Temas selectos de la reflexión ética I

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Índic e
Presentación --------------------------------------------------------------------------------------1
Orientaciones didácticas -----------------------------------------------------------------------4
Preparación del curso--------------------------------------------------------------------------5
Desarrollo general del curso------------------------------------------------------
----------5
Propósitos generales del curso---------------------------------------------------------------6
Sugerencias para la evaluación-------------------------------------------------------------6
Te ma I. La libertad, aspecto central de la reflexión ética------------------------------7
Bibliografía básica--------------------------------------------------------------------------------7
Bibliografía complementaria-------------------------------------------------------------------7
Actividades-----------------------------------------------------------------------------------------7
Evaluación del tema-----------------------------------------------------------------------------9
Te ma 2 . Entre el comienzo y el final de la vida humana-------------------------------9
Bibliografía y otros materiales básicos----------------------------------------------------10
Bibliografía complementaria-----------------------------------------------------------------10
Actividades---------------------------------------------------------------------------------------10
Evaluación del tema----------------------------------------------------------------------------14
Te ma 3 . La libertad en la convivencia con los demás: justicia, igualdad y
solidaridad----------------------------------------------------------------------------------------14
Bibliografía básica------------------------------------------------------------------------------14
Bibliografía complementaria-----------------------------------------------------------------15
Actividades---------------------------------------------------------------------------------------15
Te ma 4. Sentido de pertenencia y construcción de identidades-------------------16
Bibliografía básica------------------------------------------------------------------------------16
Bibliografía complementaria-----------------------------------------------------------------16
Puntos a tratar sobre el tema------------------------------------------------------
-------16
Evaluación del tema----------------------------------------------------------------------------17
Mate rial de apo yo -----------------------------------------------------------------------------18
0
Prog rama de Es tudio s , 9º S e me s tre , Lic e nc iatura e n Educ ac ión
S e c undaria /Especialidad / Formación Cívica y Ética / Te mas S e le c tos de la
Re fle xió n Étic a I
Pre s e ntac ión
Los dos cursos de la asignatura Temas Selectos de la Reflexión Ética, que se
ofrecen, pertenecen a la línea: valores y formación ética, del campo de
formación específica y tienen como antecedente el curso Valores de la
Convivencia Social.
Los temas elegidos pretenden promover en los estudiantes normalistas la
reflexión y el análisis sobre preguntas y problemas que la humanidad se ha
planteado en diversos momentos de su historia acerca de valores
fundamentales como libertad, igualdad, justicia, aprecio por la vida, tolerancia y
respeto a la diversidad, entre otros. Se pretende que los estudiantes relacionen
los debates llevados a cabo en la historia del pensamiento con problemas
actuales y relevantes, en particular, con aquellos que pueden ser de interés
para los adolescentes que cursan la educación secundaria y con situaciones de
la convivencia escolar, ante las cuales el futuro maestro tendrá que tomar
decisiones como parte de su tarea educadora.
Como estrategia de trabajo se propone el seminario, ya que esta modalidad
promueve la discusión y la argumentación informada y argumentada –en este
caso, sobre asuntos y problemas de los que se ha ocupa
la ética como
disciplina filosófica– y, a la vez, mediante diversas técnicas, permite establecer
algunas relaciones entre los valores propios de las creencias y las nociones
que la sociedad ha tenido sobre algunos aspectos de la experiencia humana:
por ejemplo, el valor conferido a la vida humana y la iscusión generada en
torno a las decisiones personales sobre su comienzo y in; la libertad como
valor humano indiscutible y las situaciones en que entra en conflicto con otros
valores; la tensión permanente entre felicidad personal y la justicia social.
Este curso se organiza en cuatro temas. El primero, que constituye el eje del
curso, concierne a la libertad como rasgo esencial de la naturaleza humana. El
análisis se centra en algunas preguntas y propuestas que ha planteado la
filosofía sobre esta cualidad humana, sus posibilidades y límites, los criterios
para su ejercicio, así como la reflexión acerca de la responsabilidad que
adquiere el sujeto humano sobre sus actos. La discusión de estos aspectos
proporcionará las bases necesarias para el desarrollo
los tres temas
subsecuentes, referidos a problemas contemporáneos sobre los cuales
conviene reflexionar éticamente.
De estos tres grandes temas se sugiere seleccionar dos para desarrollarlos
durante el semestre. En el análisis y discusión de sus contenidos es útil
retomar las preguntas y reflexiones realizadas sobre el primer tema, de tal
manera que los estudiantes aprecien los debates éticos subyacentes,
desarrollen criterios de valoración y formulen argumentos para asumir una
posición ante los mismos.
El primero de estos temas se refiere al conflicto que
de llegar a existir entre
la vida y la libertad como dos valores indiscutibles e igualmente deseables. Se
analizan algunas expresiones del debate actual como el mentos que
coadyuvan a orientar la toma de decisiones.
1
El segundo tema está orientado a la discusión sobre la disyuntivas que
pueden identificarse al considerar la libertad personal en los espacios de la
convivencia humana. De manera específica se analiza la tensión entre la
búsqueda de la libertad y felicidad personales y la responsabilidad y las
consecuencias de nuestros actos ante los demás, lo que implica tomar en
cuenta otros valores como la igualdad, la justicia y la solidaridad como criterios
que permiten definir y orientar las relaciones sociale y el ejercicio de la
libertad.
El último tema que se propone para este curso alude a a identidad y al sentido
de pertenencia a diversos grupos. En este tema se analiza la posibilidad que
tenemos los seres humanos, como sujetos libres, de establecer diversas
formas de convivencia en que se expresan distintas perspectivas sobre la vida,
el mundo social y natural. La discusión sobre este tema busca promover la
identificación de criterios que permiten valorar la diversidad cultural, así como
distinguir cuáles de los valores y principios, presentes en diversas tradiciones y
culturas, enriquecen a quienes los sustentan y cuáles los empobrecen y
deterioran.
En la descripción de cada uno de los temas se han incluido algunas preguntas
que pueden orientar, de manera inicial, la reflexión individual y de grupo. Es
factible que, de acuerdo con las conclusiones y avances en la discusión de los
temas, se generen otras preguntas.
En el siguiente curso de esta asignatura se propondrá
reflexión sobre
problemas éticos que están presentes en el pensamiento contemporáneo –
principalmente los referidos a la comprensión y discusión de aspectos
relacionados con la acción comunicativa y el diálogo cooperativo–, con el
propósito de favorecer en los futuros profesores de educación secundaria las
competencias necesarias para contribuir a generar en sus alumnos actitudes
de compromiso ante el cuidado de la naturaleza y aquellas que permiten vivir
en una sociedad plural. Para ello se incluirán en el análisis temas relacionados
con el papel de la ciencia y la técnica en el cuidado y promoción de una vida
digna, y temas sobre las relaciones entre los seres humanos y el ambiente
natural, entre otros.
El propósito de trabajar con estos temas es que los estudiantes normalistas
desarrollen estrategias y compromisos con asuntos esenciales de su
especialidad, a la vez que adquieran la motivación necesaria para continuar
con su estudio de manera autónoma. Lo anterior contribuirá al desarrollo de
referencias pedagógicas que estarán en condiciones de
icar cuando
trabajen con temas similares en la escuela secundaria. En suma, se pretende
que los estudiantes aprendan a identificar el trasfondo ético de diversos
problemas y situaciones de actualidad, a reflexionar éticamente y a argumentar
sus decisiones.
Para el estudio de cada tema se propone una bibliografía básica que requiere
ser revisada por todos los alumnos, de tal modo que cuenten con un
antecedente común y una información compartida para dar inicio al debate
El seminario, como modalidad de trabajo académico que
propone para el
desarrollo de este curso, se caracteriza por su sistematicidad. El maestro y los
estudiantes se reúnen para reflexionar sobre un tema previamente acordado y
sobre el cual se investigó, leyó y organizó información de la bibliografía básica
2
o de otras fuentes, como base para exponer, opinar y debatir. Este ejercicio
intelectual exige mejores competencias comunicativas y de estudio de los
participantes, y estimula el aprendizaje autónomo, al
el acento en la
búsqueda de respuestas y soluciones relacionadas con los temas de análisis.
Para este momento de la licenciatura los estudiantes normalistas cuentan con
las habilidades suficientes para iniciarse en esta forma de trabajo, por el
énfasis que se ha puesto en su formación lectora y en
aprovechamiento de
ésta con fines pedagógicos.
El estudio de los temas a través de esta modalidad representa retos
importantes tanto para el maestro como para los estudiantes. Requiere, por
parte de todos, de un trabajo previo de lectura individual y la presentación de
sus análisis y reflexiones por escrito; estos requisit son indispensables para
el desarrollo de las sesiones; sin ellos la modalidad no se cumple.
El seminario propicia la autonomía intelectual, el diá
con el texto, la
capacidad analítica; estimula la búsqueda de mayor información en fuentes de
consulta de distinta índole, la disciplina y el hábito de leer con fines de
argumentación y debate. Los estudiantes podrán comprobar que para la
discusión no es útil la transcripción literal de los textos, la repetición de lo leído
o la respuesta rápida a las preguntas que se les formulan; por el contrario, se
requieren esfuerzos de comprensión e interpretación para reflexionar y
argumentar, a fin de tomar decisiones personales sobre los temas y problemas
que se analizan.
Los estudiantes analizan los temas propuestos en sesiones planificadas con
anticipación. La discusión en clase se genera a partir de los escritos
preparados por los participantes sobre la lectura de los materiales
seleccionados (pueden ser fichas, resúmenes, esquemas generales, esquemas
cronológicos, ensayos, artículos breves, mapas conceptuales, entre otros) y se
lleva a cabo con actitudes de respeto a las diferentes opiniones y de
colaboración en el trabajo intelectual, enriqueciendo el debate con aportaciones
propias. Lo anterior exige, tanto al maestro como a los estudiantes, poner en
acción sus habilidades para la comunicación oral, argu
sus
participaciones de manera informada, tener disposición para escuchar y
aprender de los otros y esforzarse por llegar a conclu
s sobre cada uno de
los temas discutidos.
En particular, el maestro deberá coordinar adecuadamente la discusión o
centrarla cuando considere conveniente, favorecer la participación de todo el
grupo, intervenir para ampliar la información o sugerir la búsqueda de otros
materiales con la finalidad de profundizar en el estudio de los temas, o bien,
para resolver algunas dudas que presenten los estudiantes. El maestro
identificará además los momentos en que la mayoría de s estudiantes
enfrenten dificultades para comprender los temas o los textos básicos y que
pueden impedir el buen desarrollo del curso; conjuntamente con los alumnos
buscará mecanismos para continuar la modalidad de trabajo.
3
Orie ntac ione s didác tic as
Las siguientes orientaciones didácticas proporcionan a los maestros algunas
sugerencias para la organización y el desarrollo del curso.
·
El trabajo individual que realizan los estudiantes consiste en la lectura,
organización y sistematización de la información que ofrecen los textos
de la bibliografía básica. Como producto de estas actividades es
importante que los estudiantes elaboren notas acerca de la temática que
se discutirá, éstas son un elemento indispensable para el buen
desarrollo del seminario. Para enriquecer la información conviene
también que se consulte bibliografía complementaria, que puede ser la
que se sugiere en el programa u otra que los estudiant identifiquen,
así como analizar videos que permitan obtener más información acerca
del tema de reflexión, lo que redundará en un análisis mejor
fundamentado.
· El trabajo e n e quipo permite el primer intercambio de información y de
confrontación de ideas que los estudiantes llevan a cabo antes de cada
clase. El trabajo en equipo significa que cada integrante domina el tema
porque conoce el contenido de las lecturas y es corresponsable de una
exposición fundamentada en colectivo. Se deberá evitar la práctica –
común, pero inadecuada– que consiste en distribuir los temas por
equipos; para que el programa cumpla con sus propósitos es necesario
que todos los estudiantes revisen los temas propuestos, pues esa
revisión es la base para el desarrollo del seminario. El trabajo en equipo
se puede realizar tanto por iniciativa propia de los estudiantes como por
indicaciones del profesor.
· El trabajo cole ctivo en el aula de la escuela normal se centra en la
discusión y la confrontación de ideas que previamente se han preparado
con el trabajo individual y en equipo. El trabajo colectivo tiene como
propósito el debate, la puesta en común de las ideas y la sistematización
de la información.
· El de bate en el grupo comienza con una discusión analítica y
argumentada de las ideas y puntos de vista, acerca del tópico o tópicos
programados. La presentación de ideas no debe confundirse con la
explicación de un tema o el recuento del contenido de la lectura
realizada; la finalidad de esta actividad es suscitar l intercambio entre
los estudiantes a partir de un mismo referente. A través del debate los
estudiantes y el profesor abordan la temática en cuestión confrontando
sus saberes y la postura que se tiene sobre ésta, evitando que se
impongan las ideas del profesor o de alguno de los estudiantes. Es
necesario que el maestro ponga especial cuidado en pro
el
intercambio, partiendo de los productos que presenten s estudiantes
como resultado de la lectura de los textos recomendados. En el debate
se debe favorecer la participación de los estudiantes
manera
ordenada y sustentada en argumentos, así como centrada en los
aspectos del tema que se analiza. Por medio del debate se clarifican las
4
ideas, se desarrolla el criterio personal, se confrontan los puntos de vista
y se valoran distintas posturas.
· Para la pues ta en com ún de las opiniones y aportaciones individuales
durante el debate, los estudiantes se apoyarán en las
lexiones y
puntos de vista que han plasmado en documentos previamente
elaborados. Es importante que se promuevan la argumentación y las
actitudes de respeto hacia las opiniones divergentes,
como la
apertura para que los alumnos y el profesor modifiquen, si es el caso,
sus planteamientos iniciales.
· La s is tem atización de la inform ación que los alumnos van adquiriendo y
aportando durante el desarrollo del curso facilita la ontinuidad en el
análisis de los aspectos que queden pendientes y la obtención de
conclusiones colectivas. Con frecuencia estas conclusiones serán
necesariamente provisionales o planteadas como hipótesis y preguntas
para el estudio posterior. El maestro propiciará que los alumnos utilicen
diversas estrategias de estudio y de análisis y que co partan con el
grupo sus productos escritos o notas individuales a manera de reporte,
minuta, relatoría, resumen o ensayo, entre otras formas.
Pre parac ió n de l c urs o
Antes de iniciar el curso, es conveniente que los alumnos conozcan, en
términos generales, cuál es la forma de trabajo que se seguirá. El profesor
elaborará un plan inicial de trabajo en el que programará los temas para su
discusión, recomendará otras fuentes de consulta –distintas a las que aparecen
en el programa– para cada uno de los temas y planteará las actividades
generales a realizar durante el semestre, tomando en cuenta los propósitos, el
enfoque, los temas de discusión, así como los criterio para evaluar los
aprendizajes.
De s arrollo ge ne ral de l c urs o
En la primera sesión del curso el profesor explica a los alumnos los propósitos
y las características del programa y presenta el plan nicial de trabajo. En
conjunto, lo revisan y toman acuerdos para desarrollar el seminario con un
sentido formativo, de colaboración y creatividad, y se establecen los criterios de
evaluación que se aplicarán durante el semestre.
Para el desarrollo del curso, se pueden considerar modalidades como:
·
La revisión de un tema según las preguntas o aspectos
se
proponen, mediante participaciones individuales y la elaboración de
conclusiones en grupo.
· La organización del grupo en varios equipos para revisar, de forma
simultánea, las preguntas o aspectos de un mismo tema. Las
conclusiones de cada equipo se presentan al grupo en los tiempos
establecidos.
Como actividad inicial de cada sesión conviene hacer la lectura de las
conclusiones de la sesión anterior, a fin de que el grupo cuente con elementos
5
para continuar la discusión. Es importante que en esta tarea participen
rotativamente los alumnos, quienes deben presentar por escrito, de manera
clara y sintética, las principales ideas y argumentos anejados, pues de esta
manera se favorece el desarrollo de habilidades para la organización de las
reflexiones colectivas en torno a los temas que se analizan. Resulta de gran
utilidad que estos resúmenes se distribuyan a los integrante del seminario,
como un insumo para futuras actividades y con la finalidad de realizar escritos
más claros y precisos a partir de las correcciones que en conjunto se detecten
como necesarias.
Para trabajar cada sesión, los estudiantes realizan una réplica sobre el tema de
análisis con preguntas y comentarios que se discuten entre todo el grupo. El
profesor promoverá la participación de los alumnos, sin que esto implique
tomar el control de la sesión contestando a todas las interrogantes mediante
exposiciones extensas. Así, los estudiantes encontrarán respuesta inicial a sus
inquietudes con sus propios compañeros de clase.
Cada tema concluye con una sesión plenaria en la que se elabora un resumen
de los aspectos más importantes del trabajo realizado. Asimismo, al finalizar el
curso los estudiantes intercambian sus opiniones e integran un breve escrito en
el que expresan sus reflexiones personales y las aportaciones del grupo
durante las sesiones. Es conveniente enfatizar que los productos del trabajo
desarrollado durante el semestre deben ser revisados s
máticamente por el
profesor de la asignatura, a fin de ofrecer una retroalimentación a los
estudiantes e incorporar esos productos a los elemento de evaluación del
desempeño individual y del grupo.
Propó s itos g e ne rale s de l c urs o
A partir del estudio y aplicación de los contenidos de la asignatura en la
escuela, la familia y la sociedad, se pretende que los estudiantes normalistas:
Adquieran un amplio panorama referente los fundamentos morales, éticos,
teológicos, históricos y filosóficos sobre la libertad.
Reconozcan la trascendencia que tiene el comienzo y el final de la vida
humana.
Destaquen la importancia que tiene la libertad en la convivencia con los demás
basada en los principios de, justicia, igualdad y solidaridad.
Fortalezcan el sentido de pertenencia e identidad
S ug e re nc ias para la Ev aluac ió n
Por las características del curso, la evaluación se concibe como un proceso
continuo y permanente para identificar los logros alcanzados y las dificultades
en la formación de los alumnos, situación que también
el
fortalecimiento y la incorporación de nuevas estrategias de aprendizaje o
ajustes a las técnicas que se aplican en la organización y desarrollo del
6
seminario. Además, la evaluación brinda información valiosa respecto al
desempeño del profesor como asesor y coordinador general de las actividades.
Para generar un ambiente que estimule el aprendizaje, durante el desarrollo de
los trabajos es importante que los alumnos conozcan desde el inicio de curso
los criterios y procedimientos que se utilizarán para evaluación, así como los
compromisos académicos que adquieren con su participación en el seminario,
tanto en términos personales como colectivos.
La definición de los criterios y procedimientos para la evaluación del
desempeño de los estudiantes deberá considerar los contenidos de los temas,
los aspectos metodológicos presentes en la modalidad de seminario con los
que se desarrollan habilidades intelectuales y actitudes hacia el estudio, tale
como: el manejo de fuentes de consulta; la capacidad para seleccionar,
organizar y utilizar información; la elaboración de resúmenes, informes y
ensayos; la preparación y exposición de ideas en forma oral y por escrito; la
participación efectiva en las actividades de discusión y debate en equipo o
grupo (argumentación de ideas, formulación de juicios
s, elaboración de
conclusiones, etcétera); la vinculación entre los aspe
del tema en estudio;
las actitudes de colaboración, respeto y tolerancia a
ideas de los
compañeros; y la receptividad a la crítica. Asimismo,
que el proceso
de evaluación considere el compromiso, la dedicación y el esfuerzo de los
alumnos por mejorar su preparación profesional.
El profesor cuidará la congruencia entre los procedimientos de evaluación
utilizados y las orientaciones académicas del Plan de tudios y del programa
de la asignatura, desechando cualquier intento de evaluación en el que
solamente se destaque el nivel de información que adquirió el estudiante. La
autoevaluación y la coevaluación son estrategias idóneas para que los alumnos
hagan el balance de los principales logros obtenidos durante el seminario,
tomando como referentes los propósitos formativos del curso.
S e s ugie re la le c tura c o le c tiva, analític a y re fle xiva de los apartado s :
presentación, Orientaciones didácticas, preparación del curso, Propósitos
generales del curso y sugerencias para la evaluación.
Te mas
Te ma I. La libe rta d, as pe c to c e ntral de la re fle xión é tic a
·
La libertad como capacidad de opción y decisión de una forma de vida
dentro de posibles alternativas. Condiciones para el ejercicio de la
libertad: conciencia y voluntad. Los límites de la libertad.
· El valor ético como criterio para orientar el ejercicio de la libertad.
· Libertad y responsabilidad. Asumir las consecuencias de las decisiones
libres hacia uno mismo y hacia los demás.
Bibliografía bás ic a
7
Savater, Fernando (1998), Ética para Am ador, México, Cooperación
Española/SEP (Biblioteca de actualización para maestros), pp. 17-161.
Platón, Apología de S ócrate s [fragmento], en http://www.euskalnet.net/graal/
Aristóteles (1996), “Libro I. Del bien humano en general: I, II, VII”; “Libro II. De
la virtud en general: I, III, VI, IX”; “Libro III. De la fortaleza y la templanza: I, II,
V”; “Libro X. De la felicidad: VI”, en Ética Nicom aque a , México, Editorial Porrúa,
(Sepan cuantos..., 70), pp. 3-4 y 8-10; 18-19, 20-21, 22-24 y 26-27; 28-31 y 3336; y 138-139.
Kant, I. (1968), “Tesis III”, en Crítica de la razón práctica , 2a ed., Buenos Aires,
Losada (Biblioteca filosófica), pp. 32-37.
Brunet, Graciela (1997), “Condiciones de la responsabilidad moral. La libertad”,
en Hablem os de é tica. La form ación é tica e n la E. G. B. , Rosario, Homo
Sapiens Ediciones (Serie Educación), pp. 47-59.
Cortina, Adela (1996), “Somos inevitablemente morales”, en El que hace r é tico.
Guía para la e ducación m oral, Madrid, Santillana (Aula XXI), pp. 79-96.
Apel, Karl Otto (1992), Hacia una m acroé tica de la hum anidad , México, FFYLUNAM (Cuadernos de jornadas, 2), pp 7-14 y 20-22.
