2 DECLARACIÓN D E LAS V I R T U D E S Entre las pencas de las ramas cria una tela, como red espesa, que sirve para colar cualquiera cosa, para hacer bolsas y aun para vestirse: y la llaman tisiis. L a ceniza del tronco de las ramas secas, sirve para lejía de jabón. Las hojas secas sirven de hachones que alumbran muy bien y que llaman los indios cayacas: las secas ó frescas sirven para hacer petates: las frescas servían de papel en su antigüedad, porque con un palillo y sin ninguna tinta se forman las letras que se quisiere, y duran muchos dias. Así frescas sirven de platos, manteles, saleros y petaquillas para buyo: y todo esto lo usan siempre que tienen casamientos y jolgorios. Del huesecillo de las hojas, se hacen escobas. E l tronco, haciéndole muescas de trecho en trecho, sirve á los indios para subir al árbol y cojer sus nueces: hacen también de él tablones bastante durables, y aun harigues ó pilares para sus casas, que duran más de dos años. Las raíces sirven, á falta de bongas, para el buyo. De suerte que de una sola palma, tenemos agua, vino, vinagre, aceite, miel, leche, medicina y varias clases de regalos ó golosinas. Hay un género de estas palmas enanas que llaman adiauan (Cocos NUCÍFERA, L.\ VAR. PUMILA, Hassk.), las cuales no se diferencian de las otras sino en ser tan pequeñas que no suben más de un estado: se cultivan y el fruto que es tan grande como el de los otros Cocos, se puede coger desde el suelo. Entre los árboles grandes, suele haber algunos que dan los Cocos chiquitos (C. NUCÍFERA, L.\ VAR. EBÚRNEA, Miq.) á propósito para jicaras del chocolate: de los grandes hay otros (C. NUCÍFERA, L.\ VAR. MACROCARPA, Miq.) que son mayores que los ordinarios; estos los traen de Visayas y sirven labrados y teñidos de negro, para jarros de beber, y son contraveneno. P a r a otras muchas cosas sirve el Coco, que sería largo enumerar: solo diré que hasta la iglesia se sirve de estas palmas el Domingo de R a m o s . Con que podemos decir que son dignas de ser benditas entre todos los árboles. Nacen estas palmas de sus nueces sembradas: dan fruto á los seis ó siete años, y viven más de cincuenta. Réstanos saber de que sirve el Coco á la medicina, que es como sigue: Hacen tan maravillosa aguardiente de la tuba, que los holandeses la llevan á Europa, por grande regalo. L o s Cocos secos se asan á fuego lento hasta que la cascara se haga un carbón, se enfrian luego y se les abre una boca pequeña, después se ponen á serenar, y al amanecer se dá el agua en ayunas á los calenturientos: esta refresca la sangre, el hígado y el corazón. Con solo este remedio he quitado las calenturas á más de ciento: porque, además de ser muy cordial, purga sin sentir los malos humores. También se dá de esta suerte á los que tienen escaldada la vía de la orina y recalentados los riñones, y á los que tienen purgaciones; mayormente si es la leche de Coco con Dilao, amasado todo muy bien, restriñe y quita las cámaras aunque sean de sangre lluvia de las mujeres. El aceite de Coco reciente es admirable purgante y muy seguro, que purga sin molestia los humores que andan derramados por el cuerpo, bebiendo dos onzas antes de amanecer. Este aceite es aun mejor que el de Castilla para todo género de ungüentos, por ser más untuoso y el de Castilla llegar ya casi rancio por pasar aguas de mar. Las raspaduras de la cascara del Coco viejo, sirven para curar el ombligo de la criatura, cuando está hinchado. T ó m a s e cantidad de cascaras de Coco ó chiretas; se raspan por el envés de afuera á donde son librosas; se raspan las fibras como para hacer jigote; luego las cascaras se hacen pedacitos; después se mete todo en un tiborcillo; se ponen unas cañuelas, á modo de parrillas, dentro del tiborcillo para que no se caigan los pedacitos de las cascaras y fibras; se hace un hoyo en la tierra y se pone en él una escudilla larga boca arriba y encima de esta el tiborcillo vuelto boca abajo; cubriéndolo todo con cascara de arroz y dándole fuego por todas partes, por espacio de veinticuatro horas, destila un aceite grueso, eficacísimo para teñir las canas; y usándolo de ordinario, pone el cabello muy negro, aunque sea la mujer de ochenta años. Aun más que todo esto, tiene la otra palma llamada Bulí, de que abundan los bosques. ROSA COLORADA Ó GUMAMÉLA. HIBISCUS ROSA-SINENSIS, L. SON de naturaleza frígida y húmeda, y templadamente son muy mundificativas; por lo que aprovechan á las mujeres que tienen los pechos inflamados por causa cálida, ó mucha leche, dándoles baños con su cocimiento y aplicándoles las hojas y flores cocidas.