//T21 TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 11 de enero de 2014 RR Si las especies invasoras continúan avanzando, en 80 años la flora nativa de Juan Fernández podría desaparecer. en peligro de desaparecer y dependen de este ecosistema para sobrevivir. “De no realizar ninguna intervención, la isla se convertiría en un gran matorral de maqui, mora y murta, afectada fuertemente por la erosión”, advierte Smith. Nuevos experimentos Además de desmalezar la isla, los voluntarios están realizando algunos experimentos para revertir el daño que sufre la isla. Vivianne Claramount (23), por ejemplo, es estudiante de Ingeniería en Recursos Naturales de la Universidad de Chile y llegó por primera vez esta temporada a Juan Fernández. Ella cuenta que está estudiando la mejor forma para reproducir especies nativas usando “estacas”, que son brotes de plantas que se co- locan directamente en la tierra para que germinen. “Se dice que son menos apetitosas para plagas invasoras como los conejos. Ellos comen los brotes de las plantas, pero como las estacas son más duras, se plantea la hipótesis de que no se las van a comer”. La estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Chile Alina Candia (24), en cambio, analiza la inoculación de hongos micorrizicos en plantas nativas para ayudarlas a crecer mucho más rápido. Se trata de hongos que se asocian a las raíces de las plantas y que aceleran su crecimiento entre uno y dos tercios respecto de su desarrollo normal. Los científicos comenzaron a estudiar esta posibilidad debido a que uno de los problemas que encontró la Conaf para reproducir especies nativas de la isla en vive- ros es que no germinaban. Se cree que en sus lugares de crecimiento original contaban con estos hongos, lo que explicaría la dificultad para reproducirlas. Otro punto crítico son los suelos. No sólo están fuertemente afectados por la erosión, sino que se encuentran muy compactados debido a la acción del ganado introducido en la isla. Y el efecto es como intentar sembrar en una tierra sin arar, de manera que las semillas de las plantas nativas encuentran dificultades para germinar y establecerse también por este motivo. Además, se están analizando técnicas como plantar helechos que proyecten sombra, de manera tal que las especies invasoras no tengan la luz suficiente para crecer. Todas estas tareas requieren más de ocho horas diarias de trabajo para los jóvenes, gran parte de las cuales se ocupan en desmalezar y en talleres ambientales para niños. La meta final es evitar más extinciones. Además de la Dendroseris gigantea, planta extinta en marzo pasado, la lista de las más recientes extinciones incluye a Robinsonia berteroi, que se extinguió en 2004, y Notanthera heterophylla, desaparecida de este ecosistema único en el mundo en 2003. Científicos y estudiantes coinciden en comparar el aporte realizado hasta ahora con el de un grano de sal en el mar, ya que sin más recursos y apoyo de las autoridades resulta imposible avanzar más rápido que las especies invasoras. “Sólo estamos retrocediendo un poco más lento”, sentencia Cecilia Smith. T