LITERATURAS DE VANGUARDIA 1 Movimientos literarios renovadores que se desarrollaron en la primera mitad del siglo XX. Las Literaturas de Vanguardia surgen como una manifestación del rompimiento de cánones culturales establecidos con anterioridad. Florecieron después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y fueron sucediéndose hasta el desencadenamiento del segundo conflicto bélico en 1939. Se desarrolla a partir de 1910 (Futurismo) y tiene su mayor auge en la década de los años veinte, aunque algunas de sus manifestaciones continúan en la década de los treinta y aún después de la Segunda Guerra Mundial. En cuanto al ámbito geográfico, se trata de una corriente internacionalista, que si en algunos casos se circunscribe a un espacio más reducido, en otros se extiende a una amplia comunidad lingüística (el Ultraísmo se produce en España y en otros países de habla hispana como Argentina, Uruguay, Chile, México, etc.), y en otros se desarrolla en países culturalmente tan dispares como Italia y Rusia. Finalmente, en el caso del Surrealismo, se trata de un fenómeno que se implanta en múltiples países de España y América. RASGOS COMUNES Un rasgo común a los vanguardismos es la citada interrelación de artes plásticas, música, cine y creación literaria. Un ejemplo de esta interacción lo ofrece el Surrealismo, cuya producción abarca la lírica y la narrativa, la pintura, el cine, etc. Otro ejemplo significativo lo ofrece el Cubismo: los pintores Picasso, Braque, J. Gris, Metzinger conviven con poetas como Apollinaire, Cocteau, Salmon, Max Jacob y Reverdy, lo que explica el influjo de éstos sobre la estética cubista y las analogías entre ciertos poemas y ciertos cuadros de la mencionada estética Su denominador común es el carácter combativo y de ruptura con la tradición estética anterior (Realismo naturalista, Simbolismo, etc.) y el espíritu pionero en la búsqueda de nuevas formas de expresión artística y literaria así como el deseo de liberación (y de rebeldía iconoclasta: Futurismo, Dadaísmo, Surrealismo) de las trabas morales, políticas y religiosas que impiden la emancipación y desarrollo integral del hombre. RASGOS LITERARIOS Búsqueda de un arte autónomo y cerrado en sí mismo por el que se crea un mundo de ficción poblado de ultraobjetos (Ulltraísmo y Creacionismo). Eliminación de la anécdota y la narración, de lo didáctico, confesional y sentimental. Ruptura de las relaciones de causalidad y del concepto tradicional de espacio y tiempo, con lo que surgen en estos poemas mundos fantásticos y caóticos con imágenes fragmentarias, sorprendentes, contradictorias y absurdas. El instrumento creador de estos mundos autónomos es la fantasía a través de la palabra, a la que se concede un valor mágico y demiúrgico que transforma los objetos en ideas y esencias (poesía pura) y que evoca contenidos misteriosos a través de la sugestión fónica del lenguaje poético. Culto a la imagen creada y a la metáfora insólita. Actitud lúdica, agudeza y humor, concepción de un arte intrascendente. Admiración por la técnica, el progreso y los descubrimientos científicos (Futurismo), cosmopolitismo y fraternidad universal. Por lo que respecta al Vanguardismo español e hispanoamericano, los movimientos europeos que mayor incidencia han podido tener en él son el Surrealismo (cuya creación en España ha sido de una gran calidad y originalidad), el Expresionismo y, en menor mecida, el Futurismo y el Dadaísmo. Una característica de la literatura española en este período de los años veinte es, precisamente, su apertura al mundo exterior a través de la vanguardia europea. Se ha apuntado que por primera vez desde el siglo XVIII España participa con voz propia en las corrientes intelectuales europeas a partir del Ultraísmo, <<movimiento en el que se juntaron el Dadaísmo, Futurismo y Cubismo literario o Creacionismo>>. El poeta debe dejar ya de cantar a la naturaleza; lo que tiene que hacer es imitar a la naturaleza, eliminar todo lo descriptivo o anecdótico. El Creacionismo Literario En 1918 el poete chileno Vicente Huidobro llega a España tras su estancia en París. A partir de su actividad y capacidad de influencia sobre un pequeño grupo de artistas partícipes de tertulias vanguardistas el movimiento se va a conectar con los aires europeos que circulaban por París. La influencia de Huidobro junto a la actividad de Ramón Gómez de la Serna marcarán el nacimiento de las jóvenes generaciones poéticas que pretenden romper con el arte anterior a la Guerra del 14. Ello no supone, ni mucho menos, despreciar el papel renovador de otras figuras como Juan Ramón Jiménez o José Ortega y Gasset. 