Biblio g rafía c o mple me ntaria
Cortina, Adela y Emilio Martínez (1998), Ética , Madrid, Akal Ediciones.
Garzón, Mercedes (1997), La é tica , México, Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes.
Meyer, Lorenzo (1997), “Ética y política”, en Juliana González y Josu Landa
(coords.), Los valores hum anos e n México , México, Siglo XXI, pp. 97-113.
Ac tiv idade s
1.- Después de leer varios textos sobre la libertad que se encuentran en los
materiales de consulta, y de otras consultas, contestar individualmente las
siguientes interrogantes:
¿Qué diferencia existe entre la libertad como dimensión humana y la libertad
como valor humano?
¿Qué otro valor humano exige y supone el valor libertad?
¿Qué compromiso ético le insinúa a usted el valor libertad?
¿Cuáles son las consecuencias de tomar decisiones libres hacia uno mismo y
hacia los demás?
8
¿Hasta dónde el valor ético permite orientar el ejercicio de la libertad?
¿Se puede considerar la libertad como una opción para decidir una forma de
vida profesional? ¿Cómo? ¿Por qué?
¿Qué condiciones debe haber para el ejercicio de la libertad con conciencia y
voluntad?
¿Cuáles son los límites de la libertad?
2.- Formar equipos y comparar respuestas, llegar a conclu
ante el grupo.
es y exponerlas
· Profundizar en el concepto de libertad
· Reconocer la libertad como un valor
· Analizar y seleccionar los valores que propicien y/o fomenten la libertad
3.- Realizar individualmente un escrito en donde argumenten como propician la
libertad entre sus alumnos.
4.- Intercambien opiniones sobre los escritos de manera crítica y con apertura
para escuchar y ser escuchado, obteniendo elementos que permitan analizar y
seleccionar situaciones que verdaderamente propicien la libertad de sus
estudiantes.
5.- Discutan sobre los elementos que les permiten actuar con compromiso ético
ante un grupo de estudiantes.
Evaluac ión
De las siguientes opciones seleccionar una y presentar un ensayo:
Argumentando por qué seleccionó dicha opción.
La confianza en las experiencias y en los conocimientos adquiridos durante la
vida como base para actuar con compromiso ético como docente.
La apertura y la tolerancia hacia las opiniones de los demás como
oportunidades para favorecer la libertad como dimensión.
El trabajo colectivo como valor en la práctica de la libertad como valor humano.
La libertad un valor universal como autorreguladora de la vida.
Te ma 2. Entre e l c o mie nzo y e l final de la vida humana
·
La vida como valor indiscutible. Salud personal y colectiva.
9
·
Decisiones en torno a la vida y la salud: el ejercicio de la libertad sobre
el propio cuerpo y el de los demás. Legislación nacional e internacional
relativa a la vida y la salud de las personas.
· El conflicto entre libertad y vida: el aborto y las decisiones de las mujeres
sobre su cuerpo. Toma de decisiones sobre el fin de la vida: eutanasia.
La manipulación genética.
Bibliografía y o tros mate riale s bás ic os
Savater, Fernando (1996), “Paradojas éticas de la salud”, en El conte nido de la
fe licidad. Un ale gato re fle xivo contra s upe rsticiones y re s entim ie ntos , Madrid, El
País/Aguilar (El viaje interior), pp. 141-161.
Tomasini Bassols, Alejandro (1997), “Eutanasia: enredo conceptual y pseudoproblema moral” e “Intereses ve rs us moralidad. El caso del aborto”, en Pe na
capital y otros e nsayos , México, Grupo Editorial Interlínea, pp. 43-74 y 75-109.
El últim o ve re dicto . Videocinta.
UNAM (1997), Eutanasia. ¿ Pie dad o crim e n? , Adolfo Romero (realización),
Sandra Campech (guión), videocinta, duración 23’ 3’’.
UNAM (1997), Clonación. ¿S e res vivos e n se rie ? , Alberto Uribe (realización),
Gabriela Bustillos (guión), 23’ 27’’.
“Embrión: es o no persona” y “Prohíben legisladores de EU la clonación de
humanos”, en La crónica de hoy , miércoles 1 de agosto de 2001,
www.cronica.com.mx
Biblio g rafía c o mple me ntaria
Ridley, Mat (2000), Ge nom a. La autobiografía de una es pecie e n 23 capítulos ,
Madrid, Taurus.
Tomasini, Alejandro e t al. (1995), Dilem as m orale s
contem poráne a 1 , México, Editorial Torres Asociados.
de
la
socie dad
Valdés, Margarita e t al. (1997), Dilem as m orale s de la s ociedad contem poráne a
2 , México, Editorial Torres Asociados.
Ac tiv idade s
1.- Leer en los materiales de apoyo “De finición y División de la Le y Moral” y…
Definir su postura ante la lectura…
De acuerdo con sus vivencias ¿estas leyes son prácticas en esta sociedad?
¿Realmente la moral se puede ver como una ley?
· Discútalo en equipo
· Emitan juicios ante el grupo
10
· Registren conclusiones
2.- Juguemos al escritor anónimo…
· En una hoja de máquina color blanco y tamaño carta, de manera
individual redacten un texto breve (se sugiere una cuartilla) en torno al
significado y sentido que tiene la vida como un don que el individuo recibe
sin que él haga nada para recibirla.
· Fírmenla con un seudónimo
· Entreguen los escritos al asesor o coordinador de la actividad
· Formen equipos y conviértanlos en círculos de críticos literarios en
donde todos tienen obligación de leer y criticar
· El asesor y/o coordinador repartirá a los equipos tantas hojas como
miembros haya para que se lean todos los escritos por todos los
miembros del equipo y escriban sus críticas al reverso de la hoja
· Acto seguido se dialogarán sobre las diferencias y semejanzas que
encontraron en las redacciones
· El asesor o coordinador recogerá nuevamente las hojas y la repartirá a
sus autores.
· Socialicen la experiencia en grupo
¿Qué nuevos aprendizajes obtuvo?
¿Hubo tolerancia para aceptar las críticas?
¿Realmente se concibió la vida como un don en la mayoría de los
escritores? Registrar evidencias
Si no fue así ¿Cómo conciben la vida?
3.- Formen parejas y de forma oral recomiéndense como conservar la salud
· Reúnanse con otra pareja para formar cuartetos y compartan lo platicado
en parejas.
· Formen equipos, no mayores de seis elementos, compartan lo dialogado
en parejas y en cuartetos, registren una lista de las recomendaciones
para conservar la salud y otra lista individual de lo que realmente hacen
para conservar su salud.
· Compartan registros con el grupo
· Individualmente contesten las siguientes interrogantes:
¿Qué decisiones importantes tomo libremente para conservar mi salud?
¿Qué decisiones importantes tomo libremente para dañar mi cuerpo?
¿Cómo contribuyo en la salud de los demás?
¿Cómo contribuyo en el deterioro de la salud de los demás?
¿Cómo ejerzo mi libertad en el cuidado o no cuidado de mi vida?
11
¿De qué manera utilizo mi libertad para contribuir en la salud de mi
familia, de mis amigos, de mis vecinos, de mis alumnos, de mis
compañeros de trabajo…?
· Por equipo propongan como dar a conocer al grupo la información
anterior.
4.-Grupalmente:
· Lleguen a un concepto sobre qué es salud personal y qué es salud
colectiva.
· Registren en dos columnas características de salud personal y de salud
colectiva.
5.-Investiguen en diferentes fuentes respecto a salud personal y salud colectiva
y sobre “Legislación nacional e internacional relativa a la vida y la salud de las
personas”; comparen la información con lo propuesto en la actividad anterior.
En equipo:
· Compartir.
· Reflexionar.
· Analizar.
· Concluir.
· Evaluar.
6.-De qué manera en la escuela secundaria se promueve el cuidado del
cuerpo de los y las adolescentes. Citen ejemplos y presenten evidencia; utilicen
alguna técnica grupal (simposio, foro, congreso, asamblea) u otro que
propongan para darlo a conocer al grupo.
¿De qué forma los adolescentes atentan contra su salud?
¿Cómo fomenta el plan y programas de secundaria para e
idado del cuerpo
y de la salud en los adolescentes, tanto en lo personal como en lo colectivo?
Como maestro o maestra de secundaria, de qué manera promueves el
cuidado de la salud en tus estudiantes
Como persona: en y cómo ayudas a la buena salud de:
Tu cuerpo
De tu familia
De tu pareja
De la comunidad que te rodea
¿Cómo contribuye la sociedad al cuidado del cuerpo de los adolescentes?
¿De qué manera las instituciones de salud contribuyen a la promoción de la
salud?
¿De qué forma “la buena salud” eleva las expectativas y la calidad de vida?
12
· Elaboren un periódico mural y denlo a conocer en sus instituciones
educativas
· Contacten expertos en salud y lleven a cabo una conferencia a nivel
institucional
7.-En forma grupal reflexionar las siguientes interrogantes:
¿Cuándo las mujeres deciden libremente sobre su cuerpo?
¿Cuándo los varones deciden libremente sobre su cuerpo?
¿De que manera actuamos los seres humanos ante las dec iones dar libertad
de vida?
¿De que manera actuamos los seres humanos ante la muerte?
· Registren lo más significativo
8.- Discutir en grupo los pros y contras de los siguientes temas:
Aborto
Eutanasia
La manipulación genética
· Investigar en diferentes textos lo referente a los tem
iores y…
Formular preguntas sobre lo leído
Aclarar posibles dudas acerca del texto
Resumir textos
Releer partes confusas
Consultar –si es necesario- diccionarios
Pensar en voz alta para asegurar la comprensión
Crear imágenes mentales para visualizar descripciones vagas
Hacer registros
Formular y responder preguntas
Recontar lo registrado
Utilizar organizadores gráficos y compartirlos al grupo.
13
EVALUACIÒN
Presentar reportes de las lecturas
Participaciones individuales, en y por equipo y grupales
Registro de los contenidos de aprendizaje de la educación secundaria que se
refieran al cuidado del cuerpo y la salud, al aborto, la eutanasia y a la
manipulación genética
Te ma 3. La libe rtad e n la c onvive nc ia c o n los de más : jus tic ia, igualdad y
s o lidaridad
·
Felicidad personal ve rs us justicia general. Las esferas de lo público y lo
privado. Vínculos y tensiones entre el plano personal
social: la
irremediable necesidad del ser humano de considerar al otro.
· El bien común. Distribución desigual de los recursos y la riqueza.
Relaciones entre los seres humanos y el ambiente. Mínimos y máximos
éticos.
· Ética y perspectiva de género: las desigualdades milenarias. La
construcción histórica de la perspectiva de género.
Bibliografía bás ic a
Platón (1998), “El andrógino”, en Mitos , Madrid, Siruela, pp. 48-53.
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Savater, Fernando (1989), Ética com o am or propio , Madrid, Mondadori.
Ac tiv idade s
1.- Investigar individualmente a qué se le denomina “Mínimos y máximos
éticos”, elaborar un esquema para compartirlo con el grupo.
2.- Responder a las siguientes interrogantes:
¿Vivir en y con valores permiten una vida más feliz, tanto individual como
colectiva?
¿Qué es la felicidad?
¿Cómo se mide la felicidad?
¿Qué nos proporciona la felicidad?
¿Por qué es importante la felicidad?
¿La práctica de qué y cuáles valores nos permiten vivir de manera feliz,
individual, en pareja, en familia, en sociedad…?
¿Practicar la virtud nos hace seres felices?
¿Practicar la libertad axiológica fortalece la convivencia con los demás?
3.- Dividir el grupo en dos equipos, uno de varones otro de mujeres:
·
Reflexionar sobre la perspectiva de género: las desigualdades
milenarias. La construcción histórica de la perspectiva de género en el
pasado y en el presente en la sociedad mexicana.
· Lleva a cabo un debate.
15
Te ma 4. S e ntido de pe rte ne nc ia y c ons truc c ión de ide ntidade s
·
La diversidad cultural y el etnocentrismo. Respeto a la diversidad.
Diferentes maneras de ser adolescente.
· Derechos humanos y legalidad como puntos de referencia para
comprender a la diversidad. Lengua, diversidad, comunicación y
símbolos de identidad.
· La formación de identidades culturales. Prejuicios y estereotipos
culturales. El principio de laicidad y su papel en la
cción de la
identidad nacional. Macroética y humanidad.
Bibliog rafía bás ic a
Apel, Karl Otto (1992), Hacia una m acroé tica de la hum anidad , México, FFYLUNAM (Cuadernos de jornadas, 2), pp 7-14 y 20-22
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Plan y program as de e ducación elem e ntal (pre e scolar, prim aria y s e cundaria)
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Biblio g rafía c o mple me ntaria
Florescano, Enrique (1998), Etnia, es tado y nación. Ens ayo s obre las
ide ntidade s colectivas en Mé xico , México, Aguilar
Punto s a tratar:
· La manera en que viven los adolescentes la diversidad cultural en
nuestro país.
· El estudiante de secundaria y su identificación con las diferentes
manifestaciones culturales, religiosas, morales, socia
y estéticas.
Estereotipos
· La preparación que adquieren los alumnos de secundaria para
comprender, distinguir y hacer valer los derechos humanos.
· La cultura de la legalidad y los programas de educación secundaria.
· La formación del adolescente en la escuela elemental en la diversidad y
la identidad cultural.
· La religión y la moral en la humanidad; en los mexicanos
· La ética y la laicidad en los programas de educación elemental
16
Evaluac ión
Elaborar un ensayo sobre:
“La evaluación de FCyE en la escuela secundaria y su repercusión en el
respeto a la a la diversidad cultural en México”
17
Mate rial de apo yo
El Conc e pto de Libe rta d
La libertad humana se puede definir como la "autodeter nación
axiológica". Esto significa que una persona libre se convierte, por ese mismo
hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues él mismo la determina en
función de los valores que previamente ha asimilado. Cuando no se da la
libertad, o se da en forma disminuida, entonces el sujeto actúa impedido por
otros factores, circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse
que es el verdadero autor de su propia conducta. De ac
con esto se dice
que la condición previa de la libertad en un individuo es la captación y
asimilación de los valores. En la medida en que un individuo amplía su
horizonte axiológico, podrá ampliar paralelamente el campo de su propia
libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a ciertos
valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad.
La libertad humana tiene que ir paralela con el sentido axiológico y el
sentido de responsabilidad, de no ser así se convierte en libertinaje.
La postura que niega la libertad humana es el "determinismo", postura
propuesta por Skinner que ha cobrado auge, este psicólogo conductista
rechaza la libertad en función de un fenómeno también
los
condicionamientos en que vive inmersa la mayoría de la gente.
Uno de los aspectos más importantes en la vida de una
es su
proceso de liberación. La libertad puede aumentar o disminuir a lo largo de la
vida. Los primeros factores que limitan la libertad de hombre son: los
condicionamientos, el Super Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones
sofocantes y las ataduras de una filosofía pesimista.
El tipo de libertad del que estamos hablando es la libertad interior, ésta
se rige por valores captados, también es llamada libertad axiológica una vez
que se asimilan los valores. El hombre elige realizar
valor o rechazarlo.
La Libertad no existe cuando una persona es ciega para los valores. Actuar
libremente significa inclinarse, adoptar y realizar un valor, o rechazarlo. Cuando
no existe uno o varios valores en la mente del individuo, su conducta va a estar
orientada, no por valores, sino por instintos, reflejo condicionamientos,
hábitos, inclinaciones surgidas del inconsciente, presiones externas, etc. La
percepción de los valores es indispensable para que exista un acto libre.
Existen dos modos de percibir lo valores:
a.
En forma conceptual. Es la que se logra por medio de
explicaciones teóricas o descripciones más o menos distantes del objeto
valioso.
b.
En forma intuitiva. Es la que se logra por medio de una vivencia
en la cual se capta, se aprecia y se adopta ese valor como tal dentro del mundo
personal del sujeto cognoscente.
Para que la libertad axiológica se pueda dar debe existir la posibilidad de
un conocimiento holístico o intuitivo de uno o varios
Sin este tipo de
conocimiento, muy diferente al conocimiento conceptual, no es posible que se
dé la libertad que nos lleva al valor moral. En otras alabras: para elegir un
valor, primero hay que conocerlo y apreciarlo en cuanto a tal.
18
Para un manejo sencillo de las clasificaciones de la libertad, ésta se ha
divido en:
a.
Libertad-de: Significa libertad de obstáculos, de vínculos o de
restricciones, sean éstos de orden físico o de orden moral.
b.
Libertad-para: Significa libertad para alcanzar un objetivo o para
realizar un valor o para llegar a una meta, es de tipo interna y reside en la
voluntad.
La libertad humana no es absoluta. Existen varios obstáculos que
disminuyen y, a veces, nulifican la libertad de la conducta humana. El Estudio
de ellos proporciona mayor claridad para la comprensión de los actos humanos
en la vida real. En la medida en que falta libertad, el acto humano pierde su
calidad de humano y llega a convertirse en un simple acto del hombre. A pesar
de esto, la libertad puede conquistarse e incrementarse a partir del nivel de
desarrollo y madurez propio de cada uno. Afortunadamente existen
procedimientos psicológicos que fomentan este gradual crecimiento de la
libertad personal.
Los Obs tác ulo s de la Libe rtad
Existen cinco obstáculos contra la libertad:
1.
La Ignorancia. Consiste en la ausencia de conocimientos, es un
obstáculo ya que para elegir algo, es preciso conocerlo. El mejor consejo para
obtener la libertad es abrir horizontes, ilustrar acerca de nuevas posibilidades.
Muchos fracasos en las carreras profesionales se deben a una elección
incorrecta de ella por ignorar otras especialidades que estarían más de acuerdo
con las cualidades del sujeto.
2.
El Miedo. Consiste en la perturbación emocional producida por la
amenaza de un peligro inminente y es un obstáculo ya que en casos extremos
(pavor), puede producir una ofuscación completa de las facultades superiores,
y todo lo que se ejecuta en esos momentos pierde el carácter de acto humano,
pues el sujeto no puede responder de ello.
3.
La Cólera y Otras Pasiones. La cólera, también llamada ira, enojo
o coraje, al igual que otras emociones y pasiones producen una fuerte
limitación en nuestra capacidad de elegir libremente.
emociones como el
odio, la tristeza, la alegría, los celos, la envidia y el enamoramiento, son
respuestas orgánicas (de adecuación o de inadecuación, de aceptación o de
rechazo) por parte del sujeto cuando percibe un objeto afín o discordante. La
emoción llevada a los extremos recibe el nombre de pasión. La palabra
"sentimiento" expresa casi siempre lo mismo que la palabra emoción, cuando
se trata de un fenómeno persistente.
4.
La Violencia. Es una fuerza externa, física o psíquica, ante la cual
es difícil o imposible resistirse. Ésta puede debilitar la libertad del sujeto hasta
el grado de suprimir toda responsabilidad en lo que se refiere a la conducta
realizada en esos momentos.
5.
Los Desajustes Psíquicos. Los desajustes psíquicos, entre los
cuales sobresale la neurosis, debilitan la libertad debido a que la persona se
siente atada a ciertos patrones de conducta, a mecanis
de defensa, a lo
que le dicta el autoconcepto o el Super Yo, a las emociones exageradas, como
la ansiedad y la angustia, que ya hemos mencionado.
19
Las Prue bas de la Libe rtad y e l De te rminis mo
Una vez que se ha estudiado a libertad en su esencia, en sus diferentes
tipos y en su realización limitada, es necesario reflexionar sobre el fenómeno y
obtener cuáles son las razones por las que afirmamos que el hombre es libre.
Estas razones son las siguientes:
a.
Cada persona tiene conciencia de su propia libertad. En cualquier
momento puede verificar experimentalmente que en realidad posee la
capacidad de escoger una dirección u otra, y que de hecho escoge una de ellas
por propia determinación. Este hecho es innegable.
b.
Si se reflexiona sobre los obstáculos de la libertad ¿
posible
que se experimentaran obstáculos y limitaciones de la
libertad, si ésta
en realidad no existiera?. Una persona se puede experimentar en sí misma en
dos situaciones diferentes: en la primera se capta con el poder de
autodeterminarse, pero en la segunda se capta limitada por los obstáculos ya
descritos. En el primer caso experimenta un cierto poder de elección, y en el
segundo no, pues se siente dominado, determinado, por
que en ese
momento son invencibles. Es por eso, que esa diferencia, ese poder, que es
innegable, constatable, limitable, y que no es el producto de ninguna
c.
teoría abstracta, es justamente la libertad o poder de
autodeterminación.
Contradiciendo todo lo relacionado a la existencia de
libertad está el
fenómeno del determinismo, el cual niega la existencia de la libertad como tal,
ya que aunque los hechos no se pueden negar, el hombre ha sufrido una
ilusión desde el momento en que ignora las causas ocultas de su propia
conducta. Ingenuamente, aseguran pensadores de esta corriente, se cree que
elegimos libremente cuando no se tiene conciencia de las causas más
profundas de nuestra conducta.
La tesis central del determinismo es la de que el hombre ya está fijado o
"determinado" en cierta dirección por diferentes causas que desconoce en el
momento mismo y que, por tanto, su decisión "libre" só sigue siendo de
nombre. Los principales expositores de esta corriente
Leibniz, Spinoza,
Freud y Skinner. Cada uno con su tesis sobre el comportamiento del hombre.
Existen otros tipos de determinismo además de los expuestos por los
pensadores mencionados anteriormente, éstos son el Determinismo Biológico y
el Sociológico, que sostienen la existencia de otras fuerzas rectoras de la
conducta humana como pueden ser la programación genética y la coerción
social.
Según hemos visto la Libertad es una de las principales co ciones
para que un acto pueda ser calificado como un acto humano propiamente dicho
(ya que sólo en los actos humanos interviene la inteligencia y la voluntad).
También la Libertad ha quedado definida como una "autodeterminación
axiológica", o sea, que los valores morales sólo son alcanzados cuando una
persona ejecuta su conducta en pleno uso de sus facultades de conocimiento y
de voluntad. El ejercicio de la Libertad, en la medida en que incorpora valores
en el momento de la elección, es la raíz de la superioridad de un acto humano
y de su valor moral.
