura con azada (suelos ligeros y bien drenados), por lo que los poblados estarían cerca de ellos. Plasmación de los conflictos de una sociedad que empieza a no ser igualitaria, en la que se precisaría de gran cantidad de trabajo permanente (siembra, recolección, trilla, pastoreo), que puede verse truncado por condiciones externas (sequías, inundaciones, plagas,...). Los megalitos podrían tener su origen en un culto a los antepasados, cuyos descendientes se beneficiaron de su trabajo (primeras tumbas megalíticas portuguesas, con enterramientos individuales, correspondientes a los “fundadores” de estos clanes familiares). Este sería el inicio de una primera diferenciación social. Las tumbas colectivas megalíticas podrían representar el intento del resto de grupos menos afortunados de combatir esta división social. Las tumbas megalíticas individuales sugieren una sociedad jerarquizada, en la que se destaca lo individual frente a lo colectivo, perdiendo su significado el enterramiento grupal. Hay una evolución y cambio de la religión y, por tanto, del carácter ideológico de los megalitos. Respecto a la figura 4, su papel es claro, se trata de un asentamiento palafítico de alguna de las dos vertientes de la cadena montañosa de los Apeninos, al sur del rio Po. En general las regiones del Mediterráneo occidental europeo son un mosaico de culturas con una gran variedad de manifestaciones, dando lugar a toda una serie de modelos de asentamientos, pero también a una serie de cambios económicos y sociales. El rito funerario Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 23 PREHISTORIA II – PED 1 2013 de la inhumación individual se impone progresivamente sobre la anterior inhumación colectiva (figura 1), y como se ha comentado en la tarea anterior, se van abandonando los grandes sepulcros megalíticos, para nacer estas construcciones de aparejo ciclópeo. El uso del cobre se generaliza y los tipos se útiles, armas y adornos se multiplican con metalurgia local en muchas zonas, y el comienzo del uso, en otras, del bronce, o aleación de cobre y estaño. El comercio y las rutas comerciales se multiplican con intercambios de materias primas y objetos manufacturados. La cultura Apenínica es una sociedad pastoril, seminómada. Su economía está basada en la agricultura y ganadería trashumante. La cerámica se decora con aplicaciones plásticas y también con incisiones de motivos geométricos, rellenas de pasta y las formas más usuales son vasos carenados, jarras bicónicas y ollas, en ocasiones con asas altas o de “apéndice de botón”. El metal en esta cultura es muy escaso, aunque hay algunos puñales, cuchillos, brazaletes, anillos, así como espadas de lengüeta y hachas de apéndices laterales, casi siempre importadas. Hay útiles en hueso y asta, y un dato muy importante es que hay una conexión y contacto claro con el Egeo, testimoniado por la presencia de algunos materiales micénicos (figura 2). Esta cultura se considera que fue reemplazada en el siglo XII a.C., por la llamada cultura proto-Villanova, ligada a la Cultura de los Campos de Urnas (lo que nos enlaza con la figura 3). La figura 2, como ya se ha comentado con anterioridad representa el periodo micénico, ya en el Bronce Reciente. Hubo un cambio organizativo al final del Heládico medio en la Grecia continental hacia lo que será la sociedad micénica centralizada. Como hipótesis para este nuevo escenario se barajan o una invasión extranjera (cretense) o una evolución autóctona con diversos factores como el crecimiento demográfico por causas de desarrollo agrícola, el importante control de las vías de comunicación y rutas comerciales. Se produce un desplazamiento de los centros de poder desde Creta a Micenas. Entre los siglos XIV a XIII a.C. existirán varios reinos independientes con una capital administrativa y centro económico y religioso en cada uno. Aparecen las ciudades-palacio con un núcleo fortificado que alberga el palacio y fuera de las murallas la demás viviendas y edificios. Estas Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 24 PREHISTORIA II – PED 1 2013 ciudades se adaptan a la orografía del terreno. En sus fases más tardías incorporan sistemas de almacenamiento de agua. Destacan Argos, Micenas y Tirinto. La economía se basa en el cultivo de cereales, vino, aceite y leguminosas, la ganadería, la producción de textiles, objetos metálicos, cerámica, joyas e incluso perfumes destinados a un activo comercio con Chipre, Macedonia, el Mediterráneo