1 http://raulygustavo.tripod.com/ De Huidobro surge el Creacionismo. A través de ese término se quiere dejar patente que la obra literaria es totalmente autónoma del mundo. El poeta debe dejar ya de cantar a la naturaleza; lo que tiene que hacer es imitar a la naturaleza, eliminar todo lo descriptivo o anecdótico. Hay que "hacer un poema como la naturaleza hace un árbol". Junto a Huidobro hay que destacar a Juan Larrea y Gerardo Diego como fundadores del Creacionismo. El Creacionismo es una de las vanguardias más interesantes aparecidas en Latinoamérica, aunque lo cierto es que, exportada por el propio Huidobro, tuvo grandes representantes en España, como Gerardo Diego y Juan Larrea. Además, en este caso, venía a simultanearse la existencia de una estética y una poética formuladas desde el plano teórico con las altísimas cotas literarias logradas en el plano de la escritura poética. Quizá el lugar donde Vicente Huidobro recopile de una manera más detallada y sistemática todos los principios de este movimiento sea en su manifiesto "El Creacionismo", aparecido por vez primera en francés en su libro Manifestes (1925). Allí, en primer lugar, justifica la existencia del Creacionismo antes de su llegada a París: "El creacionismo no es una escuela que yo haya querido imponer a alguien; el creacionismo es una teoría estética general que empecé a elaborar hacia 1912, y cuyos tanteos y primeros pasos los hallaréis en mis libros y artículos escritos mucho antes de mi primer viaje a París". Pero, después de esa justificación, no tarda en presentar su receta particular de lo que ha de ser un poema creacionista: "El poema creacionista se compone de imágenes creadas, de conceptos creados; no escatima ningún elemento de la poesía tradicional, salvo que en él dichos elementos son íntegramente inventados, sin preocuparse en absoluto de la realidad ni de la veracidad anteriores al acto de realización". Sin embargo, lo que más interesa de la formulación teórica de Huidobro es su propuesta de poesía universal, y, por tanto, traducible, lo que nos permite comparar esta concepción poética con la defendida por Ezra Pound, quien, al igual que Huidobro, aunaba la aportación teórica con la producción poética: "Si para los poetas creacionistas lo que importa es presentar un hecho nuevo, la poesía creacionista se hace traducible y universal, pues los hechos nuevos permanecen idénticos en todas las lenguas". De todas maneras, es al final de este manifiesto donde Huidobro se ratifica en su idea del poeta como creador "equiparable, por tanto, a Dios-, de ahí que tome las palabras que ya había publicado en Horizon Carré: "Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol". Ejemplos ¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa Con la espada en la mano? ¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios? ¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser? Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir ¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor? Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor Estás perdido Altazor Solo en medio del universo Solo como una nota que florece en las alturas del vacío No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza ¿En dónde estás Altazor? La nebulosa de la angustia pasa como un río Y me arrastra según la ley de las atracciones La nebulosa en olores solidificada huye su propia soledad Siento un telescopio que me apunta como un revólver La cola de un cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad Buscando infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible Altazor morirás Se secará tú voz y serás invisible La Tierra seguirá girando sobre su órbita precisa Temerosa de un traspiés como el equilibrista sobre el alambre que ata las miradas del pavor En vano buscas ojo enloquecido No hay puerta de salida y el viento desplaza los planetas Piensas que no importa caer eternamente si se logra escapar ¿No ves que vas cayendo ya? Limpia tu cabeza de prejuicio y moral Y si queriendo alzarte nada has alcanzado Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra Sin miedo al enigma de ti mismo Acaso encuentres una luz sin noche Perdida en las grietas de los precipicios Cae Cae eternamente Cae al fondo del infinito Cae al fondo del tiempo Cae al fondo de ti mismo Cae lo más bajo que se pueda caer Cae sin vértigo A través de todos los espacios y todas las edades A través de todas las almas de todos los anhelos y todos los naufragios Cae y quema al pasar los astros y los mares Quema los ojos que te miran y los corazones que te aguardan Quema el viento con tu voz El viento que se enreda en tu voz Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos Cae en infancia Cae en vejez Cae en lágrimas Cae en risas Cae en música sobre el universo Cae de tu cabeza a tus pies Cae de tus pies a tu cabeza Cae del mar a la fuente Cae al último abismo de silencio Como el barco que se hunde apagando sus luces (Excerpto de Altazor, Vicente Huidobro) Cubismo Corriente vanguardista que en pintura se caracteriza por la representación de objetos en forma geométrica; experimenta juegos de palabra llamados caligramas; en la literatura lo inicia el poeta Guillermo Apollinaire en Francia en el año de 1910. Dadaísmo Corriente vanguardista que tendía a suprimir cualquier relación entre el pensamiento y la expresión (ruptura con las convenciones literarias); surge en Zurich en 1916. Su iniciador fue Tristán Tzara. El dadaísmo, más que constituir un movimiento artístico concreto, trata de reflejar una disposición particular del espíritu, representa una negación intelectual violenta, un acto extremo de antidogmatismo, por lo que se vale de cualquier medio para llevar adelante su batalla. Más que la obra, es el gesto lo que interesa a los dadaístas, gesto que va más allá de los puros canales de expresión artística para manifestarse en la política, en las costumbres, en la misma sociedad, siempre que este gesto sea entendido como provocación contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa u ortodoxia. De aquí que el escándalo fuera el instrumento preferido para hacer públicas sus acciones. El dadaísmo va más allá del puro significado o la simple noción de un movimiento artístico para llegar a proponer una forma de vivir. En el fondo, lo que desea su áspera polémica contra el arte y la literatura, entendidos como valores eternos del espíritu, es transformar todo lo que llamamos poesía en acción. También los dadaístas, mejor que nadie, tratan de unir estrechamente dos conceptos que andaban separados, arte y vida, y soldar cualquier ruptura que pueda diferenciarlos. El dadaísmo de Zurich trató de llevar la protesta hasta las últimas consecuencias, hasta la negación absoluta de la razón, lo que le hizo Schwitters, Merz. Pintura con arco iris renegar del arte en todas sus formas. Muchos de sus representantes se (1939). Óleo, madera y madera dedicaron posteriormente a la política, se aliaron a la revolución rusa o se contrachapada. alistaron en la acción revolucionaria alemana, siguiendo la Liga de Espartaco. La primera Guerra Mundial, que tanto había excitado a los futuristas, provocó una reacción bastante opuesta en otro grupo de escritores y artistas que eligieron el nombre Dadá, palabra que en lenguaje infantil quiere decir caballito de cartón, pero al ser lenguaje infantil podía significar cualquier cosa. Estos escritores y artistas creían que una sociedad capaz de producir algo tan horripilante como la