20
El Valo r Moral
En los capítulos anteriores se han analizado los actos humanos desde el
punto de vista de su libertad, ahora se verá el aspecto de la bondad o maldad
de ellos que es el objeto formal de estudio de la Ética.
1.
La Esencia de la Bondad en general. Podemos aproximarnos a la
esencia de la bondad por su paralelismo con la verdad. Así como la
inteligencia está hecha para la verdad, la voluntad está hecha para la bondad.
Es por esto que se dice que el objeto propio de la inteligencia es la verdad y
que, similarmente, el objeto propio de la voluntad es bondad. Se trata de las
dos tendencias fundamentales del ser humano (inteligencia y voluntad); cada
una de ellas está dirigida a estos dos valores en particular (verdad y bondad).
Existen dos tipos de bondad.
a.
La bondad ontológica, que existe en cualquier objeto en tanto que
se presenta como atractivo para la voluntad.
b.
La bondad moral es un calificativo referido a los actos humanos
cuando éstos llenan las condiciones especificadas por la Ética. A esta ciencia
le compete el estudio de las cualidades requeridas para que un acto pueda ser
considerado poseedor del valor moral, es decir, como bueno o como malo
moralmente hablando.
1.
La esencia del Valor en general. La esencia del valor
en la
preferibilidad de un objeto, es decir, en una cualidad que logra atraer la
atención y la inclinación de las personas que lo perciben, es pues, una especie
de imán que poseen algunos entes, gracias al cual una
dice preferir
ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente en cuanto que guarda relaciones
de adecuación con otro ente (en este caso el ser humano). El valor reside en
las cosas, y consiste en una cualidad por la cual esas cosas son preferibles al
hombre, a sus facultades, a su naturaleza. Los valores son tales porque
guardan una relación armoniosa con el ser humano. El valor es todo ente en
cuanto que guarda una relación armoniosa con el ser humano. La d
ia
principal entre bien y valor está en la mayor extensión de este último. El bien es
un valor, al igual que la verdad, la belleza y la virtud. Y el término valor es un
género donde entran las especies antes mencionadas.
2.
La Esencia del Valor Moral. Una de las respuestas más
s y
prácticas es la que propone a la naturaleza humana como el fundamento de la
moralidad. Ser moral significa actuar conforme a las exigencias de la
naturaleza humana. Quien reflexione sobre la naturaleza humana, descubrirá
allí algunas exigencias, que son la base de los derechos y las obligaciones de
todo hombre, tales como el derecho a la vida, a la verdad, a sus propiedades,
etc. Uno de los criterios fundamentales en lo que a moralidad se refiere es la
recta razón. Se entiende por recta razón como la intel
ia humana en tanto
que actúa por sí misma, sin desviaciones provocadas por las pasiones, los
instintos o algún interés personal. Quien actúa conforme a la recta razón,
determina cuáles son sus exigencias propias de la naturaleza humana que en
ese momento le conciernen. De acuerdo con lo anterior, una persona con valor
moral es aquella que actúa en la misma línea de sus tendencias y exigencias
como ser humano. Ser moral es equivalente a ser más ho
(independientemente del sexo), ser más humano, apropiarse de las cualidades
21
que pertenecen por esencia a su propia naturaleza humana. El valor moral lo
puede adquirir una persona cuando realiza una norma moral y mejor también,
cuando ejerce una norme ética. Lo esencial en la conducta moral está en la
libertad guiada por valores superiores.
3.
Descripción del Valor Moral. La Esencia del valor moral es la
congruencia de la conducta con la naturaleza humana, pero esta esencia
resulta muy general y poco aplicable así que es conveniente mencionar
algunas características propias de este valor:
a.
El valor moral perfecciona a las personas en cuanto a tal, en tanto
que los demás valores perfeccionan al individuo en aspectos parciales o
periféricos, el valor moral se enclava en el núcleo de la identidad personal.
b.
La persona con valor moral es todo lo contrario al sujeto
mezquino, egocéntrico interesado exclusivamente en su propio bienestar.
c.
La Persona con moral manifiesta y contagia una felicidad que
surge de su propia interioridad, del núcleo de su identidad personal.
d.
La persona con valor moral manifiesta una triple armonía: Su
conducta es congruente con lo que piensa y lo que dice. No hay autoengaño ni
falsas posturas hacia los demás. Y los tres niveles: pensamiento, palabras y
acciones, expresan lo mismo, la naturaleza que se está realizando en forma
armoniosa.
e.
La Persona que actúa con un nivel moral positivo tiene puesta su
atención en valor moral intrínseco del acto que ejecuta y no del beneficio
personal que le traerá este.
f.
Un acto honesto es una acción que posee un valor intrínseco y,
además, se ejecutan dentro de una actitud de benevolencia, desinterés y
generosidad que procede del núcleo de identidad personal del individuo.
1.
El Relativismo Moral. Es la postura moral que sostiene la falta de
objetividad de los valores y, por lo tanto, la ausencia de un fundamento objetivo
y universal de sostener un criterio moral determinado. Según esto cada
persona crea sus propios valores y, en consecuencia, e imposible hablar de
un criterio moral único que rija por igual a todos los seres humanos.
2.
El Amoralismo. El sentido correcto de la palabra amoral es el
etimológico; sin moral, independiente de la moral, carente de valor moral. A
este plano corresponden los actos del hombre que permanecen en un plano
inferior al de los actos humanos. Pero en la actualidad se ha tergiversado, ya
que basta que una persona se declare autónoma o indiferente a las leyes
morales para que indebidamente se califique a sí misma como amoral. El
calificativo obviamente es incorrecto, ya que sigue ejecutando actos humanos
(utiliza la inteligencia y la voluntad), por lo tanto
son actos amorales, sino
morales, ya sean con signo positivo o negativo. En si
término amoral
corresponde a los actos del hombre y a las ciencias y técnicas que ha creado.
Por ejemplo: la ciencia en cuanto a ciencia es amoral ya que la ciencia es un
conjunto de verdades objetivas, frías y racionales acerca de la naturaleza de
las cosas y las personas, permanece en un plano que no toca lo moral.¿qué
valor se le puede asignar a la ley general del estado gaseoso?. Sin embargo en
el caso del científico, él y su conducta, aunque son libres, son susceptibles de
los cánones de la Ética. Este científico puede alcanzar un enorme valor moral
en sus investigaciones, aun cuando la ciencia en sí misma sea amoral.
22
La Obje tiv idad de l Valo r
El valor se puede referir como todo objeto en cuanto que guarda
relaciones de adecuación con otro objeto. Esto signifi que cualquier objeto
puede ser valioso, todo depende de su armonización con otras cosas. Dicha
armonía o integración no depende de que el sujeto la capte o no; el sujeto
crea esa armonía, sino que se da mucho antes de que el sujeto la descubra y
la observe. Esa es la base de la objetividad de los valores. Además, un valor
tiende siempre hacia dos polos, dado que la adecuación o armonía entre dos
cosas puede tener, incluso grados o gamas entre los dos polos que suelen
considerarse, ésta es la base de la bipolaridad. Además los valores poseen
otra característica, son preferibles, es decir, muestran un cierto
ivo a las
facultades humanas. Los valores también son trascendentes, es decir, los
objetivos valiosos no agotan el concepto o esencia del valor que entrañan, ésta
es la diferencia entre valor y bien. Una última característica de los valores es
que son jerarquizables , es decir, todos ellos, guardan entre sí un cierto orden
en relación con las preferencias y características del ser humano.
Decir que los valores son objetivos equivale a decir que éstos existen en
la realidad independientemente de que éstos sean conoc
o no. En cambio
afirmar la subjetividad de un valor quiere decir que los valores son creados por
el sujeto. Esta objetividad y subjetividad son mutuamente excluyentes sino que
normalmente se complementa ya que puede ser que mientras existe una
relación de adecuación entre dos cosas (la objetividad del valor), en este caso
la persona y el objeto, es también posible que esta persona añada por su
cuenta (subjetividad) un elemento de preferibilidad al mismo objeto.
Normalmente a esa parte subjetiva del valor se le conoce como valorización,
que muchas veces es confundida con el valor. El valor es objetivo, ya que se
da independiente del conocimiento que se tenga o no de él, en cambio la
valorización es subjetiva ya que depende de las personas que juzgan; aún así
para que una valorización sea valiosa, debe tener un po de objetividad, es
decir, necesita basarse efectivamente en los hechos reales que se están
juzgando y no ser un producto de conductas viciosas o circunstancias
desfavorables del que juzga.
La Bipolaridad de los Valo re s
Cuando hablamos de valores se puede notar una característica peculiar,
siempre se consideran en pares, por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y
falsedad, bondad y maldad. Ahora bien en la mente humana podemos detectar
varias escalas que utiliza ésta para referirse al tema de los valores, aun cuando
siempre van de un polo superior hasta otro inferior y
versa, en el fondo se
vislumbran diversas estructuras noéticas con las cuales nosotros catalogamos
y damos peso a esos dos polos y además ordenamos los valores intermedios
entre los dos puntos extremos.
Estas escalas, por su parecido con las escalas numéricas, se denominan
de la siguiente manera:
1.
La Escala Bipolar. Es la más sencilla de todas. Esta escala
considera sólo dos calificativos, dos extremos opuestos, uno positivo y otro
negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida y muerte, aceptado o no
aceptado, etc.
23
2.
La Escala de múltiples valores positivos y negativos.
escala
considera además de los dos polos, la posibilidad de que existan matrices entre
los dos extremos. Se puede comparar con la escala algebraica que utiliza el
cero y a partir del cual se dan números positivos hacia arriba y números
negativos hacia abajo. Esta escala siempre promueve el nivel positivo, más y
más cualidades, más riqueza, más belleza. La ventaja enorme de esta escala
con respecto a la primera consiste en que en esta sí se admiten matrices, lo
cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus juicios de valor y se
sale del encasillamiento de la bipolaridad pura.
3.
La Escala de la normalidad central. Esta escala es un
más
sofisticada, ya que además de considerar los dos polos y las matrices de
valores, pone el peso axiológico en el centro de dicha escala, es como la
campana de Gauss, ésta es como una parábola, por lo tanto en su extremo
más alto se expresa el mejor valor y así va decreciendo hacia la izquierda y a la
derecha, es ahí donde se manejan los número negativos y positivos. Entonces
tenemos que se concibe lo normal como un valor en el centro y lo anormal
como valores hacia la derecha y hacia la izquierda. Hay que recordar que en
caso de los valores en estas escalas, éstos no se tratan de números, esta
escala es una simple analogía, pero muestra con claridad de que manera se
conciben algunos valores.
4.
La Escala del cero absoluto. Ésta es la más difícil de captar y de
aceptar, proviene de la Filosofía escolástica, y es comprable a la escala
termométrica de Kelvin que considera el cero absoluto
el punto inferior, de
tal manera que toda graduación es de números positivos. En esta escala no
hay números negativos y ésta es la tésis que sostiene esta Filosofía, tesis que
normalmente produce un fuerte rechazo cuando se oye por primera vez. A la
gente le cuesta entender que alguien sostenga la no existencia de valores
negativos y la inexistencia del mal. Para la Filosofía escolástica el mal es una
privación del bien, es decir, el mal como tal no existe, s
que existe es una
ausencia del bien. La privación es eso, la ausencia de algo que debería existir.
La Pre fe ribilidad de los Valo re s
Esta propiedad es el mismo corazón del valor. Consiste principalmente
en esa particularidad por lo cual los valores atraen la atención hacia sí mismos
la atención, las facultades y, en especial, la voluntad del hombre que los capta.
Cuando el hombre se encuentra enfrente de varias cosas, éste prefiere las que
encierran un valor.
Esta característica de atracción surge ante la imperfección que muestra
el ser humano y la necesidad que tiene éste de eliminarla, complementándose
con otros objetos, otros entes que de alguna manera llenan o satisfacen su
hambre de desarrollo y de plenitud. A partir de esta polarización: el atractivo de
los valores por un lado y la precariedad humana por el otros, el valor se ha
convertido en el satisfactor normal de la naturaleza humana imperfecta y
necesitada. El valor es el alimento del ser humano como tal, es el ente que se
adecua a la naturaleza humana dada su calidad de ente en desarrollo y
evolución. Captar los valores es lo mismo que reconocer el alim
adecuado
la propia naturaleza, a las propias facultades necesitadas
algún
complemento que las satisfaga.
24
Pero existe una situación precaria en la naturaleza hu
la ceguera
axiológica, es decir la incapacidad para reconocer por sí mismo cierto tipo de
valores. Nos muestra que el hombre requiere un desarrollo especial para poder
captar ciertos valores. Cuando se nace se tienen instintos y necesidades, por lo
que la persona busca instintivamente los bienes que lo satisfacen, pero con el
tiempo se va desarrollando y empieza a encontrar y apreciar
o a poco otros
valores, que antes le eran indiferentes. Con la educación y la cultura, un
individuo aprende a reconocer y apreciar valores cada vez más refinados. Pero
sin esa educación y cultura, el horizonte axiológico del individuo se queda
limitado, y aunque él quiera no podrá aprecia cierto t
de valores como por
ejemplo la belleza artística, ya sea en la música, en la pintura o en la literatura.
Esto tiene mucho que ver con la situación en que se en
cada individuo,
no todos nos cultivamos por igual.
Pero es peor la ceguera axiológica en el plano de lo moral, ya que el
adulto que no tiene la capacidad de captar y apreciar valor de la virtud, que
no encuentre la diferencia entre lo malo y lo bueno, sufre de una verdadera
privación y no de una simple negación. Es por ello que debe existir una
educación axiológica en el que al niño se le den todos los elementos para
crearle un ambiente en donde pueda asomarse a los valores que le van a
proporcionar la satisfacción de una naturaleza normalm
en crecimiento y
en busca de plenitud. Es importante orientar su motivación axiológica hacia los
valores que lo motiven sin perjudicar a nadie más.
Otros de los aspectos por los cuales los valores son preferibles es por su
trascendencia, trascender significa estar mas allá; por lo tanto; este término nos
indica que los valores sólo se dan con perfección más allá de este mundo, no
aquí. Y al buscarlos nosotros y aceptarlos como una guía en nuestros actos,
nosotros trascendemos con ellos.
La Jerarquización de Valores
Existe una gran cantidad de valores, pero pueden ser ordenado dentro
de una jerarquía que muestra la mayor o menor calidad de dichos valores
comparados entre sí. Es claro que no es igual lo material que lo espiritual, lo
animal o lo intelectual, lo humano o lo divino, lo estético o lo moral.
Por lo tanto para dicha clasificación utilizaremos el
de que el
valor será más importante y ocupará una categoría más elevada en cuanto
perfeccione al hombre en un estrato cada vez más íntimamente humano.
Entonces de acuerdo con este criterio tenemos que los valores se pueden
clasificar en:
1.
Valores Infrahumanos. Son aquellos que perfeccionan al hombre
en sus estratos inferiores, en lo que tienen en común
s los seres, aquí se
encuentran valores como son el placer, la fuerza la agilidad, la salud, etc.
Todos estos pueden ser poseídos por los mismos seres.
2.
Valores Humanos Inframorales. Son todos los valores humanos,
aquellos que son exclusivos del hombre, que perfeccionan los estratos que sólo
posee un ser humano, como lo son:
a.
Valores económicos. como la riqueza, el éxito, todo lo que
expansione la propia personalidad (valores eudemónicos)
25
b.
Valores noéticos. Son los valores referentes al conoci iento,
como la verdad, la inteligencia, la ciencia.
c.
Valores Estéticos. Como la belleza, la gracia, el arte, el buen
gusto.
d.
Valores sociales: como la cooperación y cohesión social, la
prosperidad, el poder de la nación, el prestigio, la autoridad, etc.
1.
Valores Morales. Son las virtudes como la prudencia, justicia,
fortaleza y templanza. Estos valore son superiores a los anteriores debido a
que los valores morales dependen exclusivamente del libre albedrío, en cambio
los otros dependen además del libre albedrío de otros actor, por ejemplo la
riqueza (puede heredarse), así como el grado de inteligencia y buen gusto.
Además los valores morales transforman al hombre de tal modo que lo hacen
más hombre, en cambio los inframorales sólo perfeccionan al hombre en cierto
aspecto, por ejemplo, como profesionista, sabio, artista, etc.
2.
Valores
Religiosos.
Son
los
valores
sobrehumanos,
sobrenaturales. Son una participación de Dios que está en un nivel superior a
las potencias naturales del hombre. Son pues la santidad, la amistad divina
(gracia), la caridad y en general las virtudes teologa
Estos valores
perfeccionan al hombre de un modo superior, ya no sólo de lo que tiene más
íntimo como persona, sino en un plano que no está dentro de los moldes
naturales de lo humano. Aquí se deja la puerta abierta a todo lo sobrenatural
que provenga de Dios. Su estudio corresponde más bien a la teología.
3.
La Jerarquía de Max Scheler. Normalmente cuando se estudian
las jerarquías d valores de los principales axiólogos, se nota un cierto
paralelismo dentro de sus diferentes categorías como e este tipo de jerarquía
propuesta por Max Scheler:
a.
b.
c.
d.
Valores
Valores
Valores
Valores
de lo agradable y lo desagradable
de lo noble y de lo vulgar
espirituales
de lo santo
La importancia de una correcta jerarquía de valores reside, sobre todo,
en la facilidad que puede proporcionar para una eficaz orientación de la vida
entera. Quien no tenga clara la jerarquía de valores normalmente se encontrará
perplejo frente a una decisión que tenga que tomar.
Con respecto al orden de los valores podemos utilizar
propuestos por Max Scheler:
criterios
a.
Duración. Es superior un valor que dure más que otro. sto se
refiere a la duración del bien en donde está encarnado un valor
b.
Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos pueda dividirse.
Una obra de arte no se puede dividir, en cambio los alimentos sí.
c.
Fundamentación. Es superior el valor fundamentalmente
respecto al valor fundamentado. Por ejemplo: la inteligencia fundamenta el
conocimiento científico.
d.
Satisfacción. Es superior el valor que satisface más.
debe
confundirse satisfacción con placer, la satisfacción puede ser intelectual y
espiritual.
26
e.
Relatividad. Es superior el valor que se relaciona con los niveles
superiores del objeto o la persona que está complementado.
A partir de dichos criterios cada persona puede organizar su propia
jerarquía de valores. El máximo inconveniente consiste en la facilidad de ese
orden. Ya que una cosa es lo que un sujeto dice acerca de su jerarquía de
valores y otra cosa es lo que de hecho realiza a lo largo de su vida.
El Pro ble ma de l Mal
La existencia del mal ha constituido un fuerte problema debido a que no
sabemos cuál es su esencia, qué actitud se debe de tomar frente al mal.
Además partimos del hecho de que existen situaciones nefastas, tales
como asesinatos, el secuestro, la violación, la guerra, la infinidad de víctimas
de un terremoto o de una inundación, el nacimiento de
niño sin brazos,
enfermedades incurables como el cáncer y el SIDA. A continuación veremos
cuáles son las diferentes posturas que debemos tomar frente a tales
desgracias.
1.
La Postura del Maniqueísmo frente al mal. Es una postura
(tachada como herética dentro de la Teología católica) que sostiene la
existencia de dos principios opuestos, dos dioses, el dios del bien y el dios del
mal. El primero se llama Ormuz y el segundo Ahrimán. Estos dos dioses luchan
entre sí y tratan de conquistar al mundo para su propio reino. En otras
palabras, esta postura consiste en atribuir consistenc positiva al mal, como si
el bien y el mal fueran dos enemigos (dos poderosos dioses) que luchan entre
sí para apoderarse del mundo. El uso de un lenguaje plagado de términos
negativos ha originado una verdadera tragedia en la Filosofía de la vida, pues
nos hace creer en la existencia de gigantes peligrosos cuando sólo existen
molinos que ejecutan su trabajo cotidiano.
2.
La Postura de la Filosofía Aristotélico – Tomista. De acuerdo con
esta postura el mal es la privación de un bien. Es decir, que el mal en sí, a
secas, no se da. El mal no tiene una consistencia independiente del bien, sólo
se entiende en función del bien. Entonces el mal es un término que sirve para
referirse a un faltante, a algo que de hecho no se da. Por ejemplo cuando
existe un objeto que tiene noventa cualidades y debería tener cien, decimos
entonces que el mal está en esas diez cualidades que faltan. Con esto
podemos insistir que, en el fondo, no hay valores negativos, sólo hay valores
positivos, y cuando hablamos de valores negativos, lo
se da a entender es
la privación del correspondiente valor positivo. Así pues la fealdad es una
privación de la belleza; la pobreza es la privación del valor riqueza; la falsedad
es la privación del valor verdad.
3.
La Positividad del Ser. Una de las principales enseñanzas de la
metafísica tomista es la positividad, la bondad del ser, y en la medida en que
participa de él es positivo, es bueno. Si algo no existe en el ser, es que no
existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no existe. Por lo tanto, a
lo que llamamos "malo" es tan sólo una privación de un bien, es decir, lo que
falta a un ente bueno para ser plenamente bueno, conforme a su esencia. Para
ilustrar más esta definición se puede citar a la energía térmica. Cuando un
objeto tiene mucha energía térmica podemos decir que está caliente, pero
cuando no tiene casi o es nula decimos que está frío, sería absurdo afirmar que
27
el frío existe, así es, el frío no existe, lo que si existe es la ausencia de energía
térmica.
4.
Diferentes escalas para referirse al mal. De acuerdo con las
cuatro escalas del sistema axiológico se pueden obtener algunas conclusiones
acerca del problema del mal.
a.
La primera escala, la bipolaridad exclusiva, nos proporciona una
visión del mal sumamente pesimista ya que lo que no es bueno, es malo
definitivamente. Y como no hay muchas cosas buenas.. el hombre con esta
escala entra en angustia con mucha facilidad.
b.
En cambio la escala del cero absoluto logra abstenerse del
empleo de dos términos diferentes para señalar los extremos
tos. Así,
por ejemplo, la energía calorífica es una buena expresión para indicar cualquier
grado de calor. Cuando se da poca energía calorífica, el sistema bipolar
empieza a utilizar el término frío.
c.
