16 SUPLEMENTO RRHH ultimahora ASUNCIÓN DOMINGO 26, SETIEMBRE 2010 Aquí hay un cliente y no hay una segunda oportunidad para una primera mala impresión La escena es la misma, ocurre miles de veces al día, en diversas empresas. Un cliente llega al local y es atendido por un empleado, o un cliente llama y es atendido por un telefonista. De esta relación de atención, se generará una mayor vinculación o una mayor distancia entre cliente y empresa. Es que en este siglo la competencia entre las empresas no estará dada por los precios, por la tecnología, por la infraestructura, por las promociones, ni siquiera por la calidad del producto. ¿Por qué? Porque todos estos factores pueden ser igualados por la competencia. Incluso la calidad del producto puede ser igualada o compensada por un factor diferencial. Ese factor diferencial es la Lic. Sergio Carrón, director de Consultora IMPROVE SA. Por eso, podemos tener en cuenta ciertas claves de la buena atención: 1. Contacto visual: la mi- atención que se brinda al cliente, es la calidad del servicio que se presta, es la satisfacción que experimenta al ser tratados por el personal de una empresa. Y existen estadísticas que comprueban que pagamos más y vamos más lejos, cuando la atención es mejor, cuando solucionan nuestros problemas, cuando obtenemos soluciones. De igual manera, las estadísticas nos muestran fríamente que tendemos a comentar a más personas un mal servicio, una mala atención, que una experiencia satisfactoria. ¿Por qué? Porque la buena atención se considera un “deber”, en cambio la mala atención es una experiencia desagradable. ¡Atención, concentración…! Como diría la canción infantil, a la hora de atender debemos utilizar una capacidad humana, que es la concentración, por lo tanto: - “Atención: concentración voluntariamente dirigida hacia un objeto, situación o persona”. - “Cliente: Que compra o utiliza nuestros servicios y/o productos, y que de su existencia, presencia y continua asistencia nace la razón de ser de nuestra empresa”. Por lo tanto: - Atención al Cliente es: o Concentración voluntariamente dirigida hacia una persona, que compra o utiliza nuestros servicios y/o productos, y que de su existencia, presencia y continua asistencia nace la razón de ser de nuestra empresa. Todo lo anterior nos hace conscientes de la importancia de este rol, porque tratamos con la persona (cliente) de quien depende la existencia y continuidad de nuestra empresa. Tipos de atención La atención puede tener distintas tipologías: - Voluntaria: la que dirigimos porque queremos. - La involuntaria: cuando algo nos “llama” la atención sin que lo deseemos, nos distrae. - Espontánea: cuando algo nos llama la atención, pero porque es algo que “tiene que ver con nosotros” y, por lo tanto, es espontáneo, que nace desde dentro nuestro, pero no es voluntario. Peor también la atención puede ser: - Dispersa: cuando podemos atender varias cosas a la vez. - Sostenida: cuando podemos sostenerla durante un cierto tiempo. - Específica: cuando nos fijamos en detalles concretos y no en el todo. Estas tipologías nos permiten entender el sentido de nuestra atención y la capacidad que tenemos de atender varias cosas, de ser selectivos a la hora de atender (concentrarnos) en algo. Y es que cuando uno desempeña un rol de atención, debe tener en cuenta esas cualidades y tipos de atención y optimizarlas para lograr mejores resultados. Algunas claves para la buena atención La atención al cliente no tiene grandes secretos, básicamente, es una relación que debe ser constructiva y positiva. Es fácil decirlo, pero difícil cumplirlo en el día a día, cuando tratamos con clientes hostiles, cuando tenemos metas de rapidez de atención, etcétera. rada es el mejor vínculo con los demás. Mirar al cliente que entra, genera el primer contacto. Además, sentimos cuando nos miran y qué bueno que nos miren para atendernos. 2. Sonrisa sincera: al recibir al cliente, sonreír, no como cumplido, no sólo por educación, sino porque estamos felices de tener clientes a quienes servir, porque gracias a ellos se sostiene esta empresa. 3. Palabras claras y seguras: la claridad y seguridad genera confianza en el cliente, una persona dubitativa no convence a los demás. 4. Sinceridad en las respuestas: evitar el “sí” fácil, porque no todo puede ser como el cliente quiere. En ocasiones, un “no” es buena respuesta. 5. La verdad duele: hay verdades que nadie quiere decir y nadie quiere escuchar. Pero en una relación profesional y comercial, solo la verdad “nos hará libres”, porque nadie podrá reclamarnos algo que hayamos aclarado previamente. 6. Seguridad: nada nos da más seguridad que una persona segura, confiada en lo que plantea y responde. 7. Final feliz: que cada relación con los clientes tenga un final feliz, incluso aquellas que fueron quejas, reclamos, etcétera. Finalmente, nuestro objetivo en la relación con los clientes es lograr la satisfacción total que los convierta de compradores ocasionales a clientes constantes.