Primera Guerra Mundial era una sociedad malvada, cuya filosofía y cultura deberían destruirse totalmente, ya que estaba social y moralmente en bancarrota. Sin duda, Dadá consiguió provocar el escándalo, pero en el aspecto positivo, y como muchos de los demás movimientos, hizo que la gente mirara las imágenes de una manera distinta. Las pinturas y los objetos Dadá obligaban al observador a poner en tela de juicio las realidades aceptadas y a reconocer el papel del azar y de la imaginación. Después de la guerra se celebraron en París varias exposiciones y los artistas Dadá entraron en contacto con André Breton, que se había convertido en el portavoz de otro movimiento, el surrealismo. Finalmente, hacia 1922, muchos de los artistas Dadá se habían comprometido con el surrealismo. Ejemplo La noche invita a conjugarse En un rincón íntimo y pequeño Un poema que retarda su final Como el aleteo de lo ausente Te tomé la mano para contenerte Porque desbordabas de emoción Claudiqué ante tu mirada Y estoy... como una vela que va a Ser encendida BRENDA MEZZINI Expresionismo Una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva. El movimiento expresionista apareció en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX como reacción frente a los modelos que habían prevalecido en Europa desde el renacimiento. Sus iniciadores fueron Bertold Brecht y Franz Kafka. El expresionismo es más serio que el surrealismo y dadaísmo, y refleja toda una serie de preocupaciones profundas: la magia, los sueños, la religión y la filosofía orientales, el anhelo de hermandad universal... En la poesía del expresionismo se encuentra: hondura, variedad renovadora de temas, aspiraciones cósmicas, audacias del lenguaje y de la métrica. Bertold Brecht Franz Kafka Kafka, Franz (1883-1924), escritor judío checo, cuya desasosegadora y simbólica narrativa, escrita en alemán, anticipó la opresión y la angustia del siglo XX. Está considerado como una de las figuras más significativas de la literatura moderna; de hecho, el término 'kafkiano' se aplica a situaciones sociales angustiosas o grotescas, o a su tratamiento en la literatura. Ejemplos Al joven Elis Elis, cuando el mirlo llama en el bosque negro, Ése es tu ocaso. Tus labios beben la frescura de la fuente azul En el peñasco. Deja, cuando sangra tu frente suavemente Antiquísimas leyendas Y la interpretación oscura del vuelo de las aves. Pero tú marchas con pasos tenues hacia la noche, Que pende plena de racimos de púrpura, Y es más bello el movimiento de tus brazos en el azul. Una zarza resuena Donde están tus ojos lunares. ¡Oh, cuánto hace, Elis, que estás muerto! Tu cuerpo es un jacinto, En el que hunde un monje los dedos de cera. Una negra gruta es nuestro silencio, De ella sale un dulce animal a veces, Y baja lentamente los pesados párpados. Sobre tus sienes gotea negro rocío, El oro último de caducas estrellas. Georg Trakl Decadencia Al atardecer, tañen campanas a la paz, Cuando sigo milagrosos vuelos de las aves Que, como procesión piadosa, en largo haz, Se pierden en claras, otoñales vastedades. Vagando por el jardín crepuscular Mi sueño va hacia sus más claros destinos Y la manecilla siento apenas avanzar. Así sigo, sobre nubes, sus caminos. De decadencia el hálito allí me hace temblar. El mirlo se queja en las ramas deshojadas. Vacila roja vid en rejas herrumbradas, Mientras, cual de pálidos niños corro mortal Entorno a un brocal que gasta el tiempo, sombrío, El viento inclina amelos azules en el frío. Georg Trakl Edvard Munch. El asesino en la vía (1919). Futurismo El Futurismo Literario El futurismo tiene un perfil más literario y es más cosmopolita que el Cubismo, pero no se podría explicar, es cierto, sin el precedente de éste, del cual es como una extensión literaria, y tampoco, por supuesto, sin las vanguardias que le preceden en la bulliciosa escena europea de comienzos del siglo. A la audacia y severidad formal del Cubismo, el Futurismo añade una preocupación proselitista por lo innovatorio, por los grandes temas del momento, como el movimiento