El uso del sistema bipolar de categorías para referirse al mal ha
dado origen a una teoría en la historia del pensamiento la cual ha recibido el
nombre de maniqueísmo. Aunque esta teoría es propia de la Teología, no deja
de abarcar una vertiente filosófica.
1.
La Postura de Pierre Teilhard De Chardin. Este autor nos
proporciona una pista para comprender la existencia de cosas y personas
malas, según él, el universo está en constante evolución y todo tiende hacia un
estado de perfección que llama el Punto Omega. A partir de e
iere que,
mientras estemos en evolución, lo normal es encontrar
chos grados de
imperfección, y esto es precisamente a lo que nosotros lla mos mal. En otras
palabras el mal es nuestro modo de percibir y catalogar el estado imperfecto de
las cosas que aún no llegan a su etapa definitiva de evolución, el mal es lo que
nos falta para llegar a la perfección, la cual, obviamente no es lo que abunda.
Una consecuencia que se obtiene a partir de esta postura es que no habría que
escandalizarse por tantos sucesos negativos que están pasando en nuestra
realidad ya que no son sino la expresión de una etapa intermedia en el proceso
evolutivo del universo. Pero este modo de ver las cosas no tiene porqué
llevarnos a tomar una postura de indiferencia o de apatía ante los males que se
constatan. Al contrario, el incremento de la bondad es precisamente la
responsabilidad de la persona que toma conciencia de las etapas de evolución
del mundo en que vive.
2.
El conocimiento holístico frente al mal. Trata de referirse al bien y
al mal de otra manera, ésta prescinde de estructuras noéticas, aun cuando no
sea en forma total. Si prescindimos de las estructuras noéticas del bien y el
mal, podemos establecer una tesis que no deja de ser extraña en el mundo
occidental: Las cosas simplemente son. El calificativo de bueno o malo es un
añadido que hacemos en función de una comparación con un criterio dado. Los
orientales sostienen por medio de un famoso aforismo: El bien y el mal son una
enfermedad de la mente.
3.
La Existencia del mal y la bondad de Dios. Esta postura nos dice
que no existe un Dios malo como lo dice el maniqueísmo
que Dios ha creado un mundo en evolución y, por tanto, un mundo que
necesariamente implica etapas de imperfección y de acercamiento al ideal que
todos asumen como perfecto. Hace énfasis en que no debemos lamentarnos
28
por lo malo que ocurre ya en sí el mal no existe, solo existe un faltante de
perfección en las cosas que para nosotros son malas, y debemos de tratar de
sacarle provecho a todo lo que ocurra ya que como dice el dicho "no hay mal
que por bien no venga" o no hay nada tan malo que no nos pueda proporcionar
algún beneficio.
4.
La Responsabilidad del Hombre frente al mal. Los que nos dice
esta postura es que aunque el mal es la imperfección la cual no se ha logrado
eliminar del todo debido a que estamos en un proceso de evolución y no
tenemos por que alarmarnos, no debemos de tener una actitud de
irresponsabilidad ante nuestros actos. Debemos ser responsables con nosotros
y no convertirnos en personas apáticas, tratar de ampliar nuestro horizonte
axiológico mediante el estudio. Pero existen situacion
as que no todos los
seres humanos podrán desarrollarse correctamente como
ya que
aunque quieran asumir la responsabilidad de ser individuos
ores pudiera
ser que la situación en que se encuentren, económica, mocional, física, etc.
No les permita desarrollarse como personas, pero al fin y al cabo es el costo de
la evolución.
5.
La actitud Positiva frente al mal. La humanidad en su
llega a captar ciertos valores y realiza la comparación con los hechos que le
rodean. El resultado de dicha comparación es deprimente por lo que se llega a
una etapa de "conciencia infeliz", y es que en efecto, cuando más claro
aparece el horizonte de los valores, más fácil surge el juicio negativo hacia la
realidad que nos rodea. El error no está en el juicio de evaluación, sino en la
pretensión de que ese juicio es completamente objetivo. En contraste lo que se
propone es la de ser que "el ser es lo que es" sin mayor calificación. El
calificativo de bueno o malo está en nuestra mente, cualquier situación podría
considerarse como buena o mala según el criterio que se utilice para emitir el
juicio evaluatorio. Lo que se deriva entonces es una actitud de obtener
provecho aún de aquello que se considera negativo y que deprime a la mayoría
de gente. Ahora bien, la actitud positiva frente al ma no está en pugna con la
compasión frente a las personas que padecen alguna enfermedad, una
injusticia o la muerte de un ser querido. La empatía y la compasión son virtudes
propias de aquellas personas que saben desprenderse de sus propias
categorías y comparten con los demás sus propias situaciones. Este criterio se
puede aplicar también ante lo que se llama "el mal moral, el acto deshonesto, el
pecado, el acto humano malo". Por supuesto que existen actos humanos
malos, es decir, que no están de acuerdo con los valores morales, con las
exigencias de la naturaleza humana. La perspectiva que acabamos de
mencionar se puede aplicar de la siguiente manera: la
que ejecuta un
acto humano malo de todas maneras ha elegido un bien,
que atare su
voluntad, a su naturaleza; de no ser por esto el sujeto no elegiría tal conducta.
El que roba quiere el dinero del Banco, lo cual es un bien. El que fornica quiere
el placer sexual, que también un bien. El mal moral está en desorden con
respecto a las normas morales, o mejor dicho, con respecto a las exigencias de
la naturaleza humana. Podemos concluir, pues que aun en el hecho del mal
moral existe un bien. Así se explica que de hecho existan personas adictas a
esos bienes. Lo cual no impide la reprobación de dichos actos por parte de las
normas morales y de una sana actitud Ética.
29
De finic ió n y Divis ió n de la Le y Moral
Además de las leyes físicas que gobiernan a los seres materiales nos
encontramos con las leyes morales que gobiernan al hom
en su conducta
libre. Santo Tomás de Aquino definió la ley de la siguiente manera "Es una
ordenación de la razón, promulgada para el común por quien tiene el cuidado
de la comunidad". Dicha definición tiene un contenido intrínseco en ella:
a.
"Ordenación...": Una ley es una orden o mandato, la palabra
orden significa en general la correcta disposición de las partes en el todo.
b.
"...de la razón...": Significa que la fuente o el origen de la ley es la
razón. Solamente así se garantiza la correcta legislación, con carácter
universal.
c.
"...promulgada...": Significa dictaminada o publicada. Esta
promulgación puede ser explícita (en el caso de las leyes positivas) o implícita
(en el caso de las leyes naturales), de tal modo que e hombre tiene que
descubrirla tal como está inscrita en la misma naturaleza humana.
d.
"...para el bien común": Esta es la finalidad de la ley moral. No se
trata de beneficiar solamente a la autoridad o aun sector, sino a la comunidad
en general, aun cuando esto implique el sacrificio de
s bienes
particulares.
e.
"...por quien tiene el cuidado de la comunidad": Nos indica quién
es la persona que debe dictar las leyes. Efectivamente, es la autoridad, el jefe
de la comunidad, áquel que ha asumido la responsabilidad de preocuparse
el bienestar de la sociedad, ése es el más indicado para dictar las leyes
correctas, en función del conocimiento que debe adquir acerca de las
necesidades de los súbditos.
En sí, éstas son las cualidades que debe tener una ley moral.
la
medida en que llegue a carecer de alguna de ellas pierde su validez como ley
moral. No hay que olvidar que el núcleo o esencia de la ley moral está en ser
una expresión de la razón, de la recta razón, que tras
los intereses
inmediatos, y dispone las cosas en el puesto que les corresponde.
Una vez definida la ley moral es importante saber su división,
normalmente se dividen de esta manera según sus carácterísticas:
a.
Por su naturaleza. La ley moral puede ser imperativa (manda
hacer algo), prohibitiva (lo impide) y permisiva (sola
ice lo que es lícito).
b.
Por su promulgación. La ley moral puede ser natural (está escrita
en la propia naturaleza y debe ser descubierta por el
mbre y no es el
producto de la inventiva de éste) o positiva (está escrita materialmente en un
código).
c.
Por su duración. La ley es eterna (siempre ha tenido y tendrá
vigencia), y temporal (tiene una vigencia transitoria).
d.
Por su autor. La ley es divina o humana. Hay que decir que la ley
natural sólo puede ser divina (es decir, procede de Dios, creador de la
naturaleza). En cambio, la ley positiva puede ser divina o humana, pues tanto
el hombre como Dios pueden dictar leyes que expliquen
.
De todos estos tipos de leyes destacan: ley eterna, ley natural, ley
positiva en ese orden.
30
Jerarquía de la Leyes
Como ya se mencionó, las leyes manifiestan una ordenación de mayor a
menor importancia, en vista de su origen y su contenido. A continuación se
mencionan y explican cada una de estas jerarquías.
1.
La Ley Eterna. Entre todas las leyes, ésta es la primera, la ley
eterna. Es decir la ley que está, desde siempre, en la
de Dios y que rige
el Universo en todos sus aspectos).. Puesto que no conocemos directamente a
Dios, tampoco tenemos conocimiento directo de la ley eterna. Sin embargo, se
demuestra que existe esa ley, desde el momento en que otamos el orden y la
armonía del Universo. Para poder, entonces, explicar ese orden y armonía,
necesita admitir la existencia de leyes que lo rigen, ste es el caso de las leyes
eternas.
2.
La Ley Natural. Es una participación de la ley eterna, está inscrita
en la naturaleza humana, y tiene como finalidad, regir los actos libres del
hombre; esta ley tiene la propiedad de ser universal e inmutable. Es universal
(válida para todos los hombres, de cualquier raza, época y lugar), ya que está
inscrita en la naturaleza humana que es la misma en todos los hombres, por lo
tanto, todo hombre, por el hecho de serlo, tiene grabada, en sí mismo, esa ley
natural, a la cual debe someterse. La ley natural es además inmutable, es
decir, con cambia con el tiempo, puesto que la naturaleza humana no cambia.
Pero aunque la ley natural no cambie, el conocimiento que tenga los hombres
acerca de ella si puede cambiar en las diferentes épocas y culturas.
3.
La ley Positiva. Es la que se promulga explícitamente
un
código, y sirve como complemento a la ley natural, pues desarrolla y explica
cómo debe actuar el hombre en situaciones más concreta Estas leyes
pueden ser divinas o humanas. El decálogo del Sinaí es un ejemplo de una ley
positiva divina. Las leyes positivas humanas abarcan todo lo que se llama
derecho positivo, incluyen las Constituciones, los Códigos Civiles, et Las
leyes positivas deben de ser justas (que esté de acuerdo con la ley natural),
útiles (que no se multiplicaran en exceso, pues darían lugar a una opresión) y
estables (aunque no posea la inmutabilidad de la ley natural, por lo menos,
tenga cierto lapso razonable de vigencia, para que coopere efectivamente al
bien de la comunidad).
En resumen:
·
·
Las Leyes eternas rigen el universo desde la mente divina.
Las Leyes naturales son una participación de las leyes eternas y
rige a los hombres en sus actos libres.
·
Las Leyes positivas son un complemento de las Leyes naturales,
y en ellas deben basarse para que sean justas.
La Oblig ac ió n Moral
Una vez explicados los temas de la noción, clases y jerarquía de ley,
podemos ahora enfocarnos al problema de la fundamentación moral,
¿realmente obligan las leyes?, ¿Qué se entiende por ob ación moral?. Para
esto tendremos que definir primero lo que es en realidad la Obligación Moral.
La auténtica Obligación Moral no es la obligación que se siente por la
presión externa, ni el temor al castigo, tampoco es la acción del Super Yo, que
31
desde el inconsciente impulsa el cumplimiento de las normas inflexibles y, la
mayoría de las veces inadecuadas. No es mucho menos ese tipo de acción
psíquica originada por el inconsciente. La Auténtica Obligación Moral lejos de
ser una presión originada en la autoridad, o en la sociedad, o en el
inconsciente, o en el miedo al castigo, es de tipo racional. Se define así "Es la
presión que ejerce la razón sobre la voluntad, enfrente de un valor".
Cuando una persona capta un valor con su inteligencia, se ve solicitada
por dicho valor, y entonces la inteligencia propone a
voluntad la realización
de tal valor. Pero la inteligencia presiona suavemente, sin suprimir el libre
albedrío; simplemente ve una necesidad objetiva y como tal la propone a la
voluntad para su realización. Se trata pues, de una exigencia propia de la
razón, fundamentada en un valor objetivo, pero nacida
lo más íntimo y
elevado de cada hombre: su propia razón. Por lo tanto la Obligación Moral es
autónoma y no incompatible con el libre albedrío.
Una vez definida la obligación moral lo que sigue es fundamentarla. La
base de la obligación, tal como se explicó, es la razón frente a un valor. Por
esto se dice que el fundamento próximo de la obligación moral es el valor. Y no
sólo en el plano subjetivo, sino que también en el plano objetivo, ya que, la ley
es la expresión de un valor originada en la razón. Esta misma ley es la cualidad
de producir en el sujeto, que se guía por su recta razón, el sentimiento de
obligación. A esto se le llama "obligatoriedad de la l
propiedad típica y que
se deduce a partir del valor expresado por ella. En otras palabras: el hombre,
con su razón, trasciende al plano de los hechos y percibe el valor de las leyes,
con esto el mismo se impone una obligación o exigencia de tipo racional, sin
menospreciar su libre albedrío y su autonomía. Ésta es la fundamentación de la
Obligación Moral.
Propie dade s de l Ac to Hone s to
La Ética es una ciencia práctica, por lo tanto, está hecha para ser
encarnada en la conducta humana. Lo normal de derecho pide su realización
hasta convertirse en lo normal de hecho. La obligatoriedad de esa presión por
parte de la razón, para que la voluntad escoja el valor propuesto. La realización
de la moral se puede estudiar bajo varios aspectos. El principal es la serie de
deberes que en concreto se imponen a cada persona en relación con los
demás hombres, consigo misma, con Dios, con la sociedad, como profesional,
etc. Pero antes de estudiar los deberes del hombre debemos mencionar y
describir las propiedades de un acto honesto que forma parte de la conducta
humana.
1.
Responsabilidad. Es la propiedad del acto humano por la cual el
sujeto que lo ejecuta debe dar cuenta de él, es decir, debe participar de los
beneficios, si el acto es honesto o reparar los perjui s si el acto es
deshonesto. La responsabilidad está en función de la libertad del sujeto. La
razón de la responsabilidad que recae sobre él está ju mente en el hecho de
que ese acto se ha originado en una elección libre del sujeto.
2.
El Mérito. Es el derecho a una recompensa por haber actuado
bien. Lo contrario sería el demérito. Este derecho a la recompensa tiene su
base en el hecho de que un acto honesto produce beneficios a otras personas.
Esas personas, por lo tanto, deben de recompensar el b
cio recibido. En la
Filosofía escolástica, a este mérito se le conoce como de condigno o de estricta
32
justicia. Además, existe el mérito de congruo, y es el derecho a una
recompensa en virtud de una recompensa. Este es el tipo de mérito que tiene
el hombre respecto a los premios otorgados por Dios. Existe un segundo
concepto de mérito: es el incremento de valor moral, en virtud de los actos
honestos ejecutados. Esta clase de método está relacionado con la bondad y el
beneficio del acto.
3.
La Sanción. Es el correspondiente premio o castigo que se
merece por el cumplimiento o violación de la ley. Se consideran dos tipos de
sanción: la intrínseca que es la consecuencia natural
la misma conducta
humana, por ejemplo, la satisfacción o el reproche de la propia conciencia. Y la
extrínseca que es el premio o castigo expresamente señalados por el
legislador, a aparte de la sanción intrínseca o natural. Es necesario evitar dos
extremos opuestos respecto a la sanción. Ya que algunos abusan de los
premios, de tal manera que, llegan a deformar la conciencia del educando de
modo que el acto honesto se convierte para ellos en el premio que les dan por
hacerlo. Tampoco hay que exagerar en los castigos ya pueden causar que los
educandos se conviertan en sujetos tímidos y apocados
en su caso,
rebeldes. La sanción correcta tiene como finalidad inc
a los hombres hacia
el bien y apartarlos del mal. Tiene una función preventiva y además trata de
corregir al que ejecuta actos deshonestos procurando que no reincida; ésta es
la función medicinal.
4.
El Progreso moral. Consiste en el mejor conocimiento y aplicación
de las normas morales. Puede registrarse tanto individual como
colectivamente. Independientemente del juicio que se haga con relación a la
moral de la humanidad es necesario evitar el optimismo y pesimismo
exagerados. Ni es cierto que el pasado fue mejor, ni tampoco es cierto que sólo
lo moderno tiene valor. En todo caso el progreso moral, tanto individual como
colectivo, suele manifestarse en función de estas dos cualidades, por lo menos:
1.
en el plano intelectual, la tolerancia (respeto a las ideas de otros)
2.
en la línea de la voluntad, la tendencia a la unidad (es decir, a la
solidaridad y cohesión entre los diferentes estratos o miembros de una
sociedad).
La Es e nc ia de la Virtud
La virtud es otra propiedad de los actos, honestos, en cuanto que se
repiten y dejan en el sujeto una huella que facilita la buena conducta. Sin
embargo, no todos aprecian la virtud como un valor moral positivo.
Por eso es necesario definir con mayor precisión la esenc de la virtud,
aclarar los malentendido y describir las principales virtudes concretas que el
hombre de hecho posee.
a.
La virtud es una cualidad. En primer lugar, no deben confundirse
la virtud y el acto honesto. Una persona puede realizar actos honestos sin tener
virtud. Ésta es una cualidad que inclina y facilita la realización de dichos actos.
b.
Cualidad adquirida. Este dato es muy importante ya que no hay
virtudes innatas. Todas deben adquirirse basándose en un esfuerzo y
repetición. La virtud, como todo valor moral, depende de la actuación voluntaria
y libre del sujeto. Otros valores pueden heredarse, mas la virtud no.
33
c.
Es una cualidad estable. Las virtudes son hábitos buenos, se
adquieren y poseen cierta estabilidad en la persona, son, además, susceptibles
de incrementarse lentamente de modo positivo o negativo.
d.
Facilita el acto honesto. Ese es el efecto de la virtud. Quien la
posee tiene mayor facilidad para actuar bien; lo hace
agrado y, además,
puede realizar actos que, sin ella, sería imposible.
De todo lo anterior podemos sacar la siguiente definición de la virtud: Es
una cualidad estable y adquirida que facilita el acto honesto.
Las virtudes pueden ser naturales (prudencia, justicia, fortaleza y
templanza) o sobrenaturales (fe, esperanza y caridad), según que corresponda
al nivel humano o estén por encima de las capacidades
as de la
naturaleza del hombre. También se dividen en intelectuales (prudencia, ciencia,
arte, sabiduría e intuición) y morales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza),
según residan ya sea en los apetitos o en la inteligencia.
Las virtudes morales hacen al hombre bueno. No es posible usarlas mal.
En cambio las virtudes intelectuales sólo hacen bueno l hombre en cierto
aspecto, y, en algunos casos, podrían estar en contra
valor moral. Por
ejemplo: la justicia siempre es un valor moral positivo. En cambio, el arte o la
ciencia podrían utilizarse incorrectamente (crimen, guerra, pornografía),
proporcionando al sujeto valores morales negativos. Solamente la prudencia es
al mismo tiempo intelectual y moral.
a.
Prudencia. Es la virtud de la razón, por la que el hombre sabe lo
que hay que hacer o evitar en momento presente.
b.
Justicia. Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Una
persona que de modo constante, respeta los derechos ajenos y le da a cada
uno lo que se le debe, tiene la virtud de la justicia. Se pueden considerar tres
clases de justicia: conmutativa, distributiva y legal o social.
o
La justicia conmutativa rige las relaciones entre personas
particulares
o
La justicia distributiva rige las relaciones entre la
iedad y el
súbdito
o
La justicia legal o social rige las relaciones del individuo con
respecto a la sociedad es la voluntad de actuar en atención al bien común.
a.
Fortaleza. Es la firmeza del alma, capaz de vencer las dificultades
propias de la vida.
b.
Templanza. Es la virtud cuyo objeto consiste en moderar los
placeres sensibles. Puede tomar la forma de sobriedad, en lo que se refiere al
gusto por los alimentos y la bebida; o bien, castidad, cuando modera el instinto
sexual. La humildad es también una forma de templanza, puesto que modera el
gusto excesivo por la propia fama y gloria.
El hombre vive en sociedad, y por lo tanto recibe la influencia de los
estatutos y realización de sus instituciones. Como son la Familia, la Escuela, el
estado y la Iglesia.
34
Étic a Profe s ional
Ya definimos a la Ética como la ciencia que estudia la bondad o maldad
de los actos humanos ahora nos toca definir lo que es a Profesión. La
profesión puede definir como "la actividad personal, puesta de una manera
estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio, a impulsos de
la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana".
En un sentido estricto esta palabra designa solamente s carreras
universitarias. En sentido amplio, abarca también los
icios y trabajos
permanentes y remunerados, aunque no requieran un título universitario.
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una situación que le confiere
deberes y derechos especiales, como se verá:
1.
La Vocación. La elección de la profesión debe ser comp
mente
libre. La vocación debe entenderse como la disposición que hace al sujeto
especialmente apto para una determinada actividad profesional. Quien elige de
acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la m
de su éxito en su
trabajo. En cambio, la elección de una carera profesional sin tomar en cuenta
las cualidades y preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente los gustos de
los padres, o los intereses de la familia, fácilmente puede traducirse en un
fracaso que, en el mejor de los casos, consistiría en un cambio de carrera en el
primero o segundo año, con la consiguiente pérdida de tiempo y esfuerzo.
2.
Finalidad de la Profesión. La finalidad del trabajo profesional es el
bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está
siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades
especializadas para el beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y finalidad,
una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en
el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.
3.
El Propio beneficio. Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y
utilidad de la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque todo
el mundo se inclina por naturaleza a la consideración
provecho personal,
gracias a su profesión. No está de más mencionar el sa
cio que entrañan
casi todas las profesiones: el médico, levantándose a edia noche para asistir
a un paciente grave; el ingeniero, con fuertes responsabilidades frente a la
obra, etc. La profesión también gracias a esos mismos trabajos, deja, al final de
cuentas, una de las satisfacciones más hondas.
