De cursilerías & curiosidades E l frío helaba los huesos en el Polo Norte, mientras que algunos glaciares se desprendían a causa del calentamiento global, de forma tan sigilosa, que no era notorio en el Reino de Santa, donde los nervios y la emoción, se sentían a flor de piel. Faltaban 23 días para que llegara la fecha más especial del año, por lo que todos se encontraban ultimando detalles. ¡Y ahí estaban! Cada uno en su puesto, Santa leyendo las últimas cartas que los niños enviaron, los duendes envolviendo los juguetes, y los renos volando alrededor de la fábrica para mantener la condición que requerían. A la cabeza estaba Rodolfo el Reno, alumbrando la noche y animando a todos a continuar, le seguía Brioso, Bailarín, Acróbata, Relámpago y Juguetón. Cuando Santa se dispuso a verificar que los renos estuviesen bien, notó algo extraño, y es que “Cometa”, el reno más veloz, no estaba presente. Alarmado, Santa decide entrar a buscarlo, pero justo cuando estaba a punto de pedir ayuda a los demás, lo encuentra frente a la gran chimenea, leyendo un libro. -“¿Y ahora qué mosco le picó?”- Se preguntó Santa, debido a que “Cometa” no era precisamente el reno más intelectual de la manada. Lleno de curiosidad, Santa comienza a acercarse poco a poco; pues quería enterarse de aquello que Cometa leía con tanto interés. Por: Neshme Tapia estrellatapia@hotmail.com Sus intenciones y su moda... ¡Nunca pasan de moda! “Derechos del Trabajador” decía el libro; fue tanta la impresión de Santa por aquel título que se le cayeron sus anteojos, por lo que inmediatamente Cometa se percató de la presencia de alguien más en el lugar. Por lo que molesto, expresó: “¡No puedo creer que no nos pagues horas extras! es más, ¡No sabía ni lo que era una Prima Vacacional!.. creo que aceptaré la oferta de los Reyes Magos y me iré de aquí, al menos sé que ellos adoran al Niño Dios y que gustan seguir estrellas… pero ¿tú?, lo último que recuerdo es una cadena moviéndose de un lado a otro, con una voz que me decía: “¡Tú nombre es Cometa! ¡Sí, te llamarás Cometa!” A lo que Santa respondió: “¡Tranquilo! No te exaltes; tú eres una pieza clave de mi equipo, y si quieres saber de mi extensa trayectoria como “El señor de la Navidad”, te recomiendo que tomes asiento...”. Y limpiando sus lentes con un paño procedió a activar su memoria. laguna urbana 16 “Verás, yo nací en el año 208, bajo el nombre de San Nicolás de Bari. Siempre quise entregar mi vida a la religión católica, incluso a los 19 años me ordené como sacerdote, y al poco tiempo me gané el pseudónimo de ‘Obispo de los niños’. “¡Y es justamente por ellos que nosotros trabajamos tan arduo, Cometa! Con tal de recordarles que la magia siempre está presente, a menos de que ellos dejen de creerlo”. Entonces, ¿cómo es que en algunos lugares te conocen como Santa Claus, en otros como Papá Noel, e incluso en Alemania hasta te dicen Weihnachtsmann, ¿qué eso no es una grosería?, preguntó el reno. “Jo, jo, jo. ¡No Cometa! En Alemania, la palabra Weihnachtsmann significa ‘Hombre Navidad’, así como en Rusia me llaman Kolya, en Austria y Suiza Niklas, en Holanda Sinter Klaas, también en Gran Bretaña me conocen como Father Christmas o Padre Navidad, y ¡claro! Père Noël en Francia, sin diciembre olvidar Santa Claus en Estados Unidos y México, así es, definitivamente soy el mismo”, contestó Santa. “Sólo me queda una pregunta Santa, ¿son ciertas las leyendas que existen sobre ti?, como aquella en la que se cuenta sobre un niño que fue raptado por unos piratas árabes, obligado a trabajar durante meses como esclavo, mientras que sus padres sólo tenían oraciones para que él regresara, ¿es verdad que de no ser por tu ayuda él jamás hubiera vuelto a casa?”. Santa: “¡Como esa historia encontrarás miles! Incluso hay personas que no creen en mí… pero mientras nuestro trabajo derroche alegría, y fomente la imaginación de los niños en todas partes, nosotros seguiremos preparando el ritual de año con año… ¡Claro, si es que no decides dejarme por los reyes magos!” Y con la velocidad que amerita su nombre, Cometa salió volando al exterior, listo para incorporarse al entrenamiento con los demás, pues sabía que debía estar en excelente condición física. En ese momento, Santa sujetó con cariño la cadena que posaba sobre su cuello, símbolo de gratitud de aquella madre por haberle devuelto a su hijo. Al final encontramos opiniones tan diversas y creencias tan variadas, que lo más gratificante sería encontrar una persona en cada hogar de la Comarca Lagunera, consciente de que en ocasiones, los problemas económicos o laborales, truncan deseos materiales, pero el compartir las fechas con tus seres amados siempre será lo más valioso.