y la velocidad y, más aún, la presencia de la máquina, como divinidad del vértigo multitudinario que caracteriza a la vida moderna. Un auto de carrera es más hermoso que la Victoria de Samotracia Esta frase dicha por Marinetti en uno de sus manifiestos fue muy celebrada en su momento. Pronunciada hoy parecería mera ocurrencia. Pero es así y el Futurismo tiene verdadero éxito cuando exalta los valores más optimistas de una época en donde la máquina se erige pronto como símbolo y representación del progreso humano. Su estética pretende pasar por altavoz de las novedades e invenciones tecnológicas incorporadas a la civilización y convertirlas en materia del discurso innovador de poetas y pintores. La poesía topología de Marinetti nunca nos llevará a pensar que nutrimos con ella la posibilidad de estar en cada sitio donde lo indican las palabras. Marinetti mismo no escapa a su propia contradicción: el haber sido un gran teórico con un raquítico poder creativo. De allí que deba su celebridad al papel de te6rico, sobre todo por los sorprendentes manifiestos del Futurismo. Sus llamados a la revuelta creativa, de signo subversivo o formal, en cuanto a dar primacía a los móviles y objetos de la civilización industrial, su petición de un nuevo orden gramatical capaz de reflejar las transformaciones de la nueva conciencia, llegan a confundirse con la exaltación del populismo predicado por el fascismo de Mussolini, del cual finalmente el Futurismo termina haciéndose su cómplice o por lo menos su adherente, con Marinetti a la cabeza. Pese a ello, en vista de que nuestra época tiende a dar más importancia a lo que se dice sobre el arte que a sus obras mismas, al Futurismo se le ve históricamente como una etapa vanguardista de la que no es fácil hacer omisión; como uno de los momentos fundamentales en la escalada conocida como la revolución del arte contemporáneo, y en la cual, según se dice, aún vivimos. Tres son los enunciados principales en los que, de acuerdo con Marinetti, descansa la concepción poética del Futurismo: Las palabras en libertad; la invención de palabras y el dinamismo plástico. Por las palabras en libertad la poesía va al encuentro de las nuevas realidades, configurando, por vía imaginativa, una antitradición fundada en la expresión de la vida contemporánea y su máximo símbolo, la máquina; por la invención de palabras, la creación se constituye en realidad autónoma. El dinamismo plástico indica que en la poesía las palabras ocupan el lugar de lo que nombran, como si Fueran cosas, de manera que el significado pasa antes por la organización plástica de las palabras. Y no es que se subordina a ésta, sino que es concomitante al nuevo sentido aporta- do por esa organización. El lenguaje se objetiva como si fuera un medio plástico; he allí un elemento común a todos los movimientos poéticos que tienen su primer ancestro en el Futurismo, desde los experimentos de los poetas del constructivismo ruso, hasta el concretismo brasileño de los hermanos De Campos, pasando por el letrismo de los años 50 y por el intertextualismo de los experimentalistas de nuevo cuño. En un ámbito radicalmente distinto se sitúan los poetas de visión futurista que exaltan el movimiento y los dones de la vida contemporánea empleando formas gramaticales tradicionales; son los casos de Guillaume Apollinaire (1880-l938) y Vladimir Maiacovsky (1893-l 930) en cuyas obras se han visto manifiestos vanguardistas, especialmente en los Caligramas de Apollinaire, suerte de poesía figurativo-visual en donde la forma del objeto está representada por la disposición de las palabras en la página. Ambos miran hacia los tiempos nuevos, con la urgencia de no dejar nada de lo que estaba ocurriendo alrededor de ellos fuera del poema; Maikacovsky hace de la Revolución Bolchevique pretexto para un largo canto a sí mismo en donde el encabalgamiento de las frases cortas se corresponde con el movimiento que imprime a sus largas enumeraciones. Apollinaire, por su parte, ironiza, como si se tratara de antiguallas, los