4.
Capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer una
preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual, capacidad moral y
capacidad física.
o
La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos
que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos
especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los
estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante las revistas,
conferencias y las consultas a bibliotecas.
o
La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo
cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, digna del aprecio de
todo el que encuentra. Abarca no sólo la honestidad en el trato y en los
negocios, no sólo en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo
35
pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera
profesional en un horizonte mucho más amplio.
o
La capacidad física se refiere principalmente a la salud y a las
cualidades corpóreas, que siempre es necesario cultivar, como buenos
instrumentos de la actividad humana.
1.
Los Deberes Profesionales. Es bueno considerar ciertos deberes
típicos en todo profesional. El secreto profesional es uno de éstos, éste le dice
al profesionista que no tiene derecho de divulgar información que le fue
confiada para poder llevar a cabo su labor, esto se hace con el fin de no
perjudicar al cliente o para evitar graves daños a terceros. El profesional
también debe propiciar la asociación de los miembros de su especialidad. La
solidaridad es uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad del
nivel intelectual y moral de los asociados. En fin al profesional se le exige
especialmente actuar de acuerdo con la moral establecida. Por tanto, debe
evitar defender causas injustas, usar sus conocimiento como instrumento de
crimen y del vicio, producir artículos o dar servicios de mala calidad, hacer
presupuestos para su exclusivo beneficio, proporcionar falso informes, etc.
Cuando un profesional tiene una conducta honesta, dentro y fuera del ejercicio
de su profesión, le atraerá confianza y prestigio, lo cual no deja de ser un
estímulo que lo impulsará con más certeza en el recto ejercicio de su carrera.
Valo re s Étic o s Funda me ntale s
Los valores éticos son estructuras de nuestro pensamiento que
mantenemos preconfiguaradas en nuestro cerebro como especie humana de
cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados para
conseguir nuestras finalidad. Al hablar de valores es mportante diferenciar
entre los valores que podemos llamar finales y los valores de tipo instrumental.
Los valores instrumentales son modos de conductas adec
o necesarios
para llegar a conseguir nuestras finalidades o valores existenciales. Estudios
realizados por Rockeach demuestran, que mientras el nú ero de valores
finales que las personas dicen usualmente poseer no son mucho más de una
decena, el número de valores instrumentales es más elevado, aunque no llega
al centenar. No necesariamente debe existir una correspondencia puntual entre
los valores finales e instrumentales. Además, para la obtención de un
determinado valor final, puede ser necesario un determinado conjunto de varios
valores instrumentales. Debemos tener en cuenta que cuando un valor
meramente instrumental se le atribuye un valor extraordinario, pasa a ser
percibido como final por su poseedor. Lo que tienen más propio los valores
éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que
comportan, es decir, son unos valores que se nos imponen como pautas de
nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con nuestros deseos,
pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder
categoría como personas que somos.
Justicia. Históricamente ha recibido muchas formulaciones, siendo la
más clásica la de Ulpiano, al decir que la justicia consiste en “dar a cada uno lo
36
suyo”. Las tradiciones liberal y social que confluyen en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos acabarán reconociendo que la j icia consiste en
“dar a cada uno las condiciones para vivir en libertad y en igualdad”. En
realidad la justicia es un valor que articula los restantes: el respeto a la libertad
y su potenciación, el fomento de la igualdad, la realización de la solidaridad, el
respeto a las diversas formas de vida, la toma de deci
s comunes a través
del diálogo de manera responsable. Cuando se da todo eso, entonces se da la
justicia.
Ve rdad.
El significado empírico de la verdad: puesto de manifiesto por el amplio y
rápido desarrollo de las ciencias positivas. Aquí la verdad coincide con la
verificabilidad; es verdad lo que es comprobable y cuantificable, pero
la
superación de todo monismo positivista. La veracidad es /virtud moral. Como
tal es actitud de toda la persona: disposición de la libertad, que yo soy, a la
verdad. Y es virtud social, que abre a los demás, cualificando y promoviendo
las relaciones. La veracidad es virtud de fidelidad: fidelidad a la verdad y en la
verdad.
El hombre y la verdad El hombre se mide por la verdad es medido por
ella. Este ser, que es centro y señor del universo, no está por encima de todo,
no es dueño y árbitro de una existencia carente de significado. Él está por
debajo de la verdad, de la cual todo el ser y el existir recibe sentido y valor. La
verdad hace la vida: la funda, la dirige, la finaliza. El hombre la busca y la
acoge como promesa de libertad y creatividad.
Libertad. Un valor que todos reconocemos, pero que pocos sabemos
defender, o del cual podemos abusar.
La libertad es un derecho natural de la persona, sin i
la edad,
sexo o cualquier otra diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad
podemos realizar aspiraciones: un mejor nivel de vida, formar a los hijos para
que aprendan a tomar mejores descisiones, buscar un lugar adecuado para
vivir, participar de manera activa en beneficio de la
iedad, llevar una vida
congruente con la moral y la ética en todo el quehacer profesional, buscar una
educación de calidad… pero éstos son los efectos de la libertad, no la libertad
misma.
La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y
el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica
cer lo bueno o
malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra
manera, se reduce el concepto a una mera expresión de
impulso o del
instinto
La libertad y la ética: Desde un punto de vista ético la libertad humana se
puede definir como la “autodeterminación axiológica.”
significa que una
persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su
conducta, pues él mismo la determina en función de los valores que
previamente ha asimilado. Cuando no se da la libertad –o se da en forma
37
disminuida– entonces el sujeto actúa impedido por otros factores,
circunstancias y personas, de modo que ya no puede dec
que es el
verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se dice que la
condición previa de la libertad en un individuo es la
ación y asimilación de
los valores. En la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico
podrá ampliar paralelamente el campo de su propia libertad. Y en la medida en
que una persona permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que
posee una limitación en su libertad.
Re s po ns abilidad.
La humanidad ha realizado enormes avances tecnológicos, pero la
propia tecnología ha generado nuevos problemas y desafíos. La
responsabilidad hace referencia al hecho de que se le
an cuentas a una
persona por las consecuencias negativas de algo que ha realizado o dejado de
realizar, o se le reconozcan las consecuencias positivas. La responsabilidad,
como valor ético, tiene que ver con las consecuencias justas o injustas. Cuando
atribuimos a una persona responsabilidad ética pensamo que la persona
puede controlar su comportamiento a través de cuatro capacidades: a. Libertad
de elección, es decir, capacidad de preferir una acción frente a otras posibles.
b. Reflexión, que consiste en la capacidad de valorar
mente los motivos
de su acción. c. Anticipación, que es la capacidad de
iderar las
consecuencias previsibles de la acción. d. Sentido de
justicia, esto es, la
capacidad para distinguir lo justo de lo injusto. Cuanto mayor es el poder que
una persona tiene, mayor es también su responsabilidad.
Valo re s é tic o s
Lo que tienen más propio los valores éticos (o, si queremos, los valores
morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos valores
que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los
éticos,
pueden no coincidir con nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar
realizarlos si no queremos perder categoría como personas que somos. Nadie
está obligado a ser una persona bella, ágil o simpátic pero toda persona está
moralmente obligada a ser justa. Los valores éticos, a diferencia de los que no
lo son, dependen de la libertad humana: una persona puede no ser justa,
negando la exigencia universal de justicia. Y porque dependen de la libertad,
los valores éticos sólo pueden atribuirse a las personas, no a las cosas: un
paisaje puede ser bello pero no justo, unas deportivas pueden ser cómodos
pero no buenas en sentido moral. Valores éticos: implican un deber hacer.
Todos los valores comportan un deber ser: es deseable
alegre, ser
enérgico, ser útil, … Pero los valores éticos, además de este deber ser implican
uno deber hacer, son una prescripción o norma que tenemos que cumplir.
El valo r de la v ida humana
La vida es un interrogante para todo hombre. Dentro de la temática de
este texto es muy interesante confrontar la respuesta que le dan los creyentes,
los agnósticos y los ateos. Es observable en los finales de este siglo XX un
fenómeno nuevo en la historia de la humanidad, que es el desprecio a la vida o
38
una "cultura de la muerte". Este hecho encuentra su explicación en las ideas
materialistas que se han extendido por amplios sectores de la sociedad.
Para el creyente -coincidiendo con el sentido común- la vida es una
realidad muy rica y atrayente, incluso cuando la vida
afectada por algún
defecto o dolor. Cualquier valor necesita de la vida para hacerse realidad. Si no
hay vida todo valor carece de sentido. Pero surge el interrogante de la muerte:
la vida humana en esta tierra es limitada, acaba con la disolución del cuerpo.
Todo acaba, dirá un materialista, y, en consecuencia,
do de la vida será
conseguir el máximo placer posible y evitar el dolor; si éste aparece de una
manera ineludible mejor será acabar con la vida. El in nto natural rechaza
esta respuesta y la mayoría de los hombres se aferran a la vida. La fe
proporciona la razón al deseo de vivir: vivimos para algo. La vida humana es
una oportunidad a través de la cual se puede conseguir una fel idad total
según una vida eterna conforme a los deseos que vislumbra el corazón
humano.
La moral sobre la vida es una piedra de toque clara sobre el valor de
muchos planteamientos ideológicos. El cristiano respeta la vida. El materialista
y el ateo la manipulan y recurrirán al aborto, a la eutanasia o al suicidio cuando
surja algún problema que altere su aparente deseo de felicidad o placer. Las
consecuencias son cada vez más negativas como lo atestigua la experiencia;
conduce al desprecio de la vida humana.
Ac titud de re s pe to
Todo el mundo valora positivamente el respeto al entorno, y de modo
más acusado cuanto más cercano es y más necesaria su integridad para lo que
se llama la calidad de vida. Pero nada es tan cercano ni tan necesario como el
propio cuerpo. En su situación presente, el hombre no puede hacer nada sin él,
y actúa sólo torpemente si el cuerpo se entorpece.
El hombre no es dueño de su ser. Ni aun queriendo puede regresar a la
nada. Desde fuera nadie puede determinar tampoco el destino de este ser.
Pero desde dentro sí que se determina, alcanzando la bienaventuranza o la
perdición definitivas. Lo que ahora interesa advertir es precisamente que el
hombre sólo puede colaborar con su cuidado actuando, y sólo puede actuar
mediante su cuerpo, que es parte de él mismo. El daño al cuerpo (o daño a la
vida, si preferimos esta expresión más abstracta), es
atentado a la plenitud
que podría conseguir el hombre en ese "hacerse", que e lo que da sentido a
su existencia.
El hombre no es dueño absoluto de su cuerpo (o de su vida, que aquí
viene a ser lo mismo, pues es la destrucción del cuerpo lo que produce la
muerte). Ni se ha dado el cuerpo a sí mismo, ni lo ha recibido para tratarlo
como se le antoje. El cuerpo es una realidad de una complejidad y
ión
extraordinarias, capaz de acoger y servir a un alma espiritual, y requiere unas
atenciones y una utilización adecuadas a lo que se podría llamar su "alta
tecnología".
39
Haciendo una comparación pobre y defectuosa, es como un gran
ordenador puesto al servicio de un investigador famoso ¿Qué pensaríamos si
de pronto ese investigador rompiera el ordenador a golpes, o lo utilizara para
sentarse, o lo dejara expuesto a la lluvia? Quizá que
perdido la razón, o
que quería abandonar su trabajo y protestar violentamente contra la sociedad.
Se nos ha dado la vida para que realicemos una tarea de que resulta
nuestra propia perfección y felicidad, y que influye también en la de los demás.
Para esto hay que usar el cuerpo al menos con la misma experiencia, cuidado
y dedicación con que el investigador utiliza sus instrumentos de precisión.
Quitarse la vida se explica sólo por la locura, en cualquiera de sus formas, o,
en un caso extremo, por una protesta a la vida.
El hombre es sólo administrador de su vida, de forma que no puede
quitársela (ni aun perjudicarla si no hay un motivo suficientemente grave), con
menos razón pueden interferir en ella los otros hombres.
La v ida e s un don
"Por un lado, mi vida me pertenece, puesto que constituye,
el contenido real histórico de mi ser en el tiempo. Pero, por otro
lado, esa vida no me pertenece, no es, estrictamente hablando,
mía, puesto que su contenido viene, en cada caso, producido y
causado por algo ajeno a mi voluntad".
(M. García Morente)
En todos los pueblos se ha tenido a la vida un respeto sagrado, a su
transmisión y a la muerte se las ha rodeado de un halo sagrado. La vida era
algo que venía de los dioses y era a ellos a quienes se atribuía la muerte.
La v ida e s una tare a
A menudo se llama vida al conjunto de las tareas que un hombre realiza
a lo largo de su existencia. De esta forma se entendía en un programa de la
televisión, de hace algún tiempo, donde después de pasar revista a los
principales hechos de su vida, se despedía al entrevistado con est expresión:
"Fulano, ésta es su vida".
La vida está hecha del conjunto de empresas y actos que el hombre
realiza. Es el tiempo que el hombre tiene para sembrar para la eternidad: y vale
lo que valga la tarea realizada para alcanzar un día el Bien absoluto.
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Ac to s Co ntrario s al Re s pe to a la Vida
Se oponen a la vida, valor supremo en un cierto sentido, todos aquellos
actos que no la respeten, en uno mismo o en los demás, o que de algún modo
impidan la realización de la tarea que cada hombre debe llevar a cabo. La falta
de respeto fundamental, la privación total de la vida, constituye evidentemente
una falta grave.
Privac ión de la vida
El acto de quitarse la vida o suicidio es objetivamente el peor mal que
uno se puede hacer a sí mismo y también el de peores consecuencias ya que
no deja lugar al arrepentimiento y a pedir perdón por la grave ofensa que se le
hace al despreciar el mejor don que nos ha hecho. También es una falta de
justicia con la sociedad y, si la hay, con la familia. Pero muchas veces el
suicidio obedece a estados patológicos, momentáneos o
permanentes,
tales como algunos tipos de depresiones especialmente temibles.
El suicidio se favorece indirectamente cuando en una sociedad se crea
un ambiente de falta de respeto a la vida con leyes que favorezcan el aborto, la
eutanasia, o con la difusión, a través de los medios de comunicación, de
opiniones que presentan el suicidio como una "salida d
solución más
humana", que afrontar con fortaleza las adversidades de la vida.
Quitar la vida voluntaria e injustamente a otro se ll ma homicidio. Es la
más grave injusticia que contra él se puede cometer. Hay, sin embargo, casos
en que se puede permitir e incluso causar la muerte de otro sin que haya
injusticia.
De éstos el más fácil de entender es el de la legítima defensa frente a un
agresor injusto. De manera esquemática, se puede decir que es lícito quitar la
vida al agresor, si es el único medio de conservar la
No se trata de
elegir entre la vida ajena y la propia, sin más, sino de oponerse a una acción
gravemente injusta, aunque se causen graves daños al h
Para que sea
justo hay que guardar la debida proporcionalidad entre la defensa y la agresión.
La pena de muerte para castigar delitos gravísimos es en sí misma
legítima este poder a algunas sociedades. Pero donde se haga innecesaria o
inoperante para proteger la paz social u otros bienes mportantes,
automáticamente deja de ser lícita. Juzgar de si se dan o no las condiciones
que la hacen lícita o ilícita, es una decisión prudencial, y se comprende que las
distintas opiniones de personas diversas no coincidan
en el caso de que a
su buena fe unan una formación moral adecuada y parecida.
¿El aborto voluntario es un "crimen abominable"? , aunque con
frecuencia no se sea consciente de que se quita la vida a un ser humano. Tiene
el agravante de que al ser humano al que se le priva de la vida se halla
especialmente indefenso y se violenta aún más la naturaleza que lo protegía
41
cuidadosamente. Por ambas cosas y porque de antiguo es la forma más
corriente de homicidio, la Iglesia castiga con penas severas este delito.
Nunca es moralmente lícito provocar directamente un aborto, aunque
haya leyes que no sólo lo despenalicen sino que incluso lo autoricen y regulen,
pues una ley que no condena una acción radicalmente in
a no tiene ningún
valor delante de Dios. Otra cosa es el aborto provocado indirectamente, es
decir, el que no se intenta pero que se sigue como consecuencia de una acción
muy necesaria y que en sí misma no es mala, como podría ser una urgente
intervención quirúrgica.
Por eutanasia (palabra que según su etimología quiere decir "buena
muerte") se entiende la muerte elegida en cuanto al modo y al tiempo,
anticipándola por motivos que suelen ser evitar el dolor, la enfermedad o
simplemente la decadencia física asociada a la edad avanzada. La eutanasia
por iniciativa propia no se diferencia del suicidio; y si es causada por otros,
equivale al homicidio.
El hombre tiene derecho a una muerte digna: a que no se le oculte la
realidad de su estado; a que se le acompañe con auténtico respeto y afecto,
con una actitud llena de humanidad; a que, dentro de lo posible, se alivien sus
dolores, si los hay, y se le ayude a poner en orden sus cosas, asegurándole
que se procurarán cumplir sus deseos; y atendiéndole física y espiritualmente
en sus últimos momentos. Es decir, tratándole como una persona, no como una
cosa o como un animal enfermo, al que se mata para que no sufra y no dé
molestias. Es una verdadera tragedia humana el que nuestra sociedad tienda a
tratar a los animales como personas y a las personas como animales.
Por otro lado, para conservar la vida no hay ninguna obligación de acudir
a medios que sean realmente extraordinarios, ya por su coste, ya por su
complicación médica o quirúrgica, acompañada o no de pronósticos poco
esperanzados. No es eutanasia decidir no someterse a e s curas o no
autorizar por parte de la familia el que se le hagan a un enfermo.
En resumen, desde el punto de vista de la ética natural hay que decir
que el respeto a la vida humana es uno -de los fundamentos de la convivencia
social. Si no se acepta su carácter sagrado y no se la respeta en todas sus
manifestaciones, entonces la sociedad -o la cultura dominante- se erigirá en
juez supremo de la vida y dictaminará qué tipo de vida merece la pena de ser
vivida y cuál no, quién debe nacer y a quién hay que exterminar. Ya ha ocurrido
en algún sitio, en los años que giran alrededor de 1940. Esas aberraciones no
son, precisamente, signos de progreso, sino más bien de la degradación a la
que habría llegado determinada sociedad.
Otras formas de daño a la vida
Son también ilícitos todos aquellos actos que puedan poner la vida en
peligro o dañen la salud y la integridad del cuerpo. La gravedad de su ilicitud
dependerá de la gravedad de los daños causados.
42
Así, por ejemplo, hay obligación de tomar las precauciones ordinarias
para prevenir los accidentes tanto en el trabajo, como en el tráfico o en los
deportes, etcétera.
En concreto, existe la obligación ética de observar todas las leyes civiles
que regulen la seguridad laboral y su quebrantamiento no está exento de
culpabilidad. También hay la obligación ética de cumpl las leyes de tráfico y
de conducir con pericia y prudencia.
La tortura, sea física o psíquica, es contraria al respeto a la dignidad de
la persona y a menudo a su integridad corporal y a la
d. Oficialmente ha
desaparecido de casi todos los lugares como instrument para averiguar la
verdad o como presión para hacer cambiar las actitudes de una persona. Pero
de hecho subsiste en muchos sitios y en formas muy variadas y complejas,
aunque no forme parte del proceso jurídico.
Tampoco son lícitos éticamente aquellos actos que pongan en peligro la
salud física o psíquica, como, por ejemplo, una huelga de hambre llevada hasta
situaciones extremas o el consumo de drogas. La gravedad de estas culpas
dependerá de cómo se ponga en peligro la vida y su integridad. Como
argumento en favor de la licitud del consumo de drogas o de mutilaciones
arbitrarias, esterilizaciones voluntarias y cosas por l estilo, no se puede aducir
la afirmación de que "el cuerpo es mío", pues ya se ha visto que la vida es un
don recibido y que el hombre es sólo un administrador.
También es ilícita cualquier forma de mutilación, salvo que se haga para
buscar la salud de todo el cuerpo, por ejemplo, en una operación quirúrgica. La
falta dependerá de la importancia del miembro mutilado.
De fe nde r y Me jo rar la Vida
Puesto que se trata de un valor fundamental, condición de los demás,
todos nos hemos de proponer defender y mejorar la vida para toda la
humanidad.
El re s pe to a la vida que ya e xis te
Defender siempre la vida, desde que empieza hasta que
mente
acaba, es el postulado principal de la deontología médica desde Hipócrates.
Aparte lo que ya se ha dicho, hay dos temas que tienen particular vigencia hoy
día y que es conveniente tener criterio ético sobre ellos: las investigaciones
médicas y el trasplante de órganos que pueden alargar o mejorar una vida.
Las investigaciones médicas
Para curar al hombre -fin de la medicina- es preciso a veces probar
terapéuticas que se han experimentado ya todo lo posible en animales de
laboratorio, pero que aún se desconocen sus efectos en el hombre y sus
posibles consecuencias indeseadas. No sería ético hacer la prueba sin más.
Por una parte, el médico ha de apreciar que haya una proporción entre el bien
43
que se puede seguir para aquel enfermo, y el mal que se le puede causar.
Además, según la gravedad del asunto, hace falta el permiso del enfermo, o, i
éste se encuentra impedido, de sus parientes más representativos.
Lo que ciertamente no puede admitirse es la "experimentación-, aunque
sea para mejorar conocimientos que se presume serán muy útiles para curar
otros casos. Si la finalidad inmediata de la prueba es "saber" (aunque sea para
curar) y no "curar" (aunque lleve también a saber) ésta ¿es ilícita o lícita?
Los tras plante s de órgano s
Los órganos que se trasplantan a un ser humano proceden o de
animales, o de cadáveres o de otros seres humanos vivos.
Los trasplantes de órganos de animales no ofrecen dificultades éticas,
siempre que no exista un peligro grave para el receptor del órgano, en cuanto a
su vida o a su futuro comportamiento no humano.
