06-tu.QXD 5/12/00 22:33 Página 1 6 CRIMEN Justicia, Seguridad y Policía La Plata, sábado 13 de mayo de 2000 PASIONAL: EL VEREDICTO Condenaron a nueve años al simulador de Ensenada Las cuatro horas de declaración no alcanzaron. Lo sentenciaron por matar al amante de su esposa. A ella, la procesaron por falso testimonio. Fueron insultados a gritos por los familiares de la víctima. Momentos de extrema tensión en la sala “...Por ello, el tribunal, por unanimidad, resuelve condenar a Hugo Alberto Poli, de 34 años, a la pena de nueve años de prisión, accesorias legales y costas como autor del delito de homicidio simple cometido el 20 de agosto de 1998 en Ensenada, del que resultó víctima Marcelo Oscar Campagner...”. -¡Ojalá te pudras en la cárcel hijo de p...!vociferó el padre la víctima. El tribunal finalizó con la lectura del veredicto condenatorio y en la sala de audiencias salieron a la superficie toda la angustia, la bronca y la impotencia contenida en los familiares de Campagner a lo largo de estos dos años. La custodia policial se dividió en dos grupos. El primero, separó a los familiares. El segundo, cerró un par de frías esposas en la espalda del acusado, quien aprovechó ese instante para echar una última mirada, de reojo, a su esposa, sentada en la última fila. María Andrea Gallego rompió en llanto. Y no pudo escapar a los flashes de la prensa. -Llorá, si querés, llorá, yegua mentirosa. ¡Mentirosa! -gritó, una vez más, desde el otro lado de la sala, el padre del fallecido Marcelo Compagner (30). Las lágrimas de la mujer de Hugo Poli encerraron distintos significados: el tribunal no solo aplicó nueve años de cárcel para el padre de sus tres hijos, sino que además, la procesó por el delito de falso testimonio. Es que la declaración de Gallego implicó un antes y un después en el juicio oral. La mujer dijo que la noche del homicidio estaba junto a Poli en su casa de Ensenada, cuando sorpresivamente llegó Campagner, y comenzó a golpear a su esposo. Hace dos años, la mujer había dicho todo lo contrario. Contó que estaba junto a su amante Campagner, Poli irrumpió en la vivienda y le asestó una puñalada en el estómago. Las dos versiones determinaron el falso testimonio de Gallego. Pero la declaración prestada el martes advirtió a los jueces que se trataba de un testimonio “calcado” al de su esposo. Poli Sin ira, ni honor que limpiar Por última vez. Poli miró a su esposa de reojo y ella rompió en llanto ofreció un extenuante relato de cuatro horas. Detalló toda su vida, laboral y afectiva. Y cuando le tocó hablar del momento del homicidio, dijo que “no recordaba nada”, solo “las luces de los patrulleros”. Ayer, los camaristas de la Sala III, Carlos Silva Acevedo, Vicente José Sanucci y Armando Correa dieron por probado que “en la casa de la calle Bossinga 1116 de Ensenada, Campagner fue atacado con una cuchilla de 29 centímetros”. Los jueces dijeron que la víctima estaba desarmada y no obstante “su intento de defensa, sufrió heridas cortantes en sus antebrazos, manos y pecho”. La lesión fatal fue en el abdomen. “Poli fue el autor del homicidio”, sostuvo el tribunal; el acusado “reconoció haber estado en la casa de la calle Bossinga y haberse enfrentado con la víctima. E identificó la cuchilla secuestrada, hecha artesanalmente por su suegro”. “Tres fueron los que estaban en la vivienda: el herido, que ya no va hablar, el imputado y su cónyugue -señaló en su voto el juez Sanucci-. Poli luego de declarar todos los testigos, hizo una extensa relación de diversas circunstancias de su vida personal, plagada de ambigüedades, plena de circunloquios, metáforas y contradicciones, preñada de ideas peculiares y caracterizada por una amnesia de bordes nítidos desde Al condenar a Hugo Poli, el tribunal rechazó el planteo de la defensa de “homicidio en estado de emoción violenta” y coincidió con el alegato de los fiscales de cámaras Gustavo Lambruschini y Rubén Sarlo. También señalaron que “no hubo sorpresa. Poli sabía que Campagner mantenía relaciones sexuales con su esposa. ¿Qué ira podía despertar? ¿Qué honor había que limpiar, si siempre prestó consentimiento de esa relación?”. “Para la emoción violenta es necesario la perdida total de la conciencia. Y Poli siempre fue un memorioso detallista, hasta que le toca hablar del momento del hecho y dice que no se acuerda. Cuando el tribunal le mostró la cuchilla, el acusado aseguró que nunca la tuvo en sus manos. Eso quiere decir, que sabe y que recuerda. Poli es un simulador. Esperó para escuchar a todos los testigos y declaró recién al final para acomodar su relato”. su caída ante un golpe de puño de la víctima hasta que Campagner, ya herido, iba en busca de auxilio”, subrayó el camarista. María Gallego declaró de igual modo: “Contradictoria, reticente y ambigua”. “Esa llamativa coincidencia, muy parecida a una historia preparada por los únicos que podían hablar”, dijo Sanucci. El fiscal de cámaras Rubén Sarlo había invocado en su alegato el arrepentimiento del acusado. Ayer, el tribunal no coincidió. “En su discurso final, Poli dijo que no estaba arrepentido, sino que sentía pena por lo ocurrido y por las familias afectadas”.