monumentos artísticos de París y coloca en su lugar atrevidas imágenes. Ejemplo ABRAZARTE Cuando me dijeron que te habías marchado Adonde no se vuelve Lo primero que lamenté fue no haberte abrazado más veces Muchas más Muchas más veces muchas más La muerte te llevó y me dejó Tan solo Tan solo Tan muerto yo también Es curioso, Cuando se pierde alguien del círculo de poder Que nos-ata-a-la vida, Ese redondel donde sólo caben cuatro, Ese redondel, Nos atacan reproches (vanos) Alegrías Del teatro Que es guarida Para hermanos Y una pena pena que no cabe dentro De uno Y una pena pena que nos ahoga Es curioso, Cuando tu vida se transforma en antes y después de, Por fuera pareces el mismo Por dentro te partes en dos Y una de ellas Y una de ellas Se esconde dormida en tu pecho En tu pecho Como lecho Y es para siempre jamás No va más En la vida Querida La vida Qué tristeza no poder Envejecer Contigo. Surrealismo Manifiesta desesperanza y da libre curso a la expresión de la imaginación y los sueños. Nace en Francia en 1924 -- lo inició el poeta francés André Bretón. más ordenada El Surrealismo Literario Breton publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se convirtió, acto seguido en el líder del grupo. El surrealismo surgió del movimiento llamado dadá, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha y seria. En la década de los cuarenta, coincidiendo con el exilio en México de artistas españoles influidos por el surrealismo, así como la visita de Bretón, que recorrió el país acompañado de Diego Rivera y el político soviético Liev Trotski, el movimiento se extendió de forma relativa y limitada, entre círculos intelectuales mexicanos. Escritor Iniciador André Bretón Ejemplo Fragmento sacado de "La Révolution Surréaliste". El mundo físico todavía está allí. Es el parapeto del yo el que mira y sobre el cual ha quedado un pez color ocre rojizo, un pez hecho de aire seco, de una coagulación de agua que refluye. Pero algo sucedió de golpe. Nació una aborrecencia quebradiza, con reflejos de frentes, gastados, y algo como un ombligo perfecto, pero vago y que tenía color de sangre aguada y por delante era una granada que derramaba también sangre mezclada con agua, que derramaba sangre cuyas líneas colgaban; y en esas líneas, círculos de senos trazados en la sangre del cerebro. Pero el aire era como un vacío aspirante en el cual ese busto de mujer venía en el temblor general, en las sacudidas de ese mundo vítreo, que giraba en añicos de frentes, y sacudía su vegetación de columnas, sus nidadas de huevos, sus nudos en espiras, sus montañas mentales, sus frontones estupefactos. Y, en los frontones de las columnas, soles habían quedado aprisionados al azar, soles sostenidos por chorros de aire como si fueran huevos, y mi frente separaba esas columnas, y el aire en copos y los espejos de soles y las espiras nacientes, hacia la línea preciosa de los senos, y el hueco del ombligo, y el vientre que faltaba. Pero todas las columnas pierden sus huevos, y en la ruptura de la línea de las columnas nacen huevos en ovarios, huevos en sexos invertidos. La montaña está muerta, el aire esta eternamente muerto. En esta ruptura decisiva de un mundo, todos los ruidos están aprisionados en el hielo; y el esfuerzo de mi frente se ha congelado. Pero bajo el hielo un ruido espantoso atravesado por capullos de fuego rodea el silencio del vientre desnudo y privado de hielo, y ascienden soles dados vuelta y que se miran, lunas negras, fuegos terrestres, trombas de leche. La fría agitación de las columnas divide en dos mi espíritu, y yo toco el sexo mío, el sexo de lo bajo de mi alma, que surge como un triángulo en llamas. Ultraísmo El objetivo primordial de esta corriente era la modernidad, previa la liquidación del modernismo decadente. Rasgos característicos: riqueza de imágenes y metáforas sorprendentes, sentido lúdico de la creación estética, un profundo lirismo, agudeza conceptual y sentido del humor. El Ultraísmo Literario El Ultraísmo tiene varios aspectos en común con el Creacionismo y, desde