Cuando los órganos proceden de cadáveres, los trasplantes, en
principio, son éticamente lícitos. Ha de constar la certeza de que el donante
haya muerto. Además, el respeto a la dignidad del difunto exige, que, de algún
modo, éste estaba de acuerdo: porque así lo manifestó en vida, o, al menos, no
hizo constar su voluntad contraria, o porque sus parientes, responsables del
cadáver, estén de acuerdo.
Si el donante vive se plantean problemas cuando no se
de tejidos
fácilmente reparables como sangre, piel, etc., sino de órganos importantes. La
dificultad nace de que ello supone una mutilación del nante. En principio, el
trasplante será lícito si se dan las tres condiciones
ientes: a) que la
donación sea libre; b) que el trasplante sea necesario para el receptor, y que se
dé la debida proporción entre el daño causado al donante al extirparle el
órgano y el fin que se busca; c) que existan serias posibilidades de éxito en la
operación.
La trans mis ión de la vida y s u valorac ión é tic a
El carácter de la vida humana se manifiesta también en su transmisión.
Así, en muchos pueblos primitivos la iniciación sexual iba rodeada de una serie
de ritos religiosos. Para la aparición de nuevos seres humanos la naturaleza ha
contado con la cooperación del hombre y la mujer, que pueden usar bien o mal
la facultad de engendrar que han recibido.
En lo que hace referencia a la procreación, hay que considerar los
siguientes casos:
Los que ponen en el acto sexual un sentido de responsabilidad.
Los que lo hacen excluyendo la procreación.
La transmisión de la vida de forma no natural.
44
Pate rnidad re s po ns able
En la misión de transmitir la vida, los esposos no pueden proceder
arbitrariamente eligiendo ellos la licitud de los caminos a seguir sin tener en
cuenta ninguna norma objetiva. Deben conformar su conducta a los designios
tal como se manifiestan en la misma naturaleza del matrimonio.
La paternidad responsable lleva consigo la disposición de responder (de
ahí deriva responsable) afirmativamente a lo que se espera de los cónyuges;
es decir, de responder a la llamada en sus circunstancias personales: "El
ejercicio responsable de la paternidad exige, por tant que los cónyuges
reconozcan plenamente sus propios deberes para consigo mismos, para con la
familia y la sociedad, en una justa jerarquía de valores".
La paternidad responsable es una decisión de la conciencia de los
esposos tomada cara a cara, teniendo en cuenta el bien de los hijos existentes
y el de los que puedan tener y educar. Paternidad responsable no es lo mismo
que paternidad egoísta, en que sólo se piensa en el bien propio.
Exc lus ió n de la pro c re ac ió n
Esta exclusión se puede llevar a cabo de un modo total e irreversible,
como ocurre con la esterilización, o haciendo infecundo cada acto en particular
mediante la anticoncepción.
La esterilización terapéutica (para salvar la vida o la salud) es lícita
porque el valor del respeto a la vida es más fuerte que el de la transmisión de
ésta. La licitud viene condicionada por: a) la constancia de una grave
enfermedad; b) que no haya otro remedio para tratarla que la esteril
que la intención sea curar y no esterilizar.
La esterilización directa es siempre ilícita, tanto si la impone la autoridad,
que comete de este modo un grave atentado contra el derecho natural, como si
se hace a petición del sujeto. Ambas son formas de mut ción y van contra el
uso natural de la capacidad sexual.
¿Evitar artificialmente la fecundación (anticoncepción) es siempre ilícito
porque supone un desorden y un abuso, por parte del hombre, del dominio que
tiene sobre su cuerpo? Éste es el caso de las píldoras anticonceptivas y demás
métodos. Problema ético distinto es el de recurrir a los períodos infecundos
para limitar la prole o simplemente espaciar el nacimiento de los hijos. A veces
se puede preguntar: pero si el fin es el mismo, evitar el hijo, ¿por qué la
diferencia? La diferencia está en que en el recurso a
períodos infecundos,
los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural, mientras que
en los otros medios se interfiere artificialmente en el desarrollo fisiológico
natural.
Para que el recurso a los períodos infecundos sea lícito ha de haber una
causa seria y proporcionada al bien que se evita: una nueva vida humana.
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La trans mis ión de la vida e n forma no natural
La fecundación de forma no natural tiene lugar mediante la inseminación
artificial, o la fecundación in vitro.
Como punto de partida hay que tener en cuenta que el matrimonio es
una institución natural para transmitir la vida mediante la unión sexual entre los
esposos.
Por otro lado, hay que afirmar que el matrimonio no es un derecho a
tener hijos, sino a poner los actos naturales de los que puede venir una
fecundación y unos hijos.
La inseminación artificial, que es una aplicación manipulada del semen
del varón, no es inseminación artificial el uso de medios artificiales que faciliten
el acto natural, o que éste, naturalmente realizado, alcance su fin. En la
fecundación in vitro, tanto ésta como el primer desarrollo del nuevo ser tiene
lugar fuera de la madre.
El principio ético es que no se debe realizar experimentos con la vida
humana, cuyos riesgos sólo se pueden permitir en caso
que favorezcan a la
persona humana. En la fecundación in vitro, el riesgo de tal experimentación se
deriva de la inseguridad de que tal forma de concepción acarree daños sobre la
vida concebida, así como de la destrucción de los óvulos fecundados que ya no
resultan necesarios, lo cual es destruir una vida humana por muy incipiente que
sea. Es concebible que estos obstáculos puedan llegar a desaparecer. Pero
hay otra consideración que tiene valor permanente y es que no son separables
los aspectos unitivo y procreador del acto sexual. En la intención, puesta en la
naturaleza, ese acto ha de ser al mismo tiempo expresión de amor (y no lo es
la fecundación in vitro) y estar abierto a la nueva vida (y no lo está en la
anticoncepción).
No deja de ser una ironía de la historia de nuestro tiempo, con
centenares de millares de abortos voluntarios cada año el hecho de que se
realicen tantos gastos y tantos esfuerzos innaturales, para procrear una vida
humana artificial, que por mucho que sea deseada por una pareja determinada,
apenas se puede llamar fruto de su amor.
Después de estas consideraciones éticas sobre la vida
una conclusión.
lógico extraer
Se valora la vida como un don a través del cual puede desarrollar una
perfección, que es Vida en plenitud. El materialismo, en sus diversos aspectos,
por carecer del conocimiento del sentido espiritual de la existencia, acaba
quitando valor a la vida y reduciéndola a lo meramente materia lo que es
claramente incompleto.
46
LA BIOÉTICA: LOS MODELOS ÉTICOS DE REFERENCIA
De finic ió n de la Bio é tic a
Históricamente, la bioética ha surgido de la ética médica, centrada en la
relación médico-paciente. Respecto a ésta última, la bioética supone un intento
de conseguir un enfoque secular, interdisciplinario, prospectivo, global y
sistemático, de todas las cuestiones éticas que conciernen a la investigación
sobre el ser humano y en especial a la biología y la medicina.
Las definiciones que se han dado son muy diversas y reflejan, en cierta
forma, la variedad de enfoques y concepciones. Una de s primeras señala
que "La Bioética es el estudio sistemático de la condu
humana en el campo
de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, en cuanto
esta
conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales"(Reich,
1978). Se aportan aquí importantes precisiones sobre e objeto de estudio: la
conducta humana en dos terrenos específicos, las ciencias de la vida (biología)
y los cuidados de la salud; y este objeto es estudiado a la luz de los valores y
principios morales y de forma sistemática (Gracia, 1989; Ruiz Retegui, 1987: 751).
Algunos ponen más de relieve la necesidad de responder a los nuevos
problemas planteados por las ciencias biomédicas. Así, "la bioética es la
búsqueda ética aplicada a las cuestiones planteadas por el progreso
biomédico"; otros acentúan los aspectos sociales o comunitarios: "La bioética
es el estudio interdisciplinario del conjunto de condiciones que exige una
gestión responsable de la vida humana (o de la persona humana) en el marco
de los rápidos y complejos progresos del saber y de las tecnologías
biomédicas". O señalan su papel de solución a "los conflictos de valores" en el
mundo de la intervención bio-médica (Durant, 1992).
Existen bastantes divergencias en cuanto al contenido
la bioética.
Algunos la ven como un simple marco de reflexión y de
vestigación
interdisciplinaria sobre los desafíos a raíz de los progresos técnico-médicos.
Otros van más lejos y ven en la bioética un "método de análisis" que ayude en
los casos de toma de decisiones. O más aún, si se cons
que forma parte
de la ética o es una forma de ética, se puede entender como una "búsqueda
normativa" del deber ser en el ejercicio profesional.
Dentro de esta búsqueda de normas que orienten la acción, cabe una
posición pragmática que considera imposible el consens en las cuestiones de
fondo dentro de una sociedad pluralista, y propone por tanto una ética de
mínimos aceptables que siga el parecer de la mayoría,
la búsqueda de
compromisos prácticos. "La bioética es la ciencia normativa del
comportamiento humano aceptable en el dominio de la vida y de la muerte". En
esta posición, se borra prácticamente la diferencia entre ética y derecho.
Otra posición distinta es la que destaca la perspectiva ética de la palabra
y de la reflexión, buscando una sistematización, el análisis de los valores y
postulados fundamentales que están en juego y una búsqueda ética personal:
"la bioética es el estudio de las normas que deben reg nuestra acción en el
terreno de la intervención técnica del hombre sobre su propia vida". Si
47
quisiéramos precisar aún más esta definición, tendríamos que enumerar esos
principios o valores fundamentales, que son el respeto a la persona humana,
con la protección de las personas concretas, y el respeto y promoción de la
vida humana en sí misma. Es una concepción que podríamos llamar
personalista de la bioética: "Llamamos bioética a la búsqueda del conjunto de
exigencias del respeto y de la promoción de la vida hu
a y de la persona en
el sector bio-médico".
Como puede verse, son distintas concepciones y distintos ámbitos de
aplicación, más o menos extensos.
Principios, reglas y valores
Como comenta Guy Durand, "la reflexión bioética se basa en los hechos
y en principios y reglas. La bioética no quiere principios determinados de forma
abstracta y que se impongan a la realidad de forma aut
co quiere
un sistema de principios que funcionarán como prohibiciones incuestionables...
quiere concluir en los hechos, pero necesita sin embargo de principios y reglas
(Durand, 1992: 41).
Existen dos principios fundamentales, unánimemente reconocidos, que
son complementarios: el respeto a la vida humana, que pertenece al orden de
la objetividad y debe servir de finalidad a la actuación ética; y el principio de la
autodeterminación de la persona, que remite al dominio de la subjetividad y es
esencial en la ética. Estos dos grandes principios no suprimen las reglas y
normas más concretas y específicas: el precepto de no atar, la noción de
medios proporcionados, el principio de totalidad, el acto de doble efecto, el
consentimiento libre e informado, etc.
Hay que tener en cuenta asimismo las reglas clásicas específicas de la
deontología médica, como el principio de beneficencia, el principio de
benevolencia y la confidencialidad; y también principios más recientes que
influyen en la consideración bioética: el principio ut arista de buscar el mayor
bien para el mayor número de personas; el principio de universalización que
propone siempre a la persona como fin y nunca como un medio; el principio de
igualdad en dignidad y valor de todas las personas hum
el principio de
justicia y equidad, que puede compensar el utilitarismo primando la ayuda a los
menos favorecidos.
Estos principios designan, por tanto, una orientación
mental,
inspiradora de la acción. Las reglas están en cambio más cerca de la misma
acción, la determinan y enmarcan, y en definitiva, permiten la aplicación
concreta de los principios.
La palabra valor incluye dos aspectos, la significació y la orientación a
la acción, por lo que también puede utilizarse en relación con los principios,
aunque en su acepción filosófica una moral de valores se opone a una moral
de principios. Los valores pertenecen al orden del bie o del ser, como el valor
de la vida, la dignidad de la persona o la autonomía del hombre como ser libre.
El respeto a esos valores funda los principios éticos de respeto a la vida,
prohibición de matar, autodeterminación, etc. Los principios y reglas -las
48
normas- deben estar al servicio de los valores y traducirlos
operativos.
n términos
Como puede verse, el equilibrio entre todos estos prin pios y valores no
es siempre fácil. En el ámbito de la bioética nos encontramos frecuentemente
con conflictos de principios y valores que es necesario jerarquizar o regular, en
los casos concretos y a nivel teórico. De cualquier manera, está claro que toda
reflexión bioética de la persona está condicionada por sus propios valores, por
sus opciones y creencias, por la manera de entender al hombre, la vida y la
medicina. Son decisivas las opciones fundamentales sobre el sentido de la vida
humana y su definición, el sentido de la persona, del sufrimiento, de la vejez y
de la muerte, el sentido de la procreación y de la sexualidad, y por supuesto, el
sentido de la misma ética.
En este sentido, es de enorme interés la actual discusión, especialmente
en los Estados Unidos, sobre si la bioética debe basarse en los principios o en
la virtud: en un sistema normativo basado en principio o en una ética de la
virtud personal (Palazzina, 1992: 59-85). Según esta postura,"frente a una ética
científica, que antepone el conocimiento, y la ética profesional que dicta los
límites deontológicos sin establecer el contenido humano como único
fundamento del acto médico, hay que levantar la ética
médico: hacer cuanto
pueda y sepa para el bien del enfermo... supeditando e método científico al
acto médico... entendido como compromiso interpersonal" (AAVV, 1989).
También se está poniendo de relieve, en definitiva, la importancia de la actitud
ética del médico y la formación de su propia conciencia, que puede llevar a su
realización como persona y como científico, o a su destrucción desde el punto
de vista moral (Sonnenfeld, 1991). Ambas posiciones no son excluyentes y
depende también su relación del modelo ético que se tenga.
Mode los é tic os de re fe re nc ia
Aunque la bioética trata siempre de permanecer cerca de las situaciones
concretas, las teorías éticas están siempre presentes
las discusiones y en
las soluciones que se apunten.
Po de mos dis ting uir c uatro te orías princ ipale s :
a) La ética ontologista. Existe una moral objetiva, una bondad y una
malicia intrínseca; es decir, que hay actos siempre y en sí mismos aceptables y
otros, al contrario, condenables, cualquiera que sea la situación. Por tanto, la
rectitud moral no es subjetiva ni situacional, ni arbitrariamente fijada por el
hombre o por Dios: el bien existe en las propias cosas. Existen principios que
se imponen al hombre como absolutos.
49
b) La ética utilitarista. El núcleo de la moralidad -para esta corriente- se
encuentra en la maximización de la felicidad y la mini ización de la miseria y
del sufrimiento. Una acción es buena si tiende a este in y mala si se aleja de
él. Por tanto, la moralidad depende de las circunstanc
de la situación. En
definitiva, el fin justifica los medios. Algunos autores toman en consideración
sólo el propio interés personal como fin; otros tienen una visión más altruista,
con el principio utilitarista de "el mayor bien para e mayor número de gente",
de modo que se vean las ventajas e inconvenientes y se escoja la que más
ventajas aporte a todas las personas implicadas en la acción.
c) El deontologismo. Se opone a las anteriores teorías. Un acto es moral,
no porque sea bueno en sí o porque sea útil, sino porque es correcto; la
rectitud le viene de la voluntad, pues el bien se impone como un deber, un
imperativo. Dentro de esta corriente, unos siguen a Kant, fijando grandes
principios universales inevitables, y otros aceptan reglas, pero con excepciones
en algunas circunstancias. Para otros, finalmente, sólo cuenta la evaluación del
acto en la situación singular y única que le rodea.
d) La ética personalista. Podemos reunir en esta corriente todos los
esfuerzos que se han hecho para evitar el utilitarismo y el deontologismo, sin
volver por ello exclusivamente a la escuela ontologista o, al menos, tratando de
evitar sus excesos, o de conciliar objetividad y subjetividad en una ética de los
valores. Esto se ha llevado a cabo desde diversas posiciones, algunas fuera de
todo apoyo en una ontología, y otras basadas en la metafísica del ser. Se trata
de dar importancia al sujeto, a la persona, no en oposición pero sí en
preeminencia frente a una ley objetiva que se impondría desde fuera. A esta
corriente se debe la importancia que se da desde hace
os años a los
derechos fundamentales de la persona, con un interés manifiesto por las
declaraciones de derechos, incluidos los de los enferm
y la insistencia en
unos determinados principios bioéticos. Estos principios son, en breve
resumen, una concepción personalista de la corporeidad humana, el valor
fundamental de la vida física, el principio de totalidad o terapéutico, el de la
libertad y responsabilidad, y el principio de socialidad o subsidiariedad
(Sgreccia & Notarfonso, 1992: 123-129).
Más allá de las perspectivas de fondo, pueden encontrarse semejanzas
entre algunas de estas teorías en lo que se refiere a
reflexión bioética
concreta, y los límites entre ellas a veces no están tan claros.
De todas maneras, la aplicación de esas teorías da lugar, de hecho, a
unos diferentes modelos éticos de referencia práctica, con muy desiguales
consecuencias y jerarquía de valores a la hora de evaluar cualquiera de las
cuestiones debatidas y, sobre todo, a la hora de enfrentarse con las dos
cuestiones fundamentales de la bioética, que antes men
bamos: el respeto
a la dignidad de la vida humana y la defensa de la libertad de la persona. Al
menos podemos mencionar cuatro: el modelo liberal radical, el pragmático50
utilitarista, el modelo sociobiológico y el personalista (Sgraccia & Notarfonso,
1992: 119-123; Ruiz Retegui, 1987: 12-14).
a) El mo de lo libe ral-radic al.
La referencia última y suprema del juicio ético es la ibertad: es lícito lo
que es libremente querido, libremente aceptado y no daña la libertad de los
demás. Así, respecto a la ingeniería genética, se sostiene la "libertad de
investigación": el investigador debe ser objetivo en la evaluación de los
resultados y no debe tener ninguna regla ética más.
Se advierten bien las conclusiones de este modelo en la vida cotidiana:
la liberalización del aborto, la elección del sexo de los hijos, el cambio de sexo
por parte del que lo desee, la libre actuación en la fecundación "in vitro", la
libertad de decidir el momento de la propia muerte, etc.
En este modelo no se profundiza suficientemente en la
de la
libertad humana. En el fondo, se defiende "la libertad para algunos, solamente
para los que pueden hacerla valer ... se trata de una bertad de los vínculos y
no de una libertad para un proyecto de vida y de socie
que se justifique por
su finalidad. Se trata, en otras palabras, de una libertad sin responsabilidad"
(Bonete, 1995).
Desde un punto de vista estrictamente ético, en la jerarquía de los
valores, la vida antecede a la libertad: todo acto libre, lo es de un hombre que
actúa libremente. Sin vida humana, no es posible ser libre.
b) El mode lo prag mátic o-utilitaris ta.
En el terreno de la bioética, este modelo se basa en la teoría de la praxis
y una justificación del utilitarismo social. Es una posición bastante difundida en
algunos centros y comités de bioética. El entendimiento humano no puede
llegar a alcanzar ninguna verdad de tipo absoluto y, por tanto, tampoco puede
definirse una moral válida para todos y para todos los tiempos. Es necesario
recurrir a una moral "comedida", pragmática: la moral del cálculo de la utilidad
evaluable, de la relación entre costo y beneficio.
Ese cálculo, imprescindible en cualquier intervención
ica, por
ejemplo, se aplica también entre el valor de la vida humana y los valores
económicos, sociales o simplemente de progreso científico, de forma que se
puede llegar a un utilitarismo extremo de corte pragmático. El criterio de la
utilidad no puede ser nunca el último en bioética: sie
debe considerarse la
utilidad respecto a quién o a qué, es decir, respecto a la finalidad del propio
acto médico, que es la salud de una persona enferma. El fin lo marca de modo
último la propia persona enferma.
51
c ) El mo de lo s o c iobio ló gic o.
Según este modelo, la vida y la sociedad están sujetas a la evolución
biológica y sociológica, y los valores morales deben también modificarse de
modo evolutivo. El motor es el "egoismo biológico" que da lugar al derecho y la
moral, como expresiones culturales. Desde esta perspectiva, el único valor
ético es el que permite mantener el equilibrio evolutivo del ecosistema, en
continuo progreso. Todo lo que esté a favor de ese progreso, está bien, y lo
que comprometa el equilibrio, está mal.
Es preciso, sin embargo, que el progreso haga referencia a un valor que
lo haga auténtico, por el que pueda medirse. Además, el hombre está rodeado
de hechos y valores que le acompañan siempre y a los que debe encontrar
significado, por encima de las variaciones culturales
de costumbres: la
muerte, el dolor, la verdad, la solidaridad y finalmente, su propia libertad.
d) El mode lo pe rs onalis ta.
En el panorama cultural actual, la concepción personal
es la que
mantiene el primado y la intangibilidad de la persona
mana, considerada
como valor supremo, punto de referencia, fin y no medio. Dentro de las
diversas posiciones, la que pensamos más fundamentada es la que remite la
persona al ser: la persona humana "es digna" porque "es más". Sólo a partir de
este fundamento es posible construir una bioética plenamente respetuosa con
la dignidad última de la persona humana. Esta dignidad es la que exige el
máximo respeto y una efectiva tutela, en el terreno de la bioética, desde el
momento de la concepción al de la muerte natural, y siempre que se muestre
necesitada de ayuda.
Según nuestro parecer, esta concepción responde más plenamente al
propio ser del hombre, y explica mejor la relación existente entre dignidad de la
persona y libertad, no como valores divergentes sino complementarios. Lo
explicaremos de modo más detallado a continuación.
Pos ic ione s Filos ófic as S o c ialme nte Exte ndidas
Diría en primer lugar que se observa un "abordaje" de
cuestiones de
bioética como si fueran meras cuestiones perteneciente
mbito económico en la gestión sanitaria, costes y utilidad, investigac
farmacológica-, al ámbito
político -cómo resolver social y jurídicamente los problemas planteados por el
aborto, etc, con una ética de mínimos-, o al ámbito cultural, al que
pertenecerían las "opiniones" de cada grupo social con su ética de máximos.
En el ámbito económico domina el modelo utilitarista. "Al orden
económico de la sociedad le concierne la organización
la producción y la
asignación de bienes y servicios... El principio axial que rige es la 'racionalidad
52
funcional': es decir, lograr eficacia, menores costes, mayores beneficios,
maximización, optimización... El valor que predomina es el de la 'utilidad'"(de
Santiago, 1997: 29-80). Está clara la aplicación de este principio en toda la
discusión acerca de la ética de la gestión de las instituciones de salud y en el
debate en torno a la asignación de recursos escasos en la atención sanitaria.
