Santa Teresa de Los Andes en Paula Hualañé.

Es indudable que es un gran modelo a seguir, su santidad no se
cuestiona, Teresa de Los Andes viene cumpliendo la misión que ya
le fuera reconocida poco después de su muerte: despertar hambre
y sed de Dios en nuestro mundo materializado.
Fue declarada Patrona de la Jornada Mundial de Jóvenes en Brasil
“JMJ Rio 2013” porque se ha dejado conducir por el Espíritu Santo
y se ha constituido en ejemplo a seguir por los hombres y mujeres
del mundo especialmente los jóvenes.
El Santuario de Paula quiere ser el lugar donde todos puedan
llegar. Poco a poco se irá convirtiendo en un espacio de encuentro
diocesano de peregrinos donde exista un lugar de acogida, de
recorrer paisajes donde el evangelio sea el centro de la visita, de
espacios de oración personal y de comunidades, para ello se está
formando un equipo de gestión. Por ahora se está celebrando la
Eucaristía todos los domingos con la colaboración de sacerdotes
que vienen de diversos lugares de nuestra diócesis a las 16.00
horas; invitación que se hace extensiva a todos los peregrinos de
la Diócesis y cada año llegan los jóvenes de la Vicaria Pastoral
Juvenil Diocesana el primer sábado de noviembre para dar
testimonio de su seguimiento de Jesucristo del cual son
discípulos-misioneros.
Santa Teresa de Los Andes en Paula
Hualañé.
Santuario Santa Teresa de Los Andes de Paula
Santa Teresa de Los Andes
Cuenta la historia de boca de los habitantes del sector de Paula,
cerca de Hualañé, que Juana Fernández, también conocida como
Santa Teresa de Los Andes habría pasado algunos veranos de su
juventud en el lugar, descansando, orando y haciendo catequesis a
los niños locales, en su mayoría hijos de los habitantes del fundo
que dio nombre al lugar.
Juanita Fernández nació el 13 de julio de 1900 y fue bautizada dos
días después como Juana Enriqueta de los Sagrados Corazones.
La Capilla de San Francisco de Paula, fue levantada a fines del
1800, por el dueño de la entonces hacienda San Francisco de
Paula, don Florencio Valdés Cuevas. Por largos años fue un sitio
muy importante para los católicos de la zona. Hualañé y todos sus
alrededores veían en este templo un lugar de privilegio para el
encuentro con Dios. Muchas fiestas religiosas y los sacramentos
tenían lugar en esta Capilla. La Parroquia de Hualañé data de
1939, por lo que todas las actividades religiosas anterior a esa
fecha se realizaron en el actual Santuario.
Lo que era una capilla abandonada, ha sido reparada y se ha
convertido en el Santuario dedicado a la primera santa chilena.
Ante esta afirmación, algunos se preguntarán ¿Qué es un
santuario? ¿Porqué no se llama iglesia o capilla? ¿Cuál es la
diferencia? Una iglesia se convierte en santuario cuando es
visitada constantemente por peregrinos cuya devoción se basa -la
mayoría de las veces- en la piedad popular.
El Santuario de Paula, dedicado a Teresa de Los Andes, se ha ido
constituyendo en un centro de expresión de fe de muchos
hermanos de toda la Diócesis, que acuden “con sus gozos y
esperanzas, con sus tristezas y angustias”(Gaudium et Spes 1)
para agradecer la intercesión de la Santa en muchos aspectos de la
vida. Son jóvenes, adultos y ancianos los que se acercan para
descubrir en ella la gracia del Señor Jesús que se nos comunica a
través de su vida sencilla y joven.
Creció junto a sus padres y a los quince años hizo voto de
castidad. Manifestó a su hermana su vocación de Carmelita.
Escribió en su diario: “Señor, condúceme por el camino de la
Cruz”.
A los 16 años comienza a leer a Santa Teresa de Jesús y después a
Sor Isabel de la Trinidad. Quiere vivir adorando a Cristo como los
ángeles. A sus 17 años se siente agotada y enferma pero no se deja
abatir, escribe a sus padres y les manifiesta su deseo de ser
Carmelita. Pide fuerzas a Dios para superar las dificultades y dos
años más tarde, el 7 de Mayo de 1919 ingresa al monasterio de
Los Andes.
Sus cartas irradian felicidad. Su oración es de íntima unión con
Dios. Se ofrece para realizar los trabajos más modestos. El 14 de
octubre de 1919 toma el hábito de Carmelita Descalza y comienza
el noviciado. El Viernes Santo de 1920 pasa todo el día en el coro y
sufre terribles dolores, pide confesarse y comulgar. Cuando llega
su madre, se le administra la Santa Unción. El 12 de Abril de 1920
fallece y es sepultada en el Monasterio de Los Andes. El 3 de Abril
de 1987 Juan Pablo II la beatifica en el Parque O”Higgins de
Santiago. Su canonización fue el 21 de Marzo de 1993 en Roma.
Como Carmelita se llamó Teresa de Jesús, y vivió menos de un año
en el convento. Las religiosas aseguraban que había entrado ya
santa. De modo que, en tan corto tiempo, pudo consumar la
carrera a la santidad que había iniciado muy en serio mucho antes
de su primera comunión. "Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto
loca", decía. Y su ilusión y su constante empeño fue asemejarse a
El, configurarse con Cristo.