luego, contó con una gran aceptación entre las minorías literarias: participan en su gestación personas como Cansinos-Asséns, Eugenio Montes, Isaac del Vando, Adriano del Valle, Rafael Lasso de la Vega y Jorge Luis Borges, en aquel momento presente en España. Asimismo serán numerosas las revistas que difunden sus principios poéticos: Grecia, Cervantes, Ultra, Plural, Alfar, etc. Prescisamente en la revista Grecia apareció el primer manifiesto en 1919, donde ya se vislumbraban las relaciones de esta tendencia con el futurismo italiano y el dadaísmo. Su corta vida no impidió que se exportara a Hispanoamérica, donde tuvo una buena acogida por el ya citado Borges, además de González lanuza, Piñero y Ortelli, entre otros. En cuanto al término Ultraísmo, Guillermo de Torre apunta a su autoría y al papel de Cansinos-Asséns. Es una corriente literaria española e hispanoamericana de vanguardia, desarrollada entre 1918 (fecha del primer manifiesto) y 1922, año en que deja de publicarse la revista ULTRA. El neologismo con que se reconoce este movimiento (del latino ultra: más allá), puesto en circulación por G. de Torre, fue tomado por R. Cansinos-Assens para titular el mencionado manifiesto de 1918 en el que se esbozan los objetivos de su grupo: "Proclamamos la necesidad de un ultraísmo, (...) nuestra literatura debe renovarse, debe lograr su ultra, como hoy pretende lograrlo nuestro pensamiento científico y político. Nuestro lema será ultra, y en nuestro credo cabrán todas las tendencias sin distinción. Más tarde estas tendencias lograrán su núcleo y su definición. Por el momento creemos suficiente lanzar este grito de renovación y anunciar la publicación de una revista que llevará este título: Ultra, y en la que sólo lo nuevo hallará acogida". (G. de Torre, 1974) En este manifiesto se enuncia el propósito fundamental del grupo: crear un arte nuevo que supla la última evolución literaria: el novecentismo, lo cual implica el abandono de las técnicas de expresión poéticas del modernismo decadente y la apertura a los movimientos de vanguardia europeos. Los iniciadores de esta corriente, aparte de Cansinos-Assens, son G. de Torre (el gran teórico y estudioso de los movimientos vanguardistas) y G. de Diego, entre los españoles, y Jorge Luis Borges y E. González Lanuza, entre los hispanoamericanos. El ultraísmo surge en un contexto europeo de renovación artística y literaria que es seguida en España con gran interés gracias a la información de ciertas revistas, entre las que destaca Prometeo (1908-1910), dirigida por R. Gómez de la Serna. En esta revista se publican los manifiestos futuristas de Marinetti, traducciones de los poetas ultrasimbólicos SaintPol Roux, T Klingsor, Paul Fort, etc., y proclamas del mismo Gómez de la Serna en contra de los convencionalismos estéticos y sociales y a favor de las nuevas tendencias, en un tono que preanuncia los manifiestos dadaístas y ultraístas. Ramón G. de la Serna comparte el objetivo renovador de este movimiento y colabora con sus greguerías y artículos en revistas ultraístas como Frecia, Ultra y Tableros. Y, sobre todo, se adelantan en su obra algunos rasgos característicos de la futura poesía de ultraísmo: riqueza de imágenes y metáforas sorprendentes, sentido lúdico de la creación estética, un profundo lirismo, agudeza conceptual y sentido del humor. La GREGUERÍA prefigura un nuevo modelo de escritura, cuyo influjo se advierte en algunos poemas ultraístas de G. Diego, E. Montes, P. Garfias y J. Rivas Panedas. Entre las influencias ejercidas sobre esta corriente de vanguardia, hay que citar la de V. Huidobro, el poeta creacionista chileno, que en 1918 viene de París a Madrid y entra en contacto con un grupo de poetas a quienes comunica sus ideas e inquietudes estéticas y les facilita información (libros y revistas) sobre las nuevas tendencias y escritores europeos, con quienes les pone en relación. Sin embargo, el promotor inicial del grupo ultraísta, al menos como inductor de entusiasmos es R. Cansinos-Assens, que hacia 1915 asiste a