Es importante su aplicación, no lo dudamos, pero no puede extrapolarse a toda
la atención sanitaria o imponerse, sobe todo, en las relaciones interpersonales
entre el médico y el paciente: éste último quedaría así -queda así, de hecho, en
muchas ocasiones- en un mero 'usuario' de los servicios profesionales del
trabajador-funcionario sanitario.
El campo de acción de la política es el de la justicia y el poder. Resalta el
control de los usos legítimos de la fuerza y pretende regular los posibles y
reales conflictos entre concepciones particulares de la justicia, herederas de
tradiciones sociopolíticas diversas. El principio axial del orden político es la
'legitimidad' democrática con que se ejerce el poder, en el sistema democrático.
La legitimidad presupone el principio ético de la 'igualdad', y la ética discursiva
(Apel, Habermas) o neocontractualista (Rawls) son las ue mejor concordarían
en este ámbito. Es indudable su aplicación y sus ventajas en la consecución
del consenso, siempre necesario en política. Pero tampoco puede extrapolarse
a todo el ámbito social y a todo el campo político, co
una 'ética de consenso
a la baja'. Es decir, tratar de consensuar a base de prescindir cada uno de los
valores y opiniones que difieren de los que mantienen s demás. Esto sería es, en el caso del aborto, por ejemplo- un plano inclinado hacia abajo.
Por último estaría el ámbito de la cultura: recursos artísticos, religiosos,
morales, etc con los que se expresan los sentidos de la existencia humana. El
principio axial es aquí la búsqueda de la 'autorrealización', de la respuesta al
sentido de situaciones existenciales comunes a todos los tiempos y todos los
seres humanos: la muerte, la obligación moral, el amor y el sacrificio, el sentido
de la vida, etc. Las filosofías morales y políticas que más hincapié hacen hoy
en estos problemas existenciales y en la búsqueda de la autorrealización son
las que podemos denominar personalistas en sus variadas versiones,
neoaristotélica, comunitarista, etc (Bermudez 1990: 357; León, 1992: 5-22).
Una de las claves de la Bioética es, precisamemte, la
multidisciplinariedad, que es también lo opuesto a una visión reducida, angosta,
pequeña, de cada especialista en su especialidad científica. Por esto, pienso
que debemos tratar de integrar cada una de esas posiciones filosóficas dentro
del conjunto, a la hora de abordar cualquier problema
bioética: es necesario
contar con los medios económicos para tener un buen sistema sanitario, y
distribuirlos según justicia; es precio el debate social que influya en el orden
político y en la consiguiente legislación de las nuevas tecnologías que afectan a
la vida humana. Pero no podemos dejar encerrados los valores y creencias en
el ámbito estrictamente cultural, sin repercusión en la vida pública y en el orden
53
político y jurídico. Cada grupo social, cada grupo cultural, debe aportar lo mejor
de sí mismo al conjunto de la sociedad, sin imposiciones intolerantes del signo
que sean, frecuentemente desde posiciones que, en Europa por lo menos, se
escudan detrás de la palabra 'tolerancia'. El debate político y social debe contar
con el respeto a unos valores y bienes humanos, por debajo de los cuales una
sociedad sería in-humana, y entre esos bienes está la dignidad de la persona
humana, y como expresión jurídica, una decidida y efectiva tutela de los
derechos humanos fundamentales.
Lo s de re c ho s humanos c o mo bas e de la le gis lac ión e n bioé tic a
Partimos del rechazo del positivismo ético, y la necesidad de una
fundamentación ética de los derechos humanos, como derechos
fundamentales. Así, son la concreción y el desarrollo histórico de los valores de
la persona, que los integran y unifican en el mundo jurídico moderno.
"Suponen, desde el punto de vista de dichos valores, su concreción e
integración (libertad e igualdad), detectables en el análisis histórico de los
sistemas jurídicos, y se sitúan por tal motivo entre la moral y la política:
constituyen la realización social -a nivel formal-jurídico- de la moral positiva por
parte del poder"(Serna Bermúdez, Pedro 1990: 357.). Por tanto, tienen un
doble fundamento: desde el punto de vista material están determinados por los
valores; pero el constitutivo formal, lo que permite que verdaderamente sean
designados con el rótulo de "derechos humanos", es la
nción por la norma
positiva, por el derecho válido.
Y al contrario, esto implica que "el poder político, para ser legítimo, ha de
organizarse en función de los derechos humanos... estos, aunque se dan en la
sociedad, puesto que sólo constituyen una deuda jurídica si hay alteridad, no
emanan de la misma, sino de una instancia anterior -lógica y ontológicamente,
aunque no históricamente- al poder político y a la sociedad misma: a saber, la
realidad misma del ser hombre"(Serna Bermudez, 1990: 361).
La dignidad del hombre y su índole personal son el fundamento de los
derechos, que aparecen así como instrumentos de realización de la libertad.
Los derechos humanos surgen precisamente "como límites de lo que el poder
social puede interferir en cumplimiento de su función
y se
configuran como 'libertades' de los ciudadanos que pos litan que se haga
efectivo un núcleo esencial de aquella originaria libertad psicológica".
Como hemos comentado anteriormente, la libertad en definitiva, en
alguna de sus manifestaciones -las protegidas por los derechos como
"libertades" concretas- posee una importancia primordial que la convierte en
54
valor. "Eso que convierte a la libertad en valor es precisamente la dignidad de
la persona. La dignidad del hombre exige el respeto de éste como sujeto de
una independencia y autonomía que hay que garantizar socialmente, puesto
que la persona y los grupos humanos no se reducen a su presencia social y,
mucho menos, a su presencia en el Estado; es más, la sociedad misma tiene
como fin el desarrollo del ser personal (...) Esta es, pues, la función más alta de
los derechos humanos: la protección de la dignidad de
persona y la
moralización del derecho"( Serna Bermudez, 1990: 362-364).
Los derechos humanos, actuando como factores posibilitantes de la
libertad, constituyen "verdaderas necesidades humanas, en la medida que
delimitan exigencias mediales para el desarrollo moral del hombre". Por lo
tanto, aparecen como derechos inalienables y también irrenunciables, en la
medida que ningún hombre puede renunciar desde el punto de vista ético a su
propia dignidad como persona.
Por esto precisamente, la primera base del ordenamiento político es la
dignidad de la persona y su libertad, y en segundo término están s valores
instrumentales de justicia, igualdad, etc. Y el ordena ento jurídico -la
Constitución Española de 1978- propugna como valores superiores la libertad,
la justicia, la igualdad y el pluralismo político; pero a la hora de establecer cuál
es la base de esos valores, de los derechos y deberes
entales,
establece con precisión en su artículo 10º: "La dignidad de la persona, los
derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento
del orden político y de la paz social"(B.O.E. 1978).
Bioé tic a y de re c ho
Ninguna ley o disposición normativa puede ir en contra de este principio
fundamental, ético y jurídico. Y esto es importante tenerlo en cuenta en la
elaboración de la legislación en materias de bioética, actuales y futuras. En
definitiva, el derecho no puede desentenderse u oponerse a la moral. Tampoco
debe identificarse con la moral, en el sentido de que no debe condenar todo lo
que es inmoral o imponer todo lo que la moral exige. Pero no puede perder
nunca su relación con los valores fundamentales de la persona y, por tanto, con
la moral.
Desde la primera de estas posiciones, el positivismo jurídico recurre en
ocasiones a una justificación basada en la ética de consenso. Ya vimos que la
ley española sobre técnicas de reproducción asistida responde muy
directamente a una concepción utilitarista o pragmática, que ciertamente es
difícil tratar de conciliar con "los contenidos constitucionales" que menciona,
especialmente con el ya citado artículo 10º de la Constitución.
55
La legislación en materia de bioética, dentro de la pluralidad de un
sistema democrático, debe basarse en la llamada "ética de mínimos", pero no
de unos "mínimos a la baja", pues no deben son fruto exclusivo de un
consenso pactado: el propio consenso y la democracia n son posibles sin la
aceptación de unos mínimos éticos objetivos. "Esto supone varias cosas:
primero, que la moral no es meramente convencional, ni mero resultado de la
estrategia o el pacto, sino que puede fundamentarse ob
segundo,
que esta moral tiene niveles: uno es el de la moral individual, que se identifica
con la ética de máximos propia de cada persona (su personal proyecto de
felicidad y perfección), y otro el de la moral civil,
conjunto de mínimos
requeridos para que la vida en sociedad pueda ser considerada éticamente
digna; y tercero, que ética y derecho son cosas distintas, pero intimamente
relacionadas"(Gracia, 1989: 575-576).
En esos "mínimos éticos objetivos", exigibles en una legislación sobre
bioética, de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente sobre la dignidad de la
persona, debe estar una eficaz y máxima tutela de los derechos humanos, y un
efectivo respeto por parte del legislador a la finalidad propia de las ciencias de
la salud, siempre al servicio de la persona humana.
Como se ha escrito recientemente, "en la defensa y vigilancia de los
derechos Humanos, la Bioética incide en la práctica al orientar a los
investigadores, técnicos, científicos, legisladores y
en la
valoración de la repercusión de sus respectivas acciones y labores, así como
en las medidas correspondientes para evitar excesos y
s que denigren la
dignidad humana"(Velasco Suarez, 1993: 9-28)
En definitiva, la práctica de la bioética está lejos de ser algo inocente o
superficial. Incide profundamente sobre las convicciones personales de cada
uno y sobre los valores colectivos de una sociedad. Es lo que hace difícil la
reflexión bioética, tanto a nivel de coherencia personal como de discusión
social. Pero esto precisamente nos señala la urgencia
tiene si queremos
un progreso científico, médico y social a la altura de la dignidad del hombre.
No tas bibliog ráfic as
(1) W.T. Reich (ed.), Encyclopedia ob Bioethics I. The Free Press, New York 1978,XIX.
(2) Para la historia del nacimiento de la Bioética dentro de la tradición médica,y para su fundamentación,
Diego Gracia, Fundamentos de Bioética. Eudema, Madrid, 1989. En cuanto a la relación entre
ciencia y ética, imprescindible en una fundamentación
la bioética, ver Antonio Ruiz Retegui,
"La Ciencia y la fundamentación de la Etica", en Vario Autores, Deontología Biológica, Facultad
de Ciencias, Universidad de Navarra, Pamplona, 1987, pp. 7-51.
(3) Guy Durand, La Bioética. Desclée de Brouwer, Bilbao, 1992, pp. 29-34.
(4) Laura Palazzani, "Bioetica dei principi e bioetica d
virtù: il dibattito attuale negli Stati Uniti". Revista
Medicina e Morale, Istituto di Bioetica della Facoltà di Medicina e Chirurgia "A. Gemelli", Roma,
nº 1/1992, pp. 59-85.
(6) Varios Autores, "Etica médica e investigación clínica", Revista Medicina y Persona, Facultad de
Medicina de la Universidad de Navarra, vol.XXXIII,nº 2, abril-junio 1989. pp. 113-117.
56
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en el oficio del médico". IMABE-Quartalsblätter,
Institut für Medizinische Anthropologie und Bioethik,
enero 1991. Original publicado en
"Deutschen Ärteblatt-Ärztliche Mitteilungen,10-V-1990 (87, revista 19).
(8) Elio Sgreccia y Daniela Notarfonso, "La bioetica:
orientamenti, centri di ricerca", en Ingegneria
genetica e biotecnologia nel futuro dell'uomo. Vita e Pensiero. Roma, 1992, pp. 123-129.
(9) Ibidem, 119-123. Ver también, Antonio Ruiz Retegui, ob.cit. pp. 12-24, sobre las modernas
concepciones de la ética y una fundamentación creacionista.
(10) Enrique Bonete. La faz oculta de la Modernidad. Tecnos, Madrid, 1995.
(11) Para los fundamentos de una bioética personalista, ver el reciente estudio de Dr. Manuel de
Santiago: "Una perspectiva acerca de los fundamentos de la Bioética", en Biblioteca básica de
Dupont Pharma para el médico de Atención Primaria, ed. Doyma, Barcelona, 1997, pp. 29-80.
(12) Pedro Serna Bermúdez, Positivismo conceptual y fundamentación de los derechos humanos.
Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1990, p. 3
Para las diferentes concepciones
éticas que están en la base de los diferentes sistemas jurídicos, ver Francisco J. León, "Dignidad
humana, libertad y bioética", en la revista Cuadernos de Bioética, nº 12, 4ª 1992, pp. 5-22.
(13) Pedro Serna Bermúdez, Positivismo conceptual y fundamentación de los derechos humanos.
Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1990, p. 357.
(14) Pedro Serna Bermúdez, ob.cit., p. 361.
(15) Ibidem, pp. 362-364.
(16) Constitución Española. Texto oficial en B.O.E. 29.XII.1978. Título 1º. De los derechos y deberes
fundamentales. Artículo 10.1.
(17) Diego Gracia, Fundamentos de Bioética, ob.cit. p.p. 575-576.
(18) Manuel Velasco Suárez, "Bioética y Derechos Humanos", en la revista Medicina y Etica, 1993/2,
pp.9-28.
La Vida Étic a y e l De s arro llo de la Pe rs o na s e g ún
Ro mano Guardini [1]
Alfonso López Quintás lquintas@filos.ucm.es
El Dr. López Quintás es catedrático de filosofía en la Univ. Complutense
de Madrid y por encargo del Ministerio de la Educación dirige un curso de Ética
en el site: http://cerezo.pntic.mec.es/~alopez84/
La preocupación por las cuestiones éticas atraviesa toda la vida y la obra
de Guardini. Desde sus primeros escritos breves para la Asociación juvenil
Juventus (en Maguncia) y el Movimiento de juventud (en el castillo de
Rothenfels) hasta sus últimas lecciones universitarias en Munich [2] , Guardini
puso sus mejores dotes al servicio de la formación ética de los jóvenes.
Ese empeño granó en obras tan luminosas y fecundas como las Cartas
sobre la formación de sí mismo (1925), Cartas del lago de Como (1927), El
bien, la conciencia y el recogimiento (1929), Voluntad y Verdad. Ejercicios
57
Espirituales (1933), Sobre el sentido de la melancolía (1935), Las etapas de la
vida (1953), La aceptación de sí mismo (1953), El encuentro (1956), Virtudes.
Meditaciones sobre formas de vida cristiana (1963).
En la madurez de sus 65 años y desde la atalaya de la prestigiosa
universidad muniquesa, Guardini se propuso asumir cuanto había pensado y
publicado sobre los grandes temas de la Ética y ofrecerlo a los estudiantes de
modo sistemático. "Siempre me he sentido estrechamente unido a mis oyentes
universitarios. Pero en este curso sobre Ética lo he experimentado con especial
viveza pues para mí significa una especie de síntesis de todo mi trabajo" [3] .
Sabemos que Guardini concebía sus obras de modo "concéntrico",
insistiendo sobre los mismos temas desde perspectivas
ntas y
complementarias. La idea nuclear de esta Ética procede de los años de Bonn
(1920-1922), período de gestación de las conferencias sobre l sentido de la
Iglesia, y fue desarrollada a lo largo de la fecunda estancia en Berlín (19231943). La exposición concreta y pormenorizada fue realizada en clases
universitarias dadas en Tubinga (1945-1948) y en Munich (sobre todo, desde
1950 a 1962).
Por sus notas de Diario conocemos el empeño que puso Guardini en
esta investigación ética. Constantemente alude a las c
s en que iba
exponiendo sus resultados: destaca la afluencia de un
lico numeroso y
atento, las dificultades que le planteaba la Segunda Parte de la obra consagrada al estudio del tema: "Ética y Revelación (el ethos cristiano)"-, la
ansiedad que le producía ver que pasaban los años y se agravaban las
enfermedades sin que el manuscrito estuviera terminado.
El 10 de Junio de 1953 escribe: "Las clases de ética siguen estando tan
frecuentadas como siempre. Estamos en la sexta, y siempre hay más de 650
oyentes, a juzgar por las sillas que hay y la gente que está de pie" [4] .
El 11 de Octubre de 1953 hace esta confesión: "Para toda la Ética, que
ya va por el séptimo Semestre, no he abierto un solo libro. No podría hacerlo.
Me haría errar el camino y plantearme cuestiones distintas. Ahora intento,
como última parte del conjunto, diseñar la ética de la existencia cristiana. La
articulación se me aclara cada día más. (...) La moralidad cristiana consiste en
ser llamados por Dios y colaborar con Su actividad" [5]
Siete días después anota lo siguiente: "Ayer terminé la configuración más bien un esbozo, pues son 30 páginas de taquigrafía- de la clase de ética
para el semestre de invierno. Si me alcanza el tiempo, trabajo ahora de nuevo
todo el conjunto y ordeno mejor los pormenores. Debo procurar que resalte lo
´ético´, o mejor dicho: la tarea a realizar, las exigencias. También me preocupa
ver cómo se armoniza con lo anterior la última parte acerca de la moralidad
propiamente cristiana" [6] . "Si sale bien esta última parte de mis lecciones de
ética, tenemos un esbozo de una auténtica moral cristi
no deducida de
conceptos o mandamientos sino inspirada en el aconteci
o concreto de la
salvación" [7] .
58
El mé to do
El estilo guardiniano de pensar y de expresarse es concreto, holista,
contrastado, fenomenológico y existencial.
1. Guardini se mueve en la línea de los autores del período de
entreguerras que se consagran al análisis de las realidades concretas, por
cuanto es en el plano de la vida concreta y no en el de los conceptos
abstractos donde se da la creatividad y la plenitud. "Atengámonos no a los
conceptos generales sino a la realidad" [8] . Si queremos comprender a fondo el
alcance del ser humano, debemos verlo no cuando se encuentra a solas sino
cuando logra crear una relación auténtica de encuentro [9] .
2. Al prestar atención a las realidades concretas, Guardini no pierde de
vista el conjunto en el que se hallan engarzadas. Más bien al contrario; lo capta
de modo vibrante, pues cada realidad se halla entretej
vitalmente con el
todo. "Si alguien dijera: quisiera adelantar en la vida moral, ¿por dónde he de
empezar?, podríamos contestarle: por donde quieras. Puedes empezar por un
defecto del que te has dado cuenta en tu vida profesional. Puedes hacerlo en lo
tocante a las exigencias de la comunidad, de la familia, de la amistad,
dondequiera que hayas notado un fallo. O has percibido dónde te apremia una
pasión y tratas de acabar con ella. En el fondo, se trata sólo de que tengas
intención honrada y te pongas a ello decididamente por cualquier sitio:
entonces lo uno influirá en lo otro. Pues la vida humana es una totalidad: si el
hombre se aplica a un punto con decisión, esto despierta su conciencia y
acrecienta su fuerza moral también en otros, del mismo modo que un defecto
en un aspecto de la vida influye en toda ella" [10] .
3. Para hacer justicia a lo real concreto, inserto en totalidades llenas de
sentido, Guardini se esfuerza por captar los aspectos
lo real que parecen
oponerse pero, en realidad, se contrastan y complementan. Desde muy joven
se preocupó del tema de los contrastes porque la vida
l está llena de
tensiones internas, que vienen expresadas por diferentes esquemas: libertadnorma,
contenido-forma,
inmanencia-trascendencia,
palabra-silencio,
[11]
independencia-solidaridad...
.
4. En la línea abierta por la Fenomenología de Edmund
l y sobre
todo por la de Max Scheler, Guardini parte de la conte
ción directa de las
realidades, tal como se nos "aparecen" cuando accedemos a ellas sin
prejuicios. Por eso dice que parte del "fenómeno" [12] , de lo que se nos muestra
de modo inmediato. "...Vamos a partir del fenómeno mis
tal como lo
encontramos en nosotros y en nuestro alrededor, vamos
partir de la
experiencia ética. Por tanto, yo voy a procurar no dec nada que cada uno no
pueda comprobar directamente. Y si lo que yo diga es a
mos que
reconocernos a nosotros mismos en ello". Eso que se nos aparece "no es pura
apariencia, sino que es manifestación de algo real. En el fenómeno se pone de
manifiesto la esencia del ser en cuestión, de forma que quien ve el fenómeno y
lo entiende ve y entiende la esencia del ser correspondiente". "Con el término
fenómeno se quiere decir también que lo que se nos ofrece tiene carácter de
imagen (Bild). Lo que a mí se me muestra no es un montón de detalles, sino un
59
tejido en el que cada elemento está condicionado por los demás; cada uno
sustenta al otro, cada individuo está dentro de un todo, y el todo, a su vez, se
manifiesta en cada individuo. Por eso el primer acto de la captación del
fenómeno, que sustenta todos los siguientes (el examen crítico, la
comparación, la penetración conceptual), es mirar y ver" [13] .
5. Guardini descubrió tempranamente que las realidades de gran calidad
-obras de arte y de literatura, el encuentro humano, lo valores, la vida
espiritual...-, sólo pueden conocerse cuando se adopta ante ellas una actitud de
amor, de reconocimiento y compromiso personal. "Pensamiento existencial
quiere decir que el sujeto cognoscente adquiere clara nciencia del sentido
del objeto en la medida en que lo toma ´en serio´; y viceversa, la afirmación
que hace le revela su sentido en la medida en que la deja entrar en su vida y
permite que determine su mentalidad, su conducta, su a ión" [14] .
Por eso Guardini adoptó decididamente una actitud "existencial" y se
adhirió a la corriente del "pensamiento existencial".
Heidegger, K. Jaspers y
G. Marcel destacaron la importancia en la vida humana
una serie de
realidades que son superiores a los meros objetos y exigen para ser conocidas
que el hombre establezca con ellas una relación de compromiso personal. Esta
relación implica un modo de cercanía y otro de distancia. Al estar cerca a cierta
distancia se obtiene un modo de presencia o encuentro [15] . "...Yo únicamente
soy capaz de comprender algo cuando, respecto al objeto en cuestión, logro
establecer una relación y un distanciamiento (...)" [16] . Al vincular la cercanía y
la distancia, se crea un campo de juego entre nosotros y la realidad que
queremos conocer. Ese campo de juego es un lugar de iluminación: en él se
alumbra el sentido de la realidad conocida. Ello no significa una posición
relativista o subjetivista; es una actitud relacional [17] . "Si ´existencia´ significa
algo, es ante todo unidad, el hecho de que todo lo que un hombre es y puede y
tiene implica una constante interpretación mutua de uno mismo y del mundo en
cada instante del encuentro (...)" [18] .
