Gonzalo A g u i r r e B e l t r a n , Zongolica: encuentro de Dioses y Santos Patrones. Xalapa, Editorial de la Universidad Veracruzana, 1986, 215 pp. 1 mapa y 1 cuadro. Según el análisis presentado en el texto, el encuentro de dio­ ses y santos patrones ocurre dos veces en la historia de la aculturación en la Sierra de Zongolica. Primero hay una m e­ tamorfosis entre dioses mesoamericanos y santos católicos; un proceso de sincretismo que implica cooptación recípro­ ca durante la conquista, la colonia, y los primeros cien años de vida independiente. El segundo momento del encuentro ocurre, por un lado, entre los santos patrones indígenas y, por otro, nuevos dioses inspirados en diferentes movimien­ tos de la reformación milenaria o nacional. Esto implica un choque, no tanto entre dos culturas sino entre dos niveles de integración sociocultural. Los dioses-santos patrones de la prim era transformación sincrética exigen el consumo sun­ tuario del excedente productivo y, así, canalizan la iniciati­ va individual hacia actividades en pro de la solidaridad lo­ cal y corporativa. Los dioses de la reformación, en contraste, avocan derechos y compromisos individuales que perjudi­ can los cimientos tradicionales de la colectividad local pero propician la formación de clases y el desarrollo de un esta­ do nacional. Por supuesto, para los que tienen conocimiento de la obra de Aguirre Beltrán, al menos desde la publicación de Formas de gobierno indígena en 1953, no les sorprenderá en­ contrarse con el esquema de aculturación detallado arriba. El autor, sin embargo, nos advierte que el libro es una “pri­ mera aproximación a la etnohistoria de Zongolica” y se limi­ ta a la comprensión de un proceso sociocultural en particu­ lar, el sincretismo religioso. Pero este es un sincretismo visto como un aspecto específico del proceso aculturativo en la formación del Estado mexicano. Es, también, el caso que Zongolica es un “habitat” particularmente idóneo para la aplicación de la noción de “región de refugio” (o sea, región culturalmente resistente a la integración nacional) ya desa­ rrollada por Aguirre Beltrán en un libro del mismo nom ­ bre. Es sólo en el inicio y al final del libro que los matices teóri­ cos e ideológicos de la presentación nos exigen una toma de posición respecto a la problemática de la organización y el desarrollo sociocultural en México antes y después de la con­ quista. Entre estos dos capítulos hay cuatro más que de una manera no totalmente igual, muestran una gran sensibilidad e imaginación hermenéutica. El primero de estos es una ‘lec­ tura’ de un fragmento de la Historia Tolteca Chichimeca (la HTCh) que trata de la migración nonohualca. La discusión sigue los vínculos genealógicos y la organización historiográfica del asentamiento nonohualca en el Valle de Tehuacan y la Sierra de Zongolica. Resume en gran parte las rela­ ciones etnohistóricas que Luis Reyes desarrolló en las notas y cuadros de la última edición española de la HTCh (1976); sólo que Aguirre no parece estar de acuerdo con Reyes en cuanto a la interpretación historiográfica que KirchhofF hi­ zo sobre la organización del Imperio Tolteca, especialmen­ te en lo que respecta a ubicar a la antigua Cozcatlan en la provincia central del Imperio. El siguiente capítulo está dedicado a la interpretación de lo que el autor denomina el “significado abscóndito” de los topónimos. Las interpretaciones combinan la derivación eti­ mológica con la búsqueda de asociaciones entre el sentido de las raíces y la información sobre la historia natural y so­ cial, o la etnografía de un lugar o grupo específico. El autor utiliza un estilo literario de argumentación que sirve para señalar que los significados así establecidos son, más bien, aproximaciones. Sin embargo, las derivaciones semánticas son elocuentes y demuestran una gran sensibilidad por los matices etnohistóricos del contorno zongoliqueño. En los dos capítulos restantes se reconstruye el proceso de sincretismo, en parte, por medio de la búsqueda de aso­ ciaciones entre un significado toponímico y las imágenes o virtudes de un santo. Atrás de este análisis se encuentra la noción de un significado mítico-religioso para cada nombre de “centro cerem oniar prehispánico y su traducción a un código ritual expresado con base en las características de los santos patrones católicos. Finalmente, hay lo que el autor describe como el “cotejo de fiestas prehispánicas con mayordomías y herm andades”. La finalidad es la aproximación a la dinámica de los procesos de la conjugación de los dos res­ pectivos sistemas religiosos (pág. 176). El libro, en fin, es una clara continuación del proyecto político e intelectual del autor y, en consecuencia, merece la atención crítica de la comunidad de antropólogos en Méxi­ co. Hay que subrayar, sin embargo, una cualidad especial: en sus páginas se encuentra una sensibilidad interpretativa que quizá nunca ha recibido tanta expresividad ni espacio expositorio en la ya impresionante obra de Don Gonzalo Aguirre Beltrán. A. Roth Seneff El Colegio de Michoacán DE PARIENTE A PARIENTE Sobre el libro Manuel Gamio. Una lucha sin final Fechado en 1987 y concluida su impresión en febrero de 1988, la UNAM editó el libro Manuel Gamio. Una lucha sin f i­ nal, escrito por la periodista y maestra en leyes Angeles González Gamio, nieta de ese célebre antropólogo al que con certeza se le considera como El Padre de la Antropología Moderna Mexicana. La obra la prologa el Dr. Miguel León Portilla, tío m a­ terno de la autora, y realmente bastaría la lectura del prólo­ go -para apreciar las virtudes de esta biografía, concebida desde la perspectiva “...de quien, además de haber conoci­ do con intimidad al que va a biografiar, se siente vinculado con él por la sangre o por ideas afines, o por ambas cosas”