la tertulia de R. Gómez de la Serna en el Café de Pombo y más tarde fundará su propia tertulia en El Colonial. A ella asisten P. Garfias, J. Rivas Panedas, C.A. Comet, etc., firmantes del citado manifiesto de 1818. La nueva corriente contará con dos revistas: Grecia (publicada en Sevilla y en la que aparecen traducciones de G. Apollinaire, P. Reverdy, F. T. Marinetti, Tristan Tzara, etc.) y Cervantes, fundada por F. Villaespesa en 1917, y que, al pasar su dirección a Cansinos-Assens, se convertirá en portavoz del Ultraísmo, entre 1919 y 1920. En ella publicará G. de Torre sus primeros estudios sobre las vanguardias europeas y J. L. Borges traducirá a los poetas expresionistas alemanes. G. de Torre ha dejado, como protagonista y crítico, un precioso estudio sobre los orígenes, objetivos, contenido teórico, innovaciones técnicas y valoración final del Ultraísmo. El objetivo primordial de esta corriente era la modernidad, previa la liquidación del modernismo decadente. Los rasgos más salientes de la nueva estética serían, de acuerdo con las reflexiones de G. de Torre y J. L. Borges, los siguientes: En cuanto a los géneros literarios: predilección por la poesía lírica y predomino del culto a la imagen y la metáfora (reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora). Una poesía entendida como síntesis y fusión de imágenes y estados anímicos: simultaneísmo, velocidad imaginativa. En el contenido teórico: supresión del elemento sentimental y erótico, del confesionalismo o posibles referencias morales. Preferencia por temas de la vida moderna, tratando de descubrir sus connotaciones líricas. Se trata de vislumbrar el fondo primigenio de las realidades del mundo. En el plano lógico y sintáctico: se suprimen las cadenas de nexos y las fórmulas de equivalencia (como, semejante a), se eliminan los adjetivos, etc., con lo cual se rompe la continuidad del discurso, resaltando las percepciones fragmentarias, con la convicción de que se está potenciando de esta forma la pureza del flujo lírico. En el aspecto formal: supresión de elementos ornamentales; desaparición de la rima y de ciertos valores retóricos y musicales, y atención a los valores visuales y plásticos: los ultraístas relacionan la poesía con la pintura y la arquitectura, se entusiasman con el cubismo; de ahí su interés por imitar gráficamente los objetos sugeridos en el poema por medio de una presentación tipográfica en la que se juegan los espacios en blanco, las alineaciones quebradas, las ondulaciones y círculos y otras figuras geométricas. El movimiento ultraísta ha dejado una producción literaria, aunque escasa, de considerable valor, en varios libros de los principales creadores: Helices (1923), de G. de Torre; Imagen (1922), Manual de espumas (1924) y Limbo (1951, con poemas de 1920-21), de G. Diego; El ala del sur (1926), de P. Garfias; Espejos (1921), de J. Chabás; Poemas póstumos (1924), de J. de Ciria y Escalante, etc. En Latinoamérica, el Ultraísmo cuenta, además de la creación personal de Borges, González Lanuza, O. Girando, etc., con revistas relevantes como Proa, Prisma y Matrín Fierro, en Argentina; La Cruz del Sur y Alfar, en Uruguay; Revista de Avance, en Cuba; Contemporáneos, en México, etc. A pesar de su corta duración, el ultraísmo cumplió un papel fundamental en la renovación de la poesía española de los años veinte y treinta de nuestro siglo. A su talante iconoclasta se debe la ruptura con las formas del Modernismo decadente y el ímpetu innovador y abierto a las vanguardias europeas: Sirvió para purificar el ambiente literario y dar paso a las novedades vedadas entonces para España: el cubismo, el futurismo, el imaginismo y demás ismos (G. de Torre). Se han apuntado deficiencias: haberse reducido al género lírico y no haber contado con las conquistas formales de la poesía tradicional, al contrario de lo que hicieran los poetas del 27, que supieron aunar revolución y tradición. Sin embargo, en estos mismos poetas es perceptible el influjo del Ultraísmo en el culto de la imagen y la metáfora.