Inspirado en este estilo relacional de pensar, Guardini afirma que la
experiencia ética de la que debemos partir para elaborar una Ética es una
experiencia real, y ésta "sólo nace de una verdadera vida ética". "Tiene uno
que habérsela tomado en serio. Haber vivido una cantidad suficiente de
esfuerzos, luchas, conflictos y superaciones para hablar con cierta autoridad"
[19]
.
El s e ntido profundo de la Étic a
Guardini sintió siempre una viva preocupación por el hombre y por la
crisis espiritual que está sufriendo. Su fina sensibilidad para distinguir lo noble y
lo plebeyo, lo magnánimo y lo ruin, lo justo y lo inju
lo que construye la
persona-lidad humana y lo que la destruye ponía su ánimo en disposición de
valorar muy alto los rasgos positivos que presenta la figura del hombre en cada
momento y sentirse abatido al advertir que, en ciertos casos, no se vive una
auténtica "vida en el espíritu".
60
En la Edad moderna se cultivó ardorosamente la vida "cultural", pero a
menudo ésta consistió en "soñar con el espíritu", no en vivir una vida espiritual
verdadera, como bien destacó un espíritu congenial: Ferdinand Ebner [20] . Al
hacer quiebra, en la Primera Guerra Mundial, el ideal que había impulsado esa
forma de vida, se atribuyó precipitadamente al espíritu la culpa de la
hecatombe y se pensó que la superación de los conflictos entre los hombres
sólo podía provenir de una renuncia a la vida espiritual y un descenso a niveles
de realidad infrapersonales, infracreadores, infrarresponsables. De ahí procede
la tendencia a situar la vida humana en niveles instintivos, infrarracionales. "El
hombre moderno quiere librarse de su persona, porque ésta lo carga de
responsabilidad (...). Quiere librarse de su alma porque le causa dolor; por eso
sacrifica su mundo privado y se entrega a la vida pública" [21] .
Frente a esta nostalgia por el mundo infrahumano, Guardini subraya
incesantemente que el hombre sólo puede desarrollar su personalidad y
adquirir plenitud y felicidad por vía de elevación. De ahí que todo su empeño
haya radicado en enriquecer la vida humana por todos los medios y otorgarle
su sentido cabal. Para lograrlo, se preocupa menos de recordar prohibiciones
que de mostrar la fecundidad de lo valioso. En la presentación de su libro sobre
las virtudes escribe: "La doctrina moral se ha vuelto
doctrina de
lo prohibido; estas consideraciones quieren hacer justicia a la soberanía viva, la
grandeza y belleza del bien. Con demasiada frecuencia
ve la norma ética
como algo que se impone desde fuera a un hombre rebelde; aquí el bien ha de
entenderse como aquello cuya realización es lo que de veras hace al hombre
ser hombre. El joven Glaucón, ante las palabras de su aestro, se sintió
poseido de un éxtasis de veneración: este libro lograría su propósito si el lector
percibiera que el conocimiento del bien es motivo de alegría" [22] .
Guardini está convencido de que lo decisivo es que el hombre tenga una
idea cabal de su realidad personal, de lo que es, de dónde viene y a qué está
llamada. "En la Ética trato de interpretar la existencia humana a la luz de la
obligación moral que gravita sobre ella y de la dignidad que esa obligación le
otorga" [23] .
Analizada dicha obligación hasta el fondo, en sus últimas implicaciones,
se descubre que el hombre se realiza plenamente cuando asienta su vida en
valores incondicionados: la verdad y el bien. Todavía
ionado por el caos
que provocó, durante los terribles "doce años" de mand
nacionalsocialista,
la pretensión de dictar al hombre la conducta que ha de seguir, Guardini
escribe: "Hemos recibido una amarga lección sobre lo que ocurre cuando la
autoridad asume aquello que es cosa de la libertad. Pero su filosofía (la de
Platón) ha aclarado para siempre una idea; más allá de la confusión mental que
provoca la Sofística ha mostrado que hay algo incondicio-nalmente válido, que
puede ser conocido; y, por tanto, existe la verdad; y
eso válido se
ensambla en la soberanía de lo que llamamos ´el bien´, y este bien puede
realizarse en la vida del hombre, según las posibilidades de cada caso. Ha
mostrado que el bien se identifica con lo divino, pero su realización lleva al
hombre al logro de su propia condición humana, al hacer surgir la virtud, que
significa vida perfecta, libertad y belleza. Todo esto tiene validez para siempre,
incluso para el día de hoy" [24] .
61
Guardini mostró en todo momento suma preocupación por anclar el
pensamiento y la conducta en lo que es incondicionalmente "válido" (gültig).
Por eso, aun subrayando enérgicamente la importancia q
l ejercicio de
la libertad y la iniciativa humanas, destaca incesante ente la necesidad en que
se halla el hombre de atenerse a las verdades "objetivas", entendiendo este
término en sentido de "reales", "independientes del arbitrio humano", "fecundas
para la vida del hombre". La gran tarea del filósofo auténtico es "mantener lo
incondicionado en medio de los condicionamientos de la vida, y conservar lo
eternamente válido en medio de lo que fluye y se trans
a" [25] .
La seriedad del filósofo es "más necesaria que nunca" cuando el hombre
corre riesgo de adoptar el espíritu "positivista" y perder la pasión por distinguir
lo verdadero de lo falso, lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto; y descuidar
la verdad objetiva por creer que sólo es importante el "ser auténticos
subjetivamente". "El filósofo es responsable de que se mantenga la recta
ordenación del pensamiento y de la vida. Para ello tiene que hacer
distinciones, clarificar las ambigüedades, mantener la oposición que se da
entre las realidades que son inconciliables. Cuando se halle en juego el núcleo
de la existencia, ha de adquirir la firmeza que es sim
mente verdad,
fidelidad y valentía. Tener carácter en el filosofar: es ésta una de las cualidades
más raras en el clima actual de reblandecimiento de todo lo válido, en el que se
forma un espacio vacío propicio a toda forma de violencia" [26] .
Esta voluntad de fundamentar debidamente el pensamiento y la vida,
lleva a Guardini a afinar al máximo la sensibilidad para penetrar en el modo de
ser de ciertas realidades sutiles -la verdad, el derecho, la belleza...- que "están
ahí" como algo "poderoso y fuerte", pero de modo distinto a las realidades
tangibles del mundo sensorial. Para caracterizar más de cerca estas realidades
"inobjetivas", advierte que no son "cosas (Sachen) reales, masa o fuerza, pero
sí objetividades (Gegenständlich-keiten) que están presentes al hombre y no
pueden ser desplazadas del ámbito de lo dado a éste. No se trata de cosas
reales (wirkliche Dinge), sino de ideas (tipos esenciales, normas, valores), no
accesibles a la mano (...), pero innegablemente presentes al juicio y a la
decisión de la voluntad. Es decir, la cosa es, la idea vale. La cosa, la fuerza,
tiene una realidad masiva; la idea tiene fuerza de validez (Gültigkeit)" [27] .
Para Guardini, "lo válido" (das Gültige) no es algo meramente subjetivo,
sino que traduce la "necesariedad propia de la esencia metafísica". Lo "valioso"
(das Geltende) no es impuesto por el sujeto, sino descubierto. Esta
caracterización necesita ser mucho más precisada, pero fue suficiente para
Guardini en su día, porque destaca claramente la necesidad que tiene el
hombre de nutrir su vida con realidades de condición y rango muy distintos [28] .
El afán de otorgar a la ética una base inquebrantable
tan fuerte en
Guardini que no se aquieta hasta que logra orientar la vida a la luz de la
palabra revelada. La vida del hombre cobra todo su valor y su alcance cuando
se la ve como una realidad.
Este nexo entre ética natural y palabra revelada llevó a Guardini a dividir
su gran libro de Ética en dos Partes y consagrarlas a cada uno de esos temas.
62
Consta por su Diario que la Segunda Parte le costó gran esfuerzo, y, de hecho,
en alguna medida está a medio gestar. Pero no por ello es menor su poder
sugerente. El mismo se preguntó "qué dirán los oyentes cuando intente deducir
el deber del sentido genuino de la Revelación" [31] . Pero no se arredra ante el
riesgo de ser malentendido, porque está persuadido de
en la Escritura se
nos revela el modo de elevar la vida humana a cotas de realización
insospechadas a la luz de la mera razón.
"En realidad, son una invitación a engendrar una vida
va". "En la
medida en que el hombre realiza lo que supera toda ética, surge también un
nuevo ethos. En él queda cumplido y superado.
En todas sus predicaciones y escritos, Guardini habló siempre del
hombre a la luz de cuanto la Revelación nos enseña sobre su ser más
profundo. Y, a juzgar por la reacción del público, pensó en su madurez que
"nuestro tiempo, a pesar de todo su escepticismo, anhela una interpretación de
la vida cotidiana a partir de lo eterno" [34] .
El sentido de algunos términos decisivos
1. La "Gestalt": la forma, la figura, la estructura, e conjunto articulado de
un ser que aúna en sí la unidad y la multiplicidad, la distinción y la semejanza...
El término alemán "Gestalt" se utiliza profusamente en Psicología,
Fenomenología y Filosofía en general. Es un término técnico que presenta
diversos sentidos. Ningún vocablo español, italiano o
s tiene la amplitud
suficiente para indicarlos todos. Según el contexto, habrá que utilizar los
términos forma, figura, estructura, totalidad... De ordinario, suele traducirse
"Gestalt" por figura, pero este vocablo no expresa en
frases el sentido
que presenta aquél. Es, por ello, muy importante que e
idea
clara de lo que se intenta expresar con el término "Gestalt". Decimos que
estamos ante una "Gestalt" cuando se unen diversos ele
os y se obtiene
una realidad que tiene una forma interior que le da consistencia y presenta, por
ello, una figura externa que permite reconocerla frente a otras realidades.
Erro! Indicador não definido. Un músico lee una partitura para captar
una melodía. Esta consta de diversas notas; el músico as percibe todas pero
no una a una, aisladas, sino formando parte de un conjunto dotado de sentido.
Este conjunto es una "Gestalt".
Te digo una broma y te ries. La sonrisa está constituida por diversos
elementos de tu cara que se configuran de tal modo que expresan el agrado
que te produjo mi ocurrencia. La sonrisa no es una cua
d propia de cada una
de esos elementos; es la expresión propia del conjunto que forman, de la figura
que componen. Por eso dice Saint Exupéry que "los intelectuales desmontan la
cara y pierden de vista la sonrisa"; es decir: si queremos descomponer la
sonrisa en partes, la diluimos. La sonrisa constituye
conjunto lleno de
sentido: una "Gestalt".
Leamos, a esta luz, el siguiente texto de Guardini, escrito para explicar lo
que entiende por "fenómeno", es decir, lo que se nos presenta en la vida como
63
algo real y dotado de sentido: "Tengo ante mí un árbol, con su figura ("Gestalt")
tal como se estructura ("aufbaut") en el espacio: raíces, tronco, ramas, hojas,
flores, frutos. El conjunto de todo ello ("Das Ganze") está configurado de tal
modo que puedo captar en él un sentido global ("Sinnzusammenhang")
perfectamente comprensible: ese tipo peculiar de vida que se lla
´planta´, a
diferencia del animal; ´árbol´, a diferencia de la hierba; ´haya´ a diferencia del
abeto, etc. La figura del árbol ("Baumgestalt") tiene además una forma ("Form")
temporal: puedo conocer el árbol como simiente, como retoño, como árbol
joven, como plenamente desarrollado, como decrépito o mo muerto. Puedo
verlo en invierno, sin hojas, como fosilizado; luego en primavera, en estado de
florecimiento; en la plena foliación del verano; en otoño, cuando las bellotas
están maduras. Estas fases forman ("bilden") una figura temporal ("Zeitgestalt")
del árbol y me ponen ante los ojos su desarrollo". "Con el concepto de
fenómeno se indica además que lo que se nos manifiesta tiene carácter de
imagen ("Bild") [35] .
De modo semejante y en un nivel de vida superior, cada una de las
etapas de la vida -niñez, adolescencia, juventud, madurez, vejez- constituye
para Guardini una forma de vida ("Lebensgestalt") peculiar, con características
y posibilidades propias [36] .
La expresión "Sinngestalt" es traducida literalmente en la Ética por
"figura de significado". Quizá estaría más claro para el lector si se dijera
"conjunto de sentido", o sencillamente "sentido". En vez de decir: "Capto la
evidencia intrínseca de la figura de significado presente en lo existente", podría
escribirse: "Capto la evidencia intrínseca del sentido de cada realidad" [37] .
El concepto de "Gestalt" juega un papel destacado en el pensamiento de
Guardini. Indica una realidad concreta, con todo lo que abarca: sus contrastes y
sus tensiones, su fecundidad y sus riesgos, su estructura y su flexibilidad
interior. Cada "Gestalt" forma un conjunto de sentido, que debe ser distinguido
de los otros, pero no escindido, sino más bien ensamblado con ellos, para
formar nuevas "Gestalten" o realidades complejas dotadas de un sentido
peculiar. Un tema musical es una "Gestalt", tiene una
propia, pero está
llamado a vincularse activamente con otros para dar lugar a formas
("Gestalten") nuevas y, en definitiva, a la forma total que constituye la obra
entera. Una familia es una "Gestalt", tiene su vida propia, pero esta vida pide
de por sí conectarse activamente con otras "Gestalten" -entidades dotadas de
sentido propio-, para formar el conjunto de "Gestalten" o estructuras vitales que
llamamos "sociedad". Tener finura de espíritu para captar el sentido propio de
las "Gestalten", de las formas que surgen por el ensamblamiento de diversas
realidades de menor en-vergadura, constituye la quintaesencia de lo que
Pascal entendió por "esprit de finesse".
2. Las "figuras de valor" (Wertfiguren). Para indicar, por ejemplo, que
cada etapa de la vida humana presenta una trama de valores propios, Guardini
indica que ostenta una "figura axiológica" específica, una "figura de valor"
peculiar. En las "figuras de valor" aparecen determinados valores en los que
predominan ciertas cualidades y forman, por tanto, grupos característicos. Esos
valores determinan las posibilidades morales y las tareas de cada fase de la
64
vida [38] . "Figura de valor" indica una trama de valores mutuam
relacionados. Esta expresión es, pues, afín a la de Gestalt. Guardini mismo
afirma que "las formas de vida ("Lebensgestalten") constituyen también figuras
de valor ("Wertfiguren").
[1] Es te artículo es parte del libro La ve rdade ra im age n d R om ano Guardini, a s e r publicado por Eunsa
(Pam plona).
[2] Es tas le cciones fue ron editadas , pós tum am e nte , en 1993, por Hans Me rcke r, con la colaboración de
Martin Mars chall, bajo el título Ethik. Vorle sunge n an de r Unive rsität München (1950-1962), dos
vols ., e ditoriale s Grüne wald y S chöningh , Maguncia-Pade rborn 1993, 21994. Ve rsión e spañola:
Ética lecciones en la unive rsidad de Munich, BAC, Madr 1999.
[3] Cf. Las e tapas de la vida, Ediciones Palabra, Madrid 1997, p. 127; Die Le be nsalte r. Ihre e this che und
pädagogische Bedeutung, M. Grüne wald, Maguncia 71996, p. 79..
[4] W ahrheit de s Denkens und W ahrheit des Tuns , S chöningh, Pade rborn 1985, p. 36.
[5] O. cit., p. 62.
[6] O. cit., págs . 64-65.
[7] O. cit., p. 81.
[8] S orge um den Mens chen, W e rkbund, W ürz burg, 1962, p. 126. Ve rsión es pañola: Pre ocupación por el
hom bre , Cris tiandad, Madrid 1965.
[9] Cf. Jean Wahl: Ve rs le concre t, Vrin, París , 1932.
[10] Una é tica para nues tro tiem po, Cris tiandad, Madrid 197 p. 33; Tugende n. Meditatione n übe r
Ges talten sittlichen Lebe ns , Grünewald, Maguncia 41987, p. 30.
[11] La teoría del "contras te " da "el ritm o y la m e dida" a toda la obra de Guardini, com o él m ism o indica en
e l trabajo que dedicó a e s ta decisiva cue s tión: De r Ge ge nsatz . Ve rsuche eine r Philos ophie des
Lebendig-Konkre te n, Grüne wald, Maguncia 1925, 31985, págs . 103-120; El contras te . Ens ayo de
una filosofía de lo viviente -concre to, BAC, Madrid 1996, págs . 137-150.
[12] Re cué rdes e que es te té rm ino procede del grie go phaines thai (aparece r).
Etno c e ntris mo
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El e tno c e ntris mo es el acto de ver y analizar al mundo de acuerdo con
los parámetros de la cultura propia. El etnocentrismo suele implicar la creencia
de que la propia raza o grupo étnico sea la más importante, o que algunos o
todos los aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras. Dentro
de esta ideología, los individuos juzgan a otros grupos en relación a su propia
65
cultura o grupo particular, especialmente en lo referido al lenguaje, las
costumbres, comportamientos o religión. Dichas diferencias suelen ser la que
establecen la identidad cultural.
Antropólogos como Franz Boas y Bronislaw Malinowski plantean que
todas las ciencias deben trascender el etnocentrismo propio del científico como
individuo. Boas desarrolló el principio del relativismo cultural y Malinowski el del
funcionalismo como guías para producir estudios no etnocéntricos de las
diversas culturas. Los libros The S e xual Life of S avages de Malinowski,
Patte rns of Culture de Ruth Benedict y Com ing of Age in S am oa de Margaret
Mead son ejemplos clásicos de antropología no etnocentrista.
Evolución [e ditar]
El concepto de etnocentrismo en las ciencias culturales como sociales
por el sociólogo William Graham Sumner en el libro “Folkways” publicado en
1907, combina la creencia en que la propia cultura es
perior a otras, junto
con la práctica de juzgar otras culturas con los estándares de una cultura
específica. El etnocentrismo puede ser entendido como
universal humano
en la medida en que puede ser ejercido por los miembros de cualquier raza,
sociedad o grupo. En este sentido, la gente o los pueblos en diferentes culturas
tienden a describir las creencias, las costumbres y lo comportamientos de su
propia cultura en términos estereotípicamente positivos, mientras que las
costumbres y creencias de las otras son descritas negativamente.
En situaciones donde se presentan conflictos entre cul
las
creencias etnocéntricas de superioridad son usualmente vinculadas a
sentimientos de desconfianza y temor, así como también se relacionan con
acciones que son diseñadas para limitar el contacto con miembros del otro
grupo y para ejercer discriminación. En medio de conflictos culturales violentos,
el etnocentrismo es acompañado por xenofobia, discriminación, prejuicios,
separación física de los grupos y una presencia recurrente de estereotipos
negativos hacia el otro. Este concepto se relaciona así con el trabajo de Michel
Foucault sobre la dinámica del discurso y del poder en la representación de la
realidad social, en la medida en que el etnocentrismo, como un orden de
discurso propio de un grupo específico, “produce unos
s permisibles de
ser y pensar al tiempo que descalifica e incluso imposibilita otros”.
Corrientes [e ditar]
66
Etnocentrismo invertido (pensar que el otro es mejor)
Etnocentrismo educacional (mi educación es mejor y la de mi país e
mejor que esta de aquí).
Etnocentrismo Medicinal (mis medicinas son mejores)
Etnocentrismo Agrario (como lo hacen allí es mejor)
Etnocentrismo Tecnológico (allí sí que tienen cosas para esto)
Etnocentrismo Lingüístico (mi lengua es más rica y vale para expresar
mejor)
Etnocentrismo Religioso (mis creencias ayudan, las tuyas destruyen)
Etnocentrismo Inversal (si tú no sales yo sí)
Eurocentrismo [e ditar]
Artículo principal: Euroce ntrism o
Una forma particular de etnocentrismo se denomina Eurocentrismo. Este
concepto se refiere a la mirada del mundo a partir de a experiencia europea
occidental, donde las ventajas o beneficios para los europeos y
s
descendientes, se buscan a expensas de otras culturas, justificando esta
acción con paradigmas o normas éticas que proclaman beneficios universales
para todos. Se habla entonces de una “específica racionalidad o perspectiva de
conocimiento que se hace hegemónica colonizando y sobreponiendose a todas
las demás, previas o diferentes, y a sus respectivos saberes concretos, tanto
en Europa como en el resto del mundo”. De esta forma, se concluye que el
etnocentrismo como tradición intelectual, como método de análisis de culturas
dominantes y dominadas o como idea hegemónica de superioridad (como se
visualiza en el caso del eurocentrismo) debe ser objeto constante de crítica en
la academia por diversas disciplinas tales como el Derecho, la antropología y la
sociología, en la medida en que las imposiciones dadas por las hegemonías
culturales consideradas de rango superior, distorsionan la realidad cultural y
social mundial ignorando o suprimiendo entre sus presupuestos, la existencia
de una pluralidad de culturas que quieren “dejar de ser lo que no son” a causa
de las transformaciones a las que se ven obligadas a e
el fin de ser
una copia exacta o similar de la cultura dominante que enfrentan
Bibliografía
67
(1)SUMNER, William Gram. Folkways. New York: Dover, 1959. En: LEVINSON, David,
EMBER, Melvin (Editores). Encyclopedia of Cultural Anthropology. New York: Henry Holt,
1996.p.404.
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Encyclopedia of Cultural Anthropology. New York: Henry Holt, 1996.p.404. (3)Ibídem.
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ESCOBAR, Arturo. La invención del tercer mundo: construcción y deconstrucción del desarrollo.
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(6)QUIJANO, Anibal. Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En:
LANDER, Edgardo (Compilador). La colonianialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
Buenos Aires: CLACSO, 2000.p.219.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Etnocentrismo"
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