NOTAS AL PROGRAMA XVIII Ciclo de Cierra este programa veneciano Antonio Vivaldi, el compositor véneto más popular. Su vida como sacerdote es tan pintoresca como su actividad como empresario de ópera y relacionador público de su propia música. El fervor de su Beatus Vir es de igual talante y quilates que el aria de Mamud, personaje que –como dijéramos– representa el nuevo tipo tenoril de atribulado padre. Música Antigua Martes de octubre 2016 Mucha luz y mucha sombra, estrambótico y sublime. Chiaroscuro veneciano. Gonzalo Cuadra XXVI Festival de Música Contemporánea Agenda IMUC Noviembre Domingo 20 21, 22 y 23 19:30 hrs. | Salón de Honor UC Av. Libertador Bernardo O’Higgins 340, Santiago Lunes Martes Miércoles 19:30 hrs. | Centro Gabriela Mistral Av. Libertador Bernardo O’Higgins 227, Santiago ENTRADA LIBERADA Martes 25 de octubre CUARTO PROGRAMA CHIAROSCURO VENEZIANO Equipo de producción: Sergio Candia, director / Alejandro Reyes, subdirector de extensión Félix Rodríguez, productor / Gonzalo Beltrán, coordinador de programación ARIAS Y CANTATAS PARA TENOR Y CONJUNTO INSTRUMENTAL Nicole Haddad, revisión de programas / Mary Paz Albornoz, diseñadora gráfica Carlos Arriagada, técnico en sonido / Marcos Painequeo, asistente de escenario Carmen Sánchez, asistente de conjuntos residentes. ENTRADA LIBERADA 19:30 hrs. | Centro Gabriela Mistral IMUC CHILE @IMUC_Chile www.musica.uc.cl | fono: +562 2354 5225 +562 2354 5250 Av. Libertador Bernardo O’Higgins 227, Santiago CUARTO PROGRAMA CHIAROSCURO VENEZIANO ARIAS Y CANTATAS PARA TENOR Y CONJUNTO INSTRUMENTAL XVIII Ciclo de Música Antigua Martes de octubre 2016 DARIO CASTELLO (c. 1590- c. 1658) Sonata decima quinta a 4 per stromenti d’arco CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643) Il Ritorno d’Ulisse in patria Lamento de Iro asociado al tenor: el rol de padre abnegado o de rey. En total, sublime y grotesco, sacro y profano, hijo o padre, joven o vieja. Vespro della Beata Vergine Nigra sum DARIO CASTELLO D Sonata decima sesta a 4 per stromenti d’arco esde el nacimiento del cantante profesional alrededor del año 1600 –individual, solista, algo divo, pagado, solicitado, portador de una expresividad necesaria para dar completo realce a una composición–, la voz de tenor se ha construido de a poco, y no sin esfuerzo, en el imaginario musical y sus necesidades, mutando, adaptándose, a veces reinando y otras en segundo plano; sin duda un viaje mucho más complejo que lo ocurrido con las voces de soprano o bajo, por ejemplo. El Barroco fue testigo de esta forja y basta dar un vistazo a la producción lírica de cualquier ciudad principal de entonces –ciertamente Venecia– para ver cuánta distancia hay entre este tenor diverso y el unívoco héroe vocinglero y amoroso que fijará el siglo XIX. FRANCESCO CAVALLI (1602-1676) La Calisto Aria de Linfea: L’uomo è una dolce cosa GIOVANNI LEGRENZI (1626-1690) Sonata a tre Acclamationi divote: Angelorum ad convivia ANTONIO VIVALDI (1678-1741) Beatus Vir, RV 597 Peccator videbit La verità in cimento Sinfonía Aria de Mamud: Pianto crudel… Vinta a piè Intérpretes: Estudio MusicAntigua UC Gonzalo Cuadra, tenor David Núñez, violín barroco Gonzalo Beltrán, violín barroco Florencia Bardavid, viola da gamba Eduardo Figueroa, laúd y guitarra barroca Camilo Brandi, clavecín continuo Dirección: Sergio Candia NOTAS AL PROGRAMA Gina Allende, viola da gamba En Venecia un cantante solista debía saber servir a las piadosas actividades de la Iglesia y ponerse bajo su escrutinio, estar atento a las peticiones de un salón aristócrata y saber congraciarse con algún gran señor, o finalmente lanzarse al veredicto popular y a la exposición de la ópera. Porque recordemos que, desde el temprano seiscientos, Venecia había abierto los primeros teatros públicos de ópera en el mundo… y eran todo un éxito. Justamente en este escenario el tenor abriría todo el abanico: ya héroe o soldado, cortesano, trágico o bufo, pero sobre todo –la gran innovación veneciana– el travestismo de viejas y comadronas concupiscentes a punto de ebullición. Finalmente el siglo XVIII veneciano traerá un nuevo tipo El presente programa es un viaje por la voz de este tenor plural a lo largo de poco más de un siglo en la serenísima república veneciana. Claudio Monteverdi trabajó en Venecia como afamado maestro de capilla de la catedral de San Marcos, pero también para los teatros públicos, creando las óperas más intensas de su tiempo. Pocos tan divinos y tan mundanos. De su Ritorno d’Ulisse in Patria se lamenta Iro, parásito del palacio de Ulises, gordo y tartamudo, llorando su caída en desgracia. Y de ese alarde de todo lo que era posible componer en el terreno sacro, como es su Vespro della Beata Vergine, el encendido solo “Nigra sum”. ¿Viejas concupiscentes interpretadas por tenores travestidos? No exagero. De Francesco Cavalli, de su ópera La Calisto –un verdadero “corre que te pillo” sexual–, va el canto de la vieja ninfa Linfea, que lo último que desea es que la muerte la sorprenda aún casta. Equilibrando este seicento veneciano, y complementando la voz solista con el instrumento solista por entonces de moda, van dos ejemplos de Dario Castello, del que poco se sabe en biografía, pero mucho se admira por su estilo. Fue violinista al estilo “moderno” de la gloriosa moda veneciana y por ello estas sonatas para instrumentos de arco. Giovanni Legrenzi ya transita el Barroco pleno, y con él retomamos el repertorio de sonatas y piezas sacras que nos instalan en el ambiente emotivo de la contricción.