Central , Italia e incluso la Península Ibérica. La cerámica aparece en cuencos profundos, copas, tinajas, calderos, barreños, trípodes, crateras, jarros y alabastrones. En general es pintada con dobles hachas, flores, conchas o espirales (estilo esquemático) y a veces lisa; estilo pictórico con figuras humanas, animales y escenas; estilos locales con toda la superficie llena de motivos decorativos. Hay figuritas de terracota humas y de animales. En metal hay lanzas, corazas, escudos, cascos, espadas y puntas de lanza. La orfebrería incorpora técnicas como el granulado y el repujado con vasos, joyas, anillos de oro y alfileres de plata. Aparecen sellos almendrados o lenticulares tallados en ágata, plaquitas de marfil para adornos de muebles y objetos de madera. A finales de siglo XIII a.C. se produce una brutal destrucción del sistema palacial micénico con incendios y abandonos barajándose las siguientes hipótesis: Invasionistas. Llegada de los “pueblos del mar”. Catastrofistas. Cambios climáticos, terremotos o enfermedades. Desequilibrios y conflictos internos. En la actualidad se sostiene que lo más acertado es una suma de todos o parte de ellos. El fin de la civilización micénica se produce un siglo después, siendo un proceso gradual con un creciente regionalismo, empobrecimiento de la cultura material y un cambio en las costumbres funerarias que pasan a ser en cista y más tarde por incineración. Durante el periodo micénico se empleó la inhumación. La cremación fue muy rara hasta el Minoico Reciente III C, y puede que fuera una moda importada de Anatolia. El cadáver se depositaba directamente sobre el suelo de la cámara, en posición estirada y a Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 25 PREHISTORIA II – PED 1 2013 veces con un soporte bajo la cabeza. Iba ataviado con sus joyas y adornos. En algunas necrópolis el cuerpo se introducía en sarcófagos de terracota (larnakes), a veces pintados. Otras veces había plataformas para depositar el cadáver y hasta ataúdes de madera. Alrededor del difunto se depositaban ofendas, vasos con comida y bebida, armas, herramientas y figuritas. A veces se sacrificaban animales (perros, o más raramente caballos). Tras esta ceremonia, se cerraba el acceso a la cámara construyendo un muro, y tras romper algunos vasos en una ceremonia de libación, se llenaba el dromos con tierra. Para practicar un nuevo enterramiento, se limpiaba el dromos y se derruía parcialmente el muro que sellaba la entrada. Si no había sitio suficiente, se movían los restos hacia un lado. Los vivos realizaban visitas periódicas a la cámara funeraria. Se cree que los tholoi pertenecieron a los grupos gentilicios y clientelares que se habían establecido en un territorio, una aristocracia en cuyas manos residía el poder palatino. A partir del HR IIIB las tumbas de cámara se van trasformando progresivamente y se hacen similares a los tholos. Adoptan el perfil pseudoabovedado y realizan fachadas más monumentales que imitan el aspecto de las tholoi (pero con técnicas más pobres). Socialmente hablando, existe una cara evolución de la figura 4 a la figura 2, la sociedad como hemos visto se vuelve bastante más compleja, lo que se refleja tanto en los ritos religiosos como los funerarios. Los conflictos por el territorio y las guerras comienzan a ser habituales y cada vez se construyen obras más complicadas y con una tecnología más avanzada. Los asentamientos comienzan a tener gran cantidad de habitantes, y se comienzan a crear familias dentro de la sociedad más importantes que otras. Es la semilla de la futura sociedad griega clásica, que tendrá una gran influencia para toda Europa. Por último, en la figura 3, ya no encontramos una sociedad muy distinta a las anteriores. La Primera Edad del Hierro en el Mediterráneo central y occidental está relacionada con la llegada de colonizadores griegos y fenicios, lo que provocó grandes cambios en las poblaciones indígenas. La colonización originó una oleada de mestizaje cultural de múltiples dimensiones, así como una interacción cultural que implicó los destinos de las comunidades nativas. Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 26 PREHISTORIA II – PED 1 2013 En el siglo VIII a.C. el mundo indígena aún vivía según las costumbres y modos de vida del Bronce Final que los colonizadores transformaron profundamente. Los colonos contaban ya con un modelo de organización política estatal, con un sistema económico, de estado y social bastante avanzado que contrastaba con el sistema de trueque y la estructura sociopolítica de los indígenas. Acerca del papel de los colonos sobre los indígenas, su influencia y consecuencias se ha generado mucha polémica entre los historiadores, dividiéndose finalmente en dos tendencias: La orientalista: Que defiende la colonización como causa determinante de los cambios y evoluciones de los nativos de IX a VII a.C. Los primeros contactos habrían tenido lugar con ocasión de pequeñas operaciones mercantiles ajenas a la instalación de colonias. Eran trueques de pequeño volumen para la adquisición de materias primas. El comercio que resultaba se conoce como precolonial, con travesías de corta duración. Era un tipo de comercio que no necesitaba de instalaciones coloniales. La hipótesis que propone la presencia remota de los orientales en las aguas occidentales se denomina “hipótesis precolonial”. La autoctonista: Que ve en este hecho en segundo plano y da a los nativos todo el protagonismo sobre su evolución. En todo caso, la influencia greco-oriental sobre el mundo indígena de occidente resultó determinante a partir del siglo VIII a.C., momento de implantación de las primeras colonias en las costas mediterráneas. Su repercusión superó con creces el impacto precolonial, y le sustituyó un marco estable de relaciones económicas que influyó en todos los ámbitos (social, territorial, político…). En cuanto a la cultura Villanoviana propiamente dicha, el modelo de poblamiento respondía a un patrón fragmentario, con núcleos de población muy dispersos por el territorio que constituían aldeas autónomas bastante próximas entre sí. Los modos de vida Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 27 PREHISTORIA II – PED 1 2013 son poco conocidos. La mejor información la obtenemos de nuevo de sus necrópolis, que se caracterizan por el rito de la incineración, que continuaba los rituales de la Cultura de los Campos de Urnas del Bronce Final, como ya comentamos. El ajuar era distinto según el sexo del difunto, los hombres armas y las mujeres objetos de adorno y vestido. También se han descubierto cerámicas con variedad de formas como copas de pie alto, vasos dobles, askoi, cuyo origen oriental denota la existencia de contactos comerciales con los griegos. Hacia la mitad del siglo VIII a.C. se dio paso a lo que se ha llamado Villanoviano evolucionado, que coincidió en el tiempo con la ocupación de Ischia. La cultura Villanoviana sufrió un proceso de cambio a causa de esta colonización de origen griego. Las aldeas se reúnen en torno a un núcleo principal, los ajuares funerarios se enriquecen y se atestigua la llegada de productos importados tanto en tumbas como en poblados. Estos hechos revelan los primeros cambios de la sociedad hacia el orientalizante: la amortización de bienes de lujo en las sepulturas como signo de distinción social, con una personalidad basada en las cualidades de la guerra; la participación de las mujeres en el sistema socio político y la incipiente complejidad de una sociedad cada vez más abierta a los influjos coloniales. Como resumen y conclusión es que a través de las figuras se puede observar tanto la evolución arquitectónica como social y económica de las distintas sociedades, y como estos grupos humanos se van jerarquizando cada vez más, y yendo a formas de vida cada vez más complejas, que se reflejan en todos los aspectos de la vida cotidiana (civil, religioso, funerario,…). Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 28 PREHISTORIA II – PED 1 2013 BIBLIOGRAFÍA Axel Cotón Gutiérrez – Centro Asociado de Mérida Página 29 PREHISTORIA II – PED 1 2013 Libros: - Bianchi Bandinelli, R. y Torelli M.; El arte de la antigüedad clásica. Etruria-Roma. Editorial Akal, 2000. Madrid. - Fernández Vega, A.; Ripoll López, S.; Hernando Grande, A.; Muñoz Ibañez, F.J.; Quesada López, J.M.; Maíllo Fernández, J.M.; Jordá Pardo, J.F. (Ed. 2010): La Prehistoria y su Metodología. . Ed. Universitaria Ramón Areces, Madrid. - Fernández Vega, A.; Ripoll López, S.; Hernando Grande, A.; Muñoz Ibañez, F.J.; Quesada López, J.M.; Maíllo Fernández, J.M.; Jordá Pardo, J.F. (Ed. 2011): Prehistoria II. Las sociedades metalúrgicas. . Ed. Universitaria Ramón Areces, Madrid. - Muñoz Amilibia, A.M.; Cabrera Valdés, V.; Fernández Vega, A.; Ripoll López, S.; Hernando Grande, A.; Menéndez Fernández, M.; Ripoll Perelló, E. (Ed. 2006): Prehistoria. Tomo 2. Ed. UNED, Madrid. - R.A.E. 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