ABTES Y LETRAS La noche de Varennes FILMA CANALES l rey de Francia y su familia huyen hacia la frontera en esa noche de junio, 1791. Tras ellos, en una diligencia, una variada representación ideológica de la clase adinerada conversa sobre la monarquía, la revolución, el amor, los derecr.os del hombre, la búsqueda de la felicidad. Desde su trabajo en la campiña, en París o en las estaciones de posta, el pueblo los observa y espera, antes de actuar. Este es el escenario y los personajes. Asi como en Un día muy particular el realizador aisló la marginalidad de dos seres humanos frente a la cita de los dictadores en Roma, Ettore Scola coloca nuevamente el hecho histórico a distancia, sesgado, y profundiza la visión subjetiva de los pasajeros que comentan su época. La película es un ensayo más que un relato dramático y mantiene el interés en un nivel estético e intelectual, más que emocional. Es un documento, una crónica que describe las ¡deas y sentimientos que se debaten en un mundo de violentos cambios. El humanismo de Scola se acentúa con este distanciamiento de la historia, revelando su predilección por la persona, al tratar a cada personaje en todos sus matices, con ecuanimidad, casi con una debilidad que no desea juzgarlos. Esto resulta en una aparente ambigüedad ideológica que tiene dos salvedades: una es esta sensibilidad que lo impulsa a tomar partido por cada ser humano que recrea y otra es su clara definición por et pueblo, así, en lineas generales. Refiriéndose al hecho de que no E MENSAJE N" 375, DICIEMBRE 1988 fuera la Guardia Nacional sino Drouet, un jefe de posta, y el "indeciso" M. Sauce, pequeño comerciante de Varennes, quienes detuvieron al rey, Scola declara: "La Historia se hace notar, incluso en los destinos de los más humildes de los hombres, que creen que pueden quedarse fuera de lo que está sucediendo en torno a ellos. En Un dia muy particular era la Historia la que afectaba a un individuo; en esta película es el individuo quien en un momento dado tiene incidencia sobre la historia, o en todo caso trata de cambiar su rumbo". El Interés de los diálogos y la conducta de cada personaje nos hace detenernos en el crédito del guionista —Sergio Amidei— a quien Scola dedica la película por la temprana muerte de quien fuera su colaborador y amigo. La presencia de Amidei en el cine italiano se detecta en su filmografía de guionista en 96 títulos, entre los cuales se cuenta Roma, ciudad abierta y Paisa, de Rossellini; El limpiabotas y Ladrón de bicicletas de Vittorio De Sica, entre otros famosos. Como decíamos, la película posee una especial densidad, que pesa en la síntesis. La anécdota creada por ScolaAmidei para observar la historia desde una perspectiva diferente se construye en torno a la idealización de la monarquía, sustentada apasionadamente por la Condesa Sophie de la Borde, quien va experimentando el amargo proceso interior de la derrota, paralelamente a la captura de la familia real. Es hermoso reconocer la libertad creativa de Ettore Scola, quien, junto con reafirmar el despertar del pueblo francés después de siglos de opresión, es capaz de considerar, con una afectiva predilección estética, la sensiblidad y belleza de una aristócrata. Por otra parte, describe con crudo realismo la inmoralidad costumbrista y la suciedad de las comidas, sobre la cual se desliza, con inalterable elegancia y "sprit", el paso de los viajeros de París. Los dos cronistas de la época —el escritor popular Restif. de la Bretonne y el envejecido galán cortesano Giacomo Casanova— compiten con ingeniosa ironía, relatando los hechos y las memorias de su escabroso pasado. En fin, ¿qué permanece de todo esto para intentar la formalización de una premisa? Curiosamente, son imágenes más que ideas las que perduran, como suele ocurrir en el buen cine. Ambas son imágenes climáticas. La Condesa, radiante de belleza y elegancia, haciendo una profunda reverencia ante el maniquí con el lujoso traje real, se despide del ídolo y de la vida que queda atrás. La otra imagen es la escalera en casa de M. Sauce, abarrotada de curiosos, y el encuadre de los pies de Luis XVI y María Antonieta. Sus voces y el uso del espacio "en off" intensifican el clima de la derrota. Se recuerda un comentario de Casanova: "Si el rey ha sido arrestado por un jefe de posta es como si ya estuviera muerto". Aquí aparece finalmente la irreversibilidad de la historia, la anticipación con que se define un hecho latente e ineludible: un rey que ya se considera inexistente porque el pueblo se dio